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Pasión por las lluvias y los ciclones. Clima La Paz cumple 5 años (I)

FOTOS: Cortesía.

La Paz, Baja California Sur (BCS).  Luis Domínguez Bareño, el hombre detrás de Clima La Paz, nació en la capital sudcaliforniana el 12 de julio de 1983. Desde el 9 de septiembre de 2012, se ha dedicado de forma altruista —y por pura pasión—, a informar sobre las condiciones del clima en BCS a través de su cuenta de Facebook, con un alcance de casi 42 mil seguidores en esta red social, por lo que a cinco años de su existencia y con esta importante influencia, CULCO BCS lo buscó para una entrevista exclusiva. Te invitamos a leer la primera de dos partes de este material.

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CULCO BCS: ¿Cuáles son tus primeros recuerdos del acercamiento que tuviste a la metereología, y por qué no estudiaste esa carrera?

Clima La Paz: Desde muy pequeño uno crece aquí en Sudcalifornia conviviendo con los ciclones. Recuerdo muy niño, que los mayores hablaban con respeto del huracán Liza del ´76 y el huracán Paul del ´82; cuando iba en la primaria teníamos un periódico local según nosotros: yo, mi hermana y una vecina de Balandra —la colonia donde crecí en La Paz—, al que le llamábamos “El Chismoloco” y se hacía en una máquina de escribir, en una hoja doblada usábamos las cuatro caras, después lo llevábamos a la papelería de la esquina del parque “Los Mangos” y sacábamos varias copias; vendíamos cada ejemplar en 0.50 centavos; era la sensación por la calle, rápido se agotaba y después gente de otras calles de la colonia se interesaba por el dichoso “Chismoloco”. Yo a veces escribía sobre los ciclones que iban presentándose, sacaba la información de lo que escuchaba en el Canal 10, en la radio y en “El Sudcaliforniano”. Después me encontré unos mapas entre las cosas de mi hermano, me di cuenta que eran bastante extensos y traían señalada la longitud y latitud, entonces los usaba para georreferenciar la ubicación de los ciclones cuando anunciaban las coordenadas en el radio; como mi hermano es varios años mayor que yo, él ya trabajaba cuando yo estaba muy chico, entonces le pedí que me llevara a INEGI a buscar mapas más detallados, y sí, encontré mapas más específicos con la península bien delineada y la parte del Pacífico Mexicano con escala, que era lo que más me interesaba para ir señalando los ciclones.

Me gustaba cuando en el radio o en la televisión hacían público no sólo la posición del momento, sino exponían de acuerdo al desplazamiento, las coordenadas donde se ubicaría el ciclón a futuro. Entonces, yo localizaba los puntos en el mapa y los señalaba con un lápiz. Ese mapa lo pegaba en la pared y era fácil darle seguimiento al ciclón; obviamente es raro el pronóstico que se cumple al 100%, entonces en cada nueva actualización que escuchaba me daba la oportunidad de ajustar mis datos y proyecciones. Este método me fue muy útil cuando los ciclones nos llegaban a dejar sin energía eléctrica, porque ya con la proyección nomás le calculas la hora y puedes saber dónde se va ubicando, es de poco margen de error y muy confiable. Era muy chistoso, porque los vecinos iban a preguntarme a la casa por la ubicación, “A ver, Luisito, saca el mapa ese que tienes rayado para que me nos digas por dónde viene el huracán”.

Del huracán Kiko de 1989 me acuerdo perfectamente, yo acababa de cumplir 6 años, la gente se asustó mucho porque era un huracán categoría 3 y venía entrando por el Golfo; eso traía muy malos recuerdos del Liza. A fin de cuentas entró por Los Barriles y en La Paz no dejó mucho desastre; pero lo que si te puedo decir y tengo muy presente es la cultura y solidaridad de la gente, los vecinos se ayudaban mutuamente y entre todos nos organizábamos para prepararnos antes de la llegada y después del ciclón para tener un plan de acción ante un escenario digamos, poco alentador.

No estudié eso porque no sabía que existía una carrera al respecto, de haber sabido sí me aviento; me han contado que por ahí en la UNAM y otras universidades de México se puede estudiar Ciencias Atmosféricas, que es lo más cercano, y por supuesto en el extranjero también hay opciones; la maestra Sandra Robles Gil de la CONAGUA Local estudió para eso, y hasta Maestría en lo mismo tiene; los meteorólogos aficionados del Estado le tenemos mucho respeto y admiración, es una lástima que no salga casi en los medios y tampoco publique sus observaciones.

