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William Walker, un yankee sin futuro en la imponente California

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Tierra Incógnita

Por Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS).  Baja California Sur siempre ha sido una tierra codiciada. En la época colonial, por considerar que existían ricas ciudades donde sus casas estaban construidas de oro y piedras preciosas, además de haber, en sus costas, grandes placeres perleros; posteriormente en el siglo XIX y XX, por ser un punto geoestratégico muy importante para el dominio del Océano Pacífico y los países cercanos. El deseo de conquista de nuestras tierras por parte del gobierno imperialista de los Estados Unidos de América, quedó demostrado con una especie de invasión que pretendió el filibustero William Walker, pero que fue frustrado principalmente por el valor californiano, sin el apoyo del Gobierno Federal, sino solamente con la fuerza y la sangre de los honorables hijos e hijas de este brazo de la Patria.

A mediados del siglo XIX, en Estados Unidos existía una efervescencia en cuanto a las doctrinas expansionistas que promovían diferentes grupos de poder dentro del gobierno. Entre ellas, la más sobresaliente era la doctrina del Destino Manifiesto. Tal ideología, expresaba que el país se expandiera sobre los territorios no conquistados de Norteamérica y, en general, sobre el hemisferio occidental. De acuerdo con este ideario, no bastaba la ocupación de territorios extranjeros como Texas o California, también era justificable conquistar países como Canadá, México, Cuba o los de Centroamérica. Cualquier medio era justificado para alcanzar este objetivo, desde la adquisición por compra, hasta la vía militar.

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Esta doctrina no estaba exenta de racismo, pues consideraba que los habitantes estadounidenses eran superiores a los mestizos de los países vecinos ubicados al sur de la frontera, por lo que debían ser regenerados. Sin embargo, la idea del Destino Manifiesto no era interpretada de igual manera por todos, pues algunos intelectuales del norte del país opinaban que lo mejor era expandir los ideales de democracia y libertad; distinto a los ideólogos de los estados del sur, quienes defendían el objetivo de expandir su territorio junto a la institución de la esclavitud, pues los propios ciudadanos estadounidenses no serían suficientes.

Fue en este período que aparecieron los llamados filibusteros, entre los años 1840 a 1860. Estos sujetos, organizaron cuerpos militares privados, que provocaban guerras no autorizadas (o por lo menos, no autorizadas explícitamente o reconocidas por el gobierno de Estados Unidos, pero sí alentadas por su indolencia al castigar a los culpables de la misma), y emprendían campañas contra territorios normalmente en estado de paz con Estados Unidos. Este fue el tipo de filibustero en el que encaja perfectamente el perfil de William Walker.

William Walker, médico, abogado, periodista y político estadounidense, desde muy joven demostró mucha propensión hacia los estudios, logrando un desempeño sobresaliente. Debido a la posición acomodada que gozaba su familia, viajó a diferentes países de Europa en donde se afianzaron sus ideas políticas imperialistas y propensas al esclavismo.

Su inicio en la campaña filibustera, que lo trae a colación con la Baja California, fue cuando, el 16 de octubre de 1853, apenas 5 años después de finalizada la ignominiosa guerra de invasión de Estados Unidos de América contra México, y en donde nuestro a nuestro país le es arrebatada más de la mitad de su territorio, se embarcó en el puerto de San Francisco hacia México con un grupo de medio centenar de reclutas, la mayoría de ellos vagabundos y borrachos que habitaban los muelles californianos, con la intención de invadir en un principio el estado de Sonora, sin embargo, haciendo una evaluación más sistemática de sus posibilidades de triunfo, se dio cuenta que no fue bien recibido en aquellos lugares cuando, meses antes, hizo una pequeña incursión en el puerto de Guaymas, por lo que se decidió por invadir la Baja California, ya que era un territorio escasamente defendido por el gobierno mexicano, y en donde algunos sectores sociales se manifestaban a favor de unirse a los Estados Unidos. Zarpó rápidamente a bordo del barco Caroline, con pertrechos militares, ignorando la ley de neutralidad de su país. También sumó a su aventura una goleta llamada Arrow.

Su primera operación fue realizada en la localidad de Cabo San Lucas, a donde llegó el 28 de octubre de 1853. Al darse cuenta que el jefe militar y la sede del Gobierno de este territorio estaba en el puerto de La Paz, decide trasladarse a este sitio, al cual llega en su barco Caroline el 3 de noviembre. Antes de llegar al puerto, decide utilizar una estratagema chapucera y totalmente en contra del honor y valor naval, iza en el pabellón más alto del barco una bandera mexicana, a efecto de engañar a las autoridades y que creyeran que era un barco de nuestro país. Al franqueársele la entrada, de inmediato ordenó a su tropa desembarcar y tomar prisionera al Jefe Político Rafael Espinoza.

