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El misterioso Nagudo

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California Mítica

Por Gilberto Manuel Ortega Avilés

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). El Nagudo es el ser más misterioso de Baja California Sur, aunque no se encuentre la definición exacta de esta palabra en ningún diccionario, lo cierto es que en las mentes de los sudcalifornianos este ser está perfectamente identificado como un ente misterioso que acechaba en las calles solitarias y oscuras de los pueblos y ciudades de sudcalifornia, aterrorizando a la población.

El registro más antiguo de este extraño ser fue en 1907, como se observa en un periódico resguardado en el Archivo Histórico Pablo L. Martinez (AHPLM); en este se menciona al nagudo como una persona disfrazada que aterroriza en las calles de la ciudad de La Paz, a grado tal que incluso la policía estaba en su búsqueda; por lo que seguimos indagando sobre este escurridizo sujeto, jamás fue aprehendido.

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Los habitantes más antiguos de los pueblos de esta península relatan cómo se advertía a las señoritas que no salieran de casa sin acompañante, sobre todo bajando el sol, ya que al salir solas por las noches podían encontrarse con El Nagudo; curiosamente, el extraño ser nunca se les aparecía a hombres.

Los registros más recientes de la época moderna los encontramos en el año 1993, en el periódico Últimas Noticias de la hemeroteca del AHPLM, donde no sólo se habla de la naturaleza misteriosa del personaje, sino que se advierte que sigue apareciendo por toda la ciudad.

Pero ,¿qué es un nagudo?

Como nunca se ha registrado de un acto violento de este personaje o personajes, que solo se limitaba a observar o asustar, podría entrar en la categoría moderna de voyerista.

El voyeurismo​ es una conducta que puede llegar a ser parafilica. Quienes lo practican, buscan obtener excitación sexual al observar personas desnudas o realizando algún tipo de actividad sexual; sin embargo, no implica ninguna actividad sexual posterior por parte del voyeurista.

Según algunas declaraciones sobre el nagudo sudcaliforniano, se llegó a observar robando ropa interior femenina, o incluso espiando a mujeres jóvenes mientras se bañaban; cabe recordar que, en los pueblos, los baños estaban retirados de las casas, lo que facilitaba la labor del espía, además, que ninguna ventana o agujero era demasiado pequeño para que impidiera al susodicho realizar su cometido.

¿Ha desaparecido el nagudo?

Quizás en el hablar cotidiano el término nagudo sí tienda a desaparecer, aunque la expresión queda en la memoria sudcaliforniana, y el misterioso ser denominado así, quien, aunque incomodaba a muchas personas parecía que era inofensivo a pesar de sus prácticas poco éticas y, claro, ilegales, vivirá para siempre en el imaginario colectivo.

Si tomamos en cuenta su descripción como alguien catalogado dentro de la parafilia llamada voyeurismo en la época moderna, definitivamente aún hay muchos nagudos, incluso algunos han sido atrapados por los medios modernos de vigilancia. Las nuevas tecnologías han evolucionado, y quizás los nuevos nagudos ahora estén espiando a las personas mediante cámaras secretas en hoteles o, incluso, con cámaras ocultas en las calles; en caso de ver alguno, no olvides denunciarlo, ya que este material puede ser utilizado para exhibir intimidades de terceras personas de manera ilegal.

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Miguel León Portilla. Una vida entreverada con la mítica California

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Tierra Incógnita

Por Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Con suma tristeza nos enteramos del terrible deceso, para el mundo de los mortales, del gran filósofo e historiador mexicano Miguel León Portilla, acaecido el 1º. de octubre del año en curso. Sin embargo, para consuelo de aquellos que seguimos su obra desde hace muchos años, abrigamos sus hermosas palabras: Con el paso del tiempo me he reconciliado con la muerte. A lo mejor vivo 92, a lo mejor 100, no sé; pero ahora ya no tengo ningún miedo, porque he procurado trabajar hasta donde he podido” (Entrevista periódico Excélsior. 2016). Y así fue, el Dr. León Portilla fue un incansable escritor que nos legó una obra de por lo menos 16 libros, un sinfín de artículos, prólogos de muchísimos libros más, así como Instituciones de Investigación Histórica que fundó como fueron el Archivo histórico “Pablo L. Martínez” de Baja California Sur (1969) y el Centro de Investigaciones Históricas (UNAM-UABC) en Tijuana, B.C. en el año de 1975.

León Portilla narra en uno de sus escritos el influjo casi hipnótico que tuvo desde su más tierna edad por la California ancestral. Contaba él mismo que cuando estudiaba en el Colegio México, en la Ciudad de México, una profesora les habló durante la clase de historia de una California que había pertenecido a México pero que formaba parte de los Estados Unidos. Yo levanté la mano para decir que creía que era de México; ella contestó: “Ya te dije que toda California es de Estados Unidos, pues nos la quitaron en la guerra”. Insistí que formaba parte de nuestro país y entonces me sacó de la clase por rebelde. Cuando llegué a mi casa le pedí un mapa a mi padre y juntos confirmamos que pertenecía a México, pero ya no se lo dije a la maestra porque pensé que no sólo me iba a expulsar de la clase sino también de la escuela”. Como podemos darnos cuenta en esta anécdota tan interesante en la vida del Dr. Portilla, él desde pequeño, contaría con 9 o 10 años de edad, tenía un carácter sumamente curioso aunado a una actitud firme, en donde defendía su punto de vista aunque en ello le fueran castigos o regaños.

