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Determinan el cierre nuevamente de las playas paceñas

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La Paz, Baja California Sur (BCS). Derivado del incremento que se ha registrado de pacientes positivos con COVID-19 en el municipio de La Paz, el Comité Municipal de Salud (COMUSA) determinó nuevas medidas que habrán de implementar para la seguridad de la ciudadanía en materia de salud, las cuales habrán de implementarse a partir de este 03 de julio.

En los acuerdos tomados por los integrantes durante la Segunda Sesión Extraordinaria, se determinó el cierre total de las playas paceñas a partir del viernes 03 de julio y hasta nuevo aviso a reserva del comportamiento en los casos positivos; esto, con la finalidad de evitar que se sigan dando aglomeraciones entre la población y el riesgo de contagio que ello implica.

Así también, se decidió el cierre total del Malecón costero a peatones (incluyendo el tramo del Molinito a Coromuel), quedando permitido solamente el tránsito de vehículos y bicicletas.

De igual forma, se realizarán más supervisiones aleatorias en paradas del transporte público para garantizar que las unidades cuenten con el dispensador y abasto suficiente de gel antibacterial, que se respeten los límites de capacidad en el aforo, así como, el uso obligatorio de cubrebocas tanto los usuarios como los choferes.

Otros de los acuerdos tomados, fue la extensión del horario hasta las 23:00 horas, de venta de alimentos en restaurantes, puestos ambulantes y semifijos en la vía pública (éstos últimos dos, permitida la venta solo para llevar), acatando en todo momento las medidas preventivas correspondientes que ha dado el sector salud.

Todo lo anterior, sumado a la intensa difusión de las medidas de prevención de contagio por COVID-19, como lo son: el correcto lavado de manos con agua y jabón, el distanciamiento social, la limpieza y desinfección constante de superficies y espacios de uso común, evitar el saludo con contacto físico, y usar correctamente el cubrebocas.




Cromwell, tal vez un pirata o el nombre de su barco, o simplemente una suave brisa vespertina

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Tierra Incógnita

Por Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Baja California Sur, por ser una península, es una tierra propicia para la creación de historias en torno al tema de los piratas. Algunas de ellas tienen como fondo eventos reales como fue el caso de Thomas Cavendish y Woodes Rogers, que fueron corsarios que saquearon a los Galeones de Manila frente al puerto de Cabo San Lucas; pero otras historias de piratas han sido producto del imaginario de los lugareños. Con el paso del tiempo, los nombres, reales o ficticios de algunos de sus participantes, llegaron a convertirse en toponímicos e incluso para ciertos eventos atmosféricos. Tal es el caso del cual nos ocuparemos en esta narrativa.

Después de hacer una acuciosa investigación en diferentes medios digitales e impresos sobre “el pirata Cromwell”, pude hacerme de una serie de datos que arrojan mucha luz sobre la existencia, o no, de este mítico personaje. Expondré aquí estos resultados dejando como siempre al amable lector, para que sea él quien decida la conclusión de la existencia de este escurridizo personaje.

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En un interesante relato, producto de la creatividad del escrito Manuel Alejandro Cota Crespo el cual se titula El Coromuel, menciona lo siguiente: Un día, allá a principios del siglo XIX, los diez o quince habitantes a que se reducía la población de La Paz, se hallaban reunidos frente a la casa única que entonces existía llamada la Casa del Rey. Contemplaban con gran sorpresa e inquietud un barco, que cual misterioso aparecido amaneció fondeado en el puerto, sin que se supiera por dónde ni a qué hora había sido su arribaje. En el aislamiento e incomunicación en que aquella gente vivía en ese apartado suelo, la presencia del buque fue un acontecimiento impresionante por lo extraordinario. ¿Qué buque será? ¿De dónde viene? ¿Qué vendrá a hacer?

