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Lagunas en Baja California Sur. Llanos de Hiray (III)

FOTOS: Prof. Gilberto Emilio Hernández

Explicaciones Constructivas

Por Noé Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). La parte sur de la península de Baja California, que por cierto es la más antiguamente conocida y explorada por los aventureros y misioneros jesuitas, está conformada por el hoy estado de Baja California Sur; y por mucho tiempo fue una región inhóspita, con escasa población nativa en gran medida por la falta de fuentes de importantes fuentes de agua, y con un clima tan seco que los oasis fueron los únicos lugares donde los antiguos nómadas podían subsistir y ya después con la llegada de los jesuitas fueron la cuna de los primeros centros de población. Una de estas lagunas se conoce como “Los Llanos de Hiray”

Cuando hablamos de los mantos acuíferos del valle de Santo Domingo, el cual viene siendo el granero de Baja California Sur por la cantidad de hectáreas destinadas a la producción agrícola, siempre se nos viene a la mente ¿cuál será la cuenca hidrológica o reservorio de agua recolectada a través de la precipitación pluvial en temporadas benignas de lluvia? Los Llanos de Hiray.

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Cuando toda la precipitación en exceso que proviene principalmente de las temporadas de huracanes, cae sobre la Sierra de la Giganta, y se distribuye a través de múltiples arroyos que corren de este a oeste llevándose toda el agua recolectada hacia el Océano Pacífico, a través del recorrido van filtrando agua a los mantos acuíferos del valle antes mencionado; pero existe un gran reservorio natural que, gracias a su existencia, ayuda a que el manto acuífero de esa zona tan desértica tenga posibilidades de reabastecerse cuando hay lluvias muy copiosas, esta gran laguna se llama Llanos de Hiray, también comúnmente conocidos como Llanos de Magdalena, por estar a un costado de la Bahía Magdalena, de la cual toma el nombre.

En la zona se hallan vestigios de piedras labradas y gran cantidad de pedernales, se piensa que fue un lugar de asentamientos de indígenas guaycuras en épocas de lluvia, donde la laguna les proveía de agua abundante por muchos meses (incluso años) en buenas temporadas de precipitación;  también en la región crece de forma silvestre una gran cantidad de hierbas y arbustos, así como venados que servían como sustento a las tribus aborígenes prehispánicas. Un mito muy comentado incluso en la actualidad, es que los guaycuras utilizaban la Damiana como infusión para tener mucha actividad sexual, y poder reproducirse en aquel medio hostil para la supervivencia.

Una vez que llegaron los misioneros españoles queriendo ¨civilizar¨ a los indígenas, que llevaban una vida nómada, fundaron la misión de San Luis Gonzaga en un lugar donde siempre había agua, que, aunque no abundante, incluso en épocas de sequía era suficiente para sobrevivir; este lugar los indígenas lo llamaban Chiriyaquí, sin que se sepa con exactitud su significado. Fue el misionero de origen alsaciano Juan Jacobo Baegert, quien llegó a la Misión de San Luis Gonzaga en el año de 1750 (la Misión era una simple capilla fundada por el padre Lamberto Hostell), y en 17 años ininterrumpidos viviendo en aquellas soledades desérticas, se avocó a la construcción de una Misión con buenos materiales, que aún en la actualidad se encuentra en muy buenas condiciones.

La importancia de estos años de ¨retiro¨ del misionero jesuita, fue que conoció de las costumbres y cultura de los indígenas de la zona, con quienes muy probablemente vivió alguna lluvia abundante y esto lo llevó a realizar el recorrido por estos sitios ya conocidos por los indígenas, lugar al que le llamaban en aquel momento Arúi, vocablo que se fue deformando hasta convertirse en la actual Hiray. Según fuentes del libro ¨Vocablos indígenas de Baja California Sur¨ de Gilberto Ibarra Rivera, el nombre de Arúi ya era usado por los indígenas guaycuras, esto fue registrado por primera vez por el padre Clemente Guillén durante la expedición en el año de 1719, y renombrado como San Benito de Arúi; se da como crónica de que el lugar era ya un centro de reunión entre los indígenas, hasta la llegada del misionero Baegert, que debido a las continuas sequías características del desierto, optó por hacer una población permanente en el ojo de agua de San Luis Gonzaga Chiriyaqui.

