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¿Qué significa mirar con “lentes de género”?

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Sexo + psique

Por Andrea Elizabeth Martínez Murillo

La Paz, Baja California Sur (BCS).  Martha Leñero escribe el libro Tercera llamada: orientaciones de género para la vida cotidiana, en un gran esfuerzo de desmenuzar temas tan complejos y simples —dependiendo del enfoque— como el género, la identidad y la orientación sexual. Nos pregunta: ¿qué es mirar con enfoque/lentes o perspectiva de género? y, sobre todo, ¿para qué sería importante hacerse este cuestionamiento? En este artículo hago un pequeño acercamiento a su segundo capítulo: Mirar con lentes de género.

Metafóricamente, se dice que para tener una mirada de género es necesario mirar con lentes de género, o sea, uno no desarrolla sola la mirada de género, es necesario querer mirar aquello que siempre dimos cómo correcto y que no lo es. Esto quiere decir que es indispensable enfocar la mirada para descubrir los estereotipos de género y las desigualdades sociales que generan.

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Según la Asociación Mexicana para la Salud Sexual A.C, el género es la suma de valores, actitudes, papeles, prácticas o características culturales basadas en el sexo. De la manera que ha existido de histórica y transculturalmente, y en las sociedades contemporáneas, éste refleja y perpetúa las relaciones particulares de poder entre hombres y mujeres. Por lo tanto, cuando hablamos sobre mirar con lentes de género, hacemos referencia a observar estas estructuras de poder que han sido reproducidas socialmente por medio la normalización de los estereotipos de géneroEl rosa para las niñas, El azul para los niños, Las niñas se ven mejor calladas, Los niños se ven mejor siendo intrépidos, entre muchas otras.

Esta supuesta normalidad dejaría de serlo, cuando al observarla con los lentes de género descubramos que tanto las niñas como los niños pueden jugar lo que sea y los colores como la ropa no tienen género. Sin embargo, como ocurre en la realidad, no todas las personas miran con estos lentes, por lo que se dice que no se ha adoptado la perspectiva de género. Con la palabra perspectiva, se refiere al punto de vista desde el cual se considera o se analiza un asunto. De este modo, plantear la correspondencia entre perspectiva y lentes es útil para señalar que las realidades en las que vivimos, pueden analizarse o verse desde diferentes puntos de vista. Es así como las conclusiones a las que llegamos dependen de una perspectiva, es decir, de los lentes utilizados.

Por lo tanto, la perspectiva de género brinda una forma distinta de ver y analizar situaciones diversas, revelando desigualdades sociales-culturales entre mujeres y hombres, que, de otra forma —cómo históricamente se ha hecho—, pasan inadvertidas, ya que se seguirían viendo como normales y naturales, a esta perspectiva se le conoce también como: enfoque de género.

Es importante no confundirse con ideología de género. Según Animal Político, este término significa: Un concepto que surgió en 1995 como una estrategia discursiva de El Vaticano durante la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing. El Consejo Pontificio para la familia afirmó entonces que “la ideología de género era una idea feminista” con la que se buscaba argumentar que la heterosexualidad no es obligatoria. En 2016, el papa Francisco dijo que la ideología de género se relacionaba con “procesos de enseñanza para que los niños puedan elegir su género”. Es en este momento cuando el concepto se popularizó fue retomado por diferentes iglesias.

A raíz de lo anterior, grupos Provida han realizado campañas para desinformar a la población con datos no científicos y basados en suposiciones y creencias. Es por esto que se vuelve de suma importancia ejercer la perspectiva de género, que podríamos definir como una forma de análisis usada para indicar y mostrar que las diferencias entre mujeres y hombres están en sus cuerpos biológicos, pero sobre todo, en las distinciones culturales asignadas a los seres humanos, las cuales han generado desigualdades de trato, acceso y oportunidades.

Martha Lamas, antropóloga y catedrática de Ciencia Política del Instituto Tecnológico Autónomo de México, dice que “al utilizar esta perspectiva, se llegan a comprender las condiciones relacionales y culturales que se juegan en la aparición de ciertas conductas, características y expresiones humanas”, esto quiere decir que, cuando utilizo la perspectiva de género, tengo la posibilidad de identificar, analizar, entender, explicar y cuestionar situaciones donde se presenta la desigualdad y una vez que se ven, las puedes transpolar a casi todas las situaciones de la vida cotidiana.