Estas preguntas se repetían en voz baja, sin que nadie pudiera contestarlas por más conjeturas que se formaran, apurando los esfuerzos de una imaginación exaltada por el temor de la desconfianza.  Lo único de que pudieron darse cuenta, gracias a una anciana que mal deletreaba, fue que el buque se llamaba “El Cromwell” porque así se leía en grandes caracteres por babor y estribor de su proa; nombre que por su difícil pronunciación fue transformado desde luego en el de “Cromuel” y, poco a poco después, en “Coromuel”. El buque permaneció en completo aislamiento; nadie de a bordo vino a tierra, ni nadie de tierra se atrevió a ir a bordo.

Dos días después de su arribo y poco antes de obscurecer y comenzara a soplar la fresca brisa del sureste, echó al agua un bote que salió al mar. Al día siguiente a la misma hora salió a la mar otro bote; y así en lo sucesivo botes iban y botes venían aprovechando aquel vientrecillo vespertino, con tal regularidad que poco a poco las gentes que desde tierra estaban en constante acecho de cuanto en el buque pasaba, luego que comenzaba a soplar, se decían unas otras: “ya viene el viento del coromuel”, y como si se tratara de la cosa más novedosa e interesante, abandonaban sus ocupaciones y permanecían viéndolos hasta que se perdían a lo lejos de la costa, entre las obscuridades de la noche. Aquella extraña reserva que guardaban cautelosamente a bordo, mantenía viva la curiosidad insatisfecha de los habitantes del puerto, quienes dispuestos por su sencillez e ignorancia a ver lo sobrenatural, lo pavoroso en todo lo que no podía explicarse, se suponían y comentaban mil cosas diabólicas, algo de fantasmas y de hechicerías que pasaban en el misterioso buque, cuyo mal pronunciado nombre corría de boca en boca, despertando cierto temor supersticioso.

Al cabo de un mes de haber permanecido en el atracadero, el Coromuel, que con tal nombre lo seguían llamando, izó sus velas y se alejó del puerto sigilosamente, sin que volviera a saberse nada de él.

Pero al año siguiente, cuando las brisas del sureste comenzaron a refrescar las tardes de verano, se avisó en el horizonte, llegó otra vez a fondear en aguas de La Paz, y como en el año anterior, estuvo incomunicado con tierra y despachando sus botes al atardecer. Al tercer año, con los primeros soplos del vientecillo de que hemos hablado, vino a los habitantes paceños el recuerdo del mismo buque. ¡Ya viene el Coromuel —se dijeron. Y positivamente, a poco echaba anclas en el fondeadero. Mientras los habitantes de La Paz no podían darse cuenta de lo que el Cromwell venía a hacer a estas costas, una tarde de ese último año mencionado, el capitán y el contramaestre, recargados en la borda de popa y contemplando maravillados uno de los bellísimos crepúsculos por los que se singulariza este admirable cielo californiano, tuvieron la conversación siguiente:

–Por cierto —dijo el contramaestre— esto de venir a hacer excavaciones tan aventuradamente en estas playas desiertas y gastar tiempo y dinero no es cosa de alabarse.

–Tienes razón —dijo el capitán— pero ésta será la última vez que lo hagamos.

–En fin —dijo su interlocutor— supongo que debe haber alguna indicación en donde pueda encontrarse el tesoro.

Entonces el capitán le refirió:

–Algunos años después de la conquista de México, uno de los piratas ingleses que invadieron el Océano Pacífico y se refugiaron en las costas de esta península, capturaron cerca de Cabo San Lucas uno de los galeones de Filipinas, y entre el botín entregado a dos de los piratas encontraron un documento en que se revelaba la existencia de un tesoro oculto en cierto lugar de la  “Ensenada de Muertos”. Pero solos y sin recursos no pudieron quedarse a buscarlo, más en una región desconocida y habitada por tribus salvajes. En un principio pensaron comunicar su hallazgo a algunos compañeros, pero comprendiendo que nada lograrían con eso, resolvieron volver cuando tuvieran los medios necesarios. Pero de inmediato surgió la dificultad de quién de los dos conservaría el documento. Por muchos años los había unido una amistad íntima que como hermanos se trataban, pero como cierzo que agosta el corazón de todo sentimiento noble y generoso, se desconfiaron mutuamente, y pretextando que podía morirse alguno de ellos o verse obligados a separarse, pensaron asegurar cada uno lo que le correspondiera.

