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Domingo Carballo Félix, de aquellos maestros que hicieron historia

FOTO: Internet.

Tierra Incógnita

Por Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Baja California Sur es una tierra que ha sido forjada en base a férreas voluntades y al sudor y la sangre de mucha gente valerosa. Desde que se integró al concierto de la Nueva España con el primer asentamiento permanente en el año de 1697 ya han transcurrido más de 300 años, muchas personas tesoneras han dejado su vida en diferentes profesiones y oficios buscando perpetuar la simiente para el futuro que hoy se tiene. Domingo Carballo Félix perteneció a esta pléyade de sudcalifornios que dio realce al trabajo en el terreno educativo y que, por espacio de más de 60 años, sembró en la mente de niños y jóvenes la ciencia y la virtud.

Domingo Carballo nace el 20 de agosto de 1897 en un rancho llamado Los Inocentes, el cual estaba situado al noroeste de la ciudad de La Paz. Fueron sus padres el señor Domingo Carballo Martínez y su esposa Felipa Félix York. Con ellos, aprendió el valor del trabajo y sobre todo incorporó el gusto por dar sentencias a través de refranes, por lo cual se le conocería durante su vida adulta.

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Se traslada a esta ciudad de La Paz en donde lleva a cabo sus estudios de  primaria, los cuales finaliza en 1911. En ese mismo año, solicita convertirse en ayudante de profesor en la Escuela Primaria Elemental de la que había egresado, realizando el examen respectivo el cual aprueba por unanimidad. Al poco tiempo es asignado a la Escuela Suplementaria Nocturna para Adultos en esta ciudad capital, con lo cual da oficialmente inicio su labor magisterial.

Durante los años de 1912 y 1913 trabajó en el poblado de Todo Santos y en esta ciudad de La Paz, sin embargo, debido a la inestabilidad política y militar en el país, producto de la Revolución Mexicana, se suspendieron las actividades docentes. No fue sino hasta el año de 1917 en que reanuda su trabajo en algunas escuelas de esta ciudad capital.

En 1920, contando con 23 años de edad, el gobernador Agustín Arriola Martínez fue enterado de su excelente desempeño laboral, así como su deseo de superación, por lo que lo considera para formar parte de un grupo de estudiantes que sería enviados a la Ciudad de México, becados por el gobierno del Territorio. En el caso del profesor Carballo Félix, por ya estar laborando en una escuela primaria y demostrada su responsabilidad y don de mando, se le asigna la función de apoyo al director de la Casa del Estudiante. Una vez instalado el contingente en la capital del país, por diversas situaciones, Domingo Carballo se queda al frente de la dirección de la Casa del Estudiante.

El carácter inquieto y visionario de  Carballo Félix lo lleva a iniciar sus estudios en la Escuela Normal de México. En los escasos momentos que le quedaban entre el estudio y la dirección de la Casa del Estudiante, realiza diversos cursos y talleres entre los que destacaron: Misiones Culturales, Cruz Roja Estudiantil, Escuela de Comercio e incluso trabajó como profesor en algunas escuelas. En 1926, concluyó sus estudios profesionales y se le ofrece una adscripción como profesor de la planta docente en la Escuela Anexa a la Nacional de Maestros.

Al año siguiente regresa a nuestro Territorio cómo inspector de zona y se le asigna al poblado de San José del Cabo. En este puesto permanece por un año y, posteriormente, recibe su cambio a la ciudad de La Paz. Debido a su gran preparación y experiencia lo nombran primero como docente de la Escuela Normal Regional de La Paz y, en 1929, por meritos propios y su destacado trabajo, se le designa como director de la misma.

En 1931 se hace cargo de la dirección de la Escuela Secundaria Número 14, cuyo fundador fue el emérito Profesor Pablo L. Martínez Márquez. De lo poco que ha trascendido de su vida personal, se sabe que en el año de 1932 unió su vida en matrimonio con la señorita Francisca Josefina Ruiz Cazessús, de la cual enviudó en el año de 1946.

El carácter inquieto de Carballo Félix lo hace que en el año de 1936 viaje a la Ciudad de México, donde trabaja en las Escuelas Secundarias Número 5 y 13. Sin embargo, gente de su valía y dedicación siempre serán necesarias para desempeñar el trabajo en su propia tierra, por lo que el año de 1938 a petición del General Rafael Pedrajo, que en ese entonces era el Jefe Político de nuestro Territorio, le pide que se haga cargo de la dirección de la Escuela Secundaria No.14 en esta ciudad capital.