Con los mismos ciclones he perdido mucha información que guardaba desde hace muchos años. En una caja tenía recortes de periódicos viejos con temperaturas y noticias locales sobre ciclones, además de unos cuadernos con registros de temperaturas y lluvias en La Paz; gran parte lo destruyó el huracán Juliette en 2001, fue un mundo de agua y se rompió una ventana de la casa de mis papás, se mojó todo y fue imposible rescatarlo, aunque puse al Sol los documentos se honguearon y la tinta e corrió, vaya pues quedaron ilegibles. Tenemos razón en seguir considerándolos unos grandes destructores. Ahora lo que hago es tomar fotos de los documentos y voy armando mi propio archivo. Desde hace 12 años tengo un archivo en Excel donde voy capturando los datos de La Paz por lo menos, todo: viento, temperatura máxima/mínima, si llovió y cantidad, si hubo windchill en invierno y la sensación de calor por humedad en verano; años más atrás he logrado conseguir los datos de La Paz y otras poblaciones de Estado. Hoy en día, he podido capturar por lo menos las temperaturas y la cantidad de lluvia en La Paz desde 1941, tengo el archivo completo. Más atrás he podido reconstruir la historia de algunos ciclones con documentos históricos o libros que he consultado, y todo lo voy fotografiando para guardarlo. Esto es importante porque con eso se tiene referencia histórica y se pueden hacer comparaciones de cómo eran las condiciones meteorológicas en nuestra ciudad en otras épocas —e incluso siglos—, además que se puede construir, más o menos, cómo es el clima en general en la región.  Además, quiero hacer una “Historia general de los ciclones en Baja California Sur”, el maestro Elino Villanueva hizo su tesis sobre eso precisamente, un trabajo fantástico, pero ya han pasado varios años desde entonces, además que lo centró más que nada en el huracán Liza y tenemos muchos datos nuevos.

Tenemos una larga tradición de observaciones meteorológicas en nuestra tierra y está documentada, por ejemplo el padre Baegert estuvo de 1751 a 1768 en San Luis Gonzaga, y en el libro que escribió y que afortunadamente llegó hasta nosotros, deja plasmados datos muy importantes de las condiciones meteorológicas que observó en tantos años de soledad, además de observaciones de ciclones. También hay un señor de La Paz, de la segunda mitad del siglo XIX, se llamaba Fidel S. Pujol: es un personaje interesantísimo, tenía un periódico y ahí publicaba las observaciones del estado del tiempo en la ciudad además de la hora de la puesta del Sol para que la gente ajustara sus relojes, no he podido saber de dónde vino y dónde terminó, pero he investigado que llegó a ser regidor del Ayuntamiento de La Paz y parece que fue Tesorero, tuvo varios puestos públicos; sobra decir que es uno de mis ídolos, de alguna manera nos identificamos y en él encontramos un antecedente en lo que hacemos, estamos forjando nuestra tradición y eso es apasionante.

Luis Domínguez Bareño ha estudiado documentos históricos, para muestra, imagen del periódico de Puyol de 1875 en La Paz, con datos del estado del tiempo que él tomaba.

¿Cómo nace el proyecto de Clima La Paz y cómo opera en la actualidad?

Bueno, ya ahora de grande seguí con esta afición aunque la tecnología te facilita todo, con el Internet es maravilloso poder observar en tiempo real las imágenes de satélite y leer de inmediato los boletines que van saliendo. Desde hace más de 12 años andaba en los foros de Internet, había unos locales, ahí compartía información de los ciclones, era más bien algo esporádico. Después con las redes sociales abrí mi Facebook y en mi muro compartía datos y comentarios sobre el asunto, se fue haciendo cada vez más necesario hacerlo de manera masiva, por lo tanto en septiembre del 2012 decidí abrir el Facebook de Clima La Paz B. California Sur. Desde entonces por ahí andamos dándole a esto. Uno de las aportaciones más valiosas yo creo que fue con la emergencia de Odile. Ya me había pasado antes con otros ciclones, que me quedaba sin Internet o electricidad aquí en la casa y pues no reportaba. Estuve en pláticas con Raúl Amaya —él está en Ciudad Constitución. Noté que era un chavo con algo de conocimiento sobre esto y deseoso de aprender, sobretodo lo empujaba el hecho de que él y su familia son agricultores, así que las condiciones meteorológicas si le son un tema muy importante. No recuerdo bien del todo, pero creo que antes de Odile ya lo tenía habilitado como colaborador; cuando vimos el desastre de Odile en Los Cabos, la noche del 14 de septiembre de 2014, me decidí por entregarle Clima La Paz y lo habilité como administrador, por cómo venían las cosas yo sabía que lo más seguro me quedara sin Internet y electricidad. Entonces le di toda la confianza; y efectivamente, para las 2 de la mañana del día 15 me quedé sin electricidad, todavía desde el celular alcancé a realizar una actualización a las 3 de la mañana, de elaborar y publicar un último informe, después quedé completamente en oscuridad y sin batería, opté por irme a dormir.