 

Después de meditar largamente como zanjarían aquella dificultad, convinieron en dividir el documento en dos partes. De tal manera pensaron para sí, uno sin el otro no podrá venir en busca del tesoro.

Ya en Inglaterra se separaron con el propósito de procurar cada uno los medios para volver a la Nueva Albión, como por algunos años se llamó a esta península, y apoderarse del tesoro. Pero a pesar de sus esfuerzos no lo lograron y se resignaron a vivir en la mayor de las pobrezas. Uno de ellos murió al poco tiempo y la parte del documento que le pertenecía se fue trasmitiendo a sus sucesores hasta llegar a poder de mi esposa.

Inútiles han sido mis pesquisas para encontrar la otra parte; sin embargo resolví al fin venir a buscarlo, pero creo que no será posible por los datos incompletos que poseo. Así es que nos iremos para no volver más.

Pasados algunos días de esa conversación, algo extraordinario que pasaba en el barco en altas horas de la noche despertó a los pobladores de La Paz. Se alcanzaba a escuchar un exaltado vocerío, gritos aislados, estruendos de cadenas, luces que se movían rápidamente en todas direcciones, lo que hizo creer que el buque se preparaba para zarpar, pero no era eso, sino que parte de la tripulación se había amotinado dirigiéndose a la cámara del capitán para asesinarlo; pero este bravo marino, fuerte como un ballenato, repelió la inesperada agresión. Cuando estaban a punto de derribar la puerta del camarote, otro grupo de leales se enfrentó a los revoltosos dominándolos, entre ellos al cabecilla. Al día siguiente, ya restablecido el orden, entre las cosas que se recogieron pertenecientes al promotor del motín, el capitán encontró con grandísima sorpresa, el otro pedazo del documento que hacía falta para dar con el tesoro. Enseguida el buque se hizo a la mar, y pocos días después pescadores de la zona encontraron en la “Ensenada de Muertos” grandes excavaciones y dentro de ellas restos de baúles y cinchos de fierro enmohecidos.

El Cromwel ya no volvió a aparecer en estos mares, pero su alterado nombre había pasado a ser el de la brisa vespertina, cuya deliciosa frescura hace tan agradables las noches de esta ciudad de La Paz.

Existe una variante de esta narración la cual la escribe una persona con el seudónimo de “Abuelo choyero” y la cual titula “Mitos, cuentos y leyendas sudcalifornianas: El nombre del Coromuel”. En su documento narra lo siguiente:

El Coromuel es una hermosa playa que se encuentra en la bahía de La Paz, en el Municipio del mismo nombre, en Baja California Sur. Realmente es una de las playas más cercanas a la ciudad y muy bella, ya que se encuentra rodeada por un lado de los cerros que muestran la flora típica del lugar y por otro la bella vista hacia la bahía.

Una de las historias que se conoce entre los nativos del lugar y que dan origen al nombre del Coromuel, surge aproximadamente en el siglo XVIII, en aquella época donde los piratas merodeaban las aguas del Pacífico y del Golfo de California en busca de tesoros, así como el abordaje y saqueo a los barcos que en aquella época se dedicaban al transporte de mercancías, telas y piedras preciosas desde la India.

