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Capacitan a jueces de boxeo para torneos en la “nueva normalidad”

FOTO: Archivo

La Paz, Baja California Sur (BCS). Tres jueces y un entrenador de Baja California Sur concluyeron satisfactoriamente los cursos que de manera virtual llevó a cabo la Federación Mexicana de Boxeo, mismo que impartieron reconocidos jueces internacionales afiliados a la Federación Internacional de Boxeo, informó el Instituto Sudcaliforniano del Deporte (Insude).

Adriana Aurora Aguayo Álvarez, presidenta de la Asociación de Boxeo en Baja California Sur e integrante del cuerpo de jueces de la federación, fue una de las participantes en el curso, además de Irina Hirales Cuevas y Luis Alberto Gutiérrez Pérez, quienes cumplieron satisfactoriamente con la evaluación al final de la capacitación.

De la misma manera, el entrenador Iván Geovanni de Álvarez Zamudio, acreditó el curso para entrenadores y, por consiguiente, está habilitado para participar en los torneos oficiales que sean convocados en lo sucesivo tanto a nivel estatal como nacional.

Por otro lado, Juan Fernando Talamantes Ortega, figura entre los 10 entrenadores que fueron elegidos por la Federación Mexicana de Boxeo para participar en el seminario sobre la temática para la vuelta a los entrenamientos luego de la pandemia del COVID-19, el cual será impartido por el entrenador brasileño Mateus Alves, con el respaldo de la Confederación Americana de Boxeo.

La finalidad es que los entrenadores se conviertan en multiplicadores de la información en cada uno de los estados, respecto a la normatividad que deberá aplicarse en cada uno de los gimnasios y por cada atleta, para evitar que se presenten casos de contagio durante la práctica de esta disciplina.

 




Primer avistamiento. La primera ola de Christopher Amador

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Colaboración Especial

Por Omar de la Cadena

Por fin tengo edad

para conducir mi nave,

lo que no sé es…

si incendiarla con estrellas

o hundirla con mi llanto.

“Marinero en tierra”

El mar es el silencio que hace dios para no pensar en la tierra

Christopher Amador

La poesía es el naufragio del hombre que tiene

por únicos remos

el arco y la lira.

“La poesía”

Escolios

Christopher Amador

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). El hombre vive en mundos análogos, para no aburrirse; pero también para distinguirse. Elige un punto de vista, similar o distinto al de la manada, para pertenecer y permanecer dentro de una vasta geografía; tanto la que mira con los ojos como la que aspira con la imaginación. Christopher Amador es un poeta que ha adquirido la madurez en un oficio que es muchos y que es ninguno, como el de un pescador y lo que pesca: un ballenero que, en su desdoblamiento ritual, promete la longevidad de sus hazañas y de su oficio; enfrentándose a un cetáceo que revela su naturaleza, desde que comenzó a mecerse en la contradanza del mar, o cuando se determinó a volcarse sobre sus propias olas. Amador es un peregrino sobre páginas de arena y un marino sobre páginas de espuma: un poeta en busca en el poema el desenlace de su propia novela, como lo hiciera Rafael Alberti, un marinero en una tierra baldía.

Su primer oleaje abarca Canto a una mujer azul (2002), El mar es el silencio que hace dios para no pensar en la tierra (2008), El paisaje en la voz (2013), Escribir es incendiar (2010), y Espejo en añicos o nunca podrás escribir tu novela (2014). Aunque su viaje intelectual de seis años ha precedido el de los escaparates, con un viaje editorial distinto (porque cada poemario tiene una cronología y una secuencia que contradice su publicación), este primer oleaje está enlazado a un segundo, que quizá concluya con Escolios (2019) o con Claustrofobia-19. Bitácora del Covid: aforemas del encierro.

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En este volcarse sobre las olas, y debajo de ellas, encontramos la irreverencia y el ingenio de quien se echa al mar y al amar, como lo hiciera un Efraín Huerta o un Elías Nandino en sus versos más serios, eróticos, y jocosos; ya que en estos portentos de la poesía nacional encontramos la dimensión exacta de cada uno de los humoremas o alburemas de Amador: un despliegue de instantes de poesía; un grupo de carnadas poéticas saladas al sol. Canto por una mujer azul y Espejo en añicos o nunca podrás escribir tu novela, que datan del 2002 y el 2010, respectivamente, son el inicio y el fin de esa cresta poética. No obstante, aunque peguemos la oreja como a una caracola, en estos poemarios no escuchamos el mar sino las divagaciones de un pez o un pescador fuera del agua. De ahí su riqueza y, también, su destreza, en la diversidad de los poemas que revelan su circunstancia.

