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Invitan al Laboratorio de Teatro en La Paz

FOTO: Modesto Peralta Delgado.

La Paz, Baja California Sur (BCS). Con el objetivo de otorgar herramientas que ayuden en el crecimiento artístico-profesional de los teatreros de BCS el Instituto Sudcaliforniano de Cultura (ISC), a través del Teatro de la Ciudad de La Paz, convoca a todos los artistas de teatro e interesados  a formar parte del Laboratorio Estatal de Teatro (LET), que dará inicio el 4 de septiembre próximo.

El ISC informa que este taller será impartido por el  director de teatro Omar Mendoza quien comenta que este Laboratorio contará con tres módulos en donde se abordaran temas como: “ejercicios de socialización”, “diferencias y similitudes”, “proceso de análisis de texto” y “presión y fisuras”, entre otros.

Cabe destacar que en esta actividad podrán participar los nacidos en Baja California Sur, o personas que tengan más de tres años de residencia (comprobable) en el Estado.

Se reitera la invitación a las personas interesadas a comunicándose al teléfono (612) 1250207; para más informes consultar la página Cultura.Gob.Mx, para consultar las bases y lineamientos.

IMAGEN: ISC.




Terminó la Muestra Estatal de Teatro en La Paz; ganó Calafia Piña

“Pájaros”. FOTO: Gabriel Larios Heredia.

La Paz, Baja California Sur (BCS). Este sábado 12 de agosto concluyó la Muesta Estatal de Teatro en La Paz, donde se dieron cita tres grupos de teatro de La Paz y dos de Los Cabos, compitiendo para obtener su pase a la muestra regional de teatro que se realizará en Hermosillo, Sonora. La obra seleccionada por el jurado calificador fue Devaneo: fragmentos de vestigios para recorridos posibles, dirigida por Calafia M. Piña Juárez, del Grupo Escénica Colectiva. Y en segundo lugar —en calidad de obra suplente para el regional— Cuando decidimos cruzar el mar, dirigida y escrita por Federico Lozano de Teatro al Cubo.

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“Cuando decidimos cruzar el mar”: FOTOS: Teatro de la Ciudad.

‘¿Cómo se llamó la obra?’

Devaneo: fragmentos de vestigios para recorridos posibles del Grupo Escénica Colectiva, es una representación polémica, resultando rara pero también interesante. La obra presentada en el Teatro de la Ciudad el pasado jueves a las 18:00 horas lleva en su larguísima —pero sincera— definición su apuesta poco convencional: “Trama articulada por Calafia Piña a partir de materiales de los actores”.

El teatro supone que hay significados en cada acción, palabra o uso de los materiales. En este caso, si se hubiera quitado o añadido cualquier elemento, realmente no habríamos notado la diferencia. Yo me quedo con una duda: ¿todo lo dicho fue parte de un libreto o hubo un acuerdo de llegar a un punto en que contaran sus historias personales, a manera de catarsis como en una tribuna de un grupo de terapia? Por que se trata de una obra que se sirve de un conflicto un tanto cotidiano —en el aeropuerto, en el retraso de un vuelo, se conocen un norteamericano y una señora— para contar algo personalísimo, además ahogado en recuerdos y ensueños, por lo que sólo ellos comprenderían al 100% esta historia. El resto, nos quedamos con meras impresiones.

El punto importante es: ¿sí le entendimos? ¿Había un propósito de contar una historia o sólo de utilizarla para una catarsis? Devaneo… es polémica por que a pesar de que entendamos o no, hubo algunas frases y momentos que por extraños que pudieran ser, mantenían al público en suspenso: la seguíamos viendo deseando encontrar el hilo negro de esas biografías en trozos. Y hay que apuntarlo también, a su favor, Calafia exploró y explotó  ampliamente las posibilidades corporales y del espacio, y escupió una interrogante clave para los teatreros de esta ciudad “¿para qué hacemos teatro en La Paz?”.

“Devaneo: fragmentos de vestigios para recorridos posibles”: FOTOS: Teatro de la Ciudad.

Cabe anotar que según el jurado que favoreció esta obra como ganadora de la Muestra Estatal de Teatro —representando así a Baja California Sur en la muestra regional—, dijo que ahora habían notado como algo interesante, “qué era ficción y qué no”, como un punto de partida para estructurar formas de hacer teatro. Esto fue durante el anuncio del dictamen, por lo que tal vez un criterio para considerar contemporáneo o posmoderno el teatro ya no es contar historias sino provocar reacciones.

