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Complot mediático ahoga a la 4T en falsedades, pero también en sus errores

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La Última Trinchera

Por Roberto E. Galindo Domínguez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). La oposición, a través de algunos medios de comunicación y mediante campañas de desprestigio en las redes sociales, nos quiere hacer creer que estamos en crisis, o a punto de entrar en una; los artífices están en las cúpulas de la política y en las élites económicas de este país; los mercenarios de campo son comentaristas exchayoteros; y los soldados de a pie son los que, en las redes, reproducen los ataques, ellos, los del último eslabón de la cadena, son derefachos de cepa o fifílusos —en el peor de los casos aspiracionales—. Todos ellos quieren hacernos creer que México está mal, peor de lo que estaba.

En realidad los que están en crisis son ellos, la oposición, y es que se les acaba el tiempo para intentar recuperar sus privilegios y continuar haciendo marrullerías con el resto de la sociedad. Nosotros tenemos más de cinco años por delante, para reanimar al país y consolidar el proyecto de la Cuarta Transformación (4T). Ellos tienen menos de seis años, para presentarse al proceso electoral de 2024; y hasta hoy, lo que en su mayoría usan para atacar al régimen actual, son denostaciones, falsas noticias y, eso sí, una intención muy firme de desacreditar, por cualquier vía, al presidente más legítimo de las últimas décadas, tal vez el único que ha tenido México.

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Lo que los de la oposición no quieren aceptar, es que la gran mayoría de los mexicanos estamos cansados de lo que ellos representaron en su momento, temen entender que la situación está cambiando, que las relaciones socioeconómicas se están modificando, aunque ligeramente; pero eso los tiene tan temerosos, que invocan con nostalgia furibunda al comunismo, al socialismo, al Che Guevara, a Hugo Chávez, a los hijos de Fidel, y cuando sus temores son más grandes, incluso hablan y defienden al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), clamando a gritos el resurgimiento del subcomandante Marcos para que confronte a Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Qué más se puede esperar de la oposición, si sus maestros del chayote intelectual, como Enrique Krauze, complotaron contra Andrés Manuel inventando intervenciones rusas en la política mexicana; y otros, más discretos o menos torpes, pagan a comentaristas extranjeros como Gloria Álvarez, quien, en piel de sirena, les endulza el oído a los temerosos fifís y trata de seducir a las clases medias, diciéndoles de que lado masca la iguana. Qué podemos esperar, si estaban acostumbrados a llevarse del plato a la boca la sopa en cuchara de oro y sin derramar una gota, para después devorar el guisado, sólo dejando que las migajas cayeran de su mesa a las masas.

De la oposición podemos esperar falsedades y triquiñuelas, pero debemos reconocerlas en las redes, aunque no es fácil, pues el flujo de información en Internet no tiene filtros, y pocos son los que dedican un tiempo a verificar las notas o comentarios que comparten.

De los divulgadores de notas falsas, esos que lo hacen con la intención de desacreditar las acciones del gobierno, ejemplos de políticos sin escrúpulos, hay muchos, como el perredista Fernando Belaunzarán o las panistas Paloma Migoya o Mariana Gómez del Campo; esta última, incluso ha aseverado que desde Venezuela se financió la campaña electoral de AMLO; tenemos también el caso del prianista Javier Lozano, quien constantemente publica mentiras en su cuenta de twitter, las más recientes son fotos de manifestaciones multitudinarias de cualquier evento y fecha, que usa para falsamente ilustrar las miniprotestas fifís domingueras contra López Obrador. Lo anterior, sólo por mencionar algunos complotistas que siguen haciendo sus marrullerías políticas sin la menor vergüenza.

Por otro lado, tenemos a los detractores de la 4T en los noticieros de radio y televisión, y no es que la crítica no deba ejercerse, es más, en cualquier sistema de gobierno es saludable que se tenga, hasta la más dura, pero siempre y cuando no se haga de manera tendenciosa y basada en falsedades; pero, lamentablemente, en nuestro país varios periodistas reconocidos y de larga trayectoria, sobre todo los identificados con las administraciones prianistas pasadas, usan su amplia difusión para denostar y difamar al gobierno de AMLO.