En una ocasión, una de estas temidas naves empezó a visitar la ensenada de éste bello lugar y misteriosamente se quedó por varias horas. Los nativos del lugar que se dieron cuenta de tal nave, lo único que hicieron fue esconderse para no ser vistos por los tripulantes y observar cómo podían sus movimientos, temiendo que en algún momento fueran a zarpar y ser atacados por estos piratas. Después de varios días de salir y regresar nuevamente a la ensenada, se empezó a correr el rumor de que en el misterioso barco se encontraba a bordo el osado Cromnwell, un famoso pirata que venía muy sigiloso en busca de un lugar seguro donde ocultar sus tesoros.

Cada vez que entraba a la ensenada este misterioso barco, los nativos del lugar, quienes no podía pronunciar bien éste nombre, decían “Ahí viene el Coromuel” en vez de “Cromnwell” descomponiendo el apellido original del pirata, dando origen al nombre del bello lugar que actualmente nos regala atardeceres únicos frente al muelle.

Finalmente encontré un excelente documento que viene a arrojar mucha luz sobre las especulaciones que por años se han dado sobre el origen del nombre del “Coromuel”. Este documento es de Darío Sbroggio, el cual se titula “El Corumel – El viento pirata”. En su interesante escrito dice lo siguiente:

El escritor Pino Cacucci en su libro “Le balene lo sanno” –título en italiano de unas de sus obras, que significa “las ballenas sí saben” el “Corumel” –alteración de la palabra inglesa Cromwell– es según este cuento “el nombre de un barco, probablemente inglés, que se presentaba en la bahía de La Paz a cada ocaso y, según algunos improvisados históricos estadounidenses, habría aparecido nada menos que en el siglo XVI, enviado por Oliver Cromwell en persona para vencer el dominio español en la región. Como conclusión de este relato nos dice Tal vez [la historia] no sea verdadera, pero como historia de contarse a la posteridad, es linda.

Sbroggio comenta en su documento: “Otra conclusión, de toda manera no totalmente exhaustiva, brota del libro “La fuerza y el viento” de Marita Martínez del Río de Redo, en el cual la escritora e investigadora histórica mexicana, enamorada de historias ligadas al mar y con particular atención a la piratería a cuyo estudio fue iniciada por su padre, el historiador y antropólogo Pablo Martínez del Río y Vinent, nos cuenta que “en Baja California sopla un viento llamado ‘coromuel’, el cual fue aprovechado en una ocasión por Cromwellcuya bandera se conserva en el Museo del Fuerte de San Diego en Acapulco– para hinchar las velas de su nave y darle caza a uno de los casi invencibles galeones de Manila”. De esta supuesta bandera –que en realidad es el retrato pictográfico del también supuesto Cromwell, quizás usada como bandera por el corsario inglés– parece que tenemos pruebas de su existencia, como puede probar la foto que aparece en el mismo libro de la escritora mexicana y como también confirman del museo de Acapulco que tiene en muestra el artefacto.

También cita Sbroggio lo siguiente: El libro de Peter Gerhard titulado “Pirates on the West Coast of New Spain 1575-1742“, un estudio completo y detallado sobre los piratas y los corsarios que infestaban las costas occidentales de México en aquellos casi doscientos años, donde el nombre de Cromwell nunca se presenta por todo el libro, ni siquiera para señalar el viento de lo cual hablábamos antes, ni menos como nombre de algunos barcos.

Aunado a lo anterior Darío Sbroggio puntualiza: un tal Thomas E. Jones, el cual, por medio de lo que descubrió en la “New England Historic Genealogical Society de Boston”, nos comenta que entre sus antepasados hay nada menos que el capitán pirata Thomas Cromwell, que nació, vivió y murió en el siglo XVII, aunque si activo en el otro lado de las costas mexicanas respecto a aquellas en las cuales operaba el nuestro misterioso Cromwell, no obstante, según las fuentes bibliográficas citadas por el supuesto descendiente de dicho pirata – entre estas, las obras no nombradas de William Bradford y John Winthrop, dos importantes cronistas de la primera mitad del siglo XVII, y la obra del reverendo puritano John Wheelwright intitulada “Mercurius americanus” –sus aventuras parecen hayan tenido que ver con tierras, como por ejemplo la de Yucatán– donde hay pruebas de “visitas” de este pirata –que no excluyen en su totalidad una presencia también entre las costas rocosas de la Baja California. La huella, por cierto, parece algo débil y haber comprobado que un pirata de nombre Cromwell haya existido realmente no es de gran satisfacción, teniendo en cuenta que podría ser, con muchas probabilidades, que este Thomas Cromwell no tenga nada que ver con el Cromwell que nos interesa.