En la actualidad, existen algunos ranchos aledaños que subsisten con crías de ganado vacuno y caprino, en temporadas secas tienen que llevarse sus hatos ganaderos a ranchos del valle de Santo Domingo o comprar pacas de alfalfa y alimentarlos en el lugar. Pero en buenas temporadas de lluvias por la presencia de huracanes, el Llano de Hiray logra recaudar una gran cantidad de agua, que si, hipotéticamente, estuviera lloviendo de forma continua durante un año, el agua nunca se derramaría, por tener del lado occidental una pequeña cadena montañosa compuesta por tierra arenosa sedimentaria por millones de años, que sirve como barrera natural para que el agua nunca llegue al mar, específicamente a la Bahía Magdalena.

El punto más bajo donde se encuentra la laguna es a 2 metros sobre el nivel del mar, y tiene las coordenadas de latitud 24 grados, 41 minutos y 23.24 segundos Norte y longitud 111 grados, 42 minutos y 32.25 segundos Oeste, mientras que a su alrededor el punto más bajo de la cortina natural es de un promedio de 30 metros sobre el nivel del mar, haciendo imposible que se derrame por exceso de agua; incluso si fuéramos una zona de llegadas de ríos con constante agua se formaría una delta parecida a la del continente africano en el desierto de Kalahari, y que es lugar de muchas especies endémicas, la llamada delta de Okavango.

En tiempos recientes, mucho se ha hablado sobre la posible construcción de una presa sobre el arroyo de Santa Rita, donde revisando los niveles preliminares de la topografía del lugar conocido como ¨El Médano¨ que se encuentra camino de Santa Rita a Puerto Chale, además de retener agua en tiempos de precipitación abundante, pudiera derramar el agua excedente a estos llanos, logrando la captación total de una amplia cuenca hidráulica sudcaliforniana; sería una posibilidad soñada por todos los productores que se surten de pozos de agua en todo el valle de Santo Domingo, y crearía una amplia zona de pastizales alrededor de los llanos.

Uno de los ranchos más cercanos a los Llanos de Hiray es ¨La Selva¨ (nombre muy contradictorio al lugar), cuyo propietario, Martín de la Toba Márquez, tiene atendiéndolo muchos años, incluso su niñez fue vivida entre los matorrales y arbustos propios de la región. Tiene un pozo artesiano con el que se abastece de agua de no muy buena calidad en pequeñas cantidades para el ganado que no se pastorea, también tiene una pequeña vivienda y comunicación vía celular con la ciudad, haciendo de este lugar menos hostil que como lo hallaron los misioneros y exploradores españoles hace varios siglos. En un tiempo que visitamos el lugar observamos los llanos llenos de agua (para mi mala fortuna no llevaba cámara fotográfica); pudimos explorar la región con Martín, donde nos encontramos gran cantidad de la hierba conocida como Damiana, y muchos pastizales, en los que, de vez en cuando, se esconden las víboras de cascabel tan peligrosas.

A los llanos se puede llegar por dos caminos, ambos de terracería y en regulares condiciones. El primer acceso es tomando un camino revestido que sale de la carretera transpeninsular tramo La PazCiudad Constitución, con el campo pesquero de Cancún, en el km 173.3 (aquí se encuentra un restaurante llamado ¨Brisas del Desierto¨) sale dicha brecha de terracería, hacia el lado izquierdo y de ahí se recorren 6.5 kms, desde donde sale un camino vecinal del lado derecho donde se recorren otros 6 kms hasta llegar al rancho La Selva.

El otro camino, que está más transitado, es el que sale del km 190.8 de la misma carretera transpeninsular, en un paraje llamado la virgencita, y de ahí se recorren cerca de 19 kms hasta el rancho La Selva. Desde este rancho, ya llegando por el camino que elijamos, se deben de recorrer 10 kms entre pequeñas veredas y arroyuelos secos hasta llegar hasta la parte más baja, claro, siempre y cuando los llanos estén secos.