Al finalizar esta acción, izó una bandera con dos franjas rojas y dos estrellas, emblemas de los estados de Baja California y Sonora, los cuales, en su calenturienta y afectada mente, ya los hacía parte de su supuesta República. En ese acto, proclamó que Baja California era libre, soberana e independiente. Después de una victoria sobre un pequeño contingente mexicano, la opinión a favor de la expedición creció en los Estados Unidos, y nuevos refuerzos partieron de aquel país en el bergantín Anita, con 230 aventureros. El primer acto de Gobierno que celebró Walker, fue una junta, en la cual sus hombres lo eligieron presidente de la nueva República; ahí mismo, el filibustero determinó quiénes conformarían su gabinete y realizó el decreto en donde “el código constitucional por el que se regiría su República sería el del estado de Luisiana, que aceptaba la esclavitud y abolió todos los derechos aduanales sobre la importación y exportación de mercancías”.

El día 5 de noviembre, avistaron en las cercanías del puerto de La Paz un barco y, ante el temor de que fuera una expedición militar mexicana de liberación del puerto capturado, se embarcaron de inmediato llevándose al barco Caroline al jefe político Rafael Espinoza, así como la totalidad de los archivos del Territorio. Sin embargo, pronto se percataron que el barco era civil y que llevaba entre sus pasajeros a Juan Clímaco Rebolledo, el cual sustituiría en su puesto al anterior jefe político del territorio. Capturó el barco y tomó a ambos políticos como prisioneros. En el transcurso del día, las fuerzas de Walker no pudieron hacerse a la mar debido a que no había viento favorable.

Mientras tanto, los ciudadanos del puerto se habían organizado en guerrilla y ofrecieron férreos combates para tratar de sacudirse la presencia de estos invasores filibusteros. Se mencionan los siguientes nombres entre algunos de los bravos defensores del puerto: Manuel Pineda, Jesús Urbano, Susano Rosas, Salvador Calderón y Félix Gibert.

Ante esta nueva e inesperada situación, y por el temor de que el Gobierno Nacional enviara a algún barco a liberar el puerto, el día siguiente, 6 de noviembre, William Walker parte en su barco con la intención de trasladar su ridículo gobierno al puerto de Cabo de San Lucas, sin embargo, es alertado de que en varios lugares del sur del territorio ya se habían armado contingentes y que estaban listos a luchar contra ellos. Es entonces que decide retirarse en franca huida hacia el puerto de Ensenada. Con el paso de los días y ante la falta de un Jefe Político que coordinara las acciones de defensa del territorio sur de la Baja California, es electo por representantes ciudadanos, en el poblado de San Antonio, el ganadero Antonio Navarro. Posteriormente, Rebolledo y Espinoza logran fugarse del cautiverio y regresan a esta ciudad de La Paz. Es hasta el mes de marzo de 1854, que el Gobierno Federal envía un barco con 600 soldados y un nuevo jefe político para dar salvataje a los pobladores de estas tierras. El nuevo jefe político que llegó a estas tierras fue José María Blancarte.

Es en este momento en que se pone punto final a la operación filibustera de William Walker en tierra sudcaliforniana, sin embargo, para no dejar en la expectativa a los lectores les haré referencia el final que tuvo esta aventura punitiva. Al llegar al puerto de Ensenada de Todos los Santos (que era el nombre con el que se conocía a este sitio del Norte de la Baja California, del cual sólo sobrevivió hasta nuestros días la primera palabra), las tropas de Walker se dedicaron al bandidaje y saqueo.

Los lugareños, hartos de tantas vejaciones, se organizan bajo las órdenes de Antonio María Meléndrez, y arrojan a esta pandilla de malvivientes hacia el territorio de Sonora. Durante su huida por el desierto, sufren una gran cantidad de muertes a manos de los indios Yakis y, al final, Walker y los pocos sobrevivientes hambrientos, desmoralizados y casi desnudos, deciden huir de manera vergonzosa hacia su país, en donde son sometidos a una farsa de juicio, siendo absueltos de cualquier delito o responsabilidad económica por haber realizado la invasión filibustera a el territorio Mexicano.