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Conforme nuestro personaje fue creciendo, no sólo en edad sino en conocimientos, cursó estudios en diferentes instituciones tanto de México como del extranjero. Se nos menciona que en el año de 1943 y 1944 cursó el bachillerato en ciencias sociales en un Instituto de Ciencias regido por Jesuitas, en donde interioriza no sólo las virtudes que ellos profesan sino también su deseo por profundizar en las ciencias y las artes, y ¿por qué no? en las hazañas que cientos de años atrás llevaron a cabo ilustres miembros de esta Orden como fueron Salvatierra, Kino, Ugarte, Baegert, Venegas, Clavijero, etc.

León Portilla fue de los pocos historiadores de las tradiciones de los grupos indígenas del centro y sureste del país que hablaba perfectamente en Náhuatl. La razón de ello fue producto del encuentro con uno de los grandes estudiosos de los textos precolombinos, el sacerdote Angel María Garibay. Se dice que el encuentro de estos dos hombres se dio de la siguiente manera: “(Garibay) Cuando, enviado por la universidad se me presentó a preguntar si me hallaba en disposición de dirigir su tesis sobre la filosofía náhuatl con que tenía la pretensión de hacer el doctorado, yo le hice esta pregunta: “¿Conoce usted la lengua mexicana de los antiguos?”. (León Portilla) No, fue la respuesta. (Garibay) Amigo mío —le dije—, bien me sé que hay quien habla de la filosofía platónica, sin saber dos palabras del griego, y de la filosofía kantiana, sin conocer el alemán. Pero la seriedad de un doctorado pide algo muy distinto. Tiene usted que saber náhuatl. De otra manera, o niega lo que no conoce, o hará una preciosa novela de fantasías, como hacen muchos más, a base de datos incoherentes y vagos. Convino en que era necesario conocer, y con suficiente profundidad, la lengua y los documentos sin número que la diligencia de los primeros civilizadores nos acumuló”.

En menos de 6 meses, contando con el apoyo de tan célebre erudito, Miguel León Portilla aprendió el Náhuatl.

Fue en el año de 1956 que egresa de la UNAM con el doctorado en filosofía, con especialización en historia prehispánica. En su examen de grado obtuvo la mención de Summa cum laude, algo inédito en aquellos años. El regreso formal al romance del Dr. Portilla con la Antigua California se dio con la llegada a nuestra entidad del Lic. Hugo Cervantes del Río como Gobernador del territorio (1965-1970), se empezaron a realizar una gran cantidad de obras de interés público para tratar de resolver el gran atraso que existía en la entidad en este aspecto. Fue para el año de 1968 que acude a nuestro territorio el emérito investigador León Portilla acompañado de su esposa Ascensión Hernández Triviño, para dar una serie de conferencias ante la comunidad de historiadores. Durante su estancia, el historiador León Portilla empieza a indagar con las personas del gobierno territorial sobre la existencia de algún archivo o los documentos que se tuvieran sobre la historia de nuestra península. La tarea de buscar estos documentos le tocó al profesor Armando Trasviña Taylor, en ese entonces director de Acción Social y Cultural del gobierno del Territorio.

Las pesquisas dieron resultado y se tuvo conocimiento que en un cuarto del piso superior de lo que era la cárcel municipal y delegación (el Sobarzo) se encontraban almacenados todos esos documentos. De inmediato se dieron a la tarea de rescatarlos y clasificarlos para iniciar con lo que fueran las bases del Archivo Histórico del Gobierno del Territorio. Fue una labor titánica ya que los documentos estaban amontonados sin el menor cuidado, muchos de ellos deteriorados por el paso del tiempo y la nula protección ante los fenómenos atmosféricos, el polvo y la fauna nociva. Gracias a la paciencia y trabajo del profesor Trasviña Taylor y el Dr. León Portilla, los documentos quedaron debidamente resguardados y fue el 9 de mayo del 1969 en que el gobernador Cervantes del Río realizó la ceremonia en la que se da formal existencia a este recinto de la historia.

Posteriormente, en el año de 1971 trabaja y edita 3 documentos que dan origen a su obra Testimonios sudcalifornianos, el cual es un libro en donde su pasión por la California Mexicana comienza a dar frutos. A este libro le siguieron Historia de la Antigua o Baja California que fue una traducción del libro que cientos de años atrás realizara Francisco Javier Clavijero, el mismo Dr. Portilla hizo el prólogo así como interesantes anotaciones para un mejor entendimiento y análisis de esta obra. Los días 6, 13, 20 y 27 de julio de 1972 —siempre en El Colegio Nacional— ofrece varias charlas en torno a la etnohistoria de Baja California: “El testimonio de sus pinturas rupestres”, “Contactos con los nativos californianos durante los siglos XVI y XVII”, “La aculturación misionera” y “Acabamiento de la población nativa”. En Corona del Mar, California, el 5 de mayo ofrece la disertación The Contribution of Miguel del Barco (1706-1790) to the History of Baja California.

Algo digno de reconocerse es que León Portilla no fue sólo un historiador de escritorio, también fue de campo. En el año de 1973 viaja desde la ciudad de Tijuana hasta San José del Cabo, recorriendo la distancia de 1200 kilómetros en donde ofrece animadas charlas y conferencias acaecidas los días 25, 27, 30 y 31 de mayo: “Loreto, capital histórica de las Californias”, en Loreto; “Penetración al norte peninsular durante el siglo XVIII”, en Misión de San Ignacio Kadakaamán; “Los indígenas de Sudcalifornia en la región del Cabo”, en San José del Cabo; “Sudcalifornia en la tradición marítima de México”, en La Paz. Regresa a la Ciudad de México a continuar con su intenso trabajo de conferencista y redactor de libros y vuelve a nuestra península los días 23 y 25 de octubre, en la Sala de Convenciones de la Cámara Nacional de Comercio y bajo los auspicios del Club Rotario de Tijuana, diserta sobre “El antiguo mundo indígena de Baja California” y “Las grandes exploraciones de Baja California durante el periodo colonial”. Ese mismo año ve la luz una traducción del libro Historia natural y crónica de la antigua California, obra inédita del jesuita Miguel del Barco, escrita por él durante su exilio en Bolonia. También publica el artículo Voyages of Francisco of Ortega.

