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Desecha Congreso expropiación de predio de la antigua escuela 18 de marzo

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La Paz, Baja California Sur (BCS). Los integrantes de la XV Legislatura del Congreso del Estado de Baja California Sur, desecharon de plano la iniciativa ciudadana que proponía la expropiación del predio que durante más de 145 años ocupó la escuela primaria 18 de marzo en el antiguo centro de la ciudad de La Paz y que hoy ocupa un estacionamiento público, informó el Congreso del Estado.

Con base en la Ley de Participación Ciudadana del estado, el dictamen presentado por las Comisiones de Puntos Constitucionales y de Justicia y de  Asuntos Educativos determinó que dictaminar en ese sentido en razón de no cumplir con las disposiciones de la citada ley, ya que expone que “no cumple con la materia y regla de presentación para las iniciativas ciudadanas, pues no propone reformar, derogar, adicionar o abrogar Ley alguna, Ley o Código que otorgue derechos o imponga obligaciones a la generalidad de las personas”, ya que la propuesta denominada “Proyecto de Decreto de Expropiación” consiste en rescatar el antiguo callejón 18 de Marzo, para que favorezca por un lado la movilidad entre las calles 16 de septiembre y 5 de mayo y por otro lado reponer el centenario uso de suelo educativo que perduró por espacio de 145 años en ese predio, presentada en enero pasado por el arquitecto Gilberto Piñeda Bañuelos.

El dictamen que desecha de plano la iniciativa fue avalado por unanimidad.

Al respecto el diputado Esteban Ojeda Ramírez exhortó de nueva cuenta al Gobernador del Estado para que, como se lo ha solicitado el Congreso de Baja California Sur, inicie el procedimiento de expropiación de este predio, y solicitó a la mesa directiva de la XV Legislatura haga llegar este exhorto al mandatario estatal.




Inauguran Expo Iniciación Deportiva

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La Paz, Baja California Sur (BCS). El día de hoy se inauguró la Expo Iniciación Deportiva en La Paz, por parte del secretario de educación pública, Héctor Jiménez Márquez, así como Adriana Martínez Campuzano, directora de los Centros Deportivos Escolares y Municipales de la CONADE y el director general del Instituto Sudcaliforniano del Deporte (Insude), José Ávila Geraldo, que permitirá captar nuevos talentos que se insertarán al ámbito de competencia y en un futuro próximo estar representando al estado a nivel nacional, informó el propio Insude.

En el primer día participaron unos 700 niños, continuando el día de mañana viernes a partir de las 8:00 de la mañana, haciendo mención que Baja California Sur junto con Quintana Roo, Chihuahua y Puebla, son los cuatro estados donde la CONADE está realizando la cabo la expo de iniciación deportiva.

En esta estrategia podrán participar niños y jóvenes de los 9 a los 16 años, los que vivirán una experiencia como atletas de alto rendimiento, siendo sometidos a una serie de pruebas físicas, para después ser encauzados a través de las asociaciones deportivas recibiendo la invitación para integrarse a la práctica deportiva de manera permanente.

Los asistentes podrán practicar futbol 3×3, básquetbol 3×3, tochito y béisbol 5, además de otras opciones que tendrán las 19 asociaciones deportivas que se inscribieron para ser parte de la Expo Iniciación Deportiva, que funcionará en horarios de 8:00 a 13:00 y de 16:00 a 20:00 horas en la pista de atletismo del Insude.




Fundación de la Misión de Nuestra Señora del Pilar de La Paz Airapí

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Tierra Incógnita

Por Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). En este mes de noviembre se conmemora un aniversario más de la creación de lo que fuera la Misión de Nuestra Señora del Pilar de La Paz Airapí. Este acto es considerado por el historiador Pablo L. Martínez como la Tercera Fundación del puerto de La Paz, la cual había sido precedida por dos grandes eventos como fueron la Fundación y Auto de Posesión de la Bahía y Puerto de La Santa Cruz el 3 de mayo de 1535 por el explorador Hernán Cortés, y la refundación de este sitio pero ahora con el nombre de La Paz, por el también explorador español Sebastián Vizcaíno un 3 de octubre de 1596.

Lamentablemente estas 3 fundaciones no prosperaron y tuvieron un trágico final, perdiéndose en la bruma de los tiempos lo que ahí se hizo y construyó.