Como nos hemos podido dar cuenta, no sólo los piratas son aquellos tipos temerarios y violentos que cometen robos y saqueos, por el simple hecho de sostener un estilo de vida libre de ataduras y escapando de la moralidad y los convencionalismos sociales. En el caso de este filibustero, William Walker, demostró que también pueden ser personas de orígenes aristocráticos y con ambiciones políticas y de estadista. Lamentablemente, en casi todos estos casos, terminan frente a un paredón de fusilamiento (como fue el caso de Walker, en la ciudad de Trujillo, Nicaragua, un 12 de septiembre de de 1860), cubiertos por el olvido.

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Se confirman cambios en el deporte nacional para el 2020

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La Paz, Baja California Sur (BCS). Contando con la presencia de funcionarios de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE), así como los directores de institutos del deporte de la Región I que comprende los estados de Baja California, Sonora, Sinaloa y Baja California Sur, se presentó el nuevo modelo de competencias para el 2020, donde destaca la configuración de los Juegos Nacionales que sustituye a la Olimpiada Nacional, informó el Instituto Sudcaliforniano del Deporte (Insude).

El director general del Insude, José Ávila Geraldo, estuvo presente en la reunión que se realizó en la ciudad de Tijuana, Baja California, donde se dieron a conocer de manera general los ajustes que se aplicarán a partir del próximo año al programa deportivo, mismos que tendrán que ser validados en la reunión del Sistema Nacional del Deporte (SINADE) que se efectuará en septiembre.

Entre los puntos destacan la nueva estructura de regiones, que para este caso, la Región I ahora será la zona norte y quedará integrada además de los 4 estados ya conocidos, por Chihuahua, Durango y el Instituto de Mexicanos en el Exterior, definiéndose además los sistemas de clasificación, normatividad, convocatorias y demás.

Se confirmó la reducción de disciplinas para los Juegos Deportivos CONADE, 5 de ellos serán con clasificación de las 16 mejores marcas nacionales a partir de la etapa estatal, y son atletismo, canotaje, racquetbol, remo y triatlón; 12 más a través de nacional clasificatorio, tal es el caso de aguas abiertas, bádminton, ciclismo, clavados, esgrima, frontón, judo, kárate, natación, natación artística, pentatlón moderno y squash.

Por medio de regional, se otorgarán lugares en los deportes de básquetbol, básquetbol 3×3, béisbol, boxeo, fútbol, handball, luchas asociadas, softbol, taekwondo, tenis, tenis de mesa, tiro con arco, voleibol y voleibol de playa; otro grupo de deportes serán organizados por sus federaciones y sus resultados se contabilizarán en el medallero, aquí están gimnasia artística, gimnasia rítmica, gimnasia de trampolín, hockey sobre pasto, levantamiento de pesas, patines sobre ruedas, polo acuático, rugby, tiro deportivo y vela.

El próximo 27 de septiembre es la fecha de la reunión extraordinaria del SINADE, donde se tomarán los acuerdos definitivos para la implementación de los cambios anunciados por la CONADE, con el fin de que los Estados inicien con los procesos correspondientes de selección de los atletas para llegar a la etapa nacional.

 




Analizarán en Tijuana nuevo modelo deportivo de Conade

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La Paz, Baja California Sur (BCS). En reunión extraordinaria de la Región I, a celebrarse este jueves en Tijuana, Baja California, se analizará el nuevo modelo de Juegos Deportivos Nacionales que implementará la Conade a partir del 2020 y que sustituye a la Olimpiada Nacional, donde destacan una rezonificación, la reducción de deportes y el nuevo sistema clasificación, dijo el director general del Instituto Sudcaliforniano del Deporte (Insude), José Ávila Geraldo.

De acuerdo al comunicado del propio Insude, el funcionario explicó que de acuerdo al proyecto que será analizado en esta reunión, Chihuahua, Durango y el Instituto de Mexicanos en el Exterior se integrarán a la Región I de la que ya forman parte Sonora, Sinaloa, Baja California y Baja California Sur, lo que significa que habrá mayor competencia y solo falta saber cuantos atletas o equipos podrán clasificar a la etapa nacional de esta zona.

La reunión será presidida por los subdirectores de cultura física de Conade, Oscar Raúl Juanz Rousell, de deporte, Adolfo Fierro Rodríguez y el director de eventos deportivos nacionales y selectivos, Miguel Navarro Ramírez, quienes se encargarán de presentar el proyecto diseñado por la dependencia federal como resultado de la reunión extraordinaria del SINADE.

