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Nautical Archaeology Society realiza exploraciones en un barco hundido en Bahía Magdalena

FOTO: Sucar, A.

La Última Trinchera

Por Roberto E. Galindo Domínguez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). En noviembre del 2021, el arquitecto Octavio del Río Lara, senior tutor de la Nautical Archaeology Society (NAS) en su división México y colaborador de larga trayectoria en diversos proyectos de arqueología subacuática del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), realizó varias inmersiones de buceo para explorar y registrar un pecio (barco hundido) en las cercanías de Punta Colorada en Bahía Magdalena, municipio de Comondú.

Los propósitos de la expedición fueron el de abundar en el conocimiento de los restos que integran el contexto histórico-arqueológico sumergido y el de entrenar a estudiantes que cursaron los primeros niveles de preparación teórica y práctica que requiere la NAS, organización con sede en Inglaterra, para certificar como colaborador y hasta instructor y/o tutor a personas interesadas en aprender y poner en práctica los conocimientos básicos de las actividades de registro submarino que se emplean en la arqueología náutica y marítima, a un nivel de profesionalización técnica con estándares mundiales; y es que no se necesita ser arqueológo de profesión para convertirse en un técnico especializado en registro arqueológico subacuático.

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FOTOS: Octavio del Río.

Entre los participantes en los trabajos de exploración y registro se contó con seis estudiantes de diversas partes del país, así como de diferentes disciplinas profesionales. Quienes guiados por Ángel Aguirre Rosales y Reyna Matilde Sánchez, dueños de la única tienda de buceo en Puerto San Carlos: Shark Diving Pilot, llegaron al punto en el que se lanzaron al agua con sus trajes y equipo de buceo para reconocer y registrar, entre bosques de algas y una gran diversidad de fauna, el barco hundido conocido como Propela de bronce, rasgo distintivo de la enorme embarcación; considérese que esta pieza del barco mide 5.75 metros de diámetro (de extremo a extremo de las puntas de las hélices), eso ya nos da una idea del tamaño de la nave naufragada. Y este era un barco de guerra, pues de acuerdo a los registros, dirigidos por Octavio del Río, en la cubierta de la embarcación aun se tienen dos ametralladoras con su caja de munición, así como un cañón antiaéreo e inclusive algunos proyectiles de gran calibre. Y eso apenas es lo que sobresale en la superficie, pues la mayor parte del pecio se encuentra bajo la arena y/o cubierta por concreciones. Lo que indica que la riqueza cultural del sitio debe ser muy grande, así como lo es el tamaño de la nave.

FOTO: Octavio del Río.

Del Río Lara investigó en registros históricos y periodísticos y señala que el pecio Propela de bronce corresponde al barco mercante canadiense SS Westbank Park, nave que fue artillada durante la Segunda Guerra Mundial, y que en 1945 volvía de Inglaterra a su puerto de origen: Vancouver. Sin embargo, el 7 de octubre un huracán alcanzó al navío en Bahía Magdalena y su furia lo hizo sucumbir. Ahí quedó, en las inmediaciones de Punta Colorada, el barco canadiense mercante habilitado como buque de guerra durante el conflicto bélico más grande de la historia. Desde entonces, varios grupos de buceadores lo han explorado tal vez sin saber de que barco se trataba realmente, pues hasta ahora todo lo que se comentaba alrededor de este naufragio eran suposiciones; pero hoy Del Río Lara y su equipo han identificado algunos rasgos de piezas que conforman el pecio y que coinciden con los registros de arquitectura naval del SS Westbank Park y de las piezas de artillería y metralla con que este navío fue adaptado.

FOTO: Allan Wikilson.

FOTO: S. C. Heal.

Durante los tres días de exploración los participantes, guiados por Octavio y apoyados por Arturo y Reyna, realizaron inmersiones de buceo y otras actividades acuáticas para obtener la certificación de los cursos introductorio y parte I (niveles básicos de la certificación NAS). Los estudiantes hicieron diversos ejercicios dirigidos a lograr un control total de su flotabilidad —entre otras habilidades de la práctica del buceo—, con el propósito de poder manejar herramientas para el trabajo de registro e identificación de los datos históricos in situ a partir de elementos diagnósticos del pecio como la propela, el ancla, y otros rasgos de piezas náuticas y de construcción naval. Así mismo, realizaron un reconocimiento y mapeo general del área total visible del contexto arqueológico empleando técnicas como el dibujo, el video y la fotografía. Con lo que lograron generar un registro general incipiente que puede ser usado para planear exploraciones más extensivas del contexto histórico sumergido. Para abundar en la historia del Westbank Park y en los trabajos realizados por Del Río Lara y sus estudiantes puedes consultar la página Arqueología Subacuática México AQUÍ.