Uno de estos mercenarios de la opinión es Joaquín López Dóriga, quien tras la renuncia de Josefa Ortíz Blanco a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), divulgó la falsa noticia de que el exgobernador de Chiapas, Manuel Velasco, sería el nuevo titular de la dependencia, aunque después reculó; también, en su momento, aseveró que un científico del Conacyt protestaba contra la política de AMLO en cuanto a la ciencia: en la foto que subió a su cuenta de twitter, se aprecia que su protesta es contra el Conicet, una institución semejante al Conacyt pero argentina.

Otro caso execrable de un comunicador pendenciero, es el de Carlos Loret de Mola, sus notas falsas sobre AMLO y el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) merecen una tesis, sólo señalaré una de las más recientes: la de la crisis del sargazo en el caribe mexicano; asunto en el que dio como noticia que el Gobierno Federal se aprestaba a firmar una acuerdo millonario con una empresa privada, recién fundada, para extraer la planta acuática de los mares y playas mexicanos; nota que el mismo presidente desmintió, señalando que la limpieza estaría a cargo de la Secretaría de Marina, y que tal contrato era amañado, y que, con este, algunos particulares querían enriquecerse a costa del erario bajo la falsa bandera de un estado de emergencia nacional; no es aventurado pensar que tal vez fue una trampa que se le puso al presidente, para enredarlo en un asunto corrupto y después exponerlo y desacreditarlo.

Y qué tal Ciro Gómez Leyva, anunciando encuestas hechas sobre pedido y a modo, que señalan una abrupta, pero falsa, baja en la aceptación de Andrés Manuel entre la sociedad.

Estos comentaristas propalan notas falsas como primicias, primero por la necesidad de protagonismo que tienen, en tiempos en que la relación corrupta del gobierno y los medios se está superando, y más cuando en la radio y la televisión se abren espacios a nuevos comentaristas; y lo segundo, y más peligroso, debido a su amlofobía aderezan las noticias falsas con planteamientos de escenarios apocalípticos para México, y aunque sus fake news después son desmentidas, ya causaron una primera impresión de desprestigio contra la 4T. Además, esas noticias falsas son difundidas a un espectro mayor en las redes, por otros corifeos de las pasadas administraciones, como han hecho comunicadores exchayoteros del prianísmo; notas que, a su vez, son copiadas y pegadas sin recato por derefachos y fifílusos, y hasta por chairos de dudosa procedencia o fáciles de influenciar.

Es así, que la oposición mantiene un constante asedio contra la administración federal de Morena. Si a lo anterior, aunamos que algunos servidores públicos morenistas están cometiendo atropellos contra la ciudadanía y la democracia, tenemos un futuro incierto para los objetivos de la 4T.

De entre las pifias más sobresalientes de Morena tenemos a la presidenta municipal de Los Cabos, Armida Castro, en el asunto de la privatización del Estero de San José del Cabo, y en la tranza de la contratación de su hijo en el Organismo de Aguas Municipales; o el gobernador electo de Baja California, Jaime Bonilla, en el cochupo entre morenistas y prianistas para extenderle el periodo de gobierno de dos a cinco años, a cambio de cubrirle las espaldas al gobernador saliente Francisco Kiko Vega de Lamadrid, mediante el nombramiento de su amigo y colaborador Carlos Montejo Oceguera como auditor superior del estado, para los próximos años.

En la escena político social del inicio del sexenio de Morena, se está dando la coyuntura perfecta para que los detractores de AMLO claven una cuña y vayan socavando a la 4T, con miras, en primera instancia, a la revocación de mandato que se llevará acabo a mediados del sexenio, y en segundo término, a la elección de 2024. La oposición quiere regresar al poder, sin importar los costos sociales, a un partido conservador y derechista, para restablecer su modus vivendi y campear a sus anchas en la corrupción, asi como lo hicieron en los tres sexenios pasados; pero no todo es culpar a los opositores, y es que de Morena están emergiendo los gorgojos políticos que AMLO reclutó en la pasada campaña electoral, entre otros, Germán Martínez y Carlos Urzúa, que abandonaron y denostaron el barco, incluso antes de la zozobra; además de otros, de talante más criminal, como el exsuperdelegado Carlos Lomelí, quien fue obligado a renunciar.