Como las olas, que vienen y van, sus poemas son falsos monólogos; ya que, si no dialogan con el lector o con el ser amado, dialogan con ese otro que va consigo mismo, cuando se piensa y se siente, fuera de sí, en primera y en terceras personas. Son conversacionales, pues, en el sentido amplio de la palabra. Esto genera el vértigo de ir por una espiral que, sin duda, a veces asciende y otras desciende, de lo real a lo inventado; porque durante la conversión de sentido en su primer poemario, cuando va de lo más acostumbrado a lo más inaudito, la mujer es un estado de ánimo (melancolía) antes de convertirse en agua salada, en mar, cuando el marinero le abre las piernas desde la quilla o separa las nubes desde al palo mayor en donde se encuentra, con el filo de algunos de sus versos:

Tus muslos son dos nubes sosteniendo el aguacero.

¿Quién pretende abrir el mar mientras empuja su velero?

Pero no siempre, metonimias de más o de menos, se transfigura en un barco, como he referido antes, sino en un pez o una ballena, porque sus versos nos atrapan con los dientes de su ingenio, o nos despabilan con el aletazo de su irreverencia. La mujer, al volverse en mar, hace esto posible; pero también cuando es tierra firme, en la Calafia referida de manera directa o indirecta; porque en su segundo poemario, El mar es el silencio que hace dios para no pensar en la tierra, con poemas del 2002 al 2006, nos muestra la cópula o catarsis divinizada de un marino que avista una ballena en menos de ocho versos de largo, como si fueran nubes o barcos que pasan y siguen de largo por las rutas marítimas de su universo poético:

No se puede ser poeta sin haber llorado un mar.

El mar me duele, tiembla en mí.

Hay un canto abriendo el pecho;

el poema salta como un pez.

Ser poeta es el oficio y la pasión por naufragar.

Lo mismo que atraen, repelen, sus poemas; tanto o más que una caricia o que cachetada verbal; porque es un poeta que nos pide acercarnos como alejarnos, preso de sus impulsos, para ver el ser en su heterogeneidad, la cosa en sus nominaciones engañosas, o el paisaje en sus contrasentidos. Esto sucede continuamente en los versos del 2004 en El paisaje en la voz, su tercer poemario, por medio de poemas cínicos y paródicos, como en el último Huerta, el de los poemínimos. Cuando dice: “Voy por Wall-mart/ como por Estados Unidos”, en su poema “Nostalgia con sabor a Paz”, parodia un verso de Piedra de sol (“Voy por tu cuerpo como por el mundo/ tu vientre es una plaza soleada/…”), picándole el ombligo al acucioso y estirado lector de poesía. Perdónenme el exceso, pero los poemas de Amador, parodiando a Courtoisie, son pinturas para ciegos; ya sea porque no pueden ver, o porque no lo hacen con sus demás sentidos.

Algo parecido, pero sin ironías, sucede con sus poemas del 2004 al 2008: Escribir es incendiar. Sus versos muestran un conflicto entre la razón y la pasión, porque el poeta se resiste a pensar lo que siente, y viceversa, cuando arremete el objeto amado y el oficio declarado con versos oracionales o dísticos sin rima, que tienden al epigrama y el aforismo: “El verdadero poeta no piensa: relampaguea.” Una verdad que rompe cualquier contrasentido cuando sus tópicos se vuelven de nuevo terrestres, aunque su verdadera intención es no salir del agua, porque quiere ponerse al margen de una monotonía espaciotemporal, como sucede de nuevo en “Proemio”, de Escolios (2019), un poemario de su segundo oleaje:

Me acerqué a la poesía

no para pensar lo que siento

sino para sentir, corazón

universal, mis reflexiones;

para no pasar de largo por la vida

palpando apenas la superficie,

para gastar el alma,

para que sus agujas despierten mi carne

y escribir el nombre de mi depredador

en la selva oscura de cada verso.

Su retórica justifica su poética; pero la evidencia indica que es un poeta que medita antes de poetizar, que da pausas y saltos espaciotemporales cuando toma el pulso de sus días; porque sus argumentos no aluden a las resquebrajaduras del poema, sino al desgarramiento de él mismo o del personaje del poema, al intentar zafarse de quien quiere sacarlo a flote, ponerlo en la superficie mientras aletea (las ballenas tienen aletas) hacia el abismo en múltiples bordes y peligros.