José Ávila comentó que en la nueva estructura se consideraron 5 deportes que se clasificarán por marcas de manera directa al nacional, entre ellas atletismo, remo y canotaje; 12 en nacionales clasificatorios como ciclismo, clavados, karate, entre otras, y 14 en la fase regional entre las que se encuentran los deportes de conjunto, además de boxeo, luchas, taekwondo, tenis y tiro con arco.

También, aclaró, que otros 10 deportes que están fuera del programa de los Juegos Nacionales de Conade, serán convocados a través de campeonatos nacionales de federación entre los que están levantamiento de pesas, polo acuático y tiro deportivo, pero si contarán en el medallero.




Viajan softbolistas sudcalifornianas a concentración con preselección nacional

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La Paz, Baja California Sur (BCS). Andrea Sarahí Rodarte Ramírez y Jéssica Núñez Romero se trasladaron este lunes a la ciudad de Ensenada, Baja California, para tener una primera concentración con la selección nacional, preparando la participación en el Campeonato Panamericano Juvenil Sub-18 a celebrarse en Guatemala en el mes de noviembre, informó el Instituto Sudcaliforniano del Deporte (Insude).

Serán dos días de entrenamientos en los que ambas jugadoras serán evaluadas por el cuerpo técnico del equipo, tanto en el aspecto físico como en lo técnico, el objetivo es lograr la calificación al mundial de la categoría del próximo año.

Ambas jugadoras fueron consideradas luego de haber participado en la etapa regional de la Olimpiada Nacional que se realizó en el mes de marzo, teniendo un buen desempeño en el terreno de juego con la selección de Baja California Sur, estando ahora en posibilidad de vestir por primera vez el uniforme de México.

Andrea Ramírez y Jéssica Núñez se convierten en las primeras jugadoras del estado en ser llamadas a la selección nacional, lo que alienta al resto de sus compañeras a seguir trabajando fuertemente para en el futuro también recibir la oportunidad de participar en torneos internacionales.




Los Californios: ingeniosos, hábiles y respetuosos con la naturaleza

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Tierra Incógnita

Por Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). El pasado 9 de agosto se conmemoró el Día Internacional de los Pueblos Indígenas y este año ha sido dedicado a las lenguas indígenas. Si bien es cierto que desde hace más de 100 años desaparecieron los últimos integrantes de los grupos indígenas nativos de esta parte de la Baja California, es importante rememorarlos en este día y hacerles una justa reivindicación.

A la llegada de los primeros colonos europeos a la California, desde el año de 1533 con la desafortunada expedición comandada por el amotinado Fortún Jiménez, ya se daba cuenta de algunas características de los pobladores nativos de estas tierras. Los exploradores que siguieron llegando durante todo el siglo XVI y XVII se expresaban de ellos como hábiles buceadores, de cuerpos fornidos y proporcionados. Los hombres andaban desnudos y sólo las mujeres tejían unas pequeñas faldillas, que cubrían la parte baja de su cuerpo. Vivían en comunidades pequeñas, algunos en las playas consumiendo por lo general peces y moluscos, y otros grupos vivían en las tierras del interior vagando y consumiendo plantas y animales propios de aquellas regiones.

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Estos individuos poseían lenguas que se diferenciaban de acuerdo a la región que habitaban. No se pudo distinguir si tenían reyes, pero sí se pudo apreciar que eran gobernados ocasionalmente por hombres o mujeres que se distinguían por su valor e inteligencia; a veces esta responsabilidad recaía en el hechicero de la ranchería. Sus armas consistían en pequeños raspadores de piedra, flechas y arcos y algunas lanzas con puntas de pedernal.

Con la instauración de la Misión de San Bruno en 1685 y posteriormente el Real Presidio de Loreto en 1697, dio inicio la colonización formal de estas tierras, algo que hasta ese momento se antojaba imposible puesto que, a pesar de muchos intentos que realizó la Corona Española por crear establecimientos fijos en la península, no se había podido lograr pese al gasto de miles de pesos oro. Lo anterior debido en gran medida a la esterilidad de la tierra, la dificultad de conseguir fuentes de agua, pero principalmente a que los hombres que hacían estas expediciones no poseían ni la fe ni la motivación requerida. Unos años antes de acabar el siglo XVII se concretó esta empresa e inició un largo proceso, por medio del cual se fueron conociendo las verdades y mentiras sobre esta península y creado un asiento para la conquista.