El triunfo de la jotería

Este viernes a las 21:00 horas —supuestamente—, se presentaba el teatro de cabaret Sirena de Bar de la compañía Teatro al Cubo en La Morante Bar. Llegamos al filo de esa hora, y no alcanzamos lugar, así que la vimos desde lo alto de un ventanal, como un búho en su rama, y con el retraso de casi media hora. Es una queja, sí… pero al final valió la pena porque es una obra de teatro bastante divertida. Hacía falta en esta muestra, alguna obra que arrancara la carcajada desparpajada, riéndonos de nosotros mismos —además, con un final que es como un pellizco, pero que no hemos de contar.

El actor y director, Federico Lozano se adueñó por completo del escenario como la sirena y transgénero Coralina, y su contraparte, Rielen Pineda —además de actriz, involucrada en todos los aspectos de la producción— fue simplemente brillante en el acompañamiento. La música fue compuesta por Paulo Piña y tocada en vivo por Daniel Sosa. Y el texto es de Marco Polo Rodríguez, haciendo una versión gay de La Sirenita, ¡políticamente incorrecta, como debe de ser!

Ya la sola idea de concebir a una Sirenita que nació Tritón pero que salió ‘marisco’, sería suficiente para anticipar algo, pero meterla además en las puterías de un bar, sin censura alguna en sus constantes alusiones sexuales, hizo que esta obra fuera una verdadera fiesta para adultos. Sin embargo, no se crea que se trata de un tributo vulgar o de mal gusto al clásico de Disney, los actores se echaron al público a la bolsa por su profesionalismo, pues no es un show travesti sino una auténtica obra de teatro, y muy divertida, por si se nos olvidaba: el teatro también puede entretener.

“Sirena de bar”. FOTOS: Cortesía.

Hombres al desnudo

Viajeros comunes. Práctica para volar ligero cerró este sábado las obras que concursaron para representar a BCS en la muestra regional de teatro. Se presentó a las 17:00 horas en el Teatro de la Ciudad, con el público sobre el foro, es decir, nadie entró por la puerta principal sino por los camerinos y nos instalamos como en ruedo, en sillas sobre el escenario, alrededor de los cinco actores del Grupo Teatro Máscaras de Los Cabos, dirigidos por Ricardo Pinzón Gil.

De entrada, con este acomodo del público se puede inferir una representación más cálida e intimista: teníamos a los actores si acaso a un metro de distancia. Como en otras obras, buscando lo no convencional, en vez de contar una historia lineal fueron cinco historias de vida de hombres que se fueron cruzaron por la circunstancia de coincidir en el aeropuerto. La mayoría de ellos habló sobre sus amores complicados y su homosexualidad.

Y pese a que algunos pudo parecerles una obra ‘fuerte’ por sus temas, un desnudo frontal o algunas imágenes tenebrosas, en su contra, la obra tuvo un arranque flojo, muy flojo, y un ritmo lento, muy lento; el acomodo del público me hizo poder ver sus caras, y sí, algunos estaban muy atentos, pero a otros poco les faltó para soltar un bostezo. Además, algunos actores no proyectaron bien su voz, sin embargo, gradualmente fue subiendo la intensidad y hubo momentos delirantes, que salvaron un poco el aletargamiento que estuvo arrastrando la obra.

“Viajeros comunes. Práctica para volar ligero”. FOTOS: Modesto Peralta Delgado.

Comedia de altura

Para cerrar la noche, a las 19:30 horas de este 12 de agosto se presentó Pájaros, una de las dos obras invitadas a la muestra estatal. Se trata de un teatro clown escrito e interpretado por Fernando Reyes y Cristian David de Compañía Idiotas Teatro, bajo la dirección de Karla Armendáriz y Lucía Pardo, contando con música en vivo, y culminando así, con esta puesta en escena, todo el evento teatral que duró una semana en esta capital.