Esto es visible, incluso, un año después, en su poemario en prosa, Espejo en añicos o nunca podrás escribir una novela. Esta es una reunión de poemas narrativos con varios poemas discursivos (es decir, ensayísticos), o una bitácora de viaje con una trama sencilla, donde se personifica y/o desdobla su voz en el papel de Escribano Novelo o de Autor, para ser narrado o para narrarse en una novela que no puede escribir y que naufraga en sus orillas, como sucede con Nathanaël en Los alimentos terrenales (1897) de André Gide o al mismo Unamuno en Cómo se hace una novela (1929). Volver sobre sí mismo es su propósito esencial y no un acto fallido, porque la meditación del oficio es lo que lo saca a flote, lo que lo obliga a tomar aire y a hacerse visible, cuando cifra su poética en dos polos opuestos:

La literatura debe ser una garza con las patitas llenas de lodo.

Christopher demuestra una voluntad poética y un temple retórico contra viento y marea en un primer oleaje, que ha de continuar con similares ímpetus en su segundo oleaje, en su obra escrita después de 2010. Esto, aunque no nos sorprenda, debe alegrarnos; porque una ola se entrelazada con las que vienen; ya sea por las obsesiones declaradas o los cabos sueltos o las heridas que permanecen presentes, desatadas y abiertas; ya sea, también, porque en algunos de sus poemas posteriores demuestra la permanencia de algunos ejes de sus meditaciones más antiguas.

Así, de lo más alto a lo más bajo, el arte poético de Amador nos recuerda que el mundo requiere de vacíos, silencios, ausencias: vacíos de sentido, silencios de un poema a otro, y la ausencia del objeto amado. Algunas nostalgias, mutismos, y huecos se vuelven delicuescentes, porque el poeta los reconoce y los señala antes de ponerse a salvo de las trampas de la existencia; porque cada compilación de preguntas, de abismos, y de lamentos, demuestran el derecho y el deber de este poeta peninsular de lanzar respuestas además de preguntas, de cantar e igualmente de guardar silencio, de echar de menos o de más cuando se echa al mar picado de sus reflexiones sobre la vida y la poesía.

Sus lectores y sus críticos no esperan menos, sino una continuación de su primer oleaje, y no serán defraudados si el poeta ya se prepara para ofrecer el resultado de sus esfuerzos con un arpón en cada mano, para presentarnos un segundo y seguramente un tercer oleaje de su escritura poética.

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Apoyo nacional de la 4T a legisladores de BCS

FOTO: Archivo

La Paz, Baja California Sur (BCS). La escalada de la crisis al interior del Congreso de Baja California Sur, ha generado un posicionamiento a nivel nacional de la Asociación Nacional de Legisladores de la Cuarta Transformación (4T), quienes en medios nacionales han difundido un manifiesto dirigido Al pueblo de México, donde dan su apoyo a los diputados de la fracción de MORENA de la XV Legislatura del Congreso sudcaliforniano.

“Manifestamos nuestra preocupación y rechazo hacia la actitud del Gobernador de Baja California Sur, Carlos Mendoza Davis, al quebrantar la división de poderes de esa entidad y le exigimos que cumpla con su responsabilidad constitucional de publicar los acuerdos, decretos y leyes que el legislativo local aprueba, así como respetar y no condicionar la entrega de los recursos que por ley le corresponden al Poder Legislativo.

Repudiamos que mediante la presión se pretenda la sumisión del Poder Legislativo y se vulnere el orden constitucional.”

De igual manera, en el documento en cita se manifiestan ante distintos acontecimientos de los últimos días, entre ellos los homicidios de la diputada local de Colima, Francis Anel Bueno Sanchez, así como el perpetrado en contra de Giovanni López Ramírez, exigiendo el esclarecimiento de estos crímenes y el pronto castigo a los responsables.

Reiteran, al final del documento, su apoyo y reconocimiento al Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador y las medidas tomadas por su gobierno.