La política, salvaje como es, ya le está cobrando las facturas a Obrador por las alianzas que hizo, con tal de ganar la elección presidencial ante la posibilidad de un fraude electoral —que se puso en marcha, pero que no logró ser concretado por los 30 millones de mexicanos que votamos por Morena—, y es que, ni nosotros esperábamos un levantamiento electoral de tal magnitud.

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Resurrecciones y fracturas en el Congreso de BCS

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La Paz, Baja California Sur (BCS). En sesión extraordinaria, por mayoría otorgada con base en el artículo 158 de su Ley interna, el Congreso del Estado aprobó las reformas a la Ley Reglamentaria del Poder Legislativo, presentada por las diputadas Maricela Pineda García, Perla Flores Leyva, Lorenia Montaño y el diputado Rigoberto Murillo, que modifica las facultades de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Legislativo, con lo que reconocen las fracciones del PES, PAN y la nueva fracción MORENA Juntos Haremos Historia, informó el Congreso del Estado.

Los integrantes de la facción de Morena, Milena Quiroga Romero, Mercedes Maciel Ortiz y Esteban Ojeda, coincidieron, en sus argumentaciones en contra, que la pérdida de registro del Partido Encuentro Social (PES), es un asunto resuelto desde el 2018 por las autoridades electorales, por lo que en este año no se puede hablar de conservar derechos de filiación política de un partido que no existe, menos de conservar derechos de una fracción parlamentaria que no existe. Posteriormente y previo a la votación particular, se retiraron del recinto.

Finalmente, después de que 9 de los 20 diputados asistentes se retiraron de la Sala de Sesiones previo a la votación particular, la Mesa Directiva aplicó el artículo 158 de la Ley Reglamentaria que prohíbe “a los Diputados ausentarse del Salón, y, a la Presidencia, conceder permiso para ello durante la votación de algún asunto. Y sí se abstuviere de expresar su voto, este computará unido al de la mayoría de los que así lo expresaren”. Por lo que se aprobó el dictamen en todos sus términos.

Luego de esta aprobación, la diputada Perla Flores Leyva, declaró que corresponderá a la Fracción del Partido Encuentro Social (PES), presidir la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Poder Legislativo a partir del 1 de Septiembre del presente año. Flores Leyva  dijo también, que con esta reforma (presentada por ella misma) se buscó darle pluralidad al órgano de gobierno del Poder Legislativo.

Por su parte, el diputado Ramiro Ruiz Flores informó que en conjunto con los diputados Carlos José Van Wormer Ruiz, Sandra Moreno Vázquez y Héctor Ortega Pillado, integrarán una nueva fracción denominada MORENA Juntos Haremos Historia,  la cual será coordinada por el diputado Ortega Pillado, separandose así de la fracción morenista original.




AMLO: A un año del triunfo, la lucha social continúa

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La Última Trinchera

Por Roberto E. Galindo Domínguez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). A un año de que el pueblo se alzara electoralmente respaldando a Andrés Manuel López Obrador (AMLO) con más de 30 millones de votos, la popularidad del Presidente se mantiene arriba del 60%, aunque tuvo máximos de entre el 77% y 83% en los primeros cuatro meses de su mandato. A pesar de esa merma, su aceptación es, por mucho, superior al 53% con que ganó la elección, superando a sus adversarios que, juntos, lograron el 44% de los sufragios; pues en estas encuestas de popularidad, se toma en cuenta a la población en general, más allá de los que votaron en las elecciones. Lo anterior indica que el grueso de los que votamos por cambiar el rumbo de la nación, estamos ahí, al pie del cañón, mas muchos otros que se han ido sumando al movimiento.