Al crearse la Escuela Normal Urbana de La Paz el 5 de febrero de 1944, el profesor Domingo Carballo participa como docente, y a partir del año de 1946 fue ascendido al puesto de director de esta Escuela Normal.

En 1964 su excelente desempeño al frente de la Escuela Normal es reconocido y se le pide que viaje a la ciudad de Nueva York, EUA, en donde permanece  durante un mes asistiendo a un curso de Actualización para Administradores y Directores de Escuelas Normales Rurales. El mencionado curso es ofrecido por la Universidad de Albany.

En el año de 1966 recibió la medalla Rosaura Zapata Cano, que otorgaba en aquel entonces el gobierno del Territorio, por sus 30 años de servicio, los cuales desde muchos años antes había cumplido y, en el año de 1971, en un emotivo homenaje, se le reconocen sus 60 años de servicio magisterial ininterrumpido

El 15 de mayo de 1972 se le otorgó la medalla Ignacio Manuel Altamirano por el Gobierno Federal, sin embargo, debido a un avanzado deterioro en su salud, no pudo acudir a recibirla, lo cual era su más ferviente deseo. En una excepción sin precedentes, la presea la recibió de manos del entonces presidente de la república Luis Echeverría Álvarez, el cual acudió hasta el sitio en el cual estaba residiendo.

Su vida se extinguió el 17 de agosto de 1972 y fue sepultado en el panteón de Los San Juanes en esta ciudad de La Paz. El 15 de mayo de 1986 sus restos fueron trasladados a la Rotonda de los Sudcalifornianos Ilustres.

La vida de estos grandes sudcalifornianos debe ser motivo de estudio en todas las escuelas de nuestra entidad, para que sirvan de ejemplo y motivación hacia sus futuros ciudadanos y que, cuando sea el momento de que ellos estén al frente de los destinos de su Estado, lo cumplan con el mismo patriotismo y esmero como lo hicieron estos insignes personajes que les precedieron.

AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, esto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




Así viven los jóvenes de la Casa del Estudiante Sudcaliforniano en CDMX (II)

FOTOS: Modesto Peralta Delgado (excepto las que se indican).

Por Modesto Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). En semanas recientes, CULCO BCS tuvo la oportunidad de visitar directamente la Casa del Estudiante Sudcaliforniano en la Ciudad de México, y conversar con algunos de sus habitantes. Para ver el reportaje previo a éste da CLIC AQUÍ. En esta ocasión, te invitamos a dar un recorrido visual por sus instalaciones, las cuales albergan a 67 jóvenes sudcalifornianos que desean cumplir el sueño de terminar una carrera profesional en la CDMX.

“La Casa” como le dicen los mismos jóvenes, se ubica en Calzada de La Viga número 1448, en la colonia El Sifón, Delegación Iztapalapa de la Ciudad de México.

La tarde de octubre que los visitamos, acababan de reunir en bolsas, alimentos y artículos para ayudar a los afectados por el sismo del 19 de septiembre; es usual que el clima de la CDMX esté nublado y fresco, como lo fue en esta ocasión.

Este es el lobby, la primer área común que encuentra cualquiera que entre; cuenta con algunas obras plásticas de los mismos estudiantes de Arte , algunas de ellas, inspiradas en los paisajes sudcalifornianos.

Estancia o sala de televisión donde los estudiantes pueden ver sus programas de TV, o bien, material audiovisual referente a sus carreras. FOTO: Cortesía.

En el área de comedor no hay día que no se vean la mayor parte de ellos, pues aquí se les cocinan las tres comidas del día los siete días de la semana.

La cocina, donde se preparan los alimentos para los casi 70 estudiantes. FOTO: Cortesía.

Área de comedor, donde es más común que coincidan mujeres y hombres.

Área con sombrillas, para el descanso y organizar alguna comida especial.

La Casa cuenta con gimnacio son aparatos para hacer ejercicio. FOTO: Cortesía.

FOTO: Cortesía.

Cuentan con un acervo bibliográfico considerable, la mayoría, donados; incluso, los mismos ex habitantes han regalado los libros que les sirvieron durante su carrera para legarlo a las nuevas generaciones. FOTO: Cortesía.

Pasillo del área de mujeres.

Habitación de unas compañeras; el orden y limpieza de cada cuarto les corresponde a sus mismos habitantes. FOTO: Cortesía.