Un aspecto interesante y que hubiera tenido grandes repercusiones en la historia sudcaliforniana ocurrió en el año de 1974. Suceso que, por la trascendencia, debería ser rescatado y conocido por todos los habitantes de estas tierras y por sólo este hecho debería el nombre de Miguel León Portilla estar en la mente de sus habitantes. En ese año el presidente de la república, Luis Echeverría Álvarez, estaba realizando consultas entre los legisladores federales para cambiar el nombre de “Baja California Sur” por el de Benito Juárez o California de Juárez, seguramente motivado porque 2 años antes se había conmemorado 100 años del fallecimiento del Benemérito de las Américas.

Al enterarse de esta pretensión, nuestro ilustre investigador realizó una acalorada defensa de nombre de nuestra península, e incluso propuso que si éste irremediablemente debía de modificarse, que al menos tomara el nombre de Sudcalifornia: Hablar de sudcalifornia y llamarse sudcalifornianos es hacer rescate de un pasado con rica historia. Por otra parte “sudcalifornia” es vocablo correcto en castellano.

En el año de 1974, regresa a Baja California para disertar en La Paz, el 28 de abril y el 2 de mayo, sobre “La antigua California a mediados del siglo XVIII” y la “Significación de Baja California en la historia de México”. También a finales de ese año realiza una colaboración en el libro Historia de Baja California, así como la introducción y notas de Descripción y toponimia indígena de California. El 5 de febrero del año siguiente dicta su primera conferencia del año en el Museo Nacional de Antropología e Historia: “Baja California: su significado en el pasado y en el presente de México”. El 25 de julio, con la anuencia de los rectores Guillermo Soberón de la UNAM y Luis López Moctezuma de la UABC, se firma el convenio para crear el Centro de Investigaciones Históricas UNAM-UABC, la firma tiene lugar en el Observatorio Astronómico de San Pedro Mártir, a 3,100 metros sobre el nivel del mar. Lamentablemente, el revanchismo y la visión miope de un grupo de historiadores aficionados y cronistas locales provocaron un gran conflicto que desembocó en el incendio parte de las instalaciones de este importante centro.

A finales del año de 1979 participa en el prólogo de la interesante obra El régimen jesuítico de Baja California de Ignacio del Río, uno de sus grandes discípulos. De vuelta al noroeste de México, pronuncia tres conferencias en la ciudad de La Paz: “Historiografía acerca de los grupos indígenas prehispánicos de Baja California”, día 6 de noviembre de 1981; “La antigua California prehispánica”, día 8 y “Fuentes para la historia de Baja California Sur”, el día 13. En 1982 participa en la Primer Semana de Información Histórica de Baja California, de la cual se publica la memoria. El 2 de mayo de 1983 en La Paz, pronuncia en el Museo Antropológico, su disertación “Las lenguas indígenas de Baja California”. El amor por nuestra media península siempre lo llevaba con él, es por ello que el 28 de agosto, en la sala Lerdo de Tejada del Senado de la República, charla sobre la “Significación de Baja California Sur en las historias nacional y universal”. Es en el año de 1985 que publica su libro Hernán Cortés y la Mar del Sur, un texto de lectura obligada para quienes deseamos conocer ampliamente la influencia de este explorador español en la California. En abril de 1986, los días 21, 22 y 28 viaja y en la Universidad, en la Casa de Cultura de La Paz y en el Auditorio de la Casa de la Juventud ofrece sendas conferencias: “Exploradores jesuitas de la península de Baja California”, “Temas y problemas de la historia de Baja California” y “Trayectoria Cultural de Sud California”.

En octubre de 1994 viaja a nuestra media península para coordinar en San Ignacio Kadakaamán, la reunión sobre protección de las pinturas rupestres de Baja California, organizada por el INAH. El día 24 de marzo de 1995 —a instancias de la UABC— pronuncia en Ensenada la charla “Mi interés y mis libros acerca de Baja California”. En una muestra más del delicado afecto profesado a la historia de la antigua California, él y su esposa donan al Instituto de Investigaciones Históricas de la UABC su valiosa colección California Mexicana, acopio de más de 1,600 documentos —entre libros, revistas, folletos, sobretiros, mapas y planos de la península— construido en treinta años de búsquedas y pesquisas en librerías especializadas y estanquillos de libros de viejo, durante sus múltiples viajes por México y el mundo. Los bajacalifornianos expresaron su agradecimiento: Estamos ciertos de que la historia de nuestra California es lo que es, gracias a aquel niño que se negó a creer que nuestra península… no era mexicana (Aidé Grijalva. “La generosa donación incluyó joyas bibliográficas de los siglos XVIII y XIX y un mapa californiano original de 1824”).

León Portilla continuó haciendo viajes hacia esta península, principalmente a Tijuana y Mexicali donde dictó varias conferencias, sin embargo dada su avanzada edad, cada vez sus viajes eran más esporádicos y prefería dedicar sus fuerzas a la elaboración de nuevos libros o artículos de divulgación del mundo prehispánico.

Afortunadamente en el 2016 tuvimos la fortuna de que accediera a acudir a nuestra ciudad de La Paz, a la capital de la tierra de sus amores, para recibir dos grandes reconocimientos de manos de las autoridades representativas de los sudcalifornianos: El Doctorado Honoris Causa que le confería la UABCS, el primero que da en su historia, y un Homenaje por parte de los tres poderes del Gobierno del Estado el cual se realizó en la sala de Sesiones “José María Morelos y Pavón” del Congreso del Estado. El mencionado evento estaba programado para llevarse a cabo el 3 de mayo de 2016 pero tuvo que posponerse hasta el 25 de octubre.