FOTO: Octavio del Río.

Las actividades para la certificación NAS de los estudiantes no sólo fueron realizadas en el barco hundido de origen canadiense, también practicaron varios ejercicios en las inmediaciones de la Isla Margarita donde visitaron el submarino hundido USS-H1 Sea Wolf, así como los sitios de naufragios de dos embarcaciones de propulción a vapor localizados cerca de Punta Tosca: el SS Indiana y el Colombia. Sitios previamente registrados por el INAH. Tras los días de exploración y registro subacuático los seis estudiantes lograron superar las pruebas, y ahora deberán ahondar en su capacitación ya que la formación técnica y teórica submarinista de la NAS está integrada por varios módulos: Introductorio, I, II, III, IV, V (especialidad) y VI (diplomado). Una vez completados todos los niveles anteriores se puede aspirar a ser asistente de instructor, instructor o senior tutor. Cabe señalar que es la primera vez que en Baja California Sur se imparte un curso de especialización para el registro subacuático de contextos históricos y/o arqueológicos.

Si eres buzo, sin duda puedes visitar Puerto San Carlos, y en Shark Diving Pilot, Ángel Aguirre y Matilde Sánchez te pueden llevar en alguna de sus tres embarcaciones a bucear el submarino, el barco de guerra canadiense o los vapores, además de un barco atunero hundido en la bahía de Santa María, pecio que se encuentra a 15 metros de profundidad o el naufragio conformado por los restos de un atunero de vara que se encuentra a casi 30 metros del espejo del agua; buceo para el cual tienes que ser un buzo más experimentado, pero incluso sólo teniendo el nivel Open Water o Una estrella puedes tomar un curso más avanzado con Ángel y Matilde para poder bucear a esa profundidad. Además, puedes ir a bucear con tiburones piloto, al avistamiento y esnórqueling con ballenas jorobadas o a nadar con el pez marline y con lobos marinos, entre otras actividades acuáticas.

FOTO: Ángel Aguirre.

Para abundar en la historia del barco, los planos constructivos y las imágenes se puede consultar las siguientes fuentes y enlaces:

Heal, S. C., 2000. A Great Fleet of Ships: The Canadian Forts and Parks, Chatham Publishing.

Wilkinson, Alan (2016) The Loss of the Westbank Park Nauticapedia.ca 2016. 

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La nave de los locos. Megacruceros y la búsqueda para “detonar” La Paz

FOTOS: Internet / Cortesía.

El Desierto Crece

Por Rodrigo Rebolledo

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Mientras los puertos del mundo despachan a los cruceros por ser un modelo insostenible de turismo gandalla y contagioso, las empresas navieras que se quedan con todo el dinero de sus excursiones hayan con una patente de corso para abordar La Paz.

La autoridad ambiental parece apoyar este tipo de prácticas al no divulgar de forma clara el proyecto a petición de la sociedad civil. Ante la presión de una sociedad preocupada por su capacidad de carga turística, los plazos se acaban de ampliar.

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La nave de los locos

Es sorprendente lo poco que cambió el mundo con una pandemia, expresaba mi amada compañera de caminatas una de estas mañanas frescas en el paseo matutino de los perros, mientras prácticas como el uso de mascarillas y la higiene en los accesos a establecimientos comerciales alcanzan niveles del condicionamiento operativo pavloviano. Entrando al tercer año de la propagación de algo más que un virus, es fácil pensar para algunos de nosotros que en el fondo, nada ha cambiado. Y es que, en verdad para un gran sector de la población la miseria humana continuó sin cesar a pesar del “distanciamiento social” indicado.