Según estimaciones hechas, sobre la superficie que se ha llenado más comúnmente, se tiene un área de 50 kilómetros cuadrados hasta donde hay marcas de crecidas de la laguna, pero tiene una capacidad enorme y sería el sueño para muchos ver el llano totalmente lleno, pues las lluvias constantes que caen sobre Ciudad Constitución y sobre todo el llano que se ve en carretera desde Santa Rita hasta la misma ciudad, van a dar a los Llanos de Hiray; si puede, le recomiendo que vaya a conocerlos y traerse unas ramas de Damiana, la planta afrodisíaca usada por los antiguos guaycuras, y prepárese una infusión en recordatorio de nuestros indígenas nómadas antepasados.

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Fernando de la Toba. El alférez que juró la adhesión bajacaliforniana a la Independencia Nacional

FOTOS: Cortesía

Tierra Incógnita

Por Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). La historia sudcaliforniana es pletórica en hazañas y sucesos de los cuales debemos sentirnos orgullosos. En el caso que hoy nos ocupa, trataré sobre los hechos que rodearon a una de las 6 juras de adhesión de las Californias, la Alta y la Baja, al acta de la Independencia de la Nueva España del imperio español. Este suceso fue protagonizado por un soldado de origen español pero con un corazón eminentemente Californiano, el Alférez Fernando de la Toba.

Los datos sobre el nacimiento así como la ascendencia familiar de este militar son desconocidos, hasta la fecha sólo se sabe que su nacimiento ocurrió en la provincia de Vizcaya en España y muy joven viajó con las fuerzas españolas que venían a reforzar el Presidio Real de San Carlos de Monterrey, el cual había sido fundado entre los años de 1770-1771 en la Alta California. Durante el tiempo en que estuvo en este sitio aprendió todo lo concerniente al oficio militar y, debido a su carácter honesto y decidido, lo transfieren al Real Presidio de Loreto, en la Baja California, en donde sirve a las órdenes del Gobernador José Joaquín de Arrillaga.

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En el año de 1814, cuando se encontraba en funciones de Gobernador don Felipe de Goicoechea, éste fallece de forma inesperada a principios del mes de septiembre y, debido a que De la Toba ostentaba el segundo puesto de mayor importancia en Loreto, asume de forma interina la comandancia del sitio así como los deberes de Gobernador. Permanece en esta alta responsabilidad hasta el mes de octubre de 1815 y es relevado por don José Darío Argüello, el cual fue el último gobernador de la California Colonial. Algo importante de mencionar es que, en distintas ocasiones del primer tercio del siglo XIX, don Fernando de la Toba pasa a ocupar de forma temporal los puestos de gobernador de la Baja California y, al ser depuesto de esta responsabilidad jamás realizó un acto de insubordinación o manifestó su malestar por ello, lo cual nos habla de su carácter disciplinado, e incluso podríamos decir un tanto previsor y astuto ya que dadas las circunstancias tan cambiantes de la política nacional en esos tiempos tan convulsos, su prudencia le valió la permanencia en su empleo e incluso el no ser expulsado de México, conforme a las diferentes leyes que se decretaron en los primeros años del Imperio de Iturbide y la República Federalista.

Es en el año de 1821 que el alférez Fernando de la Toba recibe órdenes del Gobernador Argüello para que se traslade a las poblaciones del sur de la península, con el fin de realizar los comicios municipales en los poblados de San Antonio, San José del Cabo y Todos Santos. Durante este primer ejercicio democrático de elección, el cual era inédito en nuestra península, se cometió el error de elegir 3 alcaldes sin tomar en cuenta que solamente existía una municipalidad, la de San Antonio. Unos meses después, en enero de 1822, se repite el proceso electoral pero solamente para elegir a los integrantes de los ayuntamientos de San Antonio y San José del Cabo (recién formado) a los cuales toma protesta, en su momento, el mismo De La Toba.