Hombres como Miguel León Portilla no mueren, puesto que su vida ejemplar y sus obras quedan de forma perenne en la historia de un pueblo. Mientras hayamos sudcalifornianos que releamos sus libros, sus artículos, que los transmitamos a nuestros hijos e hijas, pero sobre todo que hagamos honor a su ejemplo y a su vida, el Doctor Miguel León Portilla seguirá vivo, aquí, con nosotros.

 

Bibliografía:

“Un nombre para el nuevo estado: Sudcalifornia” – Miguel León Portilla.

“Miguel León-Portilla. Apuntes para su biografía. 1956 – 2012”. Cruz Alberto González.

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¿Estamos en peligro por el impacto de un asteroide en el mes de octubre?

Foto: Internet.

California Mítica

Por Gilberto Manuel Ortega Avilés

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Es un hecho que todos los días caen objetos del espacio a nuestro planeta, meteoritos o basura espacial, pero algunos son más evidentes como el que cayó en Rusia en 2013.

Durante la mañana del 15 de febrero de 2013, en Rusia, en la zona sur de los Urales, aproximadamente a las 09:20 horas, el meteorito sobrevoló varias provincias y la ciudad de Cheliábinsk en el momento de entrar en la atmósfera terrestre, hasta impactar a 80 km de dicha localidad. Alcanzaron el suelo entre 4000 y 6000 kg de meteoritos, incluido un fragmento de unos 650 kg que fue recuperado posteriormente en el lago Chebarkul.​

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El bólido liberó una energía de 500 kilotones, treinta veces superior a la bomba nuclear de Hiroshima.

Existen videos en la red que muestran la intensidad del evento, aunque de los eventos similares de mayor magnitud, por haber sucedido hace mucho tiempo, solo quedan testimonios escritos o evidencias geológicas.

El bólido de Tunguska fue una explosión aérea de muy alta potencia ocurrida en la meseta central siberiana, en las proximidades del río Tunguska Pedregoso, a las 7:17 del día 30 de junio de 1908.​

El fenómeno de Tunguska alentó más de 30 hipótesis y teorías sobre lo ocurrido. La detonación, similar a la de un arma termonuclear de elevada potencia, ha sido atribuida a un cometa o a un asteroide. Debido a que no se ha recuperado ningún fragmento, se maneja la teoría de que fue un cometa formado por hielo. Al no alcanzar la superficie, no se produjo cráter. Incluso ha fomentado las teorías que se trató de un OVNI o un ataque por parte de seres espaciales.

Ya una vez nuestra ciudad de La Paz se vio cimbrada por un meteorito de grandes dimensiones.

Un bólido impresionante del que fue testigo la ciudad de La Paz, fue el que cayó el día 28 diciembre de 1873, como se publica en el periódico La Baja California del 17 de enero de 1874 (documento del Archivo Histórico Pablo L. Martínez). A pesar de ser visto por muchas personas, nunca se encontró el lugar de impacto ni evidencia del mismo, incluso en el periódico se menciona que se ofrece recompensa quien indique el lugar donde cayó el objeto; muchos aseguran que cayó a las afueras de la ciudad, otros, que en el mar.

¿Cuál es la relevancia de este suceso? El año de 1874 fue intenso a cuestión de astronomía, debido a que se llevó a cabo el tránsito de Venus el 9 de diciembre de 1874, acudiendo a Baja California varios científicos para su estudio; aunque este no fue un evento tan poco común, su importancia particular fue que la tecnología e instrumentos de medición de la época, hicieron posible que fuera el mejor estudiado de su tiempo.

El tránsito de Venus es un evento astronómico que sucede cuando el propio Venus pasa directamente entre el Sol y la Tierra, este hecho es análogo a los eclipses solares causados por la Luna, pero la distancia y el tamaño aparente de Venus, hacen que este solo pueda verse como un pequeño punto negro que atraviesa la cara visible del Sol, durante un tiempo de entre 5 y 8 horas; los tránsitos más recientes ocurrieron el 2004 y el 2012, el próximo será en el año 2117.

En cuestiones más fantásticas, ese año se vivieron eventos de avistamiento de objetos extraños por los cielos, por ejemplo, el relatado en el libro “Astrología del fenómeno Ovni” de Boris Cristoff, donde se menciona que el 9 de julio de 1874, en un evento llamado La batalla de las nubes, los habitantes de un poblado cerca de Pittsburgh, Pensilvania, llamado Saw Mill, observaron un extraño fenómeno cuando dos nubes de un color negro intenso y peculiar forma, se fueron acercando entre sí, como si fueran a luchar, comenzando a intercambiar impresionantes y violentos rayos; cuando por fin hacen colisión, dejan caer torrentes de agua que ocasionaron la muerte de más de 150 personas.

En otro fenómeno, el mismo año pero en nuestro país, y quizás uno de los avistamientos más conocidos, fue el que sucedió en Oaxaca el día 6 del mismo mes de julio, cuando los habitantes observaron un objeto en forma de trompeta sobre los cielos, por más de 5 minutos; el evento ha sido respaldado por periódicos y revistas de la época, no solo nacionales sino extranjeros. Cabe mencionar que en la misma fecha también se observó un pequeño cometa, el cual también está documentado.

Volviendo a la ciudad de La Paz, hace tan solo 3 años, en el 2013, se sintió como las viviendas de muchos hogares se cimbraron como con la caída de un bólido, incluso, hubo gente que aseguró verlo caer en las inmediaciones de El Centenario; quizás lo más extraño de este suceso fue el movimiento policial y militar que se dio para la búsqueda del mismo, los cuales descartaron que se tratara de un meteorito, a pesar de haberse registrado un ligero movimiento sísmico.

