¿Te gusta la gasolina?; el “Gasolinazo” con un toque gay y paceño

image_pdf
gasolinazo-portada

El “Gasolinazo”: el tema del que todo mundo habla este 2017. Fotos: Internet.

Closet Eros

Por Rubén Olachea

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Es 2017 y yo rememoro el clásico del reggaetón Gasolina de Daddy Yankee, que fue lanzado en 2004 (¿recuerdas? Ah, no, estabas muy chiquita aún). Apareció en grandes éxitos del cine como el documental Fast Food Nation, en un anuncio de Citröen, así como en la campaña del candidato presidencial republicano John McCain actuando en vivo en Phoenix para estudiantes. ¿Sabría el candidato del doble sentido de la canción? Nunca lo sabremos, juar, juar.

Todavía hay más datos curiosos sobre esta melodía tan petrolera, tan anal y fálica a la vez: en Europa se situó como número ocho entre las favoritas, ocupando el segundo puesto tanto en Italia como en Dinamarca; cuarto sitio, en Noruega; quinto, en Suiza, séptimo, en Alemania, y así por el estilo en los principales países, incluidos Australia y Estados Unidos. En las versiones mix ya se asomaba la participación de Pitbull, entre otros genios. Hay una versión instrumental, ¡qué te pasa!

El video, quizá recuerdes, lo protagoniza una minifalda haciendo twerking o perreo. O sandungueo. ¡Lo que aprende uno con Wikipedia! Pero más allá de las referencias cultas, la sexualización de la música pop a nivel masivo mediático es ya toda una realidad, y si en los 70’s Camilo Sesto te escandalizaba con sus guturales gorgoritos, el hoy ya clásico de Daddy Yanqui ¿que será? ¿Una especie de ídolo mítico a seguir e imitar por las nuevas generaciones? ¡Bah! Lo importante, en mi caso, es el título del tema y la actitud.

La metáfora de humanizar lo industrial y viceversa trabaja doble aquí y gana el mínimo al estilo mexicano. El gasolinazo con que recibimos el arranque del año en todo México elevó los índices de frustración y violencia a niveles irreconocibles, pues la gran crítica que se venía repitiendo ante las quejas múltiples respecto a la situación política y económica redundaba, como a menudo sucede, sexualizando las frases (ADVERTENCIA: se aproxima el uso de vocablos altisonantes): Nos quieren ver la cara de pendejos / Somos unos agachones y nadie tiene los huevos suficientes / Gobierno valeverga… Ejem, ¡gulp! y así el lenguaje florido de nuestro amado pueblo, al cual pertenecemos, sin duda, con orgullo y valor.

Como en el ido 2016 se nos fue JuanGa el gran autor del himno sentimental romántico de “La difer(i)encia”: tú ponte en mi lugar, a ver qué harías… nuestro Presi argumentó lo mismo: Ustedes, qué hubieran hecho si el nuevo Presi gringo te saca la lengua y si la Casa Blanca está en México y en Estados Unidos, etcétera, etcétera. La mejor respuesta la tuvo un meme del Deforma: el pueblo conmovido pide perdón a Peña Nieto y le ruega le suba 3 pesos más al litro de gasolina. Juar, juar. Muestra indomable de que somos un pueblo indómito. (No creo que no te hayas enterado, si no lo viste, gugléalo).

Pues bien, resulta que en el país más macho y machista del mundo, ese en el que la varonila Ana Guevara resultó insultada por dizque andar de protagónica (condenamos por supuesto todo ataque a ricos y a pobres), ahora resulta que somos un pueblo indignado (con justa razón) y organizado en bloqueos y en redes tipo Primavera Árabe, una primavera que ni floreció ni da señales de vida o florecimiento, todo lo contrario.

El resultado, por lo menos en La Paz, BCS, son calles semivacías y donde la gente más amolada ha sido puesta en su lugar: de vuelta al pesero de tubos oxidados y pilotos suicidas, una tarifa tipo euro-dólar como si fuera servicio megaplus deluxe . Ingenuo de mí, creí que mejoraría el tráfico. No: acabo de pasar minutos a vuelta de rueda sin poder rebasar porque el galán en cuestión iba watsapeando al volante. ¿De qué te dan ganas? ¡¡Guardias!!

Es tiempo para algunos de volver a la bicicleta, a la motoneta o motocicleta, a estacionarte lejos para caminar, a olvidarte de no sudar estacionado con el aire acondicionado, de pensar que tu próximo carricoche sea eléctrico o híbrido. Si fuera solar, qué felices seríamos con el sol paceño, maleconeando a gusto, ¡seguro!

La hombría del macho mexicano ha sido humillada una vez más, y todas las refriegas armadas y escándalos han mermado aún más su autoestima de pueblo secuestrado por una oligarquía cruel y despiadada. Culera es poco.

Se viene a la primera… el Carnaval 2017

¿Cómo irá a ser el Carnaval 2017, la plataforma y carro alegórico del bar gay Las Jarras, con la algarabía popular que celebra entre carcajadas etílicas, las gorduras, los mallones brillosos y fajas tipo Jenny Rivera del show travesti?

Es cíclico, la historia se repite pero cada vez con mayor toque agridulce, agrio o rancio, por la infelicidad económica. México se ríe, a pesar de todo, pero es una risa como la de la Chilindrina, con dientes pintados de negro, grotescos, falsos, pero chistosísimos.

travesti-jenny

Y clara, por supuesta, los tapados de siempre, los closeteros mayates que les encanta el sexo anal por delante y por detrás o por donde sea, pistearán y celebrarán su doble o múltiple rol en la vida, a sabiendas de que se nota pero el qué dirán todo lo acomoda. O chingue a su madre el muerto, a bailar apretado con mi compa barba rasposa las de banda junto a las edecanes de likra cervecera, en los puestos chafas y careros, y que la peste a meados se la lleve el viento.

Y como dice al final la canción Miedo interpretada por Pepe Aguilar: Y tú, mi amigo, ¿qué pensarás? Si estás igual que yo.

Compartir en
Descargar
   Veces compartida: 99

Rubén Olachea

ruben-olachea

Nace en La Paz, BCS, un domingo 22 de junio de 1969, justo cuando empieza el verano. Cursó su educación siempre en escuelas públicas paceñas. Egresado de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación (UABC-Mexicali), con Maestría en Ciencias de la Comunicación (UNAM) y Doctorado en Film and Television Studies (Inglaterra). Es profesor investigador de tiempo completo en la UABCS. Autor de “Hombría sombría. Representación mediática de la masculinidad” (2008, UABCS-Praxis).

Compartir
Compartir