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Como antecedentes de la Misión que se establecería en el puerto de La Paz, mencionaremos el intento que realizó el Almirante Isidro de Atondo y Antillón. Este célebre explorador español realizó varios viajes procurando cumplir en Mandato Real de Carlos II, en donde se le designaba como el responsable de organizar exploraciones en los sitios de la California que considerara pertinentes, con el fin de fundar una colonia permanente la cual cubriera dos objetivos: servir de contención al avance que realizaban rusos e ingleses en aquellas latitudes, y ofrecer alimento y agua a los cansados viajeros del galeón de Manila.

Su primer intento lo realizó en el año de 1683, cuando acompañado de un puñado de soldados y marineros y bajo la providencia espiritual de los sacerdotes jesuitas Eusebio Francisco Kino y Matías Goñi, arriba a la ensenada de La Paz el 1º de abril. De inmediato pusieron su mejor empeño por consolidar la primer Misión en el sitio al cual denominaron Real de Nuestra Señora de Guadalupe de Californias. Lamentablemente debido a la hostilidad de los naturales y a la intolerancia del Almirante Atondo, tuvieron que salir precipitadamente del sitio dejándolo abandonado.

Una vez que en el año de 1697 se crea el primer enclave permanente de las Californias, el Real Presidio de Loreto, producto de los afanes y perseverancia de los sacerdotes Kino y Salvatierra, poco a poco se fueron expandiendo hacia la parte austral de la California. Un año antes de fallecer el padre Salvatierra, en 1716, decide hacer un viaje de exploración hacia las tierras Guaycuras, y acompañado de unos cuantos soldados y neófitos de sus misiones, realiza una incursión llegando hasta este puerto de La Paz, el cual tuvo oportunidad de conocer, y así determinar la viabilidad de poder convertirse en la punta de lanza para la conquista espiritual de estas regiones. A su regreso a Loreto da a conocer sus hallazgos y deja instrucciones a sus hermanos jesuitas para que a la brevedad empiecen a planear la instauración de una Misión en aquel sitio.

Fue hasta el año de 1720 que los sacerdotes Jaime Bravo, Juan de Ugarte y Clemente Guillén deciden iniciar el viaje para el establecimiento de la mencionada Misión. De acuerdo a lo que anota en su libro el historiador W. Michael Mathes Las Misiones de Baja California. 1683-1849, los sacerdotes Bravo y Ugarte partieron del Presidio de Loreto por mar, conducidos sobre la balandra El triunfo de la Santa Cruz, la cual acababa de ser construida totalmente en California, siendo única en su tipo.

Después de varios días de navegación y haber recorrido 233 kilómetros, por fin el día 13 de noviembre llegan a la bahía y desembarcan en las costas de La Paz. De inmediato se ponen a desmontar el sitio y empiezan a realizar las primeras exploraciones para conocer los recursos de agua y tierras cultivables. También se narra en sus diarios de exploración que tuvieron enfrentamientos con los naturales del lugar, los cuales los veían como rivales en el consumo de los recursos tan limitados de los cuales se mantenían. Sin embargo, poco a poco, con paciencia y tesón, los sacerdotes se fueron ganando a los naturales así como a sus familias y dieron inicio al ya tan conocido episodio de la evangelización.

Durante 20 días estuvieron construyendo tejabanes y cuartos improvisados para que sirvieran de alojamiento a los sacerdotes y soldados. También construyeron una pequeña iglesia en la que, el 3 de diciembre de 1720, dieron una misa solemne y declararon formalmente fundada la Misión de Nuestra Señora del Pilar de La Paz Airapí. Tres días después de culminado este hecho, llega al poblado el sacerdote Clemente Guillén acompañado de soldados y neófitos amigos, los cuales habían hecho el recorrido desde Loreto hasta La Paz por tierra, estableciendo el primer camino hacia estas latitudes, el cual con el tiempo se convertiría en Camino Real y el antecedente más antiguo de la Carretera Transpeninsular. Es importante mencionar que esta Misión pudo ser fundada y sostenida debido a las donaciones del marqués de Villapuente de la Peña y José de la Puente y Peña.

Como primer responsable de esta misión quedó el sacerdote Jaime Bravo (1720-1728), posteriormente fue sustituido por el sacerdote William Gordón hasta el año de 1734, cuando ocurrió la gran rebelión de los pericúes, y se vio obligado a abandonar el sitio de forma acelerada para proteger su vida, resguardándose por unos días en la Isla Espíritu Santo y posteriormente regresó a Loreto.