El México clasista

FOTO: NOTIMEX

Agenda Comunitaria

Por Frank Aguirre

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). El racismo en México, en Baja California Sur, en La Paz es sistemático. Lo ejercen las instituciones y sus funcionarios, la normalizan y trivializan la ciudadanía; amigos o familiares replican a modo de juego palabras e incluso actos, y el problema es cuando alguien, sin una pizca de pensamiento crítico ni escrúpulos, cree que esas bromas representan la normalidad y consideran que es “correcto” discriminar con acciones a las personas por su color de piel o por su nivel de ingresos económicos. Ahí es cuando, neta, ya no dan cura (risa) las “bromitas o la “carrilla”. Tenemos que cortar de tajo el racismo en México, porque mata.

Ésta es una crítica con conciencia de clase y memoria histórica, enfocada en una primera parte a la reciente manifestación/tráfico/protesta del último fin de semana de mayo convocado por el grupo ultraconservador y anti-derechos civiles llamada Frente Nacional AntiAMLO (FRENAAA)

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Dice Angela Merkell que no debe negarse el derecho a manifestarse como les venga en gana, pero, como bien dijo también la presidenta de Alemania, así como hacen públicas sus quejas deberán enfrentar la crítica dura y pura.

En lo personal están son las inconsistencias más graves de las manifestaciones del fin de semana que no solo la terminan convirtiendo en absurda, sino vergonzosa:

1.- Fue una marcha racista y clasista:

Lean las pancartas, escuchen las entrevistas, busquen las declaraciones de las y los principales líderes organizadores, siempre usan adjetivos calificativos denigrantes para dirigirse a la población joven desempleada, sin trabajo, sin posibilidad de aspirar a estudios y, peor aún, en las manifestaciones de hace años contra la violencia, contra la represión o contra la inseguridad, usan frases antipáticas y poco solidarias enfocadas en la clase social de los marchantes.

Además, el 70% de las y los mexicanos (datos de INEGI) no tienen un coche ¿cómo podrían unirse a estas manifestaciones sin carro?

2.- Fue una manifestación anti-derechos civiles:

Las y los principales cabecillas están en contra del matrimonio igualitario o, en otras palabras, en contra del derecho a heredar bienes o compartir la seguridad social entre parejas del mismo sexo, así como en contra de la despenalización de algunas drogas. También están a favor de “los valores de antes”. Recordemos que los valores de antes eran aberraciones cómo:

  • Las mujeres no pueden tener su propio patrimonio.
  • No pueden denunciar si su pareja les golpea o si sufren violación alguna.
  • Estar en contra de que las mujeres puedan decidir qué hacer con su cuerpo. O sea la pérdida de la libertad de ser mujer.

3.-Contaminan:

Esto es literal, aunque la justificación es la “sana distancia”, terminaron convocando a civiles a reunirse para hacer tráfico, lo que alteró la calidad de aire que ya había mejorado durante la contingencia en algunas ciudades donde se ¿marchó? -más bien, se manejó- bajo protesta.

4.- Ignoran la situación política del país y confunden terminología básica de corrientes políticas:

Le dicen al presidente “comunista”, pero en realidad algunas de sus políticas públicas han sido más neoliberales que Calderón mismo, como el Tren Maya (proyecto neoextractivista y megadesarrollo turístico), la firma del nuevo tratado de libre comercio o la militarización del país.

Le dicen “socialismo” a la igualdad, la libertad, a todo lo que tenga que ver con derechos civiles, a la obra pública del gobierno federal que se ha enfocado en las zonas más vulnerables del país o a algunos programas de bienestar social que ya implementaba el PRI o el PAN y nomás le cambiaron de nombre.

Si has llegado hasta el final de ésta columna habrás notado que no he utilizado adjetivos calificativos o eufemismos para expresarme sobre el tema en cuestión, tampoco he buscado insultar o polarizar al respecto. Notarás que existe una crítica de forma al gobierno actual y de fondo a la manifestación motorizada.

Es pertinente e importante disentir con todo tipo de injusticia, venga del gobierno que venga o de la corriente política que sea, pero entre cada acto subversivo es relevante tener bien claro qué exigimos y con quién nos juntamos; se debe tener cuidado, que no por estar hartos del presidente se termine beneficiando a una corriente política aún más rancia, que añora la podredumbre del pasado (Tlatelolco 68, Halconazo 71, fraude del 88, Acteal 97, Tlatlaya, Atenco, Ayotzinapa, Punta Lobos, y un doloroso y largo etcéteras de represión social, terrorismo policial/militar y racismo institucional).