El descenso en la popularidad puede deberse a diversos factores. Uno fundamental implica a muchos de los que no votaron por la Cuarta Transformación (4T), que incluso no participaron en las pasadas elecciones presidenciales, pero que ante el apabullante triunfo del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se sumaron, aunque sea de opinión, en los meses siguientes; esos son los que subieron los porcentajes de aceptación arriba del 80%, y creo que muchos de esos adherentes pueden ser fácilmente influenciados por la campaña mediática constante que arremete contra el Presidente; la que se gesta desde la disminuida oposición política y una facción empresarial, respaldadas por un pequeño sector de la ciudadanía que está en contra de la 4T, ese que sale los domingos a tomar café y a caminar un rato en las manifestaciones anti-AMLO.

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Es así, que esos adherentes y desencantados de ocasión, pueden representar gran parte de la variación de la popularidad a la baja. Aunque no dudo que haya quienes votaron por AMLO y esperaban resultados inmediatos —ilusos hay en todos los movimientos—,  y que hoy se sientan desesperanzados; ellos y los que nunca han compartido nuestra visión política para la transformación de México, son una minoría que es magnificada por algunos medios de comunicación, sobre todo por comentaristas fieles al régimen que estamos acabando como Ciro Gómez, Joaquín López Dóriga, Leo Zuckermann, León Krauze —porque el padre ya perdió toda credibilidad— y algunos comentaristas más cercanos a la comicidad, como Carlos Alazraky, Ricardo Alemán y Carlos Marín; así como algunos de la nueva generación de opinantes ligeros, como Callo de Hacha y Chumel Torres, entre otros, que hablan más desde la burla y la ficción que desde el análisis. Varios de estos, bien pertrechados en las nóminas de las administraciones pasadas.

Afortunadamente, se abrieron espacios en la radio y la televisión a comentaristas y analistas más serios, como Julio HernándezJulio Astillero— que ya tiene un programa en Grupo Radio Centro (GRC), y se regresó a otros como Carmen Aristegui,  Nino Canún y John Ackerman, censurados por las administraciones pasadas.  Por otro lado, también se ha dado entrada a personajes críticos en general como Sabina Berman y a otros, de tendencia izquierdista, como Hernán Gómez Bruera, pero también es necesario mantener a los disconformes con la 4T. En este sentido es lamentable que Sergio Sarmiento salga de GRC, ya sabemos que se caracteriza por apoyar al régimen caduco y corrompido que intentamos cambiar, pero en una sociedad democrática todas las voces deben ser escuchadas y, aunque su salida no es cuestión de censura, sino, como él mismo lo ha dicho, una decisión de la empresa, sería bueno que accediera a otro espacio de difusión. Que GRC quiera congraciarse con la nueva administración, con acciones autónomas, no significa que hubiera línea presidencial.

Cambiar una inercia de décadas en la política, no dará resultados inmediatos. Así como yo, los millones que seguimos respaldando a AMLO no esperábamos que resolviera cualquier problema en 15 minutos, como tampoco lo hizo Vicente Fox, el ex Presidente que hoy es abucheado de las manifestaciones a las que convoca. Tampoco esperábamos que empeorara la situación del país desde los primeros meses de su mandato, como sucedió con Felipe Calderón. AMLO y Morena no lo han hecho, el país se mantiene y avanza, la prueba de ello es que no somos la Venezuela prometida en documentales pagados por un sector de la cúpula empresarial y propalados en la voz de los corifeos del poder, incluso extranjeros pagados como la guatemalteca Gloría Álvarez. El peso ha repuntado y se ha mantenido frente al dólar; se disminuyó considerablemente el huachicoleo en Petróleos Mexicanos (Pemex), institución que se está rehabilitando, igual que muchas otras en las que predominaba la corrupción, como las del sistema de salud.