Regresó el Internet hasta tres días después en La Paz, me sorprendió mucho ver que Raúl había hecho un trabajo excelente, aunque gran parte de Los Cabos y La Paz estaba sin Internet, Raúl pudo establecer un canal de comunicación con las comunidades del norte del estado, además de los familiares de otras partes del país y del mundo que estaban preocupados por saber la situación con sus seres queridos por acá. Desde entonces Raúl es parte de Clima La Paz, seguimos con esa estructura de trabajo que él entra cuando me quedo “offline” yo; con Newton el año pasado, y ahora con Lidia ya teníamos listo el plan, pero no fue necesario aplicarlo. Apenas ahora en marzo me tocó conocer en persona a Raúl, tras casi dos años de trabajar juntos en esto.

¿Cuál es la parte más difícil de realizar esta labor, y cuáles tus mayores satisfacciones?

Cuando algo te gusta y te apasiona no hay partes difíciles, o más bien buscas solventar las dificultades a como dé lugar. Pero lo que dificulta esto, sin duda, es la disponibilidad de recursos y tiempo, se ocupa de instrumentación y de una inversión de tiempo, sobre todo para tener oportunidad de analizar la mayor cantidad posible de información; muchos datos están en inglés entonces hay que traducir, pasar por ejemplo los kt a km, convertir las millas a kilómetros; también cuando se habla de nudos, la estimación de llegada de los efectos de lluvias y vientos; a las mareas también hay que echarles ojo; para tener un pronóstico respetable, se necesitan horas de análisis y siempre vas contra el tiempo, entonces eso le mete vértigo al asunto.

Lo más difícil a veces es no tener una respuesta, ahora con la tormenta tropical Lidia estuve en línea con vecinos de la colonia Real Unidad de Cabo San Lucas, era desesperante lo que comentaban sobre que el arroyo subía, que pasaban carros, que escuchaban gritos, que el arroyo se tragaba casas, en fin, me pedían que les dijera cuándo terminaba la lluvia; yo veía las bandas de fuerte convección sobre Los Cabos que me indicaban la posible fuerte precipitación, pero no tenía un dato que me lo corroborara ahí; la estación del Servicio Meteorológico Nacional en Cabo San Lucas estaba reportando en línea buenos datos como el viento, la humedad, la presión barométrica ¡pero no la lluvia!, entonces no hay elementos concretos. Tenía contacto con familiares en Cabo San Lucas y San José del Cabo, entonces contaba con testimonios, pero eso no te da para cuantificar con certeza la magnitud, hay mucha subjetividad. El gobierno le tiene que invertir en la instrumentación para contar con una efectiva fuente de información meteorológica constante, es la única manera de poder realmente salvar vidas.

La mayor satisfacción sin dudarlo es cuando uno ve que tu trabajo le sirve a las personas; cuando la cajera del Oxxo te dice “Oye ¿tú eres el del clima en el Internet, verdad?”, sabes que de todas formas no te hará descuento, pero como que sientes que sales más fortalecido. También cuando eres útil, en 2015 estuve dándole seguimiento al huracán Patricia, y mantuve informada a gente de Michoacán, Colima y Jalisco; me mandaron mensajes de agradecimiento y realmente es satisfactorio. Medios nacionales como “El Universal” nos han citado, ahora con Lidia nos dio gusto ver que “SDP Noticias” retomó nuestra información y nos citó como fuente. También a nivel internacional, el año pasado que estuve haciendo trasmisiones en vivo de Newton nos estuvieron siguiendo en Canadá, Italia y Francia. Son cosas que levantan el ánimo y te comprometen.