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El regreso a nueva normalidad: el gobierno federal propone y el estatal dispone

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La Última Trinchera

Por Roberto E. Galindo Domínguez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Baja California Sur inicia el camino hacia la “nueva normalidad” con la reactivación económica de dos sectores laborales, el minero y el de la construcción, habrá que ver si del automotriz el último elemento de la cadena de producción, que es la venta al público, se reabre también. A estos sectores se les adjuntan los que están relacionados a ellos de manera directa, es decir, la producción de insumos, materiales, herramientas y partes; todo esto ha sido dicho por las autoridades federales y por las estatales, pero no han especificado a detalle cuáles rubros son los implicados.

Dentro de la gran confusión que prevalece ante el inicio de la “nueva normalidad” se encuentran los trabajadores a pequeña escala, aquellos que son independientes, cobran a destajo y que no se vuelven obreros asalariados. En esta misma situación se encuentra su posible contratante, quien es un particular y no se dedica a la construcción como negocio o medio de vida. En suma, todos aquellos albañiles, plomeros, electricistas, herreros y ayudantes que trabajan en remodelaciones y/o chambitas en casas de particulares; pues ni la autoridad federal ni la estatal y/o municipal han aclarado o detallado normas para ellos. Y es que, cuando apenas se puede tener el dinero para adquirir los materiales y pagar a un albañil ¿cómo espera la autoridad que el particular implemente todas las normas, incluido un supervisor para ese otro trabajador, así como áreas de desinfección, comedores, señalizaciones, etc.?

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La realidad es que, durante todo este tiempo, muchos trabajadores como los mencionados han seguido laborando por diversas partes de la ciudad y a discreción, y es que ellos pertenecen a un sector vulnerable que vive al día con lo que gana cada jornada de trabajo y ante setenta días de interrupción de actividades -desde el 23 de marzo-, tal vez dejaron de salir a laborar una quincena, tal vez algunos interrumpieron sus actividades hasta la primera fecha planteada para levantar la jornada de sana distancia -el 19 de abril-, pero después de eso muchos no han dejado de salir a buscar el sustento.

Apenas se dio el arranque del regreso a la “nueva normalidad” y ya se observan pequeñas construcciones y/o remodelaciones en las que los trabajadores no portan cubrebocas, no guardan la distancia y en las que no se aprecia ninguna señalización ni tapete sanitizador a la entrada del lugar; si esto se da con ese desorden, los otros sectores laborales que no tienen permitido volver a actividades van a incomodarse y con razón, primero porque también necesitan trabajar y segundo porque los que ya lo hacen de forma desordenada nos ponen en riesgo al resto de la sociedad.

Por otro lado, y lo más grave, es que se inicie el regreso a la “nueva normalidad” cuando el gobernador en varias ocasiones señaló que la autoridad federal erraba en la estrategia y hasta festejó que la reapertura se diera hasta el 1 de junio y no el 18 de mayo (parece no haber entendido cuáles municipios si podían hacerlo el 18 de mayo y cuales no), aún cuando él mismo señaló que el pico de contagios estaba contemplado por nuestros especialistas, los estatales, para mediados de junio. Lo anterior es de suma importancia, pues aunque la autoridad federal dio el banderazo al inicio del regreso a la “nueva normalidad” en algunos sectores laborales, también ha señalado que los gobiernos estatales y/o municipales son, en última instancia, las autoridades sanitarias que pueden decidir implementar o no el levantamiento de las restricciones de la Jornada Nacional de Sana Distancia, no así evitar las restricciones impuestas por el gobierno federal.

De aquí en adelante veremos si las estrategias estatal y municipales de Baja California Sur son efectivas para contener el desarrollo de la pandemia, a pesar de que durante las últimas semanas ni los llamados federales a quedarse en casa, ni las medidas coercitivas impuestas por el gobernador lograron contener la movilidad sudcaliforniana.

Es así que la decisión del inicio del camino a la “nueva normalidad” con los sectores minero, de la construcción y el automotriz la toma el gobernador después de que durante las últimas tres semanas de mayo se dio un incremento entre el 9 y el 11% de movilidad entre los sudcalifornianos, y cuando apenas el 29 de mayo se registraron 32 infectados por el SARS-COV2 y hoy, que tecleo este texto, miércoles 3 de junio, se da la cifra del registro de ayer: 37 contagios nuevos, con mucho la más alta registrada desde mayo; todos los demás registros para ese lapso no pasaron de 17 nuevos contagios, promediando alrededor de 10 por día e incluso con algunas jornadas sin nuevos infectados. El gobierno federal restringe y propone, es el estatal el que dispone.

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