Durante el mes de junio de 1821, el Gobernador José Darío Argüello se ve imposibilitado para seguir desempeñando su puesto debido a una grave enfermedad que lo aqueja, por lo que el 21 del mismo mes es nombrado jefe político interino Fernando de la Toba. En los meses posteriores se dedica a despachar asuntos de poca importancia, hasta que el 6 de octubre del mismo año Argüello reasume la titularidad del puesto ya recobrado de sus dolencias. A principios del año de 1822, atraca en el puerto de Loreto la goleta “Carmen” al mando del capitán Vitorino Legazpi Sánchez, el cual había sido comisionado por el gobierno del Nuevo Imperio Mexicano para que personalmente exhortara al gobernador Argüello y a los sacerdotes dominicos, responsables de las misiones, con el fin de que abandonaran su postura renuente a aceptar la nueva realidad política y se adhirieran a la Independencia Nacional. Argüello manda llamar a los sacerdotes para consultarlos sobre este asunto tan delicado y la respuesta fue un rotundo no a la independencia de la corona española, pretendiendo mantenerse atentos a la llegada de un ejército Realista que los socorriera y regresara al estado anterior, cosa que jamás ocurrió.

Para ese entonces, De La Toba había sido nombrado Comandante de Armas de la Jurisdicción del Sur y su campo de operaciones eran los poblados de Todos Santos, San Antonio y San José del Cabo. El 17 de febrero de 1822 fue alertado de que al puerto de San José del Cabo acababan de atracar dos barcos pertenecientes a la temible armada del comandante Thomas Cochrane, con tripulación chilena, los cuales venían en una supuesta acción de emancipación y liberación de estos territorios del dominio de la Corona Española; sin embargo, la tripulación de los mencionados barcos se dedicaba a realizar acciones de pillaje y saqueo. Una vez que logran el control del puerto de San José del Cabo se trasladan al poblado de Todos Santos a intentar hundir uno de los Galeones de Manila que estaba fondeado frente al puerto. A su paso por el lugar, las huestes chilenas se dedican a replicar las inmorales acciones que ya habían realizado con anterioridad, pero son repelidos por sus bravos habitantes, los cuales les dan muerte.

Al llegar Fernando de la Toba al poblado de San José del Cabo, es sorprendido por el comandante de uno de los barcos de nombre William Wilkinson, el cual le da a conocer su propósito y lo conmina a que de inmediato jure la adhesión al acta de Independencia Nacional. El escritor y antropólogo Fernando Jordán Juárez sostiene que el propósito de estos invasores era anexar esta tierra Californiana al país de Chile, el cual recientemente había logrado su independencia, sin embargo, estas son sólo especulaciones. Debido a lo anterior, “el 25 Febrero de 1822, Fernando de la Toba, comandante de armas de la jurisdicción del sur, declaró la libertad de la península en San Antonio y la adhesión al nuevo gobierno”. Días después, otro barco de la escuadra chilena, de nombre Araucano, se dirige a Loreto y al llegar al lugar finge tener el propósito de surtir sus bodegas con carne y harina, sin embargo, al desembarcar, la tripulación inicia sus acciones de pillaje. Ante esta contingencia, el Gobernador Argüello huye al poblado de San José de Comondú y deja el puerto de Loreto bajo el mando del alférez José María Mata el cual, junto a los pocos soldados bajo su mando, hacen acopio de valor y se enfrentan contra los invasores logrando apresarlos y quitarles los objetos robados a los pobladores. Finalmente y una vez expulsado del lugar estos indeseables marinos, Mata proclama la Independencia de California el día 7 de marzo, lo cual es replicado, con autorización oficial y pleno convencimiento, por Fernando de la Toba el 18 de marzo en el puerto de San José del Cabo.