Meses después, se publicó una nota donde se decía que el fenómeno había sido a causa de un fragmento del cometa Halley. Actualmente se siguen reportando bólidos caídos del cielo que cimbran ciudades en países como Argentina, Venezuela y más.

Esto enciende las alarmas de algunas personas, debido a que se ha viralizado, por medio de internet, que en próximas fechas la tierra corre riesgo de ser impactada por un asteroide; aunque los que ya tienen tiempo navegando internet conocen la naturaleza de estas noticias, sin duda genera alarma entre las personas más crédulas. Ciertamente, en los últimos tiempos se han registrado caídas de objetos y meteoritos por todo el mundo, algunos muy grandes, que han causado conmoción, contribuyendo a la histeria colectiva.

EL FIN DEL MUNDO

El próximo 3 de octubre, llega el  asteroide que se llama “2007 FT3”, pero es falso que vaya a provocar el fin del mundo.

De acuerdo con la NASA, en la base de datos del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS, por sus siglas en inglés), las posibilidades de que el meteorito impacte en la Tierra son del 0.0000092 por ciento, es decir, de una entre 11 millones.

Incluso, en la escala de Torino, que clasifica el peligro de impacto del 0 al 10, siendo el cero una posibilidad absolutamente nula y el diez un impacto seguro que amenaza el futuro de la humanidad, el asteroide “2007 FT3”está clasificado como 0.

Es más, ni siquiera se puede hablar de que el asteroide vaya a rozar la Tierra, ya que pasará a más de 420 mil kilómetros en su punto más cercano. Para comparar, la Luna se encuentra a una distancia media de 384 mil 400 km de nuestro planeta.

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De vendedor de periódicos a Director de El Sudcaliforniano: Jesús Chávez Jiménez

FOTOS: Modesto Peralta Delgado.

El Beso de la Mujer Araña

Por Modesto Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Con su característica sonrisa y humildad, me esperaba don Jesús Chávez Jiménez, vistiendo un traje azul marino, en un café de la zona centro de La Paz. ¡Mil cosas de qué hablar! Me obsequió su libro Zarzo de cuentos al rojo vivo, recientemente publicado por el Archivo Histórico “Pablo L. Martínez”; en 2018 ganó el Premio Estatal de Crónica “Ciudad de La Paz”; poco antes, el concurso de Calaveritas del Día de Muertos… Su incursión en la Literatura podría ser un buen pretexto para esta entrevista, pero con tanto qué contar, nos conformamos con algunos pasajes de su vida en el periodismo, al que se ha dedicado toda su vida. Este 2018 que charlamos, el hombre cumplió 60 años, y prácticamente 50 años en la labor informativa.

Empezó vendiendo periódicos en la calle, y años más tarde, sería el Director General de ese medio: El Sudcaliforniano, un impreso que hasta la fecha goza de amplia circulación. Creí que era nacido en Ciudad Insurgentes, municipio de Comondú —donde por cierto, conocí su hermano, el profesor Heriberto, quien fue Director de la Corresponsalía—, pero no: nació en Santa Bárbara Rodeo, Durango, un poblado —según asegura él mismo— que parece extraído de la imaginación de Gabriel García Márquez. Con todo, sí se considera comundeño: “soy oriundo de Insurgentes”, es lo primero que le grabé en nuestra charla.

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Jesús Chávez Jiménez nació el 2 de septiembre de 1958. Tenía sólo 4 años cuando su padre los trajo de Durango a Sudcalifornia, y lo hizo huyendo de la violencia, “ya que mi padre sufrió un atentado y un segundo que sólo quedó en el intento, porque nos protegimos. Por esa razón nos vinimos para acá, para evitar que nos asesinaran, como querían asesinar a mi papá y a mi mamá, porque un cacique que no estuvo de acuerdo en que mi papá no le firmara unos documentos para él poder recibir un crédito que no merecía”. Llegaron a esta capital el 24 de agosto de 1964, en el recién estrenado Ferry. “Mi papá nos dijo, ‘les regalo esta tierra, ámenla, cuídenla, sírvanla, sin olvidarse de donde nacieron’. Y hasta la fecha mis hermanos y yo hemos sido leales a este principio, el cual hemos respetado de una manera cabal”.

Alma de reportero

Al preguntarle por sus inicios en el “perro oficio”, no duda en decir que fue acabando la escuela primaria, en 1971 ó 1972 —El Sudcaliforniano, que empezó a circular en noviembre de 1969, tenía apenas 3 años de fundación. “Con mucho orgullo digo que empecé en el ámbito profesional cuando tenía 12 años”; en Insurgentes. A esa edad fue trabajador de limpieza en los autobuses que estaban llegando de La Paz, donde llegaba también el periódico; lavaba los camiones y se quedaba con los impresos que dejaba la gente. “Un día a finales de junio, antes de salir de sexto grado, le marqué al Director del periódico desde una caseta telefónica que se acababa de instalar en Insurgentes; el Director fue quien me contestó y le dije que quería ser periodista. ¿Cuántos años tienes?, me respondió, Estoy por cumplir 12 y quiero ser periodista de ‘El Sudcaliforniano’”. Así, un buen día tomó un autobús y llegó a La Paz. Don Carlos Morgan —entonces Director de ese medio—lo recibió en su casa. “Me recibió como su hijo, me hospedó en su casa, me dio de comer y me dio todas las instrucciones, no para ser reportero, sino para ser voceador de El Sudcaliforniano.