El combate a la corrupción está limitando el robo de recursos económicos y en especie, pero se está librando en múltiples frentes; y es que casi todas las instituciones gubernamentales fueron entregadas a la nueva administración con altos índices de descomposición. Por otro lado, se han bajado sueldos de funcionarios públicos, sumas que eran insultantes ante los niveles de pobreza del país; además, se han eliminado plazas burocráticas duplicadas o innecesarias —muchas de ellas generadas por medio de moches y prebendas entre administrativos y directores corruptos de las pasadas administraciones o que fueron necesarias por la ineficacia de los sindicalizados—, con lo que se están ahorrando más recursos económicos. Todo lo anterior, aunado a una mayor recaudación de impuestos, que no implica el incremento de los mismos sino un ejercicio estricto de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, nos da como resultado que se están obteniendo miles de millones de pesos, que serán destinados al programa económico, social y pacificador del país.

Así como no esperamos, y nunca lo hicimos, resultados inmediatos, tampoco creemos que AMLO vaya a llevar al país al borde del colapso en el sexenio, como sí lo hizo Peña Nieto; y no sólo no lo consideramos una posibilidad por el desempeño del presidente o de lo políticos de Morena, no lo esperamos porque nosotros, los que desde hace 18 o más años gestamos desde nuestras trincheras la coyuntura política, social y económica en la que nos encontramos, mas los que se nos sumaron en la elección pasada, somos parte de ese impulso que brega por romper la inercia de décadas de corrupción y política al servicio de las minorías privilegiadas.

La legitimidad de un nuevo gobierno se da por los resultados de la elección de la que emana, tenemos así que, en 2006, Felipe Calderón se erigió como primer mandatario con  15 millones de votos y que, en 2012, Peña Nieto alcanzó una cifra de 19 millones; pero los dos candidatos recibieron la banda presidencial bajo fuertes cuestionamientos de fraude electoral. En el caso de Calderón, su necesidad de legitimación ante los altos niveles de impopularidad lo hizo lanzar un combate frontal contra el crimen organizado, al menos contra algunos grupos, sacando al Ejército y a la Marina a las calles, a ejercer funciones de orden policial; como resultado, México está en la inercia de violencia y barbarie a la que nos condenó, al menos por varios años.

En el caso de Peña Nieto, su mayor golpe legitimador fue mediático, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) metió a la cárcel a su antigua aliada, la maestra Elba Esther Gordillo; en un acto de venganza le cobraban la afrenta de haberle ofrecido a AMLO su estructura magisterial para operar en las elecciones de 2006, la que el tabasqueño no aceptó, tras lo cual Gordillo y la mayor parte del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) operaron a favor de Calderón. Y sí, la maestra fue liberada después de la victoria de AMLO en las urnas, pero su liberación estuvo pactada desde el sexenio peñanietista con el Poder Judicial, ese que hoy también se evidencia inmerso en la corrupción.

La legitimación de AMLO se dio con 30 millones de mexicanos, entre los cuales se tiene al mayor porcentaje de gente con educación universitaria y preparatoria, así como con los mejores ingresos promedio. En cambio, entre los votantes de Antonio Meade, se tienen los porcentajes más altos de gente sin escolaridad o con el nivel de primaria, y con los menores ingresos, así como el menor porcentaje de gente con educación universitaria. Por su parte, el panista, Ricardo Anaya, obtuvo una clara medianía entre sus electores, quienes se dividieron en 5 porcentajes, que van del 20 al 24% entre gente sin educación, con primaria, con secundaria, con preparatoria y hasta universidad o más. Lo anterior indica que el cambio en la vida pública del país, se está dando con la mayor parte de la sociedad, y, de esta, con la gente más preparada; la clase media educada está impulsando la transformación. A diferencia del voto duro priísta, que incluso mermado, sigue sufragando por pequeñas dádivas en especie y/o económicas; y esta práctica clientelar ha sido bien adoptada por los panistas, pues en la elección pasada se allegaron a un sector importante de los votantes más humildes y sin estudios, que incluso superaron a aquellos panistas con nivel universitario (Los datos estadísticos pueden consultarse aquí).