En el mes de junio del mismo año, llega al puerto de Loreto el canónigo Agustín Fernández de San Vicente el cual es comisionado por el emperador Agustín de Iturbide como su embajador en las Californias. El propósito de la visita de este sacerdote era convencer a los sacerdotes dominicos de que aceptaran de buena manera la independencia de las Californias de España. Al presentarse ante el gobernador Arello, éste de inmediato le presenta su renuncia argumentando su avanzada edad y sus problemas de salud. Ante esta situación decide nombrar al alférez Fernando de la Toba como jefe político interino; hasta ese día, todos los dirigentes que habían tenido las Californias eran Gobernadores, el primero que estrenó el título de jefe político fue De la Toba.  Después de una reunión con los sacerdotes dominicos, estos acceden a que se declare la Independencia de España y el 7 de julio, en una ceremonia solemne en donde se encontraba también el recién electo alcalde de Loreto, Juan Higuera, se jura la Independencia de las Californias, así como su adhesión al naciente Imperio Mexicano.

De la Toba ocupó el puesto de jefe político hasta el 3 de octubre de 1822 cuando es sustituido por el militar José Manuel Ruiz Carrillo, el cual permanece en su cargo hasta el año de 1825 sustituido por José María de Echeandía. A partir de esta fecha, don Fernando de la Toba regresa a sus funciones militares y es muy probable que durante este tiempo fueran recompensados sus servicios con algún rancho y sitio de ganado mayor en la delegación de Los Dolores, específicamente en el sitio que hoy se conoce como La Presa. Durante el año de 1837 nuestro personaje vuelve a los reflectores de la política al ser electo por el ayuntamiento de La Paz, recién nombrada capital del territorio de Baja California, como jefe político. Este cargo lo ejerció hasta el mes de mayo de ese año cuando fue sustituido de manera interina por el abogado Luis del Castillo Negrete. Sin embargo, lejos de dejar el ambiente político pasó a ocupar la prefectura del ahora Departamento de las Californias, algo así como el equivalente a “Secretario General de Gobierno”.

Se ignoran más datos sobre el momento en que Fernando de la Toba deja su responsabilidad en el gobierno. Tenemos un breve relato elaborado por Fernando Jordán Juárez sobre los últimos años de vida de este militar: “La ley de expulsión de españoles le afectó, perdió cargos, honores y uniforme, aunque no el amor a Baja California. En 1835, se dirigió al Secretario de Guerra de Santa Anna solicitando humildemente un retiro que le permitiese vivir. Parece que no consiguió nada, excepto el pago de sus sueldos vencidos. Viejo, derrotado y pobre, se pierde poco después en el interior peninsular. Se ignoran el lugar y fecha de su muerte. La historia y la toponimia californiana lo han olvidado, y no hay, en ninguno de los dos territorios, monumentos, pueblo, montaña o arroyo que lleve su nombre. Lo único que resta de su paso son los numerosos descendientes que hacen una conocida familia, en el Territorio Sur”.

De acuerdo a informes de los pobladores del rancho La Presa en la delegación de Los Dolores, B.C.S., se cree que el cuerpo de este legendario militar se encuentra sepultado en su panteón, pero se ignoran más datos.

Se dice que “hay que vivir bien para bien morir” y si esto es cierto, don Fernando de la Toba debió encontrar al final de sus días una gran paz y tranquilidad, tras el deber cumplido y toda una vida dedicada al engrandecimiento de su California, a la cual dedicó sus esfuerzos y sus afanes.

 

Bibliografía:

Fernando Jordán – El otro México Biografía de Baja California

Breve historia de Baja California – Marco Antonio Samaniego

Ulises Urbano Lassépas  – Historia de la colonización de la Baja California y decreto del 10 de marzo …

 Marco Antonio Samaniego López (coordinador) – Breve historia de Baja California

Fernando Jordán – El mar roxo de cortés: Biografía de un golfo

Francisco Holmos Montaño – Apuntes Cronologicos de Baja California Sur y Los Cabos

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Propone diputada reformas en materia de licencias para legisladores

FOTO: Archivo

La Paz, Baja California Sur (BCS). Para armonizar diversos artículos de distintas leyes que integran el orden normativo de Baja California Sur, con la nueva denominación de la Ley que rige la vida interna del Poder Legislativo, al pasar de Ley Reglamentaria a Ley Orgánica, la diputada Soledad Saldaña presentó este martes un proyecto de decreto mediante la cual se reforman disposiciones de diversas leyes que integran el marco jurídico de Baja California Sur, informó el Congreso de Baja California Sur.