No hizo falta una sola palabra para divertir al público: literalmente, pues la puesta en escena fue sin un solo parlamento —bueno, uno que otro grito o chiflido, no más. La historia es sencilla: dos amigos quieren volar y buscan crear una máquina para emprender el vuelo. Lo fantástico de la obra es que lograron comunicar a la perfección t-o-d-o con el sólo uso de su cuerpo y sus gestos, y unos cuantos elementos de utilería; claro, no se resta el mérito a los músicos que también participaron en momentos de humor.

Pájaros fue una tierna y divertida experiencia que se ganó el corazón de todos, pues a espaldas de nosotros una niña no paraba de reír, y a unas butacas más de ella, un hombre adulto se carcajeó: definitivamente esta obra hizo comunión con todas las edades y expectativas. Lo único malo es que habría, si acaso, la mitad del cupo en el Teatro de la Ciudad, por lo que es deseable que en los próximos eventos se dé una mayor difusión y se pueda convocar a cada vez más público, que aquel con el que ya cuenta anticipadamente y somos los que participamos en las diferentes actividades de la Muestra Estatal de Teatro.

“Pájaros”. FOTOS: Gabriel Larios Heredia.




¿Cómo va la Muestra Estatal de Teatro en La Paz?

FOTOS: Gabriel Larios Heredia.

La Paz, Baja California Sur (BCS). El pasado 7 de agosto inició la Muestra Estatal de Teatro en La Paz, organizado y promovido por el Instituto Sudcaliforniano de Cultura. Desde el lunes, el Teatro de la Ciudad ha sido la sede de cursos, talleres, conferencias y, el plato fuerte de esta semana: obras de teatro de grupos locales que compiten para ir al Encuentro Regional de Teatro.

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Personajes que acosan a su autor

Muy entretenida logró ser la farsa La rebelión de los nonatos, del grupo Impresentables Haraganes, que abrió las puestas en escena el pasado lunes a las 19:00 horas. Aletse Almada dirigió —y escribió— este tragicomedia, a modo de metateatro, donde los personajes —aún no nacidos— buscan a toda costa materializarse en una historia y salir de las tinieblas de la inexistencia. Como espermatozoides de personajes, estos nonatos oscuros increpan a su escritor en plena crisis creativa para obligarlo a parirlos a través de una obra de teatro.

La obra de teatro tuvo un gran ritmo —independientemente de que hubo mucha música—, lo que hizo que la historia se disfrutara de un solo bocado, pues de otro modo, siendo un solo acto en casi total oscuridad, hubiera sido aburrido. No fue así: se notan las tablas de estos ‘haraganes’ para contar sus relatos escénicos con total fluidez. Los personajes se movían ágilmente por la oscuridad del foro, con cambios de ritmos contrastados y el uso de jerigonza, logrando una puesta en escena bastante amena que arrancó las carcajadas de los presentes.

Si habría algo que criticarle es en cuanto a la trama, pues una de ellas —podemos decir: la trama principal que abarcó casi toda la puesta en escena— simplemente se diluyó, dando paso a otras aventuras y con un final que pareció ‘sacado de la manga’, pues no vimos motivación alguna para la decisión con que se culmina la historia. Esa trama, ciertamente, complicada de resolver, pero al mismo tiempo muy interesante para dar pie a una salida más ingeniosa, se ‘parchó’ con otras subtramas menores, sin peso real en la que —nos pareció— sería la historia principal. Sin embargo, más allá de esto, el teatro en el teatro, como fue este caso, siempre da pie a cuestionar el papel de El Creador y las razones de la existencia humana.

Ritual en movimiento

Caballo blanco. Un galope en libertad, de la Compañía Laboratorio de la Máscara —una de las dos obras de grupos nacionales invitadas especialmente para la Muestra Estatal de Teatro— se presentó este miércoles a las 11:00 de la mañana en el Teatro de la Ciudad, que lució a poco más de la mitad de su capacidad. Dirigida por Alicia Martínez, esta obra de teatro infantil se inspiró en la película Crin Blanc de Albert Lamorisse.

¡Impactante la corporalidad del actor que interpretó al caballo blanco! Estas puestas en escena nos dan una cátedra de actuación, como en este caso, que sin decir palabra alguna —aunque sí, por supuesto, muchos relinchos—, son sumamente convincentes. No fue el único: el resto del elenco conformado por tres varones, todos con máscaras, fue maravilloso; aunque desconozcamos la trayectoria de la compañía, denota muchas tablas en el escenario.