Pero lo que nos da más satisfacción es ser la única página que le da seguimiento a los ciclones en el norte del estado de manera permanente. Cuando los ciclones pasan por Los Cabos y La Paz creemos que ya pasó todo el peligro pero no, porque siguen nuestros paisanos del norte ahora sí que literal “en el ojo del huracán”; en Comondú tenemos muchos seguidores en los ejidos, además de la costa del Pacífico Norte. Me acuerdo en septiembre de 2015, se formó una depresión tropical frente a Comondú y que después entró por tierra cerca de Punta Abreojos. En esas fechas tenía muy grave a mi mamá en el ISSSTE, entonces me pasaba las noches cuidándola, había tenido muchos gastos y andaba sin saldo en el celular, esa noche me fui de la casa como a las nueve de la noche al hospital, mi último reporte fue que la depresión impactaría durante la madrugada y me disculpaba por no poder darle seguimiento por las razones que te comento. Como a las 11 me llega un mensaje de recarga al teléfono y luego un señor por WhatsApp me dice algo como “Amigo ya le puse saldo, usted sígale informando estamos muy preocupados por acá y usted es nuestra fuente más confiable”. Creo era el subdelegado o delegado de Punta Abreojos, me la pase toda la noche actualizando desde el hospital, al final de cuentas sí fue un ciclón que dejó mucha agua, recuerda que en Santa Rosalía hizo mucho desastre. Ya después el señor me habló y me agradeció en nombre del pueblo, esas yo creo que son de las satisfacciones más grandes y te las llevas para toda la vida.

Platícanos un poco de cómo realizas tus reportes del clima.

Primero que nada hay que esperar el tiempo propicio para emitir un mensaje, hoy con la tecnología puedes ver un ciclón casi con un mes de anticipación, pero es un pronóstico a muy largo plazo y por lo tanto con muy bajo porcentaje de efectividad. Hoy en día mucha gente se acelera tratando de ser la primera en “predecir” que viene un ciclón, pero bueno, si estás en septiembre y dices “Va venir un ciclón a mediados de mes” ¡tienes muchas posibilidades de atinarle!, a ver ¿dónde están esos personajes en junio o julio dando sus pronósticos? Ese es el chiste de esto, tener constancia y prudencia, creo que eso la gente es lo que ve, por eso sabe a quién darle su confianza y a quién no. En 2015, Blanca nos puso a prueba a todos con su acercamiento en junio, pocos nos atrevimos a hablar de su impacto, y finalmente si tocó Baja California Sur como tormenta tropical.

Me baso más que nada en lo que publica el “National Hurricane Center” de Estados Unidos; “Wunderground” también es muy bueno porque cuenta con muchos expertos a nivel internacional que comparten sus conocimientos y datos; “Tropicaltidbits” también es una buena fuente de información si se usa con mesura y de forma analítica; el Servicio Meteorológico Nacional es buena fuente por su red de estaciones meteorológicas que transmiten datos en línea, ya que eso sirve para la recopilación de datos a nivel de superficie. El ingeniero Juvera de Hermosillo tiene una empresa llamada “GlobalMet” y son muy buenos, recomiendo seguirlos en Twitter por ser una fuente confiable y dan seguimiento de los ciclones en el noroeste del país.

No te pierdas la segunda parte de esta entrevista, donde Luis Domínguez Bareño habla sobre los eventos climatológicos de más impacto y las políticas de difusión, así como de protección civil en temporada de huracanes en BCS. Próximamente.




MetMEX cumple 10 años. El hombre del clima más seguido en BCS (II)

Jorge Alberto Garza Cossío. FOTOS: Cortesía.

La Paz, Baja California Sur (BCS). Jorge Alberto Garza Cossío, tamaulipeco de nacimiento, pero cabeño por adopción, cumple 10 años al frente de MetMEX, un sitio web y con información de enorme alcance en redes sociales, que ha logrado posicionarse como el informante del clima en BCS más seguido en la media península. El joven de 29 años concedió una entrevista exclusiva a CULCO BCS, en la que habla de su trayectoria y su trabajo. Da clic AQUÍ para leer la primera parte.

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CULCO BCS: Platícanos un poco de los inicios de MetMex y su conformación actual.