Lo que hasta ahora sabemos de las costumbres, la lengua, la ciencia y la forma de vida de los antiguos pobladores de la California, lo conocemos principalmente de las fuentes escritas que nos legares los sacerdotes jesuitas. Estos religiosos tenían la obligación de reseñar por escrito, cada 3 o 4 meses, lo que ocurría en sus misiones y enviarlo al sacerdote encargado de las Misiones de ese territorio, este a su vez adjuntaba su propio informe y lo remitía a la sede central de los Jesuitas en la Ciudad de México, en donde se analizaba y dictaban las acciones a llevar a cabo, o bien, se creaban libros para dar a conocer lo que ocurría en estos sitios al rey y a todos los interesados del resto del mundo. Como podemos darnos cuenta lo que se sabía de la California era a través de la pluma de los sacerdotes Jesuitas.

Los Ignacianos llegaron a esta región de la California con la misión de convertir a la fe católica a todos los naturales y crear, en este espacio geográfico, una civilización basada en los ideales paleocristianos y favorables a la Corona Española. Es por consiguiente que mucho de lo que se escribía sobre los naturales era a conveniencia de su proyecto. Debían de pintarlos como salvajes, tontos, bestiales, lujuriosos, escasos de inteligencia y apenas distinguibles de las bestias, lo anterior con el propósito de justificar que permanecieran bajo su tutela, e incluso el que por 70 años garantizaran el gobierno de su orden por encima del mismo virrey. De hecho, California fue un régimen de excepción que no se vivió en  ninguna otra parte del Virreinato de la Nueva España.

Es por todo lo  anterior que los textos que se escribieron por los religiosos de esa orden, y que llegaron hasta nuestros días, deben ser analizados con sus reservas y cuestionar en todo momento la veracidad de lo que suscriben, ya que en gran medida eran censurados para definir un tipo específico de indígena, necesitado de la mano civilizadora de los religiosos.

 

Lo que podemos decir a favor de la imagen del natural de las Californias es que eran hábiles e ingeniosos. Cualquiera de nosotros que haya tenido la oportunidad de vagar por un día entero a través del monte peninsular, podrá darse cuenta de su aridez y la gran dificultad para conseguir agua y alimentos. Es aquí donde podemos resignificar la agudeza de la inteligencia de los Californios, puesto que en las temporadas de mayor sequía lograban conseguir alimentos. En los lugares más escarpados y estériles podían buscar fuentes de agua y sobrevivir por decenas de años, algo que los civilizados colonos como Cortés, Vizcaíno o Atondo y Antillón no lograron realizar, a pesar de haber cursado estudios en las mejores universidades de aquellos años.

Su capacidad de observación y el poder obtener conclusiones era tan avanzada que se cuenta que “en una ocasión estaban unos Cochimíes comiendo unos pescados, cuando se retiraban del sitio llegaron unos españoles y se abalanzaron sobre lo que había quedado de los pescados. De inmediato uno de los indígenas les dijo que si comían de lo que había quedado iban a envenenarse. Hicieron caso omiso y comieron de lo que había sobrado. De los 4 españoles, 3 murieron y sólo 1 se salvó porque guardó la comida para más tarde.” Los peces que habían consumido  los Cochimíes eran botetes (Sphoeroides testudineus). Los nativos después de cientos de años de conocer estos alimentos habían concluido que el hígado era sumamente venenoso y no lo comían.

foto: Kevin Bryant

Por mucho tiempo se ha sostenido que los indígenas Californios no conocían la escritura y que no poseían estatuas de sus deidades. Esto es muy cuestionable. Hace unos años acudí al Museo Regional de Antropología e Historia de B.C.S. y me dio mucho gusto observar una estatuilla de una deidad, la cual fue encontrada en el municipio de Comondú. Al leer el libro del sacerdote Miguel del Barco, pude encontrar que los Jesuitas obligaban a los indígenas que acababan de ser convertidos al catolicismo a que les entregaran los ídolos y demás objetos de culto que poseían. Todos estos objetos reunidos los arrojaban a una gran hoguera en donde eran destruidos, como una muestra de aceptación de la nueva religión y el juramento de abandonar la vida pecaminosa que habían llevado.