Caballo blanco. Un galope de libertad cuenta una fábula sencilla pero de una manera muy artística que daba la impresión de ser un ritual en movimiento: su vestuario, máscaras y utilería; la música en vivo —con percusiones e instrumentos prehispánicos—; esa plástica corporal dancística; y hasta esos olores a copal y los juegos con ensoñación —que le dieron ese toque surrealista— se ensamblaron para dar un espectáculo que hizo reír y aplaudir a los niños. ‘A la beeeestia’, escuché decir a uno de los pequeños en la primera fila.

Faltó ajustarle los tornillos al Loco

También este miércoles, pero a las 18:00 horas, se presentó El Loco, de la autoría de Elisa Liera Puls, dirigida por Francisco Jesús Barragán Jiménez. Es una farsa del Taller Municipal de Teatro de Los Cabos. La dramaturgia nos pintó a un personaje pedante con aire de Diógenes —parecido también a los trolls que abundan en Facebook—, quien juega a involucrar al público, juzgando sus vidas.

La puesta en escena carece de ritmo. Las actuaciones fueron un tanto planas y mecanizadas, viéndose en la imperiosa necesidad de dar el pie para el siguiente parlamento. Sólo el actor principal tuvo un buen alcance de voz, con algunas lagunas en la memoria de su texto. En síntesis, esto derivo en un montaje que se vio un poco flojo.

Quizá al trabajo le faltó más tiempo de ensayo. Sin embargo, no hay que demeritar el esfuerzo de un grupo de teatro que no está en La Paz, donde tradicionalmente está centralizado el quehacer cultural de BCS —sí, con todo y sus capacitaciones y recursos—, por lo que la sola presencia y trabajo del Taller Municipal de Teatro de Los Cabos merece el reconocimiento; sin duda, hay mucho potencial para articular más y mejor sus propuesas.

FOTOS: Gabriel Larios Heredia.




Alfonso Álvarez Bañuelos cumple 30 años haciendo teatro en La Paz (II)

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La Paz, Baja California Sur (BCS). En exclusiva para CULCO BCS, el maestro de teatro, Alfonso Álvarez Bañuelos, concedió una entrevista en el marco de su trayectoria de 30 años de carrera en el teatro en La Paz, y que este año dirigirá su obra de teatro número 100. Da clic AQUÍ para leer la primera parte, donde habla de sus primeras impresiones del teatro, sus estudios en la Ciudad de México y el inicio de su carrera teatral en esta capital.

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Altaira

Altair Aquila, es “la estrella del águila”, una constelación: eso significa Altaira, que dirige Álvarez Bañuelos, y el que también cumple 30 años de carrera, pues se inició con él desde 1987. Desde entonces, cientos de alumnos han pasado por sus enseñanzas y han interpretado algún personaje. El director presume haber montado obras de todos los géneros dramáticos, de varios dramaturgos mexicanos, y también del teatro clásico y mundial. Actualmente, el grupo de teatro Altaira se compone de unos diez actores y actrices. Adelantó la sorpresa de que él mismo escribe una obra de teatro para sus histriones, con la que cerraría este 2017 y que sería la centésima velita en su pastel.

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¿Cuáles son las obras más significativas? No quiso dar muchos nombres. Recordó Del amor y la danza, una obra de su autoría que causó polémica en 1989 por su temática gayAlgo sobre la muerte, inspiradas en poemas de Jaime Sabines —es una de sus favoritas, pero curiosamente no la vio tanta gente, dijo; y de las más recientes: Colisiones.

Al preguntarle por el quehacer teatral en La Paz, reconoce el trabajo que hacen directores como Guillermina Sáenz, Aletse Almada, Mario Jaime, Mario Rey y Rubén Sandoval, que “a veces sin un cinco, siguen haciendo teatro, ¡eso es pasión!”. Y justamente eso es —en su opinión—, lo que falta a otros teatreros de BCS.La mayoría de los que hacen teatro en La Paz les hace falta pasión, muchos se han vuelto gente teatrales burócratas, se puede decir, lo que les interesa es, por ejemplo, tener un presupuesto para que les apoyen para hacer una obra, o tener una beca, y si no no hacen anda o lo hacen con mucho trabajo. Están esperando todo mundo a que les den”.