Desde su óptica, la legisladora comundeña considera que deben reformarse varios puntos, entre los que destaca el tema de  los diputados e integrantes de ayuntamientos, que se encuentren en ejercicio de sus funciones y pretendan su elección consecutiva, quienes deberán solicitar licencia al menos cinco días previos a la fecha de su registro como precandidatos.

En ese contexto, se convocará al diputado suplente o al integrante suplente de ayuntamiento, para rendir la protesta constitucional en sesión pública extraordinaria que para ese efecto se convoque, dentro de las veinticuatro horas siguientes a aquella en que se apruebe la licencia solicitada por el propietario, de conformidad con la Ley Orgánica del Poder Legislativo y la Ley Orgánica del Gobierno Municipal, ambas del Estado de Baja California Sur, respectivamente.

Así mismo, aborda temas de las facultades de la Junta de Gobierno y Coordinación;  conceder licencias a los diputados en los casos previstos en el Artículo 27 y demás relativos de la Ley Orgánica; dicha propuesta fue turnada a la Comisión de Puntos Constitucionales y de Justicia, para su análisis y discusión.




La Pata de Mula, una almeja con sangre roja

FOTO: Internet.

SudcaliCiencia

Por Marián Camacho

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Era un martes de noviembre, lo recuerdo porque era mi cumpleaños, y comenzaría mis actividades laborales con una salida al Mogote. Me habían asignado a una comisión de apoyo en un proyecto que analizaba diferentes asuntos relacionados con los manglares de esa zona, por parte del centro de investigaciones donde cursaba mis primeros meses de Maestría.

Ya sobre la embarcación, y mientras cruzábamos el espejo de agua de la Ensenada de La Paz, esta tranquila laguna costera que separa la ciudad capital de la barrera arenosa conocida como El Mogote, el investigador a cargo nos comentó que tenía colocadas unas redes en las ramas de los manglares para calcular cuántas hojas se desprendían de éstos cada cierto tiempo. También nos advirtió que, mientras algunos compañeros se dedicarían a encontrar esas redes, otros nos tendríamos que quedar en la panga haciendo algunas anotaciones en las bitácoras que llevábamos.

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Así lo hicimos. Nada más llegar a uno de los hermosos senderos de manglar, cada equipo comenzó con su trabajo. Los que nos quedamos en la embarcación no tardamos mucho en terminar lo que se nos había solicitado hacer. Y, como sucede cuando uno no tiene nada qué hacer arriba de una panga, comenzamos a platicar. Un tema tras otro fuimos agotando la conversación. El sol comenzaba a pegar más fuerte y la espera fue haciéndose larga. De repente, el panguero, chofer experimentado de embarcaciones marinas y conocedor del área de estudio, nos propuso que, para entretenernos un rato, sacáramos unas patas de mula y nos hiciéramos un cóctel sencillo.

Debo confesar que, después de haber vivido más de 20 años en La Paz – antes viví en El Valle (Ciudad Constitución) y Cachanía (Santa Rosalía) – nunca había visto cómo se capturaban ese tipo de almejas, ni cómo se preparaban y tampoco las había probado. Sin embargo, como dijo un buen amigo, “no tengo ningún talento en especial, tan solo soy curiosa” y, dado que las opciones de qué hacer en la panga estaban muy reducidas, inmediatamente acepté la propuesta.