MetMEX: En el proyecto iniciamos cuatro personas: Jesús Juvera de Hermosillo, Sonora; Eduardo Llanes de Torreón Coahuila; Fabrizzio Sandoval de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; y su servidor, Jorge Garza en La Paz, Baja California Sur. Inició alrededor de julio de 2007 con un nombre inicial de AFIME (“Aficionados a la meteorología”), un nombre que nos gustó en su momento y lo trabajamos en un blog del conocido sitio Wunderground, y fue hasta el 15 de septiembre de 2007 que se cambió el nombre a MetMEX. Cada quién nos encargábamos de reportar desde los cuatro puntos cardinales del país, asignándonos tareas diversas, en lo personal yo me encargaba de BCS, Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Durango y Colima, además de publicar reportes de sismos en México y del mundo. Todos contábamos con computadoras y en nuestros tiempos libres hacíamos reportes desde nuestros hogares. Además, dos de los integrantes ya teníamos una estación meteorológica en casa. La separación fue paulatina, casi por un año fuimos constantes; a veces un miembro no reportaba por meses y luego regresaba. Fue entre el 2009 y 2010 que los compañeros de Chiapas y Coahuila se enfocaron a sus vidas personales. Finalmente, quedamos el compañero de Sonora que hasta el 2011 dejó de reportar por meses, hasta que finalmente se dedicó a su propio trabajo. Me gustaría señalar que en ese lapso de años tuvimos personas que se integraron al proyecto por ciertos periodos de tiempo, Jesús de Villahermosa Tabasco y Alexander Daderio de Altamira, Tamaulipas, los más importantes y que ahora tienen sus proyectos independientes. Actualmente quedé a cargo de todo el proyecto haciendo uso total de la cuenta nacional de Twitter, la cuenta de Twitter de BCS, la página de wordpress y el sitio .mx del proyecto, así como las cuentas de Facebook. También cuento con unas subcuentas de Twitter de Yucatán, Jalisco y Nuevo León, que muy rara vez actualizo por falta de tiempo.

Particularmente el propósito de MetMEX ha sido y será brindar la información meteorológica y sísmica de México de manera rápida y objetiva, mandando reportes meteorológicos en un lenguaje coloquial y de rápido entendimiento para que el mensaje que se desea transmitir sea claro, y así llegar a cada rincón del país que necesite dicha información. También ser esa parte humana y demostrar que existe un ciudadano detrás del proyecto que está dispuesto a responder sus dudas, comentarios y enseñarle aspectos de la meteorología o sismología para que luego también el público pueda interpretar los reportes o boletines posteriores.

Jorge Alberto Garza Cossío nació el 29 de julio de 1988 en Matamoros, Tamaulipas. Lleva 14 años viviendo en San José del Cabo, en la colonia El Zacatal, desde donde realiza sus reportes del clima. Sólo en Facebook tiene casi 73 mil seguidores. Con suficiente antelación, su información ha indicado los pronósticos, como fue para alertar por el huracán Odile o la reciente tormenta tropical Lidia, ambas, con pérdidas qué lamentar, sin embargo, no es tomado como un “medio oficial”.

MetMEX había prevenido una enorme cantidad de agua por la tormenta tropical Lidia, cuyo pronóstico se cumplió con afectaciones catastróficas para Los Cabos.

Actualmente, ¿cómo opera MetMex?

Bueno, MetMEX es un proyecto sin fines de lucro, la idea será mantener esa forma que siempre lo ha caracterizado. Por ahora el único equipamiento es poder contar con una estación meteorológica desde donde opero, así como también una serie de pluviómetros que regalé a lectores y voluntarios para poder armas la primera red de pluviómetros de voluntarios para entender el comportamiento de la lluvia por sectores de una misma ciudad. La principal fuente de información es el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, aunque en México tenemos el Servicio Meteorológico Nacional, rara vez lo consulto, en todo caso es para poder verificar datos o variables meteorológicas que ellos poseen desde hace casi 100 años o más. También consulto una serie de páginas especializadas en meteorología con noticias, reportes y mapas meteorológicos, tales como Wunderground, Kachelmann y el National Weather Service de Estados Unidos. Algunas de las fuentes que visito generan un costo monetario que es algo que yo tengo que cubrir, pues no existe fuente alterna de financiamiento. Una vez que consulto dichas fuentes, me toma, al menos, de una a tres horas —en un principio me tomaba hasta cuatro horas— interpretar los mapas, discusiones, análisis de expertos en materia ciclónica, tornados y meteorología preventiva; luego de ese análisis la redacto basándome en el conocimiento de mi localidad, tanto geográfico, orográfico y al público a quien va dirigida la información.