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Taller de teatro de la UABCS.

Un dato curioso: aunque William Shakespeare, es uno de los dramaturgos favoritos de Álvarez Bañuelos, nunca ha montado una de sus obras de teatro. “No lo he montado porque no he encontrado… Necesito un ejército de actores buenos, aquí en La Paz —y se van a enojar por lo que digo—, pero no hay, yo le tengo muchísisimo respeto a Shakespeare (…) Sus personajes son súper complejos, el manejo del lenguaje, necesitas tener muchísimo, mínimo 20 actores excelentes”.

Gays, en todos lados

En 2015, Álvarez Bañuelos presentó Hasta abrirse la piel y otras obras de teatro gay, bajo el sello del ISC. Sólo en esa ocasión, en esta ciudad, y posteriormente en la Feria del Libro de la Ciudad de México, fue promocionado. Desconoce por qué, pero no ha tenido amplia difusión, aunque se ha enterado que ha sido un libro muy pedido cuando se han obsequiado ejemplares en diferentes presentaciones editoriales en BCS; y asegura que en esa ocasión en la Ciudad de México, los ejemplares se vendieron en sólo dos horas.

¿La fama de que hay muchos gays en el mundo del teatro, es cierto o es falso? Se le preguntó, y contestó que “¡hay mucho gay en todos lados, hay gays en todas partes! No sé si muchos o pocos, es cosa de irle preguntando a cada quien, que sería una cosa que no me importaría, sólo que me gustaran las personas (…) Sí hay todavía muchísimos prejuicios, hay gente que dice ‘te acepto, a pesar de ser gay’, y gente que es heterosexual, a lo que yo les respondo, ‘a pesar de que eres un menso de primera, también eres mi amigo'”. Lo que sí es cierto, es que usualmente, a los talleres de teatro, se apuntan más mujeres que hombres.

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Un lujo que lo vale

El teatro para mí es un placer y es un lujo también, no me pongo codo cuando se trata de gastar en mis lujos”, dijo Álvarez Bañuelos al señalar que la mayor parte de sus decenas de obras no han tenido apoyos del gobierno, sino que él, en algunas ocasiones, ha puesto de su bolsillo la producción. Como ejemplos, recordó Noche de luna en Balandra y Raptola, violola y matola, ambas, de considerable diseño de producción.

Amante del teatro y el cine, pero renuente a mencionar títulos y obras, por ser tantas y no dejar fuera a ninguna, le preguntamos a Álvarez Bañuelos por sus obras de teatro, películas y actores favoritos. Entre sus directores de cine se encuentran Bergman, Fellini y Visconti; entre sus actrices, Meryl Streep y Julieta Egurrola; ¿su pareja ideal basado en algunos personajes de ficción? “Lee los placeres y los días (de su autoría), y busca un personaje que se llame Alex, también si son morbosos que otros la lean, ¡quien quite y salga por ahí!”, dijo entre risas.

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“Ser dramaturgo es lo cosa mas triste que hay porque casi nadie lee dramaturgia, ni los teatreros leen, leen más la poesía o el ensayo”, dijo; sin embargo, de su faceta de director esta orgulloso y feliz. “Soy feliz porque hacer teatro es construir un mundo como director, tu mundo que traes en tu interior, cuando lo ves plasmado con la escenografía, con los actores, con la música, y todos los elementos y verlo, te sientes como una especie de Dios pequeño, aunque es un espectáculo que es efímero es increíble, porque es como la vida: se te va en un momento, ero en ese momento llegas a una cumbre en que te sientes feliz y realizado”.

*Fotografías exclusivas de J. R. Fernández.




Alfonso Álvarez Bañuelos cumple 30 años haciendo teatro en La Paz (I)

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Alfonso Álvarez Bañuelos. Fotografías: J. R. Fernández.

La Paz, Baja California Sur (BCS). Fue el 7 de mayo de 1987 que el maestro Alfonso Álvarez Bañuelos inició su primer proyecto de teatro en La Paz: la puesta en escena La jojoba y la ballena, de Heriberto Parra, en el recién estrenado Teatro de la Ciudad; 30 años han pasado desde entonces, y para este 2017 pretende montar su puesta en escena número 100, con lo que se convierte en el director de teatro más prolífico de Baja California Sur. Celebrando este aniversario, el también dramaturgo, concedió una entrevista exclusiva a CULCO BCS.