Si la urgente necesidad de cambiar la trayectoria político social del país surgió de la decadencia en que los prianistas nos metieron, también es una realidad que, en términos prácticos, la acompañamos la mayor parte de la población de todos los segmentos, con una representación muy importante de la gente más crítica y educada de la nación, al contrario de lo que muchos comentaristas y la oposición se empeñan en decir, incluso haciendo símiles baratos con focas y borregos o considerándonos una masa manipulable.

No debemos olvidar que son tres las cosas fundamentales que esperamos los que impulsamos el cambio: disminuir la corrupción, mejorar las condiciones económicas de las mayorías y restringir la inseguridad y la violencia. En lo primero se están dando resultados tangibles y eso derivará, en el mediano plazo, en el mejoramiento de lo segundo; el tercer tema es algo en lo que la nueva administración —aunque ya está trabajando con La Guardia Nacional— debe enfocar todas sus baterías, y debe ya de dejar de repetir que es resultado de las malas administraciones pasadas, aunque así lo sea, pues eso lo toma la oposición como un arma de ataque y lo convierte en campaña mediática. El gobierno debe entregar resultados contundentes, ya nosotros nos ocuparemos de ilustrar a los ilusos, de agrandar la memoria de los detractores y de enjuiciar históricamente a ladrones, asesinos y vende patrias.

Han pasado seis meses de la entrada en funciones del gobierno y la inseguridad ha aumentado, eso es entendible por los cambios en todas las instituciones, sobre todo en las involucradas en la seguridad, como el caso de la Policía Federal, agrupación que está siendo purgada de sus malos elementos y que desaparecerá. Con los cambios, los acuerdos entre servidores públicos, mandos militares y/o policiacos corruptos con el crimen organizado, se ven alterados, y es normal que los índices delictivos se modifiquen. Eso es muestra de que se está haciendo algo, no como en la alternancia del año 2000, o en la continuidad panista del 2006 o durante el regreso del PRI a Los Pinos en 2012; ocasiones en que los canjes de administraciones significaron la continuidad de una política corrupta y corruptora, por lo que entonces los índices delictivos mantuvieron su tendencia a la baja o a la alta, pero en el largo término con propensión al incremento. La espiral de violencia no será fácil de detener, la inercia es enorme, la corrupción rampante, pero es indispensable que el gobierno de resultados notorios en esta materia antes de cumplir el primer año de su gestión, de otra manera la 4T podría ser frenada en sus otros objetivos.

La transformación de México no va a ser fácil, ni rápida, no va a estar libre de descalabros ni de errores, pero se está llevando a cabo. Y aunque los comentaristas de derecha griten en contra de la 4T, deben reconocer que, tras la transición, no nos encontramos en crisis económica y que los vaticinios del apocalipsis se han esfumado.

El repunte vendrá en todas las vertientes en los meses siguientes, incluso en el lapso de los tres primeros años del sexenio, de no ser así AMLO puede ser reprobado en el ejercicio de revocación de mandato; pero si el gobierno da resultados considerables en seguridad y en los rubros económicos y sociales, entonces la 4T habrá logrado instaurarse de la mano de AMLO para ser continuada por los que vienen a la izquierda, de en medio y de atrás, pero decididos a ir adelante; mientras tanto la lucha social continúa.

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Convoca diputada a no dar marcha atrás a los avances en Derechos Humanos

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La Paz, Baja California Sur (BCS). La diputada Rosalba Rodríguez López, a través de un pronunciamiento presentado en tribuna este martes en sesión permanente, convocó a las organizaciones sociales y comunidad sudcaliforniana, a no permitir que se dé marcha atrás en ninguno de los avances logrados, luego de asegurar que fue despojada de la Comisión de Igualdad de Género, informó el Congreso del Estado.

Precisó que a partir de las reformas constitucionales del 2011, cuando se incluyó en el artículo primero de la Constitución la protección de los Derechos Humanos, se estableció el principio de “progresividad” que significa que “no se admiten retrocesos”; también advirtió que el despojarla de una comisión  legislativa, no impedirá que continúe presentando propuestas, ni pugnar por los derechos de la mayoría a la que representa en el poder legislativo.