Lo importante a subrayar es que, cuando se mira desde una perspectiva de género, siempre se pregunta el por qué, continuamente se cuestionan los datos y se examinan las relaciones de poder entre hombres y mujeres. Por ejemplo, en el área de la salud, implicaría considerar que los hombres y mujeres están expuestos de manera distinta, a riesgos de enfermedad y muerte, no sólo por razones biológicas y motivos del ciclo vital, sino porque enfrentan las situaciones de forma completamente diferente, es común encontrar en los hombres conductas evasivas hacia las dolencias o enfermedades, como no ir al médico o no seguir el tratamiento, hacerse el fuerte ante los dolores o simplemente negar la enfermedad como si no la tuviera.

En el ámbito educativo, la perspectiva de género ha revelado que la escuela transmite y perpetua estereotipos de género cómo preguntarle a los alumnos hombres sobre ciencias exactas o matemáticas y a las mujeres sobre literatura y artes. Un ejemplo particular en los hombres, ha sido la prohibición a la ternura y a experimentar sus emociones, existe la frase —usada cada vez menos— que los hombres debían ser feos, fuertes y formales, encasillándolos a vivir y experimentar su masculinidad solo de una forma, cuando en la realidad hay muchas maneras de vivir tanto la masculinidad como la feminidad.

Bibliografía

  • Asociación Mexicana de Salud Sexual A.C. Definiciones básicas. Amssac.Org
  • Ávila, Y. (2019). “Ideología de género, un término para desinformar sobre derechos de las mujeres y personas LGBTI+”. Animal Político. Recuperado de: AnimalPolitico.Com
  • Leñero, M. (2010). Tercera llamada: orientaciones de género para la vida cotidiana. UNAM.

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Protocolo para casos de secuestro

FOTOS: EtapaInfantil, DiarioDeYucatán y ElUniversal.

Ius et ratio

Por Arturo Rubio Ruiz

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). El viernes 30 de abril del año en curso, la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) en Baja California Sur, publicó en el Boletín Oficial del Gobierno del Estado, el Protocolo de Actuación en Casos de Secuestro, conforme a los lineamientos establecidos en la Ley General para Prevenir y Sancionar los Delitos en Materia de Secuestro, reglamentaria de la fracción XXI del Artículo 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que fue publicada en el Diario Oficial de la Federación el 30 de noviembre de 2010. Para ver el documento completo dar CLIC AQUÍ.

El protocolo de actuación es la herramienta jurídica que homologa las pautas de actuación y coordinación de los operadores del sistema, dependientes de la PGJE, en el área de prevención, investigación, persecución y combate al delito de secuestro.

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Básicamente, el protocolo busca unificar criterios de aplicación y eficientar la actividad institucional, en la investigación y persecución de este delito, clasificado como de alto impacto.

Atendiendo a la operatividad, es en parte un manual de diligencias básicas, indispensables para la debida integración de la carpeta de investigación, cuya emisión resultará elemental e incluso obvia para algunos críticos, pero lo cierto es que debe atenderse la necesidad imperante de evitar al máximo, las deficiencias que aun siendo mínimas, en la práctica han resultado suficientes para que jueces quisquillosos, motivados por la destreza argumentativa de habilidosos abogados, dejen en libertad a peligrosos criminales. Siguiendo escrupulosamente el protocolo de actuación, el Ministerio Público (MP) y el personal bajo su mando, evitarán que el proceso penal acusatorio adversarial siga siendo, en muchos casos, la puerta giratoria que actualmente tanto se critica.

Entre los objetivos de la implementación de este protocolo, destacan los siguientes:

  • Orientar la actuación de los agentes del MP, a fin evitar la discrecionalidad en su actuar.
  • Orientar la actuación de los auxiliares del MP que intervienen en la investigación y persecución del delito, a efecto de preservar correctamente la escena del crimen.
  • Orientar la actuación de las autoridades que reciben las denuncias sobre el delito.
  • Fortalecer la supervisión de control del proceso de persecución e investigación.
  • Contribuir a la reducción del riesgo que por su propia naturaleza implica la investigación y preservación del objeto, producto o instrumentos, y en general, de cualquier evidencia.
  • Establecer que los titulares de las dependencias que intervengan en los operativos de prevención y combate del delito, son los que conocen de la comisión flagrante del mismo y, por ende, serán los responsables de preservar la secrecía y el sigilo que la investigación impone.

Es importante recordar que el delito de secuestro se persigue de oficio, y tanto la acción penal como la ejecución de las sanciones que por su comisión se impongan, son imprescriptibles, esto significa, que el transcurso del tiempo no exonera de responsabilidad a quien lo cometa, ni lo libera de las sanciones que le sean impuestas.