Finalmente Darío Sbroggio menciona un último dato que puede arrojar luz sobre la probable existencia, o no, del llamado “Cromwell”: un manuscrito no fechado de Homer Aschmann en el cual, luego haber analizado las diferentes teorías ligadas al nombre de Cromwell, bosqueja una hipótesis que aunque no pueda ser considerada en su totalidad satisfactoria, de cualquier manera podría ser suficientemente probable. Aschmann supone que el nombre de Cromwell y la leyenda alrededor de la cual se mueve su fantasma, sean atribuibles a Oliver Cromwell, caudillo militar y político inglés que a mitad del siglo XVII puso fin, temporalmente, a la monarquía en Gran Bretaña. En realidad, como nos explica el mismo Aschmann, parece que Oliver Cromwell nunca dejó las islas británicas durante su vida, pero lo que parece cierto es que Gran Bretaña, especificadamente durante el gobierno de Cromwell, fuese bastante activa en el ataque al comercio de los españoles, ya sea en el Mar del Caribe, como por el otro lado de las costas mexicanas, sobre todo a lo largo de la amplia zona litoral que empieza desde el actual estado de Guerrero –Acapulco era sin duda el puerto principal-, hasta las costas del Pacífico y el Mar de Cortés. Según esa teoría parecería que los marineros españoles, sobre todo los que venían vencidos por un cualquier corsario inglés, hayan ligado el nombre del temible líder británico Cromwell, al avistamiento de cualquier barco inglés, trasformando todo esto en el espanto de los marineros gachupines en el Pacífico.

Sea cual fuere la decisión que tomemos al escoger una u otra versión del origen del nombre de “Coromuel”, no podemos negar la belleza de relatos que involucra cada una y el ingenio y dedicación que pusieron sus autores para legarnos esta hermosa palabra.

 

Bibliografía:

“El Coromuel” – Manuel Alejandro Cota Crespo

“Mitos, Cuentos y Leyendas Sudcalifornias: El Nombre Del Coromuel” – Abuelo Choyero (Seudónimo)

“El Corumel – El Viento Pirata” – Darío Sbroggio

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El trueque en BCS, economía solidaria contra la crisis

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Hilo de media

Por Elisa Morales Viscaya

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). El cierre de negocios, la pérdida de empleos y la reducción de ingresos de muchas familias mexicanas como consecuencia del paro económico del país provocado por la pandemia del COVID-19, son una realidad innegable y tangible, pero también es innegable el espíritu incansable de nuestra raza de bronce, que ante la adversidad encuentra en sus raíces respuestas a la crisis.

El trueque es simplemente el intercambio de bienes o servicios entre dos o más personas a cambio de otros bienes o servicios sin mediar ningún tipo de dinero en la transacción y es tan antiguo como la humanidad. Históricamente se señala el inicio del trueque con el Neolítico, cuando el hombre, al dominar la agricultura y ganadería, logró producir más de lo que consumiría y comenzaron a darse estos intercambios con otros grupos en la misma situación. En el México prehispánico y de la colonia, los granos de cacao, mantas de algodón y hachas de cobre fueron algunos de los objetos más preciados en el intercambio de bienes. Con la evolución del hombre y sus sociedades, surgió la moneda y el trueque fue sustituido por la compra-venta de productos y servicios.