La estación que utliza MetMEX está conformada por pluviómetro, higrómetro y anemómetro.

¿Cuál es tu formación académica en general y tu aprendizaje de la meteorología? ¿Desde cuándo y cómo surge tu interés en realizar esta labor?

Aunque mis estudios académicos son enfocados a la enseñanza y aprendizaje de idiomas, al finalizar mis estudios pude tomar un curso de titulación referente al Cambio Climático y el impacto social y económico en BCS, esto en la Universidad Autónoma de Baja California Sur. También desde muy pequeño tenía ese gusto por las ciencias naturales, la geografía, la geología; recuerdo estar en primaria y cuando tenía trabajos qué hacer, como elaborar mapas, aprender las eras geológicas, hacer experimentos: era lo primero que terminaba y con todo gusto la presentaba al profesor. Ya estando en secundaria recuerdo que mis papás me regalaron un termómetro que se colocaba en una ventana, y no sé de donde nació la idea, pero decidí elaborar una hoja en Excel donde tenía todos los días del año, así que diariamente tomaba lectura de las temperaturas y las anotaba en ese documento de Excel, ¡fácil anoté datos por tres años! Al entrar a la preparatoria empezó a gustarme las ciencias exactas y ahí fue cuando compré un cuaderno de hojas milimétricas, y todos esos datos de temperaturas que en secundaria anoté, las grafiqué. Fue así como nació ese gusto enorme de tomar temperaturas y otras variables meteorológicas como el elaborar un pluviómetro casero. El gusto de informar lo que pasaba en cuanto a los ciclones tropicales nació cuando estaba en cuarto grado de primaria, en la época que teníamos antenas parabólicas. Recuerdo que descubrí el The Weather Channel (El Canal del Tiempo) todo estaba presentado en inglés, y aunque no entendía nada, yo hacía como que entendía y le decía a mis papás y tíos lo que supuestamente pasaría con los ciclones tropicales. En mi familia se “corrió la voz” que yo veía el The Weather Channel todo el día, así que ellos me preguntaban y yo con gusto les respondía con un pronóstico según a lo que entendía de los mapas, que los presentadores de dicho canal mostraban, pero esto no se repitió hasta que entré a estudiar en la universidad.

¿Cuáles han sido tus principales dificultades para realizar este trabajo, y cuáles tus satisfacciones?

No voy a negar que todo ha sido, como se dice comúnmente, color de rosa, o fácil. Desde que inicié la mayor dificultad fue poder llegar a más personas con los reportes pues todo giraba dentro de un círculo muy pequeño: familia, amigos, maestros y compañeros de estudios. Poco a poco, entre mis conocidos y amigos fueron recomendando mi trabajo, pero para los nuevos lectores era tratar de ganarme su confianza. Mientras el número de lectores crecía, también llegaban personas a quienes no le agradaba el trabajo que yo hacía. Comentarios o preguntas como: “¿Quién eres tú? ¿Qué derecho crees tener sobre la autoridad para hacer reportes o declaraciones? ¿Tienes estudios especializados en meteorología?” Tratando de poner en duda mis conocimientos o reportes frente a todos mis lectores, y no hablemos de las groserías y amenazas que periódicamente me hacen llegar vía mensajes privados y muchas veces públicos. También los comentarios con críticas constructivas que con todo gusto acepto para poder mejorar mi desempeño en la red. Mi satisfacción más grande es ver que mis reportes han sido de gran ayuda a muchas personas tanto de Baja California Sur como a nivel nacional, y los mensajes de agradecimiento o palabras de aliento que me mantienen firme y constante en esta labor que tanto amo hacer.

¿Tienes algún recuerdo o anécdota especial ligada a tu trabajo en la información del clima? ¿Cuál ha sido el fenómeno meteorológico que más te ha impactado?