Dada la relevancia de este delito, y su impacto social, en ningún caso de secuestro procederá el archivo temporal del expediente de investigación, aun cuando de las diligencias practicadas no resulten elementos suficientes para el ejercicio de la acción penal, y pudiera parecer que no se pueden practicar más actos de investigación. Por ende, el agente del MP a cargo de la indagatoria, y los elementos de la policía investigadora bajo su conducción y mando, están obligados en todo momento a realizar actuaciones tendientes al esclarecimiento de los hechos.

El proceso penal iniciado por el delito de secuestro y/o delitos conexos, sólo podrá suspenderse en los casos en los que el procesado sea reclamado y puesto a disposición de otro juez que lo reclame en el extranjero.

El único beneficio a que podrá optar el procesado por un delito de secuestro será el del procedimiento abreviado, lo que se traduce en una reducción del tercio de la pena, siempre y cuando el procesado renuncie a ser juzgado, acepte ante el Juez de Control su plena responsabilidad en la comisión del delito; no exista oposición fundada de la víctima u ofendido, y se encuentre cubierto o garantizado el pago de la reparación del daño.

Conclusión

La publicación de esta herramienta jurídica atiende a la necesidad de responder con máxima eficacia posible, el embate del delito considerado de los más lesivos, por las graves afectaciones físicas, psicológicas y patrimoniales que genera a las víctimas, a sus familiares y a su marco social de referencia.

Es imperativo lograr que este instrumento teórico práctico sea funcional, y los operadores del sistema lo conozcan y lo apliquen adecuadamente. Para ello, resulta indispensable implementar un programa de capacitación y evaluación permanente del personal actuante, de la mano de una campaña continua de información al público en general, que contribuya a la participación ciudadana en la prevención y denuncia de este delito.

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El nocivo desarrollismo urbano de Punta Norte

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Ius et ratio

Por Arturo Rubio Ruiz

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). A puerta cerrada, el Cabildo paceño celebró el pasado 25 de marzo una sesión extraordinaria cuyo único objetivo fue aprobar un dictamen, mediante el cual se pretende autorizar un megaproyecto denominado “Misión Punta Norte”, cuya realización pone en grave peligro el abasto de agua en el municipio, y afecta a toda la estructura de los servicios públicos municipales.

El proyecto inmobiliario se encuentra ubicado a 21 km al Norte de la ciudad de La Paz, en la localidad de El Centenario, y se oferta como un desarrollo residencial de 200 hectáreas y 4 mil 675 lotes, totalmente urbanizados.

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Como antecedente, en diciembre de 2020, en sesión de Cabildo, la Comisión de Desarrollo Urbano, Ecología y Medio Ambiente presentó un dictamen desechando prácticamente el proyecto por inviable, y precisa que el Cabildo no está facultado para autorizar cambios de uso de suelo.

En la misma sesión, el Presidente Municipal, fuera de procedimiento, encargó un nuevo dictamen, turnando el asunto a la Comisión de Gobernación, Seguridad Pública y Tránsito, que él mismo preside y que NO TIENE ninguna competencia en materia de impacto ambiental, ecología y desarrollo urbano.

Fue esta comisión la que presenta el ilegal dictamen, que fue aprobado por nueve votos a favor, cinco en contra y una abstención.

Sobre la ilicitud y graves consecuencias que tendrá la autorización del megaproyecto, presentamos algunas observaciones:

  • El proyecto colapsará el sistema hídrico de La Paz.

El acuífero de La Paz que abastece del recurso hídrico a la población de la ciudad y que abarca la zona donde el proyecto se desarrollaría es, de acuerdo con cifras oficiales de la CONAGUA, un acuífero que presenta déficit del recurso en por lo menos 7 mil 470 millones de litros de agua anuales.

Se estima, de manera conservadora, que el proyecto necesitaría, sólo para su construcción, aproximadamente un volumen de agua de 10 mil millones de litros. Aún faltan las estimaciones sobre el volumen que todo el complejo necesitaría para abastecer las construcciones en los más de 4 mil 600 lotes que se ofertan.

  • El predio tiene asignado dos tipos de usos de suelo que, de acuerdo con el PDU, resultan incompatibles con el tipo de obras que se pretenden desarrollar.

El 70% del terreno está catalogado como área de protección ecológica, en la cual no se pueden construir obras de infraestructura. El resto del predio es residencial turístico, esto es, con predios de mínimo 500 m2, y una parte mínima como corredor urbano.

Lo que pretende la constructora es cambiar el uso de suelo, a residencial medio, para poder construir más de 4 mil 600 casas. Este cambio no puede modificarse por el Cabildo. Carece de facultades para ello. La única manera es modificando el PDU con las convocatorias, foros, consultas, opiniones documentadas de la ciudadanía, respuesta a las mismas, dictamen por la Comisión de Desarrollo Urbano, presentación ante Cabildo para su aprobación, modificación o rechazo y, en caso aprobatorio, su respectiva publicación. En síntesis, ni el Cabildo ni ninguna Dirección municipal está facultada para realizar un cambio de uso de suelo.