Sin duda, esa no es la realidad para ciertos sectores y precisamente para el sector de los cruceros turísticos. Luego de escandalosos contagios que convirtieron sus excursiones de placer en muertes a bordo dejaron a la deriva a miles de turistas. El turismo náutico basado en la idea de transportar la mayor cantidad de personas en el menor espacio posible para proporcionar “entretenimiento”, sin duda, sufrió más que ninguna industria turística en los últimos años.

Incapaces de controlar los brotes del coronavirus en sus embarcaciones, la debacle de las megaembarcaciones en la pandemia, se sumó a signos que alertaban sobre la insostenibilidad del mega turismo náutico de la mayor escala posible. Venecia, por ejemplo se decidió a prohibirlos de manera definitiva en puertos.

Antes de la pandemia, en Cozumel, la resistencia a este tipo de movimientos ya se había dejado sentir de manera enfática con el proyecto de hacer llegar un cuarto puerto de cruceros a la isla con más población del territorio mexicano.

La industria del mega turismo náutico, venía de ser el área del sector con mayor crecimiento a nivel mundial. Durante aquel año, la actividad generó una derrama de 3 mil 356 billones de dólares, 78 mil 954 puestos de trabajo y 902.6 millones de dólares en salarios.

Pero el modelo neoliberal queda evidenciado al contrastar las cifras de arriba, con el crecimiento de la desigualdad en la zona de El Caribe, donde las embarcaciones de pasajeros más grandes de la historia han florecido desde hace décadas; los cruceros generaban antes del arribo de ese pequeño vehículo de enfermedad de tan solo nanómetros, el 14% de la derrama económica, pero creando únicamente el 0.86% de los empleos de la región marítima que representa al gran turismo por antonomasia.

Eso fue evidenciado por un análisis de más de 10 años del modelo económico de los cruceros en Cozumel publicado por investigadores de la Universidad de Quintana Roo. Allí se muestra que, el mientras el turismo es un catalizador de la pobreza, el de cruceros, además es un reproductor de empleos mal pagados, sin servicios de seguridad social ni antigüedad para quienes laboran directamente en sus embarcaciones, genera una economía absolutamente dependiente de sus arribos.

Por ello, ante la regulación cada vez más estricta y la insostenibilidad de su desarrollo desmedido en los puertos tercermundistas de El Caribe, los cruceros buscan “detonar” La Paz como el punto de arribo y abastecimiento estratégico par abrir el Golfo de California a la expansión de esta forma de turismo.

Bajo del Mar

El año pasado, debido a la cancelación generalizada de todos los viajes de cruceros, diez embarcaciones de las grandes compañías de cruceros Carnival y Norweigan fondearon y se estacionaron a las afueras de la bahía de La Paz por espacio de medio año. Con la capacidad de transportar en promedio 5 mil pasajeros cautivos, el impacto producido se convierte en un asunto considerable.

Por ejemplo, un buque de 3 mil turistas, más su tripulación, puede generar en un viaje de siete días alrededor de 794 mil litros de aguas negras, 3 millones 780 mil litros de aguas grises, 94 mil litros de agua con aceite y hasta 8 toneladas de residuos sólidos.

Princess Cruises pagó 40 millones de dólares de multa por tirar aguas negras en las costas de Inglaterra y tratar de encubrir dicha práctica a la Guardia Costera estadounidense, lo que provocó que aquel país elevara sus estándares de vigilancia, y con ello, la presión para que los gigantes del turismo náutico buscaran puertos “más adecuados” para sus actividades.

A pesar de carecer de tripulación, al estar fondeadas por sus enormes dimensiones operan, no con motores, sino con varias turbinas que queman el más pesado combustóleo para generar energía que a su vez impulsa sus propalas y electrifica todos sus sistemas las cuales deben estar funcionando continuamente para evitar fallas en su operación.

La reconocida apneista Estrella Navarro, acompañada de científicos de la ciudad documentaron cómo estas embarcaciones derramaban lodos y aceites pesados en la bahía de La Paz sin que las autoridades hicieran algo al respecto.

Después se supo que, mientras las embarcaciones continuaban estacionadas a pesar de un creciente descontento social, las empresas navieras del turismo a gran escala ya tenían una patente de corso para estar ensuciando el sitio de avistamiento del tiburón ballena a sus anchas.