Lo primero que nos dijo nuestro guía fue que nos pusiéramos zapatos porque los mangles estaban filosos. Yo no entendí muy bien a qué se refería, pero siempre hay que hacer caso a ese tipo de maitros que llevan toda su vida en el mar. Cuando bajamos de la panga, el agua nos llegaba casi a la cintura y avanzamos caminando hacia una zona más baja cercana a los mangles. El terreno era totalmente fangoso y fue difícil movernos, pero después de un rato logramos mejorar nuestra técnica. Al acercarnos a estos árboles marinos, comprendí a qué se refería el panguero cuando dijo que estaban filosos. Los mangles tienen raíces expuestas, que se conocen como raíces áreas, y se ven como unos pequeños tronquitos que sobresalen del lodo. Es en estas raíces donde los ostiones, con sus conchas de orillas cortantes, se fijan para vivir. De tal forma que, si no se tiene cuidado, un mal movimiento de la mano o el pie cerca de esas conchas puede causar una herida.

Al respecto, mientras caminábamos y notábamos con cautela esa situación, el guía consideró oportuno enfatizar su recomendación con una anécdota, o más bien, me gustaría pensar que es una leyenda. Un día de verano, un hombre de una comunidad cercana decidió ir a capturar almejas al Mogote, sin decirle a nadie. Al inicio todo transcurrió con regularidad, como lo evidenciaba su bolsita con algunas almejas dentro, pero, después de algún tiempo, el pescador descalzo se cortó profundamente en las venas de los talones y las piernas y murió desangrado entre los mangles. Así lo encontraron sus familiares quienes se encargaron de difundir la historia como una advertencia para los novatos.

Ahora bien, también aprendimos que para capturar almejas pata de mula no solo es necesario estar atentos con la visión del entorno, sino también con el oído. Estas almejas viven enterradas en el lodo y, de vez en cuando, hacen un sonido al abrir y cerrar sus gruesas valvas, algo así como un “clac clac”. Este sonido nos permitió ubicar los sitios donde, si excavábamos unos cuantos centímetros, probablemente, podíamos desenterrar una almeja. Sin embargo, sinceramente creo que para pescarlas es necesario conocer más allá de los consejos antes mencionados, ya que, como fue evidente aquel martes de noviembre, nuestro guía con su gran experiencia capturó el 95 por ciento de las almejas de ese día.

Cuando volvimos a la embarcación a preparar el coctel, la vida de esas almejas siguió impactando mis recuerdos al ver brotar hilos de sangre rojo brillante cuando eran abiertas por el hábil y afilado cuchillo del panguero. Muchas veces antes había visto que abrieran, o abierto o yo misma, diversos tipos de almejas para comer, incluidas almejas chocolatas, arroceras, blancas, pismo, callos de hacha, roñosas, etcétera; sin embargo, en ninguno de estos casos había visto sangre salir de ellas. De tal forma, ese cóctel fue uno de los más interesantes que he probado en mi vida, con un sabor intensamente agradable. Los ingredientes básicos fueron, almejas pata de mula limpias (sin la tripa; es decir glándula digestiva), sal, limón, salsa huichol y tostadas.

Las almejas pata de mula que se distribuyen en El Mogote tienen por nombre científico Anadara tuberculosa y su nombre común deriva de la semejanza de su concha con la pezuña de aquellos animales de carga. La concha de estas almejas está recubierta externamente por una capa de color café oscuro con unas proyecciones parecidas a pequeños pelos, denominada periostraco. Esta capa sirve para que las almejas puedan mimetizarse con el entorno ocultando al animal de predadores y también para proteger las capas más internas del molusco del ataque de otros organismos y del medio.

Asimismo, estas almejas presentan otras adaptaciones a su vida bajo el lodo de los manglares, como la coloración roja de su sangre. En este sentido, los moluscos – el grupo animal donde se incluyen las almejas – presentan en su sangre una proteína especializada en la respiración llamada hemocianina, que generalmente es incolora o con tonos verdes o azulados. Sin embargo, los miembros de la familia Arcidae – a la que pertenece la pata de mula – poseen hemoglobina, la cual presenta hierro en su estructura, y que al unirse con las moléculas de oxígeno se torna de color rojizo. La presencia de hemoglobina en la sangre de estas almejas se debe a que esta proteína es más eficiente para realizar el proceso de respiración (transporte, fijación y almacenamiento del oxígeno) en lugares donde hay poco oxígeno, como las zonas lodosas de los manglares y las profundidades marinas.