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Cabe mencionar que el trueque como sistema económico no estaba en un total desuso y algunas comunidades como Zacualpan de Amilpas, Morelos, o Malinalco y Coatlinchán en Estado de México, lo practicaban de manera regular, para el intercambio de productos principalmente orgánicos y hechos en casa o de manera artesanal; en Ciudad de México se realiza el Mercado del Trueque el segundo domingo de cada mes, donde los asistentes pueden intercambiar sus residuos separados (pet, electrónicos, papel, aluminio, entre otros), por productos agrícolas, como vegetales, miel, quesos y mole, entre otros y de igual manera, de 2010 a la fecha, el trueque digital de servicios entre PYMES y autónomos ha tenido un fuerte auge como estrategia de colaboración solidaria que permite el emprendimiento a bajo costo.

Trueque entre mujeres

Así, en la búsqueda de alternativas que ayuden a abastecerse de alimentos y artículos de primera necesidad aun en condiciones de confinamiento, el trueque como medio para adquirir bienes y servicios sin gastar un peso ha tomado fuerza en los últimos meses en Baja California Sur, a través de diversos grupos en redes sociales que han ido creando una red de intercambios entre sus miembros.

Jocelyn Azul, tras dos años de laborar para un hotel en Los Cabos, fue despedida a causa de la pandemia del COVID-19 a finales de marzo: De repente me vi sin trabajo, con la incertidumbre de que iba a pasar en el futuro. Inmediatamente me decidí regresar a La Paz, porque ya no tenía para pagar la renta en San José. Llegué sin trabajo y sin la opción de conseguir uno porque todo estaba cerrado por la pandemia. Yo con muy poco dinero, no podía estar comprando mis cosas, pero me dije, bueno tengo muchos objetos ¿por qué no intentar truequearlos?

Pensé entonces que muchas mujeres iban a estar en la misma situación que yo, sin un trabajo pero con objetos que podían ser de utilidad y que con ellos, quizá podían conseguir cosas tan básicas como alimentos.

Y así nació el grupo Trueque Feminista La Paz B.C.S.: Pensé en retomar el trueque como un modelo económico anticrisis, lo inicié con mi sobrina y ella llevó a sus amigas, yo a mis amigas y así se fue la cadenita y fue creciendo súper rápido, en un mes ya teníamos más de cuatro mil chicas en el grupo haciendo trueques. La idea es lograr, más que un grupo de mujeres cambiando objetos, que sea una comunidad que se preocupa el uno por el otro, o la una por la otra, en este caso.

Tan solo en este grupo de trueque, que cuenta con más de 7 mil 700 miembros, se publican a diario alrededor de 600 ofertas de intercambio, a veces más en fin de semana, donde se destaca el intercambio de alimentos, despensa, comida preparada o productos de limpieza, por ropa de segunda mano o plantas.

El valor agregado

Algo que se destaca en estos intercambios, es el espíritu de sororidad y armonía que se percibe entre sus integrantes. De este ejercicio han surgido historias de apoyo desde quienes logran cubrir necesidades imperiosas de material médico o alimentos para un familiar enfermo; o quien, enfrentando el desempleo trocó su ropa en desuso por materiales para iniciar un micro negocio de repostería, hasta quien se reencontró con un tesoro familiar.

Vicky Ibarra, cuyo negocio del que depende el sustento familiar se encuentra cerrado por la pandemia, relata: Yo inicie en esta página el 27 de abril por azar, a mi hija la habían invitado pero ella se había mudado a Guadalajara y no le vio sentido, pero por coincidencia le apareció nuevamente y por curiosidad decidió unirse. De inmediato y sorprendentemente, lo primero que apareció fue una publicación sobre la que no pudo contenerse y me llamó de inmediato para que ofertara por ella.