La instrucción que más me gustó fue que me mandaría todos los días 150 periódicos con la única obligación de venderlos a un precio de 1.50 el ejemplar, y que yo me quedara con el dinero. Esa fue la instrucción de don Carlos, la cumplí y empecé a llevar sustento a mi familia”. El trato con el jovensísimo periodista incluía una pequeña columna: Pizca de noticias de El Valle. “A los tres años de ser voceador, empecé a hacer mis pininos periodísticos con una columna formal todos los días, y hasta la fecha escribo una columna política (…) A los 12 años escribí mi primera columna. Tenía “la manita pesada”, confieso que fui reprimido, una mano la tengo falseada por eso. Un policía —a quien yo adoro y ha sido personaje de mis cuentos—, me reprimió y me subió a una patrulla, como no tuve atención médica, la mano me quedó falseada. Fue la primera represión de muchas que he tenido en mi vida, entre las principales represiones está el hambre, la censura, y lo más cruel de mi vida periodista que es la autocensura, lo más deleznable, lo más perverso, lo más indignante”.

Gobernadores y narcos

Y hablando de censuras, declaró que fue despedido de ese periódico por el ex gobernador Leonel Cota Montaño. Dirigió dicho medio de 1998 hasta el 2001, pero “me presionaron para que publicara una nota que iba en contra de la sociedad sudcaliforniana; me negué como Director y, pese a que mis jefes me apoyaron, ellos cedieron a las presiones de Cota Montaño. Fui despedido con una liquidación paupérrima, vergonzosa, que no debió habérsele hecho al Director de una organización tan seria como la OEM.  Despedir a alguien es atentar contra la familia. Como Director del periódico, yo lo hice plural, impulsé la creación de un nuevo edificio, mi frase era: Yo no vengo a correr a ningún reportero, el reportero que se quiera ir, se va a ir sólo. Le di espacio a todas las voces, nunca censuré, la censura es un acto que nunca debe practicarse”.

A propósito de los gobernadores del Estado, con quien tuvo una buena relación fue con Marcos Covarrubias Villaseñor: “lo conozco desde chico, tuvimos una relación de respeto. Fui fundador del Diario El independiente y se lo “achacaban” y decían que era de él, desmiento públicamente que haya tenido la propiedad o algún funcionario de su gobierno, quien lo diga que lo demuestre. Los nombres de los socios se están en el acta constitutiva que se encuentra en el archivo del Estado y los registros públicos de la propiedad, yo era uno de ellos y fui liquidado hace más de cuatro años”.

Pero su experiencia más fuerte fue en 1994, cuando fue amenazado de muerte. Ese año entrevistó en el Cereso de La Paz, a un capo del Cártel de Cali en México. “Me empecé a cartear con él y me dio la respuesta de que sí quería la entrevista, pero con una condición, que fuera sin foto. El carteo fue continuo, hasta que llegó la aprobación de la entrevista, y en la última carta me dijo Sin foto, y le dije Voy a ir preparado para que exista una foto, porque este trabajo sin foto, no es una entrevista. Llegó la fecha de la entrevista. Tuve un excelente diálogo con él, la plática fue afuera de su celda (en el Cereso de La Paz), una celda de privilegiados, porque tenía una pequeña alberca de plástico donde estaba disfrutando de sus ejercicios en el agua. Iniciamos un diálogo excelente, sobre varios temas: política, nacional, sus causas, sus razones, de su familia. Dimos por terminada la entrevista y de mi saco azul marino saco una cámara Pocket y le tomó una foto; intenté un segundo disparo, pero un manazo lo evitó, primero de él y después de uno de sus guaruras quienes intentaron pisar la cámara. Era un hombre tan poderoso que tenía tres o cuatro guaruras disfrazados de abogados. Antes de salir, él regresó a su celda y me dejó con los guaruras que querían destrozar la cámara, pedí auxilio al personal del Cereso de La Paz: Quiero que me protejan desde esta celda a la salida, y si no, lo denuncio al Gobernador, porque están cometiendo un atropello al tener personal de seguridad para un delincuente. Inmediatamente después de esto llegó la amenaza de muerte, su abogado personal me lo notificó: En cualquier momento vas a ser hombre muerto.  No dormí 21 días, pero me mandó una carta al día 22, y me dice que había analizado la situación, porque la entrevista le dio la vuelta al mundo, y que había leído el material mío y que le parecía justo, que me olvidara de cualquier agresión o mensaje que llegara de parte de él. Sin embargo, sí me autocensuré, no le volví a mover al tema pensando en mi familia (…) Entonces, creo que uno sí se autocensura, primero por la familia, luego por el temor, porque hay que aceptar que cambiar una vida sonriente por una bala es doloroso”. El abogado que le mandó el mensaje de muerte era Leonel Castro Cadena. El nombre del narcotraficante, por seguridad, lo omitió.

Desde Premios Nobel a recogedores de basura

Actualmente, Chávez Jiménez sigue ejerciendo el periodismo en espacios de Diario El Independiente, TV Azteca y Ola TV; en el caso de la televisión, entrevista a personajes de la vida política, social y cultural sudcaliforniana. Lo que no se le ha de olvidar fue la entrevista que le hizo a personajes clave de la historia mundial: al ex presidente de Estados Unidos, Henry Kissinger;  el Premio Nobel de La Paz, Normal Borlaug, el creador de la denominada “Revolución Verde” —a quien considera “un hombre extraordinario”—; a Amintore Fanfani, presidente del Senado italiano, “un hombre muy simpático, hubo empatía, una charla histórica que me voy a llevar a mi tumba. Hablamos de las semejanzas del Estado italiano y de México, me presumió que Italia tenía como BCS, la mejor gastronomía, las mejores playas, Pero hay una diferencia, me dijo, Tu estado ¡no tiene un tacón!, y ahí me ganó”; a Lawrence Klein, Premio Nobel de Economía, fue “el 27 de noviembre de 1980. Me acuerdo porque ese día nació mi hija. Era un hombre extraordinario; con él utilicé interpreté como lo usé con Kissinger, otro hombre fabuloso. Yo trabaja en el UnoMásUno como reportero corresponsal, en el Canal 10 y en un periódico local que se llamaba La Extra, entonces a mí me interesaba esa entrevista con Klein, y fui a un foro internacional que se estaba llevando a cabo, pasó la entrevista para después del desayuno, luego después de la comida porque iba a haber un receso en el foro, pero después del baile, como a las 11 de la noche, le dije Doctor, tengo las rotativas detenidas, y él  de muy buena manera le habló su interpreté y me llevó a una oficina. A esa hora mandé a UnoMásUno, al otro día la presenté con Francisco King. Fue una experiencia extraordinaria”.

“He entrevistado, desde un Nobel con tanto prestigio, a un recogedor de basura. Éste llegó a la oficina cuando era Director de El Sudcaliforniano, y me dijo ‘entrevísteme, traigo una noticia muy importante. Mi novia hoy se casó con otro, le di 23 mil pesos para nuestra boda y me abandonó. No me dio mayor explicación, sólo que no me quería y yo vengo a contárselo a Usted, a denunciar a esa mujer, porque esa no es una actitud noble. Yo vivo de la recolección de basura, era todo mi capital y necesito que usted lo publique. Además, va a publicar algo más importante: me voy a suicidar’. Y lo entrevisté. El amigo todavía anda por allí, casi es mi vecino, no se suicidó, sigue recogiendo basura. La vida es de altibajos, y el periodista debe saber navegar entre una buena mesa o unos taquitos fríos, o nada, por la nota informativa”. Por último, expresó “no desaprovecho ningún foro para decir que me gustaría que los jóvenes mantengan la llama de la vocación, con vocación uno no tiene hambre, uno no tiene miedo, no tiene limitaciones. Que brote la chispa para que el periodismo vuelva a vivir”.

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*Esta es una serie de cinco entrevistas realizadas para el Centro de Artes, Tradiciones y Culturas Populares de Baja California Sur, institución que posee el derecho de autor de estas publicaciones.

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El Archivo Histórico “Pablo L. Martínez”. La Casa de la Historia Californiana

FOTOS: Cortesía.

Tierra Incógnita

Por Sealtiel Enciso Pérez

La Paz, Baja California Sur (BCS). Hablar de la conformación del Archivo Histórico de Baja California Sur es hablar uno de los episodios más fecundos de nuestra tierra, de una historia de amor a los hechos y protagonistas de los mismos que nos han dado identidad y presencia en todo el mundo. Nuestro Archivo Histórico “Pablo L. Martínez” cumple el día de hoy sus primeros 50 años de existencia, pero gracias a los vientos de cambio que soplan en la actualidad se verá fortalecido para cumplir muchos años más.

Desde la llegada de los primeros colonos europeos a estas tierras sus hazañas se vieron documentadas en los diarios de navegación que por obligación debían de llevarse en estos viajes. Algunos de estos diarios eran más prolijos que otros, por ejemplo los de las expediciones de Rodríguez Cabrillo y Francisco de Ulloa por su naturaleza de exploración y descubrimiento venían saturados de información de sitios y sucesos que acontecían en su día a día así como mapas de los recorridos que hicieron, sin embargo hubo otros bastante escuálidos como los documentos que se guardan de la expedición de Hernán Cortés a nuestra península, tal como si pareciera que el militar extremeño no quisiera dejar huella de su desastrosa visita.

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Con la llegada de los jesuitas y el inicio de la colonización formal de nuestra California, se continuó con la reseña escrita de lo acontecido. Los gobiernos civiles que se establecieron desde aquellas épocas, resguardaron de forma más o menos sistemática documentos de distinta naturaleza y propósito. Al paso de los años todos estos documentos se fueron enriqueciendo con aquellos que emanaban de los poblados que se iban creando así como del registro del cúmulo de sucesos acontecidos en nuestra tierra durante La Colonia, la Independencia nacional, La Reforma, el Imperio de Maximiliano, el Porfiriato, La Revolución Mexicana, etcétera.

Lamentablemente no fue sino hasta finales de los años 60´s del siglo XX, que se decide investigar en dónde se encontraban almacenados estos documentos, los que existieran, con el fin de darles el tratamiento y el sitio privilegiado que deberían de tener como prueba de la historia viva de esta tierra californiana. Ya don Pablo L. Martínez había reseñado que durante la invasión del filibustero William Walker a Baja California (1853) y su precipitada huida de nuestra ciudad de La Paz ante el temor de ser tomado prisionero por el ejército federal, huyó llevándose en su barco todo el Archivo General del Territorio. Afortunadamente una gran parte de este fue recuperado y regresado a esta ciudad capital.

Al pasar de los años
y con la llegada a nuestra entidad del Lic. Hugo Cervantes del Río como
gobernador del territorio (1965-1970), se empezaron a realizar una gran
cantidad de obras de interés público para tratar de resolver el gran atraso que
existía en la entidad en este aspecto. Fue para el año de 1959 que acude a
nuestro territorio el emérito investigador Miguel León-Portilla para dar una
serie de conferencias ante la comunidad de historiadores. Durante su estancia,
el historiador León-Portilla empieza a indagar con las personas del gobierno
territorial sobre la existencia de algún archivo o los documentos que se
tuvieran sobre la historia de nuestra península. La tarea de buscar estos
documentos le tocó al profesor Armando Trasviña Taylor, en ese entonces
director de Acción Social y Cultural del gobierno del Territorio. Las pesquisas
dieron resultado y se tuvo conocimiento que en un cuarto del piso superior de
lo que era la cárcel municipal y delegación (el Sobarzo) se encontraban
almacenados todos esos documentos. De inmediato se dieron a la tarea de rescatarlos
y clasificarlos para iniciar con lo que fueran las bases del Archivo Histórico
del Gobierno del Territorio. Fue una labor titánica ya que los documentos
estaban amontonados sin el menor cuidado, muchos de ellos deteriorados por el
paso del tiempo y la nula protección ante los fenómenos atmosféricos, el polvo
y la fauna nociva. Gracias a la paciencia y trabajo del profesor Trasviña
Taylor y el Sr. León-Portilla, los documentos quedaron debidamente resguardados
y fue el 9 de mayo del 1959 en que el gobernador Cervantes del Río realizó la
ceremonia en la que se da formal existencia a este recinto de la historia.