Fue hasta el año de 1736 que vuelve a restablecerse la Misión pero ya no tuvo la gran cantidad de neófitos como en los tiempos pasados. De ella se hizo cargo el sacerdote Segismundo Taraval, sin embargo las epidemias de 1742, 1744 y 1748 y la gran sequía que se dio por varios años en el sitio, redujeron tanto a los naturales que la sostenían que finalmente los jesuitas decidieron cerrarla en el año de 1749 y trasladar sus ornamentos, neófitos sobrevivientes e incluso a la imagen de la Virgen del Pilar hacia el poblado de Todos Santos en la bahía de Las Palmas.

Maravillosa e interesante resulta siempre la historia de nuestra sudcalifornia, de cómo palmo a palmo se fue conociendo su gente y sus costumbres, que con el paso del tiempo conformaron nuestra identidad. Menester es que todos los que habitamos en esta tierra la conozcamos.

 

Bibliografía:

Michael Mathes “Las Misiones de Baja California. 1683-1849. Una reseña histórica fotográfica”.

 

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Señala diputada al rastro municipal como riesgo para salud de la sociedad

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La Paz, Baja California Sur (BCS). El Congreso del Estado, exhortó a la Secretaria de Salud a través del equipo de control de vectores en las aceras y calles de las zonas aledañas al rastro municipal de La Paz,  para combatir el problema que representa la presencia excesiva de garrapatas y moscas en las viviendas, y a la Comisión Estatal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios a fin de realizar una verificación sanitaria en esas instalaciones para vigilar el cumplimiento de las disposiciones sanitarias establecidas en la Ley de Salud, el reglamento y las Normas Oficiales Mexicanas, informó el Congreso del Estado.

Lo anterior, a través de un punto de acuerdo que presentó la diputada Elizabeth Rocha Torres, (aprobado por unanimidad), por la solicitud que le hicieran vecinos de las colonias El Progreso, INVI, Mezquitito, La Cañada, Valle del Mezquite y principalmente Península Sur (que colinda con el rastro y ahí se ubican más de 1000 viviendas, habitando aproximadamente 600 familias y en promedio 1800 vecinos), que a diario padecen daños colaterales de la prestación del servicio público del rastro municipal, pues dado el crecimiento de la ciudad, fue alcanzado por la mancha urbana y los vecinos manifiestan sufrir de fuertes olores (derivado de la matanza animal), presencia excesiva de moscas en las viviendas por los desechos que de ahí se generan, contaminación auditiva por exceso de ruido a ciertas horas, plaga de garrapatas en los alrededores y en el lugar en mención, así como presencia de animales carroñeros en la zona.

La representante popular puntualizó la urgencia de reubicar el rastro a las afueras de la ciudad, aludiendo el anuncio del alcalde de La Paz, sobre una futura remodelación al inmueble, lo que resulta ocioso ya que el problema de salud que genera esta dependencia de los servicios públicos, hacen imperante la necesidad de mudar el edificio.

Reconoció que este problema representa un riesgo latente a la salud de niños, niñas y en general de toda la población que habita en esta zona de la ciudad, agregando que es un foco de contaminación que produce el rastro municipal, pues el mal olor, las descargas de sangre y vísceras, así como la presencia de plagas de moscas, son un problema de salud pública para los ciudadanos de la zona.




Miguel León Portilla. Una vida entreverada con la mítica California

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Tierra Incógnita

Por Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Con suma tristeza nos enteramos del terrible deceso, para el mundo de los mortales, del gran filósofo e historiador mexicano Miguel León Portilla, acaecido el 1º. de octubre del año en curso. Sin embargo, para consuelo de aquellos que seguimos su obra desde hace muchos años, abrigamos sus hermosas palabras: Con el paso del tiempo me he reconciliado con la muerte. A lo mejor vivo 92, a lo mejor 100, no sé; pero ahora ya no tengo ningún miedo, porque he procurado trabajar hasta donde he podido” (Entrevista periódico Excélsior. 2016). Y así fue, el Dr. León Portilla fue un incansable escritor que nos legó una obra de por lo menos 16 libros, un sinfín de artículos, prólogos de muchísimos libros más, así como Instituciones de Investigación Histórica que fundó como fueron el Archivo histórico “Pablo L. Martínez” de Baja California Sur (1969) y el Centro de Investigaciones Históricas (UNAM-UABC) en Tijuana, B.C. en el año de 1975.