“Lo que obtuvimos legalmente en las urnas, gracias a la voluntad ciudadana de Baja California Sur, nos es arrebatado ahora por la fuerza, gracias a una mayoría compuesta por el extinto PES y quienes, habiendo perdido las elecciones desde sus partidos como el PRI y el PAN, llegaron por representación proporcional, en alianza con quienes desean continuar las prácticas corruptas, a quienes se sumaron lamentablemente tres diputados que obtuvieron su curul con las siglas de Morena, pero que una vez en el poder no sólo se negaron a seguir nuestro proyecto, sino se negaron a la austeridad, para seguir con privilegios, y traicionaron la voluntad de quienes votaron por el cambio”, señaló durante su intervención.

Por su parte, la diputada Elizabeth Rocha Torres, presidenta de la Comisión de Igualdad de Género, se comprometió a seguir trabajando por la igualdad y los Derechos Humanos, descartando que  se cancele lo del matrimonio igualitario, aunque reconoció que se hará una revisión a ésta, ya que se omitieron unos párrafos y, si es necesario, habrá que modificarse.




Armida Castro: ¿la menos morena de Morena?

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Por Roberto E. Galindo Domínguez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). La presidenta municipal de Los Cabos, Armida Castro, se erigió como tal impulsada por la enorme ola del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que avasalló en los comicios electorales de julio de 2018. Y como ella, hay muchos otros funcionarios públicos que en ese cisma electoral consiguieron sus cargos, no tanto por sus virtudes políticas, su experiencia, su compromiso y su honradez, sino por que fueron la opción pactada para aparecer en la boleta electoral bajo las siglas del nuevo partido, que a partir de entonces, se convirtió en la agrupación política más fuerte del país.

No estoy diciendo que Armida no tuviera aspectos encomiables para llegar al cargo que hoy ostenta, pero esos, en su persona, quedaron subsumidos bajo la figura de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien fue el que la llevó de la mano a la Presidencia Municipal. ¿Cómo olvidar el video que ahora vuelve a circular en las redes, en el que se comprometió a dar una defensa férrea para la recuperación del Estero de San José del Cabo? ¡Qué mujer tan de arrestos a favor del pueblo y la ecología! Lástima que ahora, con el proyecto del hotel de la cadena Caesars Palace a punto de erigirse en el estero, su discurso no sea contundente, ni claro, y se conforme de excusas basadas en la actuación de sus antecesores.

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De que ella fue la elegida por Morena y AMLO para gobernar Los Cabos no hay duda, pues en mayo del año pasado, Obrador, a través de la presidenta del partido Yeidckol Polevnsky, mandó un mensaje a su estructura política y a su base electoral, ante los jaloneos previos a la elección: Quiero pedirles a todos ustedes sus votos, que no desperdicien su voto en nadie más. La única que lo merece y que va a cambiar de verdad Los Cabos es Armida, no me cabe la menor duda. Hace falta una mujer que les enseñe a los otros cómo hacer las cosas, dijo Polevnsky.

Es verdad que Armida está enseñando la manera de hacer las cosas en Los Cabos. En abril pasado, un grupo de miembros de Centro de Recuperación y Rehabilitación para los Enfermos de Alcoholismo y Drogadicción de San José del Cabo, ingresaron al Palacio Municipal, y al poco rato fueron desalojados por la policía, golpeados, y varios de ellos arrestados; que su administración contenga de esa manera una manifestación de inconformidad bajo la consigna de que su forma de protestar era incorrecta, es, cuando menos, un desafio a AMLO, quien cien veces protestó, bloqueó vialidades, hizo plantones y encabezó marchas. Ni un vidrio se rompió en el plantón de Reforma, ha dicho en repetidas ocasiones el tabasqueño; y Armida, con diez manifestantes, no tiene manera de negociar y usa la fuerza pública.

Una de las banderas de la Cuarta Transformación (4T) es la austeridad republicana, y no significa gastar menos en programas sociales o en la atención de pueblo en general, se refiere a recortar gastos innecesarios y a redistribuir los recursos con conciencia social. En este sentido, la Alcaldesa no ha entendido el concepto, pues está dispuesta a erogar una suma millonaria por la renta de una flotilla de autos de lujo y blindados para ella y su administración, en una enorme contradicción con los principios del partido.