  • El proyecto no cuenta con evaluación de Impacto Ambiental estatal.

El Artículo 20 de la Ley de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente de BCS indica que dicha evaluación le corresponde a la Secretaría estatal de Turismo, Economía y Sustentabilidad, cuando se trate de fraccionamientos, unidades habitacionales y nuevos centros de población.

  • El proyecto pretende desarrollarse en zonas federales de cuerpos de agua.

El polígono del proyecto se ve atravesado por un arroyo de tipo intermitente (arroyo Garambullo), cuya administración es del orden federal. El dictamen que se aprueba no acredita que se haya cubierto este requisito del orden federal. Además, la zona del proyecto es considerada como de riesgo, según el Atlas de Riesgo de La Paz.

Conclusión

Con independencia de todas las ilegalidades cometidas durante el procedimiento, el simple hecho de amenazar el suministro de agua para los habitantes de La Paz es motivo suficiente para oponernos y combatir este abusivo ejercicio de poder, que sólo beneficia a los bolsillos de los desarrolladores.

Cada tres años es lo mismo. Cuando no es la minería tóxica, son los desarrollos depredadores.

Esta tendencia criminal de malos servidores públicos que nos obliga a pelear contra su ilegal proceder ante los tribunales federales debe terminar. Hoy mismo iniciamos desde la sociedad civil organizada la defensa legal. Otra vez volveremos a ganar, porque la razón y el derecho nos asisten.

Así como paramos a las mineras y a Tres Santos, pararemos Punta Norte, porque de ello depende sostener nuestro frágil entorno ecológico.

La ley y la razón están de nuestro lado. La sociedad civil organizada, alista tres frentes de eficacia probada: 1.- Movilización social, 2.- Defensa jurídico legal y 3.- Difusión masiva en redes sociales.

Contamos con todos los habitantes del Estado y simpatizantes que no radican en la Entidad, para emprender esta batalla. No es la primera vez que enfrentamos estos retos, y ya hemos derrotado a poderosas empresas cobijadas por el entreteje del poder al abrigo de la corrupción.

La invitación está abierta para todos los que quieran sumarse, participando en una, dos o las tres líneas de acción, para detener el proyecto depredador de desarrolladores rapaces apoyados por el presidente municipal y sus incondicionales en el Cabildo paceño.

De una forma u otra, deben entender esos malos servidores públicos, que traicionan la confianza de quienes los llevamos al encargo mediante el voto, que no pueden seguir actuando al margen de la ley y en beneficio de unos cuantos, como en el caso, que pretenden quitarnos el agua y afectar zonas de reserva ecológica, para satisfacer intereses económicos de empresas inmobiliarias, con las que casualmente se liga al actual presidente municipal.

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Zombis, su historia y su actualidad

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California Mítica

Por Gilberto Manuel Ortega Avilés

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). El término zombi ha sido definido de muchas maneras, pero la palabra en sí, es moderna, ya que la concepción original y muy antigua es la de “muerto viviente” el cual se puede definir como aquel estado de aparente vida después de haber muerto. Esta concepción viene desde el antiguo vudú, el cual, como lo menciona el Dr. Bob Curran en su libro, cotidianamente es concebido como una religión, pero es un término general para describir numerosas creencias e interpretaciones espiritualistas que han surgido en África y América del Sur.

Para tener un ejemplo más cercano a nuestra ideología y teología, podemos recurrir al cristianismo cuando Jesucristo hace el milagro de la resurrección de Lázaro, el cual fue su milagro más reconocido, que lo dio a conocer a sus adeptos y enemigos. Otro episodio significativo en la vida de Jesús sucede en el evangelio de Mateo, donde se menciona que antes de la resurrección de Jesús, las tumbas de los judíos muertos considerados santos se abrieron y salieron sus ocupantes. Además, en la misma concepción bíblica, el final de los tiempos y la prueba final a los creyentes, es la salida de todos los muertos de su tumba y en consecuencia el final de la vida en la tierra.

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El imaginario colectivo siempre nos refleja los deseos y miedos más profundos de la humanidad, otro aspecto a considerar es el temor hacia el castigo de la inmortalidad; es que además del concepto de “muerto viviente”, que es el cual será nuestro tema principal, existen otros conceptos que mantienen relación directa con la perdida de mortalidad y su percepción como un castigo o destino fatídico; el ejemplo más claro la categoría undead o aquellos que no están “ni vivos ni muertos”, y su principales representantes, los vampiros.

Desde la aparición del vampirismo en el siglo XVIII; en la literatura, mitología y relatos fantásticos, ha representado un temor a la inmortalidad que se convertía en maldición, aunque, a diferencia del zombi, el vampiro mantiene total conciencia de su humanidad perdida, y su inmortalidad sin razón de ser aparente; esta conciencia provoca en los habitantes de la noche un constante reflexionar sobre los humanos y lo vacío de sus vidas, aunque en cierto punto podría considerarse que envidien a los humanos, ya que una inmortalidad sin sentido, es peor aún que una muerte de la cual solo conocemos que llegará sin falta.

El vampiro con su elegancia y juventud eterna, mantiene solo una aparente humanidad. Tomando en cuenta que el único rastro de su vida pasada es la sangre que obtiene de sus víctimas, parece ser esta lo único que los mantiene suspendidos en ese limbo de eternidad, por ende podría considerarse que la sangre es donde reside el alma de los seres humanos.

El zombi por su parte, mantiene su eterno deambular siempre en busca de carne para devorar en un intento de alimentarse sin sentido, ya que el cuerpo siempre continuará su descomposición. Quizá el último suspiro de conciencia del muerto caminante lo hace recordar que el alimentarse era lo que lo mantenía con vida, y el deseo especial por el cerebro humano nos parece indicar el último intento de recuperar la habilidad cognitiva; pero estará destinado a un eterno deambular y caerse a pedazos sin jamás encontrar esa conciencia perdida.

El vampirismo y los zombis funcionan bajo un mismo concepto, la inmortalidad como maldición, desde dos extremos, el primero con una conciencia total, lo cual causa dilemas existenciales eternos en los no muertos, así como su apariencia intacta, pero una humanidad nula. El segundo, por el contrario, busca de manera inútil e instintiva el alimento, y mantiene una constante pudrición que nos recuerda como la muerte camina lentamente pero imparable hacia nosotros.

A partir del zombi legitimo el concepto ha evolucionado en diversas vertientes, y al hablar de nuevas concepciones no podemos dejar mencionar al cineasta George A. Romero, quien introdujo de una manera más clara esta concepción, ya que el zombi original de la mitología fílmica es aquel ser vivo que no piensa y, al parecer, en busca de terminar con esta deficiencia devora cerebros, fue introducida en el filme La noche de los muertos vivientes” (1968), donde a pesar de ser una película de muertos caminantes, la trama principal y lo que realmente interesa es el actuar de los humanos aun sin infectar.

El filme es una clara expresión de protesta contra el racismo que se vivía en esa época: de entrada el personaje principal es un afro americano, lo cual era casi imposible en aquel entonces, pero es principalmente hacia el final del filme que se hace más evidente, ya que él es el último sobreviviente de los protagonistas contra los zombis, pero termina igualmente asesinado por un grupo de personas que se habían dedicado a salir a darle caza a los muertos vivientes, quienes lo despojan de la vida desde una distancia muy lejana, sin cerciorarse si realmente era un muerto más o un sobreviviente.

A partir de esta interpretación, en este final vemos implícito mucho racismo, ya que las actitudes racistas, aunque algunos las consideran parte del instinto de mantener la raza original a la que se pertenece, van contra otro instinto natural, el de mejorar la genética al mezclar las razas; además, al olvidarnos de cosas más importantes que la composición genética de las personas, cabe preguntarnos, ¿quiénes eran los zombis?.

La humanidad ha cambiado y enfrentamos otros problemas igual de graves que el racismo, sin duda es una época donde se vive una combinación de tedio, indiferencia, carencia de la capacidad de tener sueños e ideas propias, combinado con violencia y una agresión hacia los demás que parece ser irracional y solo por instinto.

Esto modificó nuevamente al concepto de zombi, ya que en el cine ahora han dejado su pasividad para pasar a ser muy ágiles y violentos, pero con la misma deficiencia de la capacidad de razonar, aunque algunos pueden llegar a recordar algo que los marcó, como actividades a las que dedicaron toda su vida, o un lugar que nunca abandonaron.

Incluso se ha llegado a mencionar que el apocalipsis zombi más probable sería como en el filme “28 Days Later”, donde los muertos vivientes son rápidos, altamente agresivos y en cierta medida un poco inteligentes, es la manera que se vislumbra más probable de una infección zombi; especulando, se puede inferir que esto puede surgir a partir de alguna mutación del virus de la rabia.