Recuerdo claramente en el año 2014, unas cuatro semanas antes de la llegada del huracán Odile a BCS, hice un aviso vía Facebook de su posible impacto en el estado, aunque faltaba mucho para que eso pasara yo ya le estaba dando seguimiento. Era algo curioso leer mensajes con sentimientos encontrados —de creer y no creer—, o tal vez creer pero con la esperanza que no se cumpliera. Una vez llegado el día del impacto, fue impresionante cómo mis reportes comenzaron a ser compartidos por muchas personas y sus mensajes que de no creer, pasaron a ser de preocupación. En esos días tenía cerca de dos meses viviendo en Hermosillo, y gracias al hecho de no poder regresarme a Los Cabos para vivir en carne propia el impacto del huracán, me ayudó a dar un seguimiento puntual y sin interrupciones. Es cierto que no viví en carne propia todo el horror de sufrir el huracán Odile en Los Cabos, pero mi temor y dolor que muchos de ustedes sufrieron, yo lo viví a la distancia. Preocupado por mi familia y mis amigos, y ver esas desgarradoras imágenes de toda la destrucción de Los Cabos no pude evitar soltar el llanto en un par de ocasiones. Fueron muchas las noches de no poder dormir al no recibir noticias de mi gente en BCS. Estaba tan dolido y arrepentido de cierta manera no haber vivido con todos ustedes el embate de Odile en Baja California Sur, sentí que en algo les había fallado, que aunque no era mi obligación pienso que muchas cosas pudieron hacerse o informarse a todos y tal vez evitado que se registraran tantos daños. Casi un año después de Odile visité Baja California Sur; recuerdo que al llegar a La Paz desde Hermosillo, televisoras locales y algunos medios de comunicación estaban esperando mi llegada, incluso di una serie de conferencias y entrevistas como MetMEX por primera vez en La Paz y Los Cabos, así pude darme cuenta el impacto enorme y la importancia que mis reportes fueron para muchas personas. Sin duda, Odile fue uno de los fenómenos meteorológicos que más me ha llamado la atención en BCS, sin embargo, también las bajas temperaturas de febrero de 2011 cuando la temperatura más baja en San José del Cabo fue de 3.2°C. También otro evento meteorológico que más me impactó fue el huracán Juliette en el 2001 y la inundación en San José del Cabo de noviembre de 1993, que malamente se llama tromba (tromba o tromba marina es un tornado en el mar).

Impresionantes imágenes se compartieron en Internet sobre las afectaciones de Lidia en Los Cabos. FOTO: Bernardo Martínez.

Durante la contingencia por la tormenta tropical Lidia en Los Cabos, Jorge Garza fue uno de los tantísimos afectados al quedarse sin luz, por lo que suspendió sus publicaciones un par de días. Según él mismo, los registros de estas lluvias, calificadas como históricas por medios oficiales, alcanzó 1322 milímetros. La tragedia ha causado más polémica, al declarar el Gobierno del Estado que fueron seis los fallecidos por este evento natural, mientras que en redes sociales se asegura que son más y muchísimos más los desaparecidos, sin que hasta la fecha quede totalmente esclarecido el saldo humano que dejó Lidia.




Astronomía en época de ciclones; alternativas para esos días nublados

Tormenta tropical “Lidia” sobre BCS. IMAGEN: NASA.

Científicamente divertido

Por Miguel Ángel Norzagaray Cosío

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). A  muchos nos gusta la astronomía. La temporada de lluvias es una época donde la naturaleza se contrapone a nuestros intereses de manera constante. ¿Estamos obligados a aguardar impacientes que se terminen los nublados intermitentes y difíciles de pronosticar? No necesariamente. El aficionado realmente interesado siempre encuentra maneras de disfrutar de la astronomía, aún sin salir de casa.

El verano paceño —y sudcaliforniano en general—, suele ser caluroso, con cielos despejados la mayor parte del tiempo, como ocurre en casi todo el Noroeste. En otros lugares del país, las lluvias constantes mantienen nublado el cielo durante muchos días. Aún si las nubes no son tan densas, ocurren  velos que, si bien permiten percibir planetas y estrellas brillantes, no se observa ningún detalle adicional, por lo que no es redituable salir de la ciudad si no se va a ganar nada con un cielo más oscuro.

Tormenta tropical Lidia, imágenes desde La Paz. FOTOS: Modesto Peralta Delgado.

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En Sudcalifornia, aunque no suele haber mucha lluvia de temporada, la excepción ocurre cuando se forma un evento meteorológico de baja presión, una depresión que puede convertirse en una tormenta tropical e incluso un huracán. Es claro que cuando un fenómeno de estos azota directamente a la población, las actividades se trastornan dependiendo de la fuerza, haciendo imposible muchas actividades, incluidas las astronómicas.