También en los textos del sacerdote Miguel Venegas, se lee que los Guamas o hechiceros instruían a sus discípulos en un sistema de escritura, cuyo sistema se basaba en marcas y perforaciones en tablillas. Lamentablemente casi no sobrevivió ninguna de ellas, porque también fueron destruidas por los sacerdotes, y las que aún se conservan están muy deterioradas para poder obtener dato alguno. Los sacerdotes cuidaron mucho de no relatar nada sobre la forma en que utilizaban estas tablillas ya que según ellos “no querían promover que otras personas siguieran sus demoniacas enseñanzas.”

Ahora bien, cualquiera que haya visto en detalle los raspadores, puntas de flechas y lanzas realizadas por los indígenas Californios, de ninguna manera pensará que pudieron haber sido realizadas por manos de un ser más semejante a una bestia que a un ser humano. Las puntas de flechas están elaboradas con tanto detalle y esmero, que difícilmente un hábil tallador moderno podría hacerlas tal cual, además, los materiales con los que se manufacturaron son tan delicados y sensibles que un golpe inexperto podía romperlos. Lo anterior nos habla de las habilidades cognitivas y el agudo poder de observación que tenían nuestros antepasados, no solo en el momento de elaborar las flechas, lanzas o raspadores, sino desde la recolección de la materia prima. También en los textos jesuitas se nos habla que las mujeres elaboraban unas cestas tejidas de cierto tipo de plantas flexibles, las cuales estaban tan bien elaboradas que podían contener agua sin filtrar una sola gota.

Los Californios eran completamente respetuosos con su medio ambiente. Sus alimentos los obtenían sin causar daños permanentes a las especies animales o vegetales. Cuando veían que se iban acabando los frutos o las especies animales que consumían, simplemente se trasladaban a otros sitios donde hubiera una mayor abundancia, con lo cual dejaban que se repoblara y recuperara la flora y fauna. Por lo general sus asentamientos no alteraban el medio circundante, a lo sumo construían pequeños cercados o montículos de piedra, sin techo, bajo los cuales dormían en temporadas de frío y viento. Jamás se conocieron casos en donde consumieran alguna especie de planta o animal hasta su extinción.

Los grandes murales que hicieron en cuevas de la sierra de San Francisquito y Guadalupe, así como otros sitios del sur de la península, nos hablan de avanzado progreso al que llegaron los indígenas Californianos, no sólo en las técnicas pictóricas sino en los materiales utilizados, así como el simbolismo que contenían sus pinturas. Más allá de historias fantásticas y carentes de sustento científico, los antiguos habitantes de la California poseían un avanzado sentido de la estética, de tal forma que se puede decir que algunos de estos murales fueron hechos por los Californios cuando en Europa los habitantes de Galia, Bretaña e incluso Roma, aún habitaban en cuevas y comían su propio excremento.

La capacidad lingüística de estas naciones quedó demostrada en grado sobresaliente. Desde que el sacerdote Copart, durante su estancia en San Bruno, elaboró un diccionario etimológico donde buscaba desentrañar el significado de la lengua Cochimí, otros sacerdotes también siguieron su ejemplo. El repertorio lingüístico de estos grupos era variado y muy rico, y a pesar de vivir en una región aislada y tener escaso contacto incluso con los grupos de esta península, lograron establecer un vocabulario que les sirviera para expresar los objetos que les rodeaban así como algunas nociones indispensables para comunicarse en su vida cotidiana.

Podría seguir mencionando más aspectos de la vida y los avances tecnológicos logrados por los ancestros Californianos, sin embargo con lo aquí expuesto queda más que comprobado el que no se dijo la verdad en cuanto al ingenio, carácter y habilidades de los indígenas que poblaron estas tierras. Como siempre, la idea eurocentrista y colonialista de los colonos que llegaron a América, se sobrepuso y trataban de interpretar las costumbres y forma de pensar de los habitantes de estas tierras recién descubiertas con los cánones de su civilización. El presente reportaje debe ser una motivación para que se realicen más investigaciones que den cuenta del avance de estos grupos indígenas Californios y se revaloren en su justa dimensión.

 

 

Bibliografía:

Historia De La Antigua Ó Baja California  – Francisco Javier Clavijero

Historia Natural Y Crónica De La Antigua California – Miguel Del Barco

Noticias De La Península Americana De California – Juan Jacobo Baegert

Noticia De La California Y De Su Conquista Temporal Y Espiritual Hasta El Tiempo Presente – Miguel Venegas

Historia De Las Relaciones Hombre Naturaleza En Baja California Sur 1500-1940 – Martha Micheline Cariño Olvera

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