En total opacidad, y meses antes de culminar el gobierno estatal de Carlos Mendoza Davis, la Administración Portuaria Integral del Estado (APIBCS) abrió una convocatoria con bases secretas cuyo costo de partición de medio millón de pesos fue divulgado a “actores estratégicos” para competir por la subconcesión del muelle de cruceros de Pichilingue.

Los resultados jamás fueron anunciados por la paraestatal que dejó de dirigir José López Soto en septiembre y que ahora dirige Narciso Agúndez Gómez, hijo del exgobernador perredista y ahora asesor del gobierno de Víctor Castro Cosío.

Pero sí fueron divulgados por ITM, la empresa que construye las terminales de Carnival Cruises en El Caribe, anunciando su proyecto “Bajo del mar”: 90 millones de dólares en inversión para construir un complejo turístico con centros nocturnos, albercas, tiendas de artesanías chinas, varios restaurantes y un centro para despachar miles de turistas a disfrutar de los atractivos ecoturísticos del Puerto de Ilusión.

También se incluye el lugar para destinar las toneladas de basura, residuos sólidos y aceites tóxicos que produce en su travesía por el mar.

Sólo hasta que entró la nueva administración, se supo que la empresa ganadora no sólo pagó 500 mil pesos por participar en la licitación, sino que a ello sumó otros 40 millones de pesos como garantía de inversión al momento de recibir la cesión parcial de derechos de lo que será un muelle para recibir dos cruceros tipo oasis, los más grandes en su tipo, capaces de transportar hasta 6 mil pasajeros.

El nuevo gobierno, que en campaña repitió que no permitiría la privatización de los puertos concesionados por el Gobierno Mexicano a los sudcalifornianos, e incluso, se supo que el abogado de uno de los partidos que lo impulsó a la gubernatura, buscó por la vía del amparo que se evitaran este tipo de concesiones, cambió rápidamente de postura al llegar al poder.

Quien también cambio de proa a popa fue Castro Cosío, aunque no está muy contento con el trato de recibir 5 pesos por metro cuadrado cedido a la terminal. el Gobernador del Estado sólo dejó en manos de Semarnat la decisión de determinar el riesgo ambiental que representa la entrada de millones de turistas a sumarse a la explotación de las bellezas naturales de La Paz.

Mientras, se deja cabildear por la Organización Internacional de Cruceros, lo que ya elevó rumores de una posible línea de “cruceros del bienestar”.

Que se vayan

A pesar de que los gobiernos parecen mirar hacia otro lado, por el momento, la presión social en Baja California Sur, iniciada por la evidente contaminación que provocaron en su estadía pandémica no ha dejado de poner el dedo en la llaga.

¿Y dónde está la crítica al modelo neoliberal?, cuestionó al gobierno estatal el activista Aleks Águila en una manifestación reciente marcando el aparente final de un proceso de consulta a la Manifestación de Impacto Ambiental, del proyecto del muelle de cruceros plagado de irregularidades de procedimiento.

Para evitar un fallo negativo, ante un recurso legal iniciado por organizaciones ambientalistas, Semarnat acaba de ampliar el plazo para la consulta pública al proyecto, un mes más. Al hacerlo, dejó sin materia un procedimiento de amparo que pudiera haber dictado que Semarnat incumplía con los principios de publicidad que establecen tratados firmados por el Estado Mexicano, como los Acuerdos de Escazú.

Parece una victoria pequeña en la capacidad de los paceños por decidir sobre la forma en que se da el desarrollo económico de Baja California Sur. La ambición de unos pocos por amasar fortunas a costa de la reproducción de la desigualdad es más fuerte en los sitios donde la belleza natural parece una joya lista para arrebatar.

Contra la intención de desarrollar por desarrollar, se organizan colectivos que específicamente desarrollan herramientas críticas a la entrada de turismo náutico de gran escala al estado, como el Movimiento en Defensa del Territorio y el más reciente Colectivo Torpedo, que ha establecido lasos de resistencia entre Cozumel y La Paz contra el mismo oligopolio del modelo turístico enloquecido del mega crucero.