León Portilla narra en uno de sus escritos el influjo casi hipnótico que tuvo desde su más tierna edad por la California ancestral. Contaba él mismo que cuando estudiaba en el Colegio México, en la Ciudad de México, una profesora les habló durante la clase de historia de una California que había pertenecido a México pero que formaba parte de los Estados Unidos. Yo levanté la mano para decir que creía que era de México; ella contestó: “Ya te dije que toda California es de Estados Unidos, pues nos la quitaron en la guerra”. Insistí que formaba parte de nuestro país y entonces me sacó de la clase por rebelde. Cuando llegué a mi casa le pedí un mapa a mi padre y juntos confirmamos que pertenecía a México, pero ya no se lo dije a la maestra porque pensé que no sólo me iba a expulsar de la clase sino también de la escuela”. Como podemos darnos cuenta en esta anécdota tan interesante en la vida del Dr. Portilla, él desde pequeño, contaría con 9 o 10 años de edad, tenía un carácter sumamente curioso aunado a una actitud firme, en donde defendía su punto de vista aunque en ello le fueran castigos o regaños.

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Conforme nuestro personaje fue creciendo, no sólo en edad sino en conocimientos, cursó estudios en diferentes instituciones tanto de México como del extranjero. Se nos menciona que en el año de 1943 y 1944 cursó el bachillerato en ciencias sociales en un Instituto de Ciencias regido por Jesuitas, en donde interioriza no sólo las virtudes que ellos profesan sino también su deseo por profundizar en las ciencias y las artes, y ¿por qué no? en las hazañas que cientos de años atrás llevaron a cabo ilustres miembros de esta Orden como fueron Salvatierra, Kino, Ugarte, Baegert, Venegas, Clavijero, etc.

León Portilla fue de los pocos historiadores de las tradiciones de los grupos indígenas del centro y sureste del país que hablaba perfectamente en Náhuatl. La razón de ello fue producto del encuentro con uno de los grandes estudiosos de los textos precolombinos, el sacerdote Angel María Garibay. Se dice que el encuentro de estos dos hombres se dio de la siguiente manera: “(Garibay) Cuando, enviado por la universidad se me presentó a preguntar si me hallaba en disposición de dirigir su tesis sobre la filosofía náhuatl con que tenía la pretensión de hacer el doctorado, yo le hice esta pregunta: “¿Conoce usted la lengua mexicana de los antiguos?”. (León Portilla) No, fue la respuesta. (Garibay) Amigo mío —le dije—, bien me sé que hay quien habla de la filosofía platónica, sin saber dos palabras del griego, y de la filosofía kantiana, sin conocer el alemán. Pero la seriedad de un doctorado pide algo muy distinto. Tiene usted que saber náhuatl. De otra manera, o niega lo que no conoce, o hará una preciosa novela de fantasías, como hacen muchos más, a base de datos incoherentes y vagos. Convino en que era necesario conocer, y con suficiente profundidad, la lengua y los documentos sin número que la diligencia de los primeros civilizadores nos acumuló”.

En menos de 6 meses, contando con el apoyo de tan célebre erudito, Miguel León Portilla aprendió el Náhuatl.

Fue en el año de 1956 que egresa de la UNAM con el doctorado en filosofía, con especialización en historia prehispánica. En su examen de grado obtuvo la mención de Summa cum laude, algo inédito en aquellos años. El regreso formal al romance del Dr. Portilla con la Antigua California se dio con la llegada a nuestra entidad del Lic. Hugo Cervantes del Río como Gobernador del territorio (1965-1970), se empezaron a realizar una gran cantidad de obras de interés público para tratar de resolver el gran atraso que existía en la entidad en este aspecto. Fue para el año de 1968 que acude a nuestro territorio el emérito investigador León Portilla acompañado de su esposa Ascensión Hernández Triviño, para dar una serie de conferencias ante la comunidad de historiadores. Durante su estancia, el historiador León Portilla empieza a indagar con las personas del gobierno territorial sobre la existencia de algún archivo o los documentos que se tuvieran sobre la historia de nuestra península. La tarea de buscar estos documentos le tocó al profesor Armando Trasviña Taylor, en ese entonces director de Acción Social y Cultural del gobierno del Territorio.

Las pesquisas dieron resultado y se tuvo conocimiento que en un cuarto del piso superior de lo que era la cárcel municipal y delegación (el Sobarzo) se encontraban almacenados todos esos documentos. De inmediato se dieron a la tarea de rescatarlos y clasificarlos para iniciar con lo que fueran las bases del Archivo Histórico del Gobierno del Territorio. Fue una labor titánica ya que los documentos estaban amontonados sin el menor cuidado, muchos de ellos deteriorados por el paso del tiempo y la nula protección ante los fenómenos atmosféricos, el polvo y la fauna nociva. Gracias a la paciencia y trabajo del profesor Trasviña Taylor y el Dr. León Portilla, los documentos quedaron debidamente resguardados y fue el 9 de mayo del 1969 en que el gobernador Cervantes del Río realizó la ceremonia en la que se da formal existencia a este recinto de la historia.