Sentí que mi corazón se paralizaba y a la vez quería escapar de mi pecho cuando la vi. Con la mano temblorosa marqué el número y llame a la chica que ofertaba. Quedamos de vernos a las 6:20, aún recuerdo no poder esperar más para obtener este maravilloso “regalo del cielo” como lo llamé. Cuando nos encontramos, la chica que ofertaba me dijo que la había publicado antes pero se arrepintió, y decidió esperar para entregarla a alguien que la apreciara en lo que valía. Al mismo tiempo comenzó a destaparla y a explicarme que cada una de las piezas había sido pintada a mano por el artista y llevaban su firma y que todas ellas eran diferentes.  Le respondí que sí, que esas piezas fueron hechas exactamente como ella decía, pero que además el artista rompió rocas de barro, llevó meses de maduración para lograr un buen resultado, lo forjó con sus propias manos, lo decoró y quemó en su horno y pasó largas horas con una lupa para poder realizar cada trazo y este tipo de vajilla jamás se volvió a hacer.

Me has hecho un hermoso regalo, le dije, aunque yo te haya pagado lo que has pedido. Esa vajilla debía ser mía. Ese artista era mi padre y yo lo veía haciendo este trabajo. Él ha fallecido y el ver en especial esa vajilla única hecha por sus manos, donde esta su vida y su arte, decidí que debería volver al hogar. Todas las circunstancias se dieron para que así fuera, regresará al lugar que le corresponde.

Vicky continúa en el grupo de trueques, realizando intercambios de sus productos por artículos que le permitan pasar la contingencia de una mejor manera a pesar de que su negocio continúe sin poder operar. Como ella, muchas integrantes de esta comunidad virtual han compartido sus historias y agradecimientos por estos intercambios, que les han permitido subsistir en esta crisis sanitaria y económica.

CAMBIO DE PARADIGMA

Uno de los tópicos destacados es el sitio prioritario que se le da a las plantas entre las troqueras, como ellas se denominan. Tanto la fundadora como quienes comparten sus historias, señalan que se ha vuelto una práctica común dar a las plantas un valor básico como moneda de cambio e, incluso, se llegan a intercambiar plantas por muebles o productos de un valor tradicional mucho mayor. En los archivos del grupo se puede dar seguimiento al hashtag #graciasportrocar, donde las troqueras comparten sus experiencias.

Linnet, otra integrante de este grupo, nos comparte que ella misma, quien se consideraba que tenía mala mano para la jardinería, ha cambiado de idea: llegué a los trueques por invitación de una colega, pensé que no era algo serio y de repente publiqué algo y se armó un trueque y luego otro y otro, llevo alrededor de 60, han sido con chicas muy agradables, puntuales y me ha encantado que con mujeres ya conocidas la relación ha mejorado mucho, ha servido para conocer otras y hacer nuevos lazos, nuevas historias. He recibido apoyo para beneficio de otras familias, ha sido enriquecedor, también he adoptado nuevos hábitos y ahora resulta que me gustan, que nos gustan las plantas en casa. Hasta árboles de limón tengo ahora en casa, me estoy convirtiendo en la señora de las plantas, concluye bromeando.

Este fenómeno del trueque en Baja California Sur se ha expandido, en los últimos meses han surgido más y más grupos similares entre los que se destacan Trueque para todos La Paz BCS, Trueque Paceñas, Trueque Feminista Los Cabos, y Trueque entre vatos, aunque no todas las experiencias han sido positivas.

¿Y ellos?