Otra de las banderas de la 4T es la seguridad y la pacificación del país, y si bien es cierto que cuando Armida Castro tomó en sus manos el municipio éste ya era violento e inseguro debido al crimen organizado, ahora sus calles se han vuelto un campo de batalla entre taxistas tradicionales y prestadores de servicio de plataformas digitales como Uber; las golpizas callejeras, los atropellamientos, las persecuciones, la retención de personas y las agresiones a turistas nacionales e internacionales son la norma diaria en un conflicto social que ella ha sido incapaz de contener, ya no digamos de resolver.

Las alarmas debieron encenderse en la sede central de Morena y en mayo pasado, el diputado federal por el Partido del Trabajo, Gerardo Fernández Noroña, fue a Los Cabos. Las quejas de la estructura partidista y la ciudadanía sobre Armida le llovieron al insigne compañero, quien le debió leer a la Alcaldesa la cartilla de la 4T, aunque Noroña ya debía venir preparado al respecto, pero parece que el llamado de atención llegó tarde y justo en los momentos en que Armida era objeto de acusaciones de nepotismo por tener en la nómina del Organismo Operador Municipal de Agua Potable Alcantarillado y Saneamiento (OOMSAPAS) a su hijo, Juan David Dimas Castro, quien desde entonces es el aviador más popular de la entidad.

FOTO: “El Sudcaliforniano”.

Armida insiste en que todo es una campaña sucia en su contra, pero hasta ahora no ha desmentido a cabalidad las acusaciones de nepotismo, que se suman a otras quejas por la presencia de varios familiares en la estructura de su gobierno municipal, incluido su marido.

Documentos del ISSSTE, y otros de la nómina del OOMSAPAS, son huellas que la inculpan, y circulan en las redes y en varios medios de comunicación en detrimento de su figura política y de Morena. Si a lo anterior sumamos su tendencia a reprimir la protesta social, su comportamiento ostentoso, su incapacidad de resolver el conflicto entre los trabajadores del volante, y su desdén poselectoral con respecto al ecocidio en el Estero de San José del Cabo, tenemos que gran parte de la sociedad desaprueba su desempeño en la gestión municipal.

Las notas periodísticas sobre la conducta de la alcaldesa, que es cuando menos reprobable, están reduciendo las posibilidades del partido de alcanzar la gubernatura del Estado en las elecciones de 2021. El gobierno de AMLO lleva seis meses, y el golpeteo mediático en su contra y la situación del país, van a hacer que su popularidad baje hasta que no se consigan buenos resultados en cuestiones económicas y, sobre todo, de seguridad; lamentablemente para alcanzar eso falta por lo menos la mitad del sexenio, para entonces la ola de Morena puede estar debilitada y no podrá catapultar a la Alcaldesa de Los Cabos;  tampoco al Alcalde de La Paz, Rubén Muñoz; ni a Walter Valenzuela, presidente municipal de Comondú a la gubernatura ­—como recientemente lo hizo en Puebla y Baja California con sus candidatos.

Los tres regidores deberán, si aspiran al cargo, valerse por sus propios actos y hasta ahora ninguno ha brillado con luz propia; y en el caso de Armida Castro, ella misma se está opacando. Aunque aún puede defenderse esclareciendo los turbios asuntos que se le imputan, su estrategia de evadir a la prensa y no dar la cara a la ciudadanía que le reclama, no le va a durar mucho y eso la va a sepultar en el olvido electoral.

Tras la visita del viernes 7 de junio de AMLO a Los Cabos, la actitud de Armida debe dar un giro, así es que sólo nos queda ver si puede deshacer la campaña sucia que —según ella—, hay en su contra, aunque hasta ahora todo parece indicar que, aunque sucia, tiene mucho de verdad, y la está posicionando a nivel nacional como la política menos morena de Morena.

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