Pasillo de las habitaciones de los varones. Los teléfonos quedan casi como un recuerdo en esta época en que la mayoría utiliza el celular.

En la azotea se encuentran las lavadoras que son de uso común. FOTO: Cortesía.

Desde la azotea se distinguen algunas de las pocas plantas que hay en las áreas verdes.

Cancha.

Desde la canasta de la cancha se ve el letrero de que ellos o provienen de Baja California Sur.

 




Así viven los jóvenes en la Casa del Estudiante Sudcaliforniano en CDMX (I)

FOTO: Modesto Peralta Delgado.

Por Modesto Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). En la inmensa Ciudad de México, casi 70 jóvenes de Baja California Sur viven y conviven en la Casa del Estudiante Sudcaliforniano, con el propósito de terminar alguna carrera profesional. En octubre pasado, CULCO BCS tuvo la oportunidad de ir a las instalaciones y conocer tanto al edificio como a algunos de sus habitantes; un pequeño grupo de ellos habló con nosotros sobre cómo viven, que “La Casa no se cierra” y de la necesidad de darle difusión para que los preparatorianos sudcalifornianos sepan que aquí pueden tener techo y comida si van a la CDMX a estudiar alguna profesión.

La Casa —como ellos le dicen— se ubica en Calzada de La Viga número 1448, en la colonia El Sifón, Delegación Iztapalapa de la Ciudad de México. Cuenta con tres plantas y un total de 48 cuartos, cada uno para dos compañeros; en la planta baja se encuentran los dormitorios de las mujeres y las dos restantes son para los varones. Entre las áreas comunes están una estancia o lobby, sala de estudios, sala de juntas, biblioteca, gimnasio, cancha y patios; por supuesto, está el comedor donde diariamente toman sus tres alimentos; y en la azotea hay lavaderos, lavadoras y tendederos. Cuentan con todos los servicios básicos, incluyendo acceso a Internet.

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Estuvimos a un mes, aproximadamente, del sismo del 19 de septiembre de este año en la Ciudad de México, el cual tuvo severas afectaciones humanas y materiales, sin embargo, en este caso no pasó nada. En el edificio no hay ninguna cuarteadura visible, lo que confirma que no representaba un riesgo para sus habitantes como se difundió en 2106. “Afortunadamente, después de los dos temblores no hubo daños, no pasó nada. La Casa está como siempre ha estado —contaron. Durante el temblor, en la tarde nos encargamos de contactar a los más cercanos para asegurarnos que todos estuviera bien; al día siguiente madrugamos para llevar alimentos a los brigadistas; salimos con herramientas para ayudar (…) Agradezco a la ciudadanía de BCS que se unió a la causa y se unió a nosotros, ya que pudimos comprar bastantes víveres, muchos de primera necesidad para bebés… Así fue como manejamos la situación, todavía algunos siguen ayudando en albergues”.

Esa tarde de octubre, salimos desde el Zócalo capitalino en metro y en un camión de transporte público, sumando aproximadamente 40 minutos de viaje y 11 pesos de pasaje. La Casa del Estudiante Sudcaliforniano está sobre Calzada La Viga, de mucho tránsito vehicular, y frente a un camellón o parque con áreas verdes donde se ven pasear a personas y sus mascotas. De entrada, se percibe la seguridad de la casa, con bardas y alambrado en la parte alta. Esa tarde, unos jóvenes llegaban con bolsas de mandado para la comida y pasaban por el lobby, donde pudimos entrevistar a un par de ellos.

“No se cierra”

La Casa no se cierra. Seguimos con nuestra postura y por parte del Gobierno del Estado no ha habido nuevos intentos ni nuevas declaraciones que inciten al cierre de la Casa”, respondieron al preguntarle por el conflicto que hubo hace un año en este sentido. Fue a principios de agosto de 2016 que Héctor Jiménez Márquez, secretario de Educación del Gobierno estatal, dio a conocer la decisión de cerrar la Casa del Estudiante Sudcaliforniano “por presentar severos daños estructurales”. Tras haber cerrado la primaria “18 de Marzo” en La Paz —ya derruida totalmente—, y por la misma razón, esa noticia hizo un escándalo que movilizó no sólo a los estudiantes, también a sus padres y exhabitantes como la Asociación Civil Cádiz BCS.

FOTO: Cortesía.