Orso Angulo, el fundador de Trueque entre vatos – grupo exclusivo para hombres inspirado en Trueque Feminista La Paz – nos comparte: una de las primeras cosas curiosas fue que al formar el grupo se acercaron muchas mujeres, aunque el grupo era para vatos, porque buscaban objetos como herramientas o videojuegos, que no se movían mucho en el grupo feminista… Te voy a ser sincero, yo me decepcioné un poco de los vatos, porque todos buscan lo mismo, herramientas y cosas así, pero las piden a cambio de cosas que se ve que estuvieron arrumbadas años, no son muy ecuánimes a la hora del trueque, y se pierde la intención, más bien pareciera que se quieren deshacer de cosas que no usan y quieren renovarlas cambiándolas como nuevas. Incluso hubo un caso de un chavo que subió un lote de diez gorras todas sucias, sudadas, y las cambiaba por ballenas. Algunas otras cosas raras, también, como cambios por rifles o armas que no iban. De hecho, me salí del grupo que había creado, porque me decepcioné. No vi ese gusto de poder cambiar cosas, siento que todos quieren sacar ganancia, fue mi percepción…

En 2009, el español Santiago Niño Becerra publicó un libro –El crash del 2010 haciendo un análisis de la crisis económica que se veía venir y anunciaba una inexorable involución al trueque. Once años después podemos ver que el trueque, lejos de ser una involución económica, ha tomado su espacio dentro de la era digital, convirtiéndose en una genuina opción contra la crisis.

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En negociaciones vuelo directo La Paz-Houston, EUA

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La Paz, Baja California Sur (BCS). El secretario de Turismo, Economía y Sustentabilidad (SETUES), Luis Humberto Araiza López, dio a conocer que a través del Fideicomiso de Promoción Turística del Estado (FITUES), se ha venido trabajando con una importante línea aérea estadounidense para reconectar a La Paz con el país vecino, a través de un vuelo directo con la ciudad de Houston, Texas.

El funcionario detalló que de concretarse las negociaciones, se pretende que esta nueva ruta entre en operaciones los primeros meses del 2021, lo que dijo, permitirá conectar al puerto sudcaliforniano con otros destinos de Estados Unidos y otros países, al facilitar un fuerte nivel de conectividad global.

Araiza López destacó que desde el 2011 La Paz no cuenta con vuelos internacionales, por lo que señaló, con esta nueva ruta se dará cumplimiento a las sentidas demandas del sector de expandir el mercado turístico; y con ello detonar el potencial del destino y así captar mayor derrama económica.

Finalmente, Luis Araiza refirió que la reapertura de los aeropuertos de la entidad y el arribo de vuelos internacionales son sujetos a estrictos protocolos y lineamientos sanitarios para proteger la salud de turistas y ciudadanos. “Tenemos una industria seria y comprometida; toda acción que realicemos en el sector, será responsable y ordenada”, concluyó el titular de la SETUES.




Se cancela torneo de voleibol de playa NORCECA

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La Paz, Baja California Sur (BCS). La Confederación Norte, Centroamérica y el Caribe de Voleibol (NORCECA), oficializó la cancelación del tour de voleibol de playa 2020, que incluía la sede de La Paz para el mes de agosto en la zona del malecón, al no encontrar condiciones adecuadas derivadas de la pandemia del COVID 19, informó el Instituto Sudcaliforniano del Deporte (Insude).

Los miembros de la comisión de voleibol de playa que encabeza el canadiense Ed Drakich por parte de la NORCECA, votaron por unanimidad cancelar el circuito 2020 que comprendía 7 fechas, dos de ellas en México, 3 en República Dominicana, una en Nicaragua y una en Cuba.

Las restricciones de viaje, el patrocinio incierto para los torneos y el impacto negativo causado por la pandemia del coronavirus, llevaron a los directivos a tomar esa decisión esperando encontrar mejores condiciones para el próximo año, en el que se definirán los representativos de la región para los Juegos Olímpicos de Tokio.

Al respecto, el director general del Insude, José Ávila Geraldo, manifestó que solicitará a la NORCECA que se contemple al estado en el programa del próximo año, tomando en cuenta los antecedentes de las cuatro ediciones anteriores llegando a ser calificada La Paz como una de las mejores plazas del tour y que la afición vuelva disfrutar de este espectáculo deportivo.