Cuando no llegan directamente, pero pasan cerca, suelen dejar humedad en la región o directamente bandas nubosas desprendidas de las regiones que rodean el ojo del huracán —de ‘la muralla’, como se le llama. Estas bandas nubosas son fáciles de anticipar con la moderna tecnología de imágenes satelitales, fáciles de consultar desde cualquier dispositivo con Internet.

Las mismas precipitaciones son predecibles hasta cierto punto. Por ello, siempre se habla de probabilidad de lluvia. Por ejemplo, se comenta: “hay 60% de probabilidad de precipitaciones para la tarde.” Aun cuando se garantiza lluvia al 100%, lo que se dice es que de seguro llueve en algún lugar, pero no en toda la región, de donde es frecuente la queja de que anunciaron lluvias y no pasó nada, aunque haya llovido en una región distinta a la nuestra.

Con humedad circundante, fácil de distinguir en imágenes satelitales infrarrojas, es común que haya condensaciones y se formen nubes, cuando la temperatura baja. Por ello en ocasiones amanece con nubosidades que se disipan al subir el Sol.

Entonces, ¿qué hacer?

Los astrónomos, profesionales o aficionados, no podemos observar el cielo y ni queremos arriesgarnos a planear un campamento de observación cuando estas condiciones se presentan, pero sí son una oportunidad para llevar a cabo otro tipo de actividades interesantes. Estas pueden ser tan variadas, amenas y productivas como se desee y van desde observar con telescopios manipulados por Internet hasta el uso de simuladores para preparar observaciones futuras. Las siguientes son una muestra de estas actividades.

Si se insiste en observar a toda costa, se puede hacer uso de telescopios virtuales. Dos buenos ejemplos son el proyecto GLORIA , SkyView de NASA o el telescopio global; aquí otro ejemplo similar.  Hay diferencias de unos a otros en cuanto a funcionalidad y lo más interesante es que a veces permiten el desarrollo de proyectos como el de la búsqueda de asteroides cercanos a la Tierra.

Quienes no necesariamente quiere observar, pero sí contribuir con la ciencia, basta que se conecten al sitio de ZooUniverse, donde se pueden encontrar gran variedad de formas de colaborar con los profesionales. Es tan grande la cantidad de imágenes que se obtienen cada día en todo el mundo, que la labor de analizarlas rebasa a los astrónomos, por lo que se recurre al público para que realicen tareas que requieren paciencia y un periodo de entrenamiento pequeño, que se da en línea. Ahí se puede ayudar en el descubrimiento de cometas, supernovas, clasificar galaxias y muchos más.

También hay quien prefiere aprovechar este tiempo para prepararse mejor y hacer observaciones bien planeadas una vez que termine la época de nublados. No es agradable darse cuenta de que hay un evento interesante en el cielo y no estamos preparados para observarlo. Peor aún, enterarse de que ocurrió hace pocos días, viendo publicaciones de otros aficionados que sí hicieron su tarea a tiempo. Estudiar el cielo con simuladores como Stellarium siempre es útil y provechoso, tanto como mantenerse al día sobre nuevos accesorios y técnicas de observación.

Es durante esta época de nublados cuando en muchos observatorios se programan labores de mantenimiento de equipo y prácticamente nada de astronomía observacional, excepto cuando se trata de radioastronomía, que no es afectada por las nubes. Lo mismo es posible para los aficionados, dedicar tiempo para mejorar las condiciones de nuestros instrumentos, o reducir datos de observaciones previas que estaban en espera de tiempo libre.

Adicionalmente, nunca está de más aprender algo de meteorología. Suele resultar interesante y de gran utilidad cuando uno tiene intereses serios en astronomía.  La meteorología ofrece varios aspectos que son dignos de ser estudiados, desde las mismas formas de las nubes, los fenómenos de difracción ocasionados por la atmósfera y la evolución de las masas nubosas. Además, las nubes también tienen su encanto estético, que disfrutamos desde la infancia, al buscarles forma, particularmente en los cúmulos. Tan sólo busque el lector en Google lo que es una ‘nube yunque’, a cada rato se ven de ese tipo aquí en La Paz.

Así que no hay que lamentarse, al mal tiempo buena cara, desde observar nubes y a aprender de climatología hasta actividades de escritorio como procesar la información de observaciones previas o planear los siguientes eventos dignos de observarse.