Baja California Sur tiene fama de ser resistente al cambio”, repiten con cierta apuración los presidentes de asociaciones como la de Cruceros de México, Arturo Musi Ganem; como el de Empresarios Turísticos y Hoteleros de La Paz, en entrevistas a los medios; pero en el desdén proverbial de la nave de los locos que es la resistencia sudcaliforniana a participar de la cultura del servicio, hay algo razón. Una razón, otra que quizá no perdida del todo, reconoce la capacidad de que el desierto esconde un oasis invaluable en su corazón.

El intelectual sudcaliforniano Raúl Conde cuenta con una charra que habla claramente de la forma en que los sudcalifornianos –nativos o adoptados— vemos al turismo como una fuente de sustento, pero nunca de manera servil, y a veces con algo de sabio resentimiento que nunca sana, que arde y quizá, hay que admitirlo, saca un poco de quicio.

Tras una buena espera, que sólo podía favorecer su apetito, llega el mesero ante el turista que le llamaba con visible impaciencia.

—Joven, ¿cuál es la especialidad de la casa? —Pregunta el viajero aún interesado en saciar su antojo de descubrimiento en tierras sudcalifornianas.

Sin bajar la nariz, el mesero responde: —La tardanza —con inusitada elocuencia.

—Bueno, pero, ¿qué me recomienda usted? –Insiste, iluso el visitante de apetito evidente.

—Que te vayas.

 

El desierto crece.

 

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Quién es quién en la autorización de los incrementos en el impuesto predial (I)

FOTOS: Archivos.

Explicaciones Constructivas

Por Noé Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Una cultura muy mexicana y muy sudcaliforniana, es el de no pagar los impuestos, y sobre todo cuando se trata del impuesto predial que cobra la autoridad municipal. Somos un pueblo donde no valoramos su importancia, que debemos cubrir desde el momento en que adquirimos un bien inmueble.

Este impuesto es un recurso económico que cobra en prácticamente todo el mundo, y tiene como finalidad principal, proveer de los servicios públicos municipales que demande la población. Entre los principales servicios que se cubren con este impuesto es la recolección de basura, alumbrado público, seguridad pública y organización de la información catastral, entre otros no menos importantes.

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Quiere decir, qué si teóricamente “todos” cumplimos con nuestra obligación ante la autoridad de pagar nuestros impuestos prediales de manera puntual, no debiéramos tener problema con la recolección de la basura, de tener a tiempo vigilancia policiaca, de tener buen alumbrado público y no tener calles con baches. Aún si esta teoría se cumpliera, en muchos países del mundo —incluidos el nuestro—, no se podría tener esa solvencia económica para solucionar los problemas básicos de la ciudad; y esto se debe a que la mayoría de los países subdesarrollados tienen una recaudación muy baja comparada con los países desarrollados, por el hecho de no tener una cultura o disciplina de que a la población se le debe valorar a que pague bien para que el gobierno cumpla bien. Es común en México y los países latinoamericanos el dicho de que: “el pueblo hace como que paga los impuestos, y el gobierno hace como que le cumple al pueblo”.

En la siguiente tabla se hace la comparación, del porcentaje del PIB, que se cobra de predial en algunos países desarrollados comparados con México, y también se ve una tabla de comparación de la recaudación catastral con los países latinoamericanos, donde se ve como la situación de los municipios en México debe ser desesperante al no poder recaudar los suficiente.

Para saber el cobro del impuesto predial, se basa una sencilla regla que multiplica el valor del bien inmueble por una tasa de cobro que va a depender del uso que se le dé al predio. Por ejemplo, lo justo es que un local comercial tenga una tasa de cobro más alta que una casa habitación, ya que los usuarios están ganando un valor con el hecho de ser comercial; y por otro lado, es el valor del predio que se pretende pagar el impuesto.

Hasta aquí, se supone que todo impuesto esta bien fundamentado y la administración no debe de tener ningún problema en los cobros, pero pasa algo muy extraño en los valores de los predios que van resumidos en lo que se le denomina TABLA DE VALORES UNITARIOS DEL SUELO Y DE CONSTRUCCIONES, y que cada municipio debe estar actualizando constantemente.

Mientras que los valores de un bien inmueble van referenciados de acuerdo a la oferta demanda, a la plusvalía de su ubicación y al costo de los materiales de construcción, se le denomina “valor comercial” y es con la que los vendedores realizan sus transacciones ante un comprador y a través de una notaría pública. Pero por otro lado existe lo que llamