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Foro “Un México Más Fuerte, Pilares de Paz Positiva”; preguntas por responder

FOTOS: Facebook Un México Mas Fuerte, Pilares de Paz Positiva.

Agenda Comunitaria

Por Frank Aguirre

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Hace alrededor de un mes, tuve la oportunidad de participar en el Foro Nacional Un México Más Fuerte, Pilares de Paz Positiva, en el cual realicé una ponencia sobre la democracia participativa y la colaboración cívica en el barrio; allí surgieron muchas dudas acerca de mi trabajo previo y respecto al tema en cuestión. Quisiera aprovechar el privilegio de publicar en este espacio para contestar el resto de preguntas que los interesados me hicieron llegar y no tuve antes el tiempo de responder:

¿Qué alianzas has construido para aumentar tu impacto en la comunidad?

Con Fundación para la Democracia hemos tenido interés mutuo en fortalecer el trabajo local en La Paz a través de conocimientos, métodos y herramientas que se comparten desde la Fundación. Asimismo, por medio de la organización Por México Hoy hemos colaborado con la intención de aprender mutuamente, partiendo del trabajo ya realizado, y por último, con la Red de Sintonías se ha discutido acerca de la diversidad de pensamiento, ideas y actividades y como ello favorece para encontrar una agenda en común que ponga el localismo al centro.

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¿Hubo algún intento de sabotaje a tu candidatura? ¿Cómo lo manejaste?

Con un bajo nivel de política, efectivamente hubo individuos que a inicios de la pre-campaña buscaron desprestigiar los elementos visuales que manejábamos y nuestro trabajo de comunicación, atribuyendo un plagio —inexistente— del logotipo de la candidatura y una “copia” de uso de colores; esto fue un intento infundado de atribución ridícula sobre la autoría intelectual sobre la gama y el Pantone de los colores. Posteriormente, buscamos construir un diálogo no que no fue correspondido por los quejosos, desconociendo sus causas; a falta de intención de su parte por aclarar el tema, nos concentramos en lo que en ese momento era realmente importante: pedirle permiso a miles de personas para representarles sin partido en la elección del 2018.

Actualmente, ¿cuál es el papel de la ciencia en el desarrollo de la paz?

El papel de la ciencia en el desarrollo de la paz debe de comenzar a “transicionar” hacia un rol más presencial y protagonista en la construcción de este estado armónico; enseñar a la sociedad organizada —como líderes de colonia, activistas, colectivos u organizaciones— métodos y estrategias de acción, formación teórica, desarrollo ideológico y pensamiento crítico. En mi consideración, la construcción de conocimiento, recopilación y análisis de información, así como la publicación de datos y diagnósticos, es esencial pero insuficiente si estos no se aplican en campo o si no la información no regresa a donde fue recabada.

¿Cómo se puede integrar la tecnología en las iniciativas de paz para empoderar comunidades?

Creo que el caso del portal Verificado Mx es uno de los más grandes ejemplos de formación de paz a través del correcto uso de la tecnología —medios modernos de comunicación, investigación y difusión inmediata, estrategias basadas en la comunicación extensa y asertiva— pues contribuyeron a reducir en gran escala la desinformación durante las elecciones del 2018 y, por ende, a la destrucción de prejuicios y la alienación del pensamiento.

 ¿Cómo lograste vincular la medicina con la paz de manera personal y profesional?

Creo desde las primeras prácticas como estudiante de la Facultad, pues la medicina siempre ha estado relacionada con la sanación, con la paz del cuerpo físico, que no es otra cosa que tener el cuerpo en condiciones saludables para desenvolverse.

¿Qué alcance se tiene a través de “Es Posible”? Con el objetivo de enfocar esfuerzos y no “dobletear” trabajos, ¿ha existido algún acercamiento con otras plataformas?

“Es Posible” no tiene un alcance amplio, pero sí uno profundo, dada su intención de trabajar en la calle, con cualquier tipo de vecindad, colonia o barrio; nos hemos acercado con organizaciones locales de la sociedad civil, quienes laboran con temáticas que la misma comunidad ha dicho desconocer o carecer de información para enfrentar problemáticas o acciones que les interesa aprender e implementar.

 ¿Crees que la educación y la cultura sean los principales pilares para la disminución de violencia y la corrupción en México?

Definitivamente. Creo que un sistema educativo que se centre en el desarrollo de los diversos tipos de inteligencia (kinestésica, interpersonal, naturalista, lingüistico-verbal) durante el desarrollo escolar es fundamental para la formación de las personas y la disminución de la violencia; asimismo, es importante tener en cuenta la reafirmación de nuestra consciencia histórica acompañada de civismo y de procesos que nos pongan a analizar, entender y evaluar la manera en la que se organizan los conocimientos que se pretenden interpretar sobre el mundo.

 ¿Hubo algún intento de sabotaje a tu candidatura por parte de otros partidos? ¿Cómo fue?

Sí. Sin embargo, no tenemos certeza acerca de cuál partido se trató; una investigación rápida en redes nos ayudó a detectar un par de bots que constantemente realizaban comentarios xenofóbicos y clasistas sobre mi persona.

 ¿Cómo lograr que los jóvenes así como la opciones alternas a los partidos políticos incidan en las decisiones de las autoridades?

Si están organizados, entonces es conveniente buscar que estos grupos se vinculen con otros colectivos o movimientos con agendas en común, entre más personas sean más fortalecidos se encontrarán, y más llamativo y resonante será el mensaje. Es importante el trabajo de comunicación asertiva en los espacios mediáticos.

 ¿Cómo crees que podemos integrar la tecnología en iniciativas de paz para empoderar a las personas y comunidades?

Actualmente, la tecnología tiene dos filos, enajenar a las personas a través de contenido basura en atractivas plataformas convencionales, o sustituir el exceso y la carga de trabajo a través de aplicaciones y plataformas que nos ayudan a desempeñar nuestras actividades de forma más expedita, para así lograr contar con un mayor tiempo libre, tanto para uno mismo como para la familia, o sea, tener la posibilidad de convivir y disfrutar la ciudad, pueblo, rancho o comunidad.

¿Podrías comentar algunos proyectos en concreto que hayan nacido de “Es Posible”?

Uno de ellos es la ExpONG A.C., la cual se trata de un festival ciudadano que busca vincular a Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC), movimientos sociales o colectivos, con habitantes del barrio que hayan mostrado necesidad e interés de aprender de dichas OSC.

¿Ustedes le dan seguimiento a la creación, desarrollo e implementación a esos proyectos, ¿cuánto tiempo toma aproximadamente?

Sí, damos continuidad y acompañamiento del trabajo de comunitario; el mismo barrio elige un representante para estar en contacto directo y compartir el diagnóstico, así como un resumen elaborado sobre las sesiones realizadas. El proyecto dura algunos meses.

¿El apoyo se trata de fondos económicos? ¿O sólo es asesoría?

El trabajo de barrio es una co-creación o colaboración, no utilizamos la palabra “apoyo”. También asesoramos a la comunidad respecto a la toma de decisiones que se tiene que llevar a cabo para enfrentar una carencia de algún servicio público.

 ¿Cuál es el impacto de dichos proyectos en las comunidades?

Principalmente, en la construcción de espacios públicos, reducción de violencia económica, recuperación de un área urbana, entre otros elementos.

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, esto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




Rosaura Zapata, la única mujer en la Rotonda de los Sudcalifornianos Ilustres

FOTOS: Facebook Rosaura Zapata Cano

Sexo + Psique

Por Yaroslabi Bañuelos 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Empecemos por el final. Rosaura Zapata Cano, la única mujer cuyos restos descansan en la Rotonda de los Sudcalifornianos Ilustres, murió el 25 de julio de 1963. En aquellos días, más de mil 500 kilómetros de montañas y mar separaban su cuerpo de la reseca tierra que albergó su infancia. Apenas ocho veranos antes, el 3 de julio de 1955, las mujeres mexicanas acudieron a las urnas y gozaron del derecho al voto por primera vez en la historia de este país, después de una ardorosa lucha que convirtió el sufragio femenino en una realidad.  No era una época fácil para las mujeres, pero, ¿cuándo lo ha sido?

La familia Zapata Cano vivió la misma trama que muchos hogares de la etapa prerrevolucionaria: un padre ausente, dificultades económicas y una madre que hizo milagros para no zozobrar en el hambre y el abandono. Por esta razón, a los 6 años, la pequeña María Rosaura partió a la Ciudad de México junto a su madre, Elena Cano, para así reencontrase con don Claudio Zapata, militar de profesión, quien hacía tres años había participado en la sublevación del general Manuel Márquez de León contra el régimen de Porfirio Díaz.

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Casa donde nació la maestra Rosaura Zapata

El libro Sudcalifornianos Ilustres de la Rotonda de Leonardo Reyes Silva, nos narra un detalle triste de este pasaje familiar; ya que cuenta que en aquellos años, cuando explotó el “Plan Revolucionario de El Triunfo”, el gobierno culpaba a Elena Cano de la actitud revolucionaria de su marido. Lamentablemente, no es raro que en la actualidad se siga responsabilizando a las mujeres de ciertas conductas por parte los hombres. Quizá la presión social fue el motivo principal, sumado a la serie de carencias que sufrían en La Paz, por el que la señora Elena y su hija se fueron a radicar a la Gran Ciudad, escapando de las penurias y reuniéndose con el capitán Claudio Zapata, que ya había sido indultado.

En el antiguo Distrito Federal,  la joven Rosaura estudió en la “Escuela Nacional para Profesores”, graduándose como maestra de educación primaria y convirtiéndose a través de los años en una pionera en la creación y consolidación de los primeros jardines de niños en México. En 1902 obtuvo una beca de capacitación pedagógica en San Francisco y Nueva York. En 1904, apoyada por Justo Sierra, viajó a Alemania, Francia, Bélgica, Suiza e Inglaterra para estudiar los sistemas de educación preescolar creados por Johann Heinrich Pestalozzi y Friedrich Fröbel. Cuando regresó a México, la maestra continuó con la promoción educativa e instaló un gran número de jardines de niños a lo largo del país, asimismo, aplicó en la enseñanza la metodología pedagógica que había aprendido en Europa.

Además de ser educadora y autora de diversos libros sobre educación preescolar, Zapata Cano fue Inspectora General de los jardines de niños de la Secretaría de Educación Pública (SEP). En 1952 fue distinguida con la “Medalla Ignacio Manuel Altamirano” por sus 50 años de servicio docente, y en 1954, año de su jubilación, se le concedió la “Medalla Belisario Domínguez” del Senado de la República, en reconocimiento a sus méritos en favor de la educación.

Cabe señalar que en el libro de Reyes Silva citado anteriormente, se indica que el gasto autorizado por el gobierno para los viajes de capacitación de Rosaura sólo fue de 400 pesos, mientras los consentidos del Porfiriato disfrutaban de paseos alrededor del mundo derrochando el erario público. También se dice que hubo un jefe que restringió los viáticos de la profesora, porque según él, ella tenía que consultárselo previamente.

Pionera entre la desigualdad

El hecho de que este funcionario desconocido haya relegado a la maestra no se refleja un comportamiento aislado ni fortuito, sino un fenómeno estructural en el ámbito social, académico y laboral que todavía se observa. Aunque hoy en día se ha avanzado en materia de equidad de género y derechos laborales a comparación de la situación que se vivía en el país hace algunas décadas, hay cifras que alarman y confirman que en México persiste la brecha salarial y la desigualdad entre hombres y mujeres. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en nuestro país el 60% de las mujeres trabajadoras carece de seguridad social y de protección a sus derechos laborales.

Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) muestran que en La Paz, la tasa de participación económica por parte de la población masculina económicamente activa es de 74.1%, en cambio la participación femenina es sólo del 49.6 %. Por otro lado, la tasa de ocupación en el sector informal —aquellos trabajos que no cuentan con prestaciones ni seguridad social, como el ambulantaje— por parte de las mujeres representa el 22.3%, resultando más alta que la tasa que presentan los hombres, la cual es del 19.5%. Y en el caso de los sudcalifornianos que sufren de desempleo y tienen una edad entre 25 y 44 años, el 37.4% son hombres, pero un 50.3% de las personas desempleadas son mujeres. Es por ello que los logros y las luchas de mujeres profesionistas y trabajadoras adquieren una relevancia mayor ante estas condiciones sociales que hacen más duro el camino en la búsqueda de una mejor calidad de vida y el goce pleno de sus derechos.

La profesora Rosaura Zapata nació y creció en una época en la que las oportunidades de desarrollo intelectual, laboral y social para las mujeres, eran muy limitadas. Sin embargo, Rosaura logró desprenderse de las fauces de esta desértica península —casi isla— donde no existía más opción que pasar los días tejiendo el hastío o esperando noticias de ultramar; a principios del siglo XX, el destino habitual para las mujeres era únicamente ser la bonita mujer florero de un hombre acaudalado o la perfecta imagen de la “buena esposa” y la “buena madre”. Zapata Cano sorteó la soledad, las carencias y los desplantes machistas, pero sobresalió digna y luminosa en un mundo gobernado por la desigualdad.

No tuvo hijos y jamás se casó. Abrazar sus sueños y dedicarse con pasión a perseguir los propios ideales, construir un desarrollo profesional impecable y entregarse al quehacer comunitario fue un acto valiente, sobre todo al estar inmersa en una sociedad que desdeña a las mujeres “solas”, aquellas que eligen otra ruta de vida diferente a la maternidad y el matrimonio.

No obstante, ¿la maestra Zapata Cano es la única mujer ilustre que ha nacido en tierras sudcalifornianas? Baja California Sur alberga extraordinarias científicas, artistas, deportistas, profesoras, investigadoras, activistas y luchadoras sociales que, pese a las adversidades y a veces desde la invisibilidad, intentan construir una comunidad saludable, diversa y justa. Conviene reflexionar y reconocer a aquellas mujeres que tejen utopías y que crean con sus acciones un mundo menos hostil.

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