A finales de septiembre del año pasado, el gobernador Carlos Mendoza Davis anunció: “quiero ser una vez más categórico y enfático: la Casa del Estudiante no se cerrará“. Para llegar a esta conclusión se tuvieron que hacer estudios a la infraestructura, uno mandado a hacer por la SEP de BCS que supuestamente comprobaba daños estructurales y que, incluso, en su momento, lo avaló la CMIC; pero hubo otros análisis que señalaron lo contrario. Los jóvenes que siguen en el edificio contaron para este medio: “claro que hubo estudios para comprobar que La Casa podía ser habitada. Nosotros nos encargamos de hacer eso y autoridades de aquí, de Protección Civil, y algunos profesionales en el área realizaron dictámenes de la estructura. Afortunadamente, todo esta bien contrario a lo que planteaba el Secretario de Educación“.

En efecto, el edificio sigue en pie, pero comentaron que quizá algunas personas piensan que se cerró. “Sí es necesario más difusión. Hay mucha gente que aún no saben que la Casa está aquí o que piensan que cerró y no brinda servicios, pero es importante que sepan que sigue abierta”. Además, manifestaron que a más de un año de que Protección Civil de la Delegación Iztapalapa hizo un dictamen enfatizando que el inmueble representaba bajo riesgo, pero recomendaba al Gobierno del Estado hacer un mantenimiento preventivo, y eso no ha ocurrido. “Efectivamente, el Gobierno (de BCS) no ha hecho nada”, dijeron. Lo que si continúa haciendo es aportar recursos mensualmente, lo que mayormente se va en alimentos.

¿Cómo opera?

Aquí se provee alojamiento y las tres comidas del día a los jóvenes; no otorga becas en colegiaturas o materiales de estudio. “El Patronato es quien maneja el recurso de la Casa. El dinero que nos envían mensualmente se va un 80 por ciento en comida, lo demás en pagar servicios y dos empleados que tenemos (…) Tenemos tres cocineras y una persona de apoyo en la cocina; otra para hacer limpieza general; y una persona de lava los baños tres veces por semana”.

El Gobierno del Estado otorga mes con mes los recursos que finalmente es administrado por el Consejo Estudiantil que se elige cada año y está formado por nueve jóvenes: tres de ellos administran las finanzas; tres se enfocan en hacer valer el reglamento; y tres más de mantenerse en comunicación con el Gobierno, escuelas, instituciones o personas.

FOTO: Cortesía.

Ellos desconocen cuántos jóvenes sudcalifornianos más estén en la CDMX y que no están con ellos. “Sí hay otros de BCS viviendo aquí, pero tienen los recursos para poder vivir en esa situación”, pues, haciendo un cálculo rápido, “las rentas, las más baratas, van de 2500 a 3500 pesos más los servicios; además, los gastos, diría que son otros 2500 mensuales”. Ellos se ahorran buena parte del dinero al estar allí, pero sí hay otros que pueden darse el lujo de pagar todos esos costos por su propia cuenta.

FOTO: Cortesía.

Sin ‘fósiles’

Por si alguien tuviera la duda, o hubiese criticado que este edificio alberga estudiantes que podrían pasar varios años viviendo allí, les preguntamos directamente. Respondieron que “no hay manera de que permanezcan si no están estudiando. Cada año se hacen dos revisiones académicas en las cuales se revisa que todos estén cumpliendo con sus planes de estudio”. Además, según nos contaron, hay un reglamento escrito y publicado, y de los entrevistados, dijeron que nunca ha visto que alguien fuera expulsado. “La convivencia es bastante buena, todo tranquilo, y es que no nos vemos mucho, todos estamos ocupados en la escuela”.

Actualmente, la Casa del Estudiante alberga a 67 jóvenes. “La mayoría procede de La Paz y Los Cabos, ninguno de Loreto ni de Mulegé, y muy pocos de Comondú; las edades van de los 18 a los 25 años, aproximadamente”. Ellos estudian en diferentes escuelas de nivel superior, algunas de las más prestigiadas como la UNAM, UAM, Politécnico y Bellas Artes; las carreras en las que se preparan son de las más variadas, desde Artes Plásticas y Música hasta Medicina, Economía, Administración, Arquitectura e Ingeniería Civil, entre otras.

FOTO: Cortesía.