Pero sin duda este cambio de un zombi pasivo a uno extremadamente agresivo, es a causa de la situación que vivimos en la actualidad, ya que no hay mejor definición de zombi, que el reflejo del hombre de estos tiempos. No es tan difícil mirar hacia nuestro alrededor para encontrar casos similares, podemos observar hordas de personas intentando hacer justicia propia ante la indiferencia de los organismos encargados de ellas, u otras donde los agentes de la seguridad pública cometen verdaderos actos irracionales, sólo siguiendo órdenes y en ocasiones atentando contra la misma lógica y ética.

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El drama de la libertad como espacio entre el azar y la necesidad (III)

IMAGEN: Animales Peligrosos

La demencia de Atenea

Por Mario Jaime

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Hay que tener que eso llamado voluntad o instinto, también puede ser el área oscura de nuestros cerebros de reptil o de pez.

Pienso en los tiburones blancos que saltan en False Bay, al emboscar focas. Se camuflan con el fondo e interceptan el nado del pinnípedo como un torpedo que intenta noquearlas. De veinte intentos solo observé uno exitoso. El tiburón blanco es una criatura poderosa, tiene la maldición de Orestes, no puede dormir dos veces en el mismo sitio. Debe mantenerse en constante movimiento para bombear oxígeno a sus branquias. Navega solo durante setenta años de existencia en medio de peligros y aventuras. Para mí es el símbolo de la libertad individual, no forma sociedades, no cuida de otros ni lo cuidan, si el azar le es propicio y su voluntad firme vivirá por sí mismo, si no morirá pronto. Su cerebro es principalmente un bulbo olfativo sin neocorteza con áreas primitivas que regulan sus hormonas y su metabolismo. Aun así, es capaz de aprender, memorizar y establecer estrategias de caza debido a que estas funciones dependen del hipocampo.

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Nosotros conservamos los resabios de las huellas en dicho hipocampo, que libera cortisol cuando nos alarmamos y en el sistema límbico que nos mantiene vivos organizando funciones básicas como la respiración y de la que también corresponde la liberación de fuertes neuroexcitadores del placer.

Y el placer es un grado de dolor relacionado con el deseo, base animal de nuestras sofisticadas decisiones.

Aunque la tesis de Haeckel de que la ontogenia recapitula la filogenia ha sido refutada tal como se enunció originalmente, es una buena aproximación para sostener que tenemos un cerebro de tiburón, de pollo o de rana. Lo que llamamos inconciencia tal vez es solo el resabio de esas decisiones primigenias que no tomamos con nuestro cerebro mamífero.

Divago, vuelvo a la pugna entre el neurólogo y aquel que comienza a espiritualizar el asunto. El materialista puede alegar que el determinismo biológico no implica predictibilidad; es decir, un sistema determinista no tiene por qué ser cognoscible.

Puede haber una estructura que determina un suceso, o dispare una acción, pero al mismo tiempo el conocimiento del resultado de la acción sea inaccesible, impredecible.

El azar sería entonces la medida de nuestra ignorancia y no necesariamente un caos. Ontológicamente el azar absoluto sería imposible a menos que exista una divinidad total incausada. Un suceso sería azaroso cuando no es causado por nada, sería pues un fenómeno totalmente libre. En este caso no solamente no conoceríamos las condiciones determinantes de su realización, sino que ni siquiera podrían existir tales condiciones.

Aunque eso explicara nuestros errores, la contingencia o la irracionalidad de nuestros actos, no sería óbice para justificarlos ¿o sí?

Es imposible comprender al otro con totalidad al no poseer su individualidad ni sus circunstancias, solo podemos entenderlo bajo la premisa de que nada humano nos es ajeno.

¿Cómo actuar?

Ante el otro, cuando me enfrento a él tengo cinco opciones primarias. Puedo sentir empatía por el otro, en diversos grados, desde una simpatía lejana hasta un enamoramiento obsesivo. Puedo conversar con el otro, argumentar con él, no juzgarlo como pretendía Spinoza sino entenderlo, incluso estudiarlo. Puedo sentir aversión por el otro, en diversos grados, desde un asco sutil hasta un odio homicida. O me puede ser indiferente su existencia y olvidarlo de inmediato.

La opción que decida tiene un componente moral. Pero esa moral no me incumbe en principio, pues es norma y costumbre. La que me interesa particularmente es la opción ética.

Nuestra actuación depende de tantos factores que aventurar una hipótesis resultaría en una falacia de generalización apresurada. Responder ligeramente es casi invitar a una mentira y juzgar moralmente ya caería en el pozo doctrinal de cualquier ideología.

Aventurar teorías universales sobre las causas de nuestras conductas es muy tentador, requiere establecer sistemas y caer en incongruencias. Tal es el intrincado laberinto al que se enfrenta el pensador.

