‘Marcha Fifí’: Protestar no es una moda

image_pdf

FOTO: López Dóriga Digital / Interior: Red Es Poder.

La Última Trinchera

Por Roberto E. Galindo Domínguez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). La desinflada marcha fifí del 2 de diciembre es resultado de la impericia y falta de compromiso de los detractores del nuevo gobierno, aunque las mantas y pancartas impresas sí estuvieron listas. La convocatoria fue a nivel nacional y en el interior de la República tuvo repercusiones de hasta seis participantes como en el caso de Cuautla, Morelos (manifestación cancelada); y en la Ciudad de México pasó de 5 mil marchistas en la edición anterior a menos de un millar tras la toma de protesta como presidente de Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Los detractores del nuevo gobierno tienen mucho camino que andar —y no me refiero a que hagan marchas de largo aliento: no se protesta sólo los domingos y el resto de la semana se critica por las redes, si se hace disenso político-social este debe ser el pan de todos los días aunque sea durante años y hasta décadas; se marcha cuando es necesario, así sea en lunes por la tarde o en viernes por la mañana; en el plantón se duerme, y a la mañana siguiente de ahí uno se va a trabajar y regresa por la tarde, y hasta se sale de viaje si en otro lugar necesitan refuerzos para levantar la moral y mostrar músculo al adversario.

También te podría interesar: NAIM: Se les iba a quitar el agua a los patos…

Los comentarios elitistas, desinformados y tendenciosos de algunos manifestantes de la segunda marcha fifí han quedado registrados gracias a Hernán Gómez, quien entrevistó a varios quejosos. Sus razonamientos van de lo ridículo a lo apocalíptico. El Zócalo capitalino —dijeron— se llenó de gente para la toma de posesión de AMLO porque les pagaron 500 pesos, ¡calcule usted la cifra gastada si asistieron más de 140 mil personas! Este comentario es la continuidad de las difamaciones de que hemos sido objeto desde hace décadas, tal vez el caso más sonado fue el plantón de Avenida Reforma en 2006; nuestros detractores sólo sabían decir que estábamos ahí por unos pesos y una torta, y al parecer siguen la misma línea de argumentación. Se refirieron a los mexicanos que arroparon a nuestro nuevo presidente como borregos, acarreados, manipulados, limitados y estúpidos; y como en la fifí protesta anterior, entre los asistentes permeaba el terror a volvernos Venezuela. La mentira y la difamación explayada por algunos de los detractores del nuevo gobierno es apenas una muestra de la verdadera dimensión de la vileza que encarnan sus dirigentes políticos.

El reciente comercial del Partido Acción Nacional (PAN) en el que se advierte: Estos hombres llevaron a la ruina a sus naciones. Todos ellos tienen algo en común: El autoritarismo, y aparecen las fotografías de Nicolás Maduro, Hugo Chávez, José Stalin, Kim-Jong-Un y Adolfo Hitler; y que continúa: En México no dejaremos que esto pase. México es de todos, es una muestra de que ese partido –ahora una segunda y lejana fuerza política–, está sin rumbo. Lanzar una campaña de miedo y odio similar a la de 2006 de AMLO es un peligro para México, cuando fueron avasallados en las elecciones por más de 17 millones de votos con respecto a los obtenidos por su candidato Ricardo Anaya; puede ser interpretado como las patadas de un ahogado; inclusive se han portado menos ostentosos, aunque como siempre cínicos: los priístas que le exigen al presidente Obrador y a los legisladores de Morena transparencia, honradez y apego a la ley, ¡ahí está el chiste del año!

En la pasarela política del ridículo se pavonearon los legisladores panistas y le exigieron a Obrador que baje los precios de los combustibles, cuando ellos fueron con los priístas los artífices del incremento de los mismos; y en el colmo de la hipocresía, le gritaron en del 1 al 43, pero muy tarde se desgarraron la investidura que les da el Congreso: el Presidente estaba por firmar su primer decreto para llegar a la verdad sobre el crimen de Ayotzinapa. Es así que hoy los priístas exigen honradez y el PAN —que de origen es el partido con más tentaciones fascistas—, compara a nuestro nuevo Presidente con Hitler y vaticina un holocausto en un país donde sus simpatizantes son capaces de enlutarse por un aeropuerto, pero no por las centenas de miles de muertos producto de una estúpida guerra iniciada por el que llevaron a usurpar la Presidencia hace 12 años. ¿Qué hay más autoritario que consumar un fraude y empantanar a un país a una guerra interna?

Los mexicanos estamos divididos desde hace décadas y más atrás, ideológica y económicamente, lo que nos fracciona a grosso modo entre un 70% – 80% que apoyamos la Cuarta Transformación, y un 20% – 30% que la desestima, y aunque estos últimos hoy son minoría pertenecen a un sector poderoso económica y mediáticamente; por lo que los que creemos que es necesario un cambio en el país debemos defender el proyecto de nación que hemos diseñado en los últimos años. Ante las difamaciones callejeras o mediáticas y las campañas del odio que ya enarbolan los mexicanos de inclinación fascista, nuestra responsabilidad es defender lo que hemos logrado. Defenderemos al Presidente de ser necesario en las calles, y por supuesto en el razonamiento y la crítica escrita, y en el meme y con el hashtag, porque debemos contrarrestar a esos que hoy intentan ser oposición y aspiran a ser dignos adversarios, por que más allá de nuestras diferencias, nos estamos jugando el destino de la nación.

Protestar y ser resistencia ante un modelo económico, político y social con el que no estás de acuerdo, no significa hablar a la ligera y difamar al contrario. Protestar no es una moda, es un asunto de convicciones. Así que mis estimados adversarios político-ideológicos a practicar, tienen seis años durante los cuales nosotros, los de este lado, seguiremos siendo la oposición al sistema, ahora apoyando a nuestro gobierno, incluso a los que hablen de dobleces y reveses; y si mis ideas no les cuadran pues es de ustedes la libertad de expresión y me pueden replicar, ya que este nos es un régimen autoritario y disentir es su derecho, y si tienen convicciones políticas es además su obligación moral.

__

AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, ésto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.

Compartir en
Descargar
   Veces compartida: 64

La Última Trinchera

Roberto E. Galindo Domínguez

Sudcaliforniano por decisión. Escritor. Maestro en Apreciación y Creación Literaria (Casa Lamm) y en Ciencias en Exploración y Geofísica Marina (Instituto de Geofísica-UNAM). Licenciado en Diseño Gráfico (Facultad de Artes Plásticas-UNAM), en Arqueología (ENAH) y en Letras Hispánicas (UAM). Investigó barcos hundidos y restos culturales sumergidos (INAH). Fue profesor en la ENAH y la UnADM. Tiene un libro y ensayos científicos en publicaciones nacionales e internacionales. Escribe en “Contralínea” y “El Organismo”. Ha colaborado en “Gatopardo”, “M Magazine” y otras revistas. Red Voltaire Internacional (París) seleccionó y publicó 29 de sus textos. Doctorante en Investigación y Creación de Novela (Casa Lamm). Miembro del Taller de la Serpiente y Mar Libre.

Compartir
Compartir