De acuerdo a lo indagado por el profesor e investigador Gilberto Ibarra Rivera en su libro La Paz, ciudad y puerto mexicano Origen, proceso histórico y símbolos emblemáticos, el trabajo inicial de investigación fue realizado por la profesoras Guadalupe Pérez San Vicente y Beatriz Artega Garza, enviadas por el Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, encargadas de ordenar, catalogar y brindar el adiestramiento del personal local, representados por Ernestina Sánchez, Blanca Estela Moyrón Fuentes y Virginia Acuña, quienes concluyeron la clasificación de las siguientes secciones: Justicia, Hacienda, Relaciones, Fomento y Gobierno. Posteriormente la organización definitiva quedó distribuida en los seis ramos siguientes: I. La Colonia (1744-1821), II. República Centralista (1822-1856), III. Reforma (1857-1875), IV. Porfiriato (1876-1910), V. Revolución (1911-1917), VI. Regímenes Revolucionarios (1917-1956).

Las personas que han tenido el gran honor de dirigir este repositorio han sido los siguientes: Virginia Acuña (1969-1971); José Andrés Cota Sandoval (1971-1975); Félix Lucero Félix (1975-1979), periodo que estuvo albergado en el Archivo General del Edo. y en 1977 adscrito a la Oficialía Mayor de Gobierno; Eligio Moisés Coronado (1979-1982); Blanca Estela Moyrón Fuentes, responsable de los servicios técnicos y en 1982 encargada de la dirección, pasando a depender nuevamente de la Dirección de Acción Social y Cultural del Gob. del Edo., a partir de 1983; Jorge Luis Amao Manríquez (1983-1992), a quien en 1986 le correspondió el traslado del Archivo en la planta alta de la Unidad Cultural Profr. Jesús Castro Agúndez; Leonardo Reyes Silva (1992-1999), en este periodo, pasó como dependencia del Instituto Sudcaliforniano de Cultura al crearse en 1994; Hilda Silva Bustamante (1999-2004) y Elizabeth Acosta Mendía, directora actual, a partir de 2004.

El 11 de enero de 1972 se le impuso el nombre del profesor e historiador cabeño Pablo Leocadio Martínez Márquez, que para efectos prácticos únicamente lleva el nombre de “Pablo L. Martínez”. El colocarle el nombre de este insigne sudcaliforniano no fue algo fortuito sino que fue en un justo reconocimiento a uno de los historiadores más destacados, y pese a no contar con una formación académica en historia ni muchos recursos para realizar sus indagaciones, pudo realizar una extensa obra de investigación así como de creación literaria de este género, la cual no ha podido ser igualada por nadie más hasta el momento.

De acuerdo a los datos de la obra ya mencionada del profesor Ibarra Rivera, hasta el año 2012 se reportó en el Archivo Histórico la existencia de sus activos en las cantidades siguientes: 69 158 documentos en todos los ramos y AGE; en la sección cartográfica o mapoteca: 437 mapas, planos, diseños y croquis (siglos XVIII, XIX y XX); en la sección hemerográfica: 7437 periódicos, 914 diarios, semanarios o mensuales y 1653 boletines; en la sección de biblioteca: 5325 ejemplares, conteniendo bibliografía especializada, bibliografía general, guías archivísticas, informes de gobierno y revistas; material litográfico: 3850 fotografías: paisaje, personajes locales y nacionales; rubro de donaciones, creado por participación social: 4950 documentos recibidos; así como también registra una sección administrativa de 151 catálogos e inventarios.

En la actualidad el Archivo Histórico realiza una gran cantidad de actividades como son la presentación de conferencias sobre temas históricos, realización de cursos y talleres, exposiciones fotográficas, seminarios, presentaciones de libros sobre temáticas históricas. También cuenta con presupuesto para reimpresión de diversos libros sobre temas de historia regional y para impresión de nuevos escritos con este corte literario, también se han editado DVDs sobre las pinturas rupestres de San Francisquito. Además de lo anterior cuenta con personal para resguardar y preservar la gran cantidad de documentos que contiene, y ofrece una atención directa a los investigadores o usuarios que deseen conocer sus acervos.

El Archivo Histórico inició su funcionamiento en el año de 1959 en un edificio que se encontraba en el cruce de las calles 5 de mayo e/ Fco. I. Madero y Belisario Domínguez, después estuvo establecido durante 27 años en la planta alta de la Unidad Cultural “Profr. Jesús Castro Agúndez”, hasta que se llevó a cabo la construcción del moderno y funcional edificio, sito en las calle I. M. Altamirano entre M. de Legaspi y A. Navarro, inaugurado el 5 de noviembre de 2013.

Baja California Sur cuenta hoy con uno de los archivos históricos más fuertes y activos de todo México. La vasta obra literaria, sus modernas instalaciones y el sello característico de calidez que se le ha impreso a la atención de los usuarios y la preservación de sus acervos, nos hace desearle una larga vida, y que estos primeros 50 años que festeja hoy sea el presagio de una larga vida y de un crecimiento cada vez mayor y mejor.