La paradoja de la complejidad la cantó con precisión Shakespeare cuando en su soliloquio hizo decir a Hamlet: “¡Qué obra maestra es el hombre! ¡Qué noble en su raciocinio! ¡Qué infinito en sus potencias! ¡Qué perfecto y admirable en forma y movimiento! ¡Cuán parecido a un ángel en sus actos y a un dios en su entendimiento! ¡La gala del mundo, el parangón de los animales! Y, sin embargo, ¿qué es para mí esta quintaesencia del polvo? El hombre no me agrada”.

El no encontrar teoría universal válida puede también ocasionar un impacto, una epifanía negra que nos arroje a una realidad sin otro sentido que la crudeza de devorar y ser devorado. Charles Darwin sufrió algo parecido no sólo cuando murió su pequeña hija sino cuando la experiencia de la naturaleza hizo tambalear su educación cristiana en donde el mundo es un símbolo de una providencia bondadosa. Darwin deseaba explicar el advenimiento de la moral humana como una consecuencia de la selección natural a través de la evolución, pero cuando se enfrentó a la familia de avispas ichneumonidae un terremoto anímico derrumbó su certeza. Esas avispas paralizan otros artrópodos y los mantienen vivos mientras desovan en ellos. Cuando las pequeñas nacen devoran vivo a su hospedero.  En una carta fechada en 1860, Darwin escribió: “Parece haber mucha miseria en el mundo. No puedo persuadirme que un Dios benéfico y omnipotente podría haber diseñado y creado a las ichneumonidae con la intención expresa de alimentarse dentro de los cuerpos vivos de los ciempiés o que un gato deba jugar con un ratón”.

Una visión contemporánea exige pensar que la naturaleza no contiene mensajes éticos, ni mucho menos morales. Pero esto puede contradecir nuestra percepción de que somos también naturales, de otra forma habría una imposibilidad axiológica del bien y del mal y la justicia no sería más que un eufemismo para la venganza bestial.

¿Son los mercenarios que posaron sobre el cadáver del niño congolés como las orcas cuando matan pelicanos sin devorarlos? ¿Es lo mismo un batallón de soldados que una marabunta que barre la selva? ¿Tienen religión las hormigas, el tiburón blanco construye campos de exterminio? ¿En realidad el humano es una especie tan única en todo sentido?

¿Es cierto que cada acción conlleva la posibilidad del daño inexorable?

Ciertas ramas del Budismo, el Cristianismo y el Jainismo consideran que para acabar con el sufrimiento hay que menguar el deseo, alejarse del mundo, inmovilizarse. El jaina extremo para cumplir el ideal de la no violencia ahimsa, trata de no moverse jamás, comer al mínimo y si lo hace barrer su camino con una escobilla para alejar cualquier criatura en su camino. Al considerar que cada criatura tiene alma hace depender la ecología de la metafísica, pero parece contradecirla al darle un valor sagrado a lo vivo de forma absoluta. En su afán de no lastimar al otro no queda otra opción que la pausa. El problema es que no podemos pausar la existencia sin cercenarla.

¿Es posible matar el deseo? ¿Derrotar a nuestra animalidad en una pureza anti natural?

Retirarse no solo del mundo sino de las propias acciones puede ser la salida para minimizar el impacto. Podemos recordar a los anacoretas o esos santos imposibles de la Tebaida, a los ancianos venerables del Tíbet o las monjas emparedadas por sumisión. Sin embargo, prefiero evocar a Sábato que renunció a su investigación nuclear para no ser cómplice de las consecuencias previsibles y buscadas de la fisión del átomo. Pero fue uno entre miles de científicos que defendieron el proyecto, lo alentaron y llevaron a cabo, abriendo una nueva era de un poder capaz de extinguirnos.

En contraposición de la renuncia de San Antonio se encuentra Prometeo y el mundo se ha vuelto fáustico, más veloz en lugar de ascético.

Según Spinoza todas las cosas, incluyendo a los seres humanos, se esfuerzan por persistir en su ser y este conato subyace a nuestras emociones o afecciones. La única manera de evitar los conflictos no sería el retiro sino el control de las pasiones. De otra manera, estas atormentan a la humanidad, y hace imposible vivir en armonía.

En una realidad tan irracional pedir al hombre que se guie por la razón al modo del imperativo categórico resulta utópico. A menos que sea una razón instrumental adecuada para el fin de satisfacer justamente las pasiones.

Spinoza deduce que el origen de la maldad está en poner toda la dicha o la desdicha en la calidad del objeto al que nos adherimos por amor pues aquello que no se ama, no provoca nunca luchas, ni tristeza ni envidia, si otro lo posee. Amar lo que fenece ocasiona conflicto. En papel se lee muy convincente, pero ¿para que usamos nuestra libertad si no es para adquirir lo que amamos? ¿Y quién ama cosas que no fenecen?