Desde su natal Guanajuato, y a muy corta edad, tuvo contacto con el teatro. “Hubo una función que recuerdo yo cuando era niño, en Guanajuato, Las tentaciones María Egipciaca, con María Douglas, que me dejó totalmente fascinado”; también recordó las obras de Abraham Oceransky, Julio Castillo, Hector Méndoza y Luis de Tavira. “Siempre quise ser director, no actor de teatro”, afirmó.

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“Mi primera vivencia que yo recuerdo, cuando era niño, que tenía 5 años, fue que salí en una obra de teatro infantil que se llamaba La gallina de los huevos de oro, yo salí de uno de los duendes (…) La primera cosa que recuerdo yo de mi vida es una imagen del Teatro Juárez —de Guanajuato—, de la parte de atrás, tras bambalinas, de pronto: la sensación de cuando se abre el telón y se ven las luces”, dijo. ¿La primer obra de teatro que leyó? Los cuervos están de luto de Hugo Argüelles, a quien conoció y con quien trabó amistad años más tarde.

Alfonso Álvarez Bañuelos estudió en la Escuela de Arte Teatral en la Ciudad de México, aunque subrayó que una de sus mayores experiencias fue haber formado parte del “Laboratorio de Artes Escénicas” que dirigía el actor Sergio Bustamante, donde estuvo con teatreros del nivel de Hugo Argüelles, Abraham Oceransky y Juan Felipe Preciado. Todo ello ocurrió a finales de los 70’s y principios de los 80’s. Sin embargo, su mejor escuela de teatro ha sido la práctica: “sobretodo, el teatro lo he aprendido viéndolo, leyéndolo y haciéndolo”.

Nunca ha participado en televisión, y sólo una vez en cine, aunque no mencionó el nombre de la cinta donde interpretó el papel de un director de teatro; fue una película protagonizada por Martín Lasalle y Julieta Egurrola. También contó que le llegaron a ofrecer el papel de “Felipe Montero”, cuando hubo un proyecto para filmar Aura, la famosa novela de Carlos Fuentes, sin embargo, esa película no se realizó.

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Modesto Peralta Delgado entrevista a Alfonso Álvarez Bañuelos.

Y se quedó en La Paz

Un poco fastidiado de la Ciudad de México, Álvarez Bañuelos fue invitado a venir a trabajar en el recién estrenado Teatro de la Ciudad, en La Paz, cuyas raíces con esta ciudad le vienen por el lado materno. Venía “por un tiempo”, pero ‘ese tiempo’ se extendió a 30 años haciendo teatro en La Paz. Contó que duró 8 años dando clases gratuitas de actuación en el foso del flamante recinto, donde llegó a tener más de cien alumnos. El primer producto de su estancia en esta ciudad fue La jojoba y la ballena, un musical infantil, que —asegura—, hasta la fecha es muy recordado. “Curiosamente muchas personas se acuerdan de la puesta en escena, como Christopher Amador, quienes estaban en el kinder o la primaria, y todavía dicen, ‘¿cómo hiciste el efecto de las olas, de la ballena?’. La montamos en ese año y luego se hicieron dos temporadas”.

Pasó una década para que el maestro se integrara al Patronato del Teatro Juárez —recinto con más de 100 años de historia, ubicado en el Centro Histórico de La Paz—; y hacia 1997, se encarga, junto con otros interesados, en su restauración —que por cierto, recibió su más reciente remodelación el año pasado. Ahí, actualmente —y desde hace 13 años—, es donde da el taller de teatro de la UABCS, el que en este primer semestre cuenta con once alumnos y con el que montará su obra número 93 en La Paz, el siguiente semestre la 94, y antes de fin de año la 95, con su grupo de teatro Altaira. Sumando las cinco puestas en escena que hizo en la Ciudad de México, Álvarez Bañuelos llegaría este año a dirigir su obra de teatro número cien.

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No te pierdas la segunda parte de este artículo dedicado al maestro Álvarez Bañuelos, donde habla sobre la trayectoria del grupo de teatro Altaira, las obras de teatro gay y a quiénes admira en el teatro y el cine.

 *Fotografías exclusivas de J. R. Fernández.