En Baja California Sur, existen más de diez especies de bivalvos que cuentan con gran potencial para su explotación comercial, entre las que se incluye la almeja pata de mula, Anadara tuberculosa. Este bivalvo de manglar explotado en todo el litoral del Pacífico es una especie con grandes posibilidades para el desarrollo pesquero. En Baja California Sur, en la región del Pacífico, su captura se realiza en la Laguna de San Ignacio, en los esteros El Cardón, El Dátil y El Bateque; así como en casi todos los esteros del complejo de Bahía Magdalena-Almejas; en el Golfo de California, su captura se realiza en la zona de manglar de Bahía Concepción, Bahía de Loreto, Isla San José, Bahía de La Paz y La Ribera. Sin embargo, el área de operación con mayor registro de capturas es el complejo Bahía Magdalena-Almejas. Ahí, las operaciones de pesca han sido constantes, registrándose una producción media de 673 toneladas anuales en la década de los 90’s y una alternancia de zonas conforme el abatimiento y recuperación de los bancos a través del tiempo, lo que ha sido posible gracias a su amplia distribución geográfica.

La almeja pata de mula, Anadara tuberculosa, se ha explotado como recurso pesquero durante cientos de años formando parte de la dieta de los grupos humanos costeros de México desde tiempos prehispánicos, como los demuestra el registro fósil de sus conchas. Sin embargo, la destrucción de su hábitat, los manglares, derivado de diferentes actividades humanas aunado a la creciente demanda del recurso, podría poner en peligro las poblaciones de esta especie. De tal forma, se hace necesario llevar a cabo estudios de su biología básica, particularmente de su reproducción, que puedan aportar elementos técnicos como la época de reproducción, la talla mínima de madurez y posibles variaciones latitudinales e interanuales en su patrón reproductivo, con el objetivo de elaborar propuestas de manejo de este importante recurso en sus distintas áreas de pesca. En este sentido, el Instituto Nacional de Pesca y Acuacultura (INAPESCA), en atención a sus atribuciones legales, realiza estudios de esta especie en el Centro Regional de Investigación Pesquera La Paz, los cuales aportarán la información necesaria para el manejo sustentable de este recurso sudcaliforniano.

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Aprueba Congreso reforma constitucional para reconocimiento de afromexicanos

FOTO: Internet.

La Paz, Baja California Sur (BCS). El Congreso del Estado aprobó por unanimidad la Minuta con Proyecto de Decreto por la cual se adiciona un apartado C al Artículo 2 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de Personas, Pueblos y Comunidades Afromexicanas, informó el Congreso de Baja California Sur.

Durante la sesión del 16 de abril fue votada la minuta enviada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión la cual tiene por objeto el reconocimiento a la población mexicana que desciende de los pueblos originarios del continente africano.

El dictamen fue presentado al Pleno por la Comisión de Puntos Constitucionales y de Justicia que preside la diputada Petra Juárez Maceda, coincide en lo expuesto por el iniciador en el Artículo 2° Constitucional, en donde se reconoce, conceptualiza y otorga libre determinación y autonomía, así como el respeto a tradiciones, lengua y cultura, a los pueblos originarios de nuestro país, es decir, aquéllos que habitaban nuestro territorio desde antes de la Colonia. Por lo que es de justicia elemental, considerar de la misma forma a la población de nuestro país que desciende de los pueblos originarios del continente africano.

Consideró la Comisión que este reconocimiento ha sido una exigencia permanente, que puede volverse realidad al aprobar este dictamen.

La modificación al Artículo 2o. Constitucional consiste en la adición de un apartado C que a la letra dice: “Esta Constitución reconoce a los pueblos y comunidades afromexicanas, cualquiera que sea su autodenominación, como parte de la composición pluricultural de la Nación. Tendrán en lo conducente los derechos señalados en los apartados anteriores del presente artículo en los términos que establezcan las leyes, a fin de garantizar su libre determinación, autonomía, desarrollo e inclusión social”.