Esos mercenarios que volaron de nuevo a las zonas de conflictos, la ruta de los diamantes sangrientos, pugnan y matan por objetivos nada espirituales sino materiales. ¿Qué otra cosa desea el que detenta el poder sino satisfacer su obsesión? ¿Pudo haber obtenido Tiberio César sus piscinas repletas de niños desnudos si no hubiese sido emperador?

Quizá la historia depende de los caprichos de mentes delirantes.

¿Usted, lector, toma las decisiones con base en razones matemáticas? Lo dudo, y si lo hace, lo hace solo en pocos momentos. Lo cierto es que no somos seres racionales, casi nunca lo somos, sino seres vehementes. La irracionalidad, la inconciencia, las emociones derivan de nuestro cuerpo y nos vuelve impredecibles, falibles, caóticos. No somos redes neurales numéricas, sino celulares. Nuestras neuronas sintetizan transmisores, cocteles químicos que cambian nuestros ánimos, nos drogan, nos estupidizan, nos deprimen, nos exaltan. Pensamos con el hígado, con los músculos y con las gónadas, las hormonas fluyen por nuestra sangre y nos trastornan. Cómo cualquier mamífero buscamos alcaloides que nos neuroexaltan o neurodeprimen. Los delfines se drogan con toxinas de peces globo, los gatos con caolín y los lémures con veneno de ciempiés. Nuestros cerebros funcionan como fibras palpitantes que se rigen en pos y bajo las emociones, no es un lenguaje pitagórico y lógico.

Nuestros nocireceptores nos provocan dolor, pero no es una mera señal, sino que se potencia hacia el sufrimiento, la exaltación o el éxtasis.

Al escuchar las carcajadas de los mercenarios en el bar, abrazados a sus chicas de ocasión, brindando por victorias pasadas o futuras me pregunté si volverían a vivir de nuevo cada acto y cada episodio de sus existencias.

Los momentos efímeros de victoria pueden embriagarnos en estados dionisiacos. Evoqué al errabundo, solitario y desconocido que vagaba por las calles de Turín enfermo de dolor por un caballo. Por un instante aquellos hombres me parecieron arquetipos de la actividad, la afirmación, la creación, el goce como afirmación de la propia forma de ser y de vivir. Los poderosos y superiores que se consideran a sí mismos como aristócratas.

Han pasado años de esas espinas que me confundieron en la pequeñísima porción del África que viví. Y su sombra me persigue como el espectro al que los sän llaman nagloper, una especie de influjo negro, me inunda más de preguntas sin respuestas.

¿Hay cierta naturaleza humana que no alcanza a ser esencia, pero tiende a la libertad? ¿La expresión de los actos sin coacción en pos del placer tiene un alto costo de dolor? ¿Tiene la libertad la maldición de ser juzgada moralmente? ¿Somos culpables por nacer o inocentes por nuestra ignorancia?

Me llegan las voces de Kierkegaard donde la posibilidad de poder resulta una forma superior de la ignorancia y también de la angustia. ¿Estaremos condenados a la libertad? ¿Cómo afirmarnos en ella sin juzgar?

Recuerdo el Titus Andronicus de Shakespeare y la metonimia superlativa del poeta. En una tragedia en que ya el espectador está ahíto de sangre y ha visto lo peor del humano hay una escena que parece fuera de lugar. El pequeño nieto del general Titus aplasta a una mosca y el abuelo se escandaliza hasta aullar de dolor. A Titus le parece una injusticia y un crimen espantoso matar a una mosca y el espectador se sorprende cuando a esas alturas ya ha visto sacrificios, incesto, empalamiento, mutilación, violación, ejecuciones y canibalismo.

La clave es cuando Titus subraya el hecho mortal provocado a una criatura inocente.

La genialidad del bardo se magnifica y entonces uno puede entender la naturaleza humana.

En estado puro es imposible precisar una axiología universal, lo que hay es compasión, crueldad, sufrimiento, decisiones, empatía, solidaridad, apego, cariño, odio, placer, envidia, avaricia, codicia, lujuria, humildad, soberbia, ignorancia, estupor, egoísmo, compromiso, alienación y un sinfín de etcéteras tan complejos que se imbrican e integran frondosidades inextricables que a distintas escalas conforman nuestros relatos y el consabido drama de la libertad.

Miro la luna en otros estratos, los tiburones siguen en el océano, rastreando, otros mercenarios pugnan en las selvas, cazando y millones de presos sueñan con escapar de sus prisiones para ejercer los actos posibles entre nuestra necesidad y las contingencias ocultas.

 

Referencias

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