¿Qué se necesita para ingresar a la Casa del Estudiante Sudcaliforniano en la Ciudad de México? “Los requisitos para estar son, obviamente, ya estar aceptados o inscritos en alguna escuela de nivel superior avalada por la SEP; ser o que tus papás residan en Baja California Sur”, y por supuesto, documentación que lo compruebe; como puede constatarse, no es imprescindible haber nacido en BCS, pero sí vivir en este Estado.

Si bien, admiten que falta promocionar más la existencia de este edificio, expresaron que, especialmente en vacaciones, tratan de ir a los sextos semestres de las preparatorias en BCS para comentarles de podrían utilizar esta oportunidad. “Hemos reactivado la página de Facebook (Asociación de Estudiantes Sudcalifornianos en México). Ya hay varios chicos que se han enterado que existe esa casa”. Incluso, se autorizó a este medio publicar el celular 612 183 2325 por si alguien desea mayor información sobre la Casa.

Casi 100 años

La Casa del Estudiante Sudcaliforniano tiene su origen en la figura de Agustín Arriola Martínez, quien a los 33 años se convierte en Gobernador o Jefe Político del Territorio —BCS aún no era declarada una entidad federativa. Como parte de su campaña electoral prometió —y cumplió— con el primer envío de jóvenes a estudiar a la Ciudad de México. El esfuerzo siempre tuvo el propósito de preparar a futuros profesionistas que se integraran a la sociedad sudcaliforniana, lo que fue ocurriendo con el paso del tiempo. Así, dentro de las primeras generaciones estuvieron Pablo L. Martínez y Jesús Agúndez Castro, cuyos restos descansan en la Rotonda de los Sudcalifornianos Ilustres, y cuyo legado —además— quedó reflejado al darles sus nombres a importantes instituciones culturales en La Paz.

FOTO: Facebook.

Otros estudiantes sudcalifornianos en la Ciudad de México que más tarde tendrían una importante trayectoria política en BCS, van desde Braulio Maldonado Sández, primer gobernador constitucional del entonces Estado de Baja CaliforniaLeonel Cota Montaño, ex gobernador de Baja California Sur; hasta Esteban Beltran Cota, actual Subsecretario General del Gobierno del Estado; también destacados artistas estuvieron en la Casa como el reconocido actor de origen comundeño egresado de la Escuela de Teatro de la UNAM, Enoc Leaño, o el escritor Sandino Gámez, ex coordinador de Fomento Editorial del ISC, entre muchísimos otros, pues son centenares los ex habitantes de este edificio, que más que un inmueble, puede considerarse una institución, un semillero de profesionistas.

Actualmente, cada 19 de noviembre, los jóvenes tienen su celebración de aniversario, una de las pocas veces en las que todos o la mayoría se integra, según platicaron. Es de notar que en tres años se cumplirá un siglo de que viajó la primera generación de jóvenes sudcalifornianos a la CDMX, lo que dio pie a la construcción de la Casa del Estudiante a inicios de los años 60’s. Hay que aclarar que el actual edificio —construido en 1981—, se habitó desde 1985, cuando el sismo de ese año dañó al primero que se había construido con este fin.

La otra fecha de celebración es el 23 de mayo, Día del Estudiante. Fuera de ahí —aseguran— no son muy fiesteros: “somos estudiantes con bastante carga, sólo llegamos a dormir a la casa; sí se dan convivios pero es muy esporádicos”. Tampoco tienen las llamadas ‘novatadas’ para los recién llegados; “he platicado con algunos ex habitantes y sí comentan que había ‘castigos’ para los nuevos integrantes, (ahora) el mayor castigo es que te toque lavar la cisterna mientras eres de los nuevos”, dijeron entre sonrisas.

Preguntamos sobre la experiencia de formar parte de la Casa del Estudiante Sudcaliforniano en la Ciudad de México, más allá del ahorro que les posibilita estudiar una carrera profesional, y contestaron que “saber que somos parte de una pequeña comunidad de sudcalifornianos, eso nos hace sentir unidos y nos hace sentir que no estamos solos en esta ciudad. Las cocineras se vuelven como nuestras mamás: nos regañan, platican con nosotros, nos cocinan y nos hacen más llevadero porque sí es difícil estar en esta ciudad”. ¿Qué es lo que más extrañan de sus tierras? Se les preguntó finalmente, y contestaron que “obviamente la familia, las playas y la comida que es tan diferente a lo de acá”.

No te pierdas las segunda parte, donde a través de un fotorreportaje te mostraremos más de la Casa del Estudiante Sudcaliforniano en la Ciudad de México.