Posteriormente, en el año de 1971 trabaja y edita 3 documentos que dan origen a su obra Testimonios sudcalifornianos, el cual es un libro en donde su pasión por la California Mexicana comienza a dar frutos. A este libro le siguieron Historia de la Antigua o Baja California que fue una traducción del libro que cientos de años atrás realizara Francisco Javier Clavijero, el mismo Dr. Portilla hizo el prólogo así como interesantes anotaciones para un mejor entendimiento y análisis de esta obra. Los días 6, 13, 20 y 27 de julio de 1972 —siempre en El Colegio Nacional— ofrece varias charlas en torno a la etnohistoria de Baja California: “El testimonio de sus pinturas rupestres”, “Contactos con los nativos californianos durante los siglos XVI y XVII”, “La aculturación misionera” y “Acabamiento de la población nativa”. En Corona del Mar, California, el 5 de mayo ofrece la disertación The Contribution of Miguel del Barco (1706-1790) to the History of Baja California.

Algo digno de reconocerse es que León Portilla no fue sólo un historiador de escritorio, también fue de campo. En el año de 1973 viaja desde la ciudad de Tijuana hasta San José del Cabo, recorriendo la distancia de 1200 kilómetros en donde ofrece animadas charlas y conferencias acaecidas los días 25, 27, 30 y 31 de mayo: “Loreto, capital histórica de las Californias”, en Loreto; “Penetración al norte peninsular durante el siglo XVIII”, en Misión de San Ignacio Kadakaamán; “Los indígenas de Sudcalifornia en la región del Cabo”, en San José del Cabo; “Sudcalifornia en la tradición marítima de México”, en La Paz. Regresa a la Ciudad de México a continuar con su intenso trabajo de conferencista y redactor de libros y vuelve a nuestra península los días 23 y 25 de octubre, en la Sala de Convenciones de la Cámara Nacional de Comercio y bajo los auspicios del Club Rotario de Tijuana, diserta sobre “El antiguo mundo indígena de Baja California” y “Las grandes exploraciones de Baja California durante el periodo colonial”. Ese mismo año ve la luz una traducción del libro Historia natural y crónica de la antigua California, obra inédita del jesuita Miguel del Barco, escrita por él durante su exilio en Bolonia. También publica el artículo Voyages of Francisco of Ortega.

Un aspecto interesante y que hubiera tenido grandes repercusiones en la historia sudcaliforniana ocurrió en el año de 1974. Suceso que, por la trascendencia, debería ser rescatado y conocido por todos los habitantes de estas tierras y por sólo este hecho debería el nombre de Miguel León Portilla estar en la mente de sus habitantes. En ese año el presidente de la república, Luis Echeverría Álvarez, estaba realizando consultas entre los legisladores federales para cambiar el nombre de “Baja California Sur” por el de Benito Juárez o California de Juárez, seguramente motivado porque 2 años antes se había conmemorado 100 años del fallecimiento del Benemérito de las Américas.

Al enterarse de esta pretensión, nuestro ilustre investigador realizó una acalorada defensa de nombre de nuestra península, e incluso propuso que si éste irremediablemente debía de modificarse, que al menos tomara el nombre de Sudcalifornia: Hablar de sudcalifornia y llamarse sudcalifornianos es hacer rescate de un pasado con rica historia. Por otra parte “sudcalifornia” es vocablo correcto en castellano.

En el año de 1974, regresa a Baja California para disertar en La Paz, el 28 de abril y el 2 de mayo, sobre “La antigua California a mediados del siglo XVIII” y la “Significación de Baja California en la historia de México”. También a finales de ese año realiza una colaboración en el libro Historia de Baja California, así como la introducción y notas de Descripción y toponimia indígena de California. El 5 de febrero del año siguiente dicta su primera conferencia del año en el Museo Nacional de Antropología e Historia: “Baja California: su significado en el pasado y en el presente de México”. El 25 de julio, con la anuencia de los rectores Guillermo Soberón de la UNAM y Luis López Moctezuma de la UABC, se firma el convenio para crear el Centro de Investigaciones Históricas UNAM-UABC, la firma tiene lugar en el Observatorio Astronómico de San Pedro Mártir, a 3,100 metros sobre el nivel del mar. Lamentablemente, el revanchismo y la visión miope de un grupo de historiadores aficionados y cronistas locales provocaron un gran conflicto que desembocó en el incendio parte de las instalaciones de este importante centro.

A finales del año de 1979 participa en el prólogo de la interesante obra El régimen jesuítico de Baja California de Ignacio del Río, uno de sus grandes discípulos. De vuelta al noroeste de México, pronuncia tres conferencias en la ciudad de La Paz: “Historiografía acerca de los grupos indígenas prehispánicos de Baja California”, día 6 de noviembre de 1981; “La antigua California prehispánica”, día 8 y “Fuentes para la historia de Baja California Sur”, el día 13. En 1982 participa en la Primer Semana de Información Histórica de Baja California, de la cual se publica la memoria. El 2 de mayo de 1983 en La Paz, pronuncia en el Museo Antropológico, su disertación “Las lenguas indígenas de Baja California”. El amor por nuestra media península siempre lo llevaba con él, es por ello que el 28 de agosto, en la sala Lerdo de Tejada del Senado de la República, charla sobre la “Significación de Baja California Sur en las historias nacional y universal”. Es en el año de 1985 que publica su libro Hernán Cortés y la Mar del Sur, un texto de lectura obligada para quienes deseamos conocer ampliamente la influencia de este explorador español en la California. En abril de 1986, los días 21, 22 y 28 viaja y en la Universidad, en la Casa de Cultura de La Paz y en el Auditorio de la Casa de la Juventud ofrece sendas conferencias: “Exploradores jesuitas de la península de Baja California”, “Temas y problemas de la historia de Baja California” y “Trayectoria Cultural de Sud California”.

En octubre de 1994 viaja a nuestra media península para coordinar en San Ignacio Kadakaamán, la reunión sobre protección de las pinturas rupestres de Baja California, organizada por el INAH. El día 24 de marzo de 1995 —a instancias de la UABC— pronuncia en Ensenada la charla “Mi interés y mis libros acerca de Baja California”. En una muestra más del delicado afecto profesado a la historia de la antigua California, él y su esposa donan al Instituto de Investigaciones Históricas de la UABC su valiosa colección California Mexicana, acopio de más de 1,600 documentos —entre libros, revistas, folletos, sobretiros, mapas y planos de la península— construido en treinta años de búsquedas y pesquisas en librerías especializadas y estanquillos de libros de viejo, durante sus múltiples viajes por México y el mundo. Los bajacalifornianos expresaron su agradecimiento: Estamos ciertos de que la historia de nuestra California es lo que es, gracias a aquel niño que se negó a creer que nuestra península… no era mexicana (Aidé Grijalva. “La generosa donación incluyó joyas bibliográficas de los siglos XVIII y XIX y un mapa californiano original de 1824”).

León Portilla continuó haciendo viajes hacia esta península, principalmente a Tijuana y Mexicali donde dictó varias conferencias, sin embargo dada su avanzada edad, cada vez sus viajes eran más esporádicos y prefería dedicar sus fuerzas a la elaboración de nuevos libros o artículos de divulgación del mundo prehispánico.

Afortunadamente en el 2016 tuvimos la fortuna de que accediera a acudir a nuestra ciudad de La Paz, a la capital de la tierra de sus amores, para recibir dos grandes reconocimientos de manos de las autoridades representativas de los sudcalifornianos: El Doctorado Honoris Causa que le confería la UABCS, el primero que da en su historia, y un Homenaje por parte de los tres poderes del Gobierno del Estado el cual se realizó en la sala de Sesiones “José María Morelos y Pavón” del Congreso del Estado. El mencionado evento estaba programado para llevarse a cabo el 3 de mayo de 2016 pero tuvo que posponerse hasta el 25 de octubre.

Hombres como Miguel León Portilla no mueren, puesto que su vida ejemplar y sus obras quedan de forma perenne en la historia de un pueblo. Mientras hayamos sudcalifornianos que releamos sus libros, sus artículos, que los transmitamos a nuestros hijos e hijas, pero sobre todo que hagamos honor a su ejemplo y a su vida, el Doctor Miguel León Portilla seguirá vivo, aquí, con nosotros.

 

Bibliografía:

“Un nombre para el nuevo estado: Sudcalifornia” – Miguel León Portilla.

“Miguel León-Portilla. Apuntes para su biografía. 1956 – 2012”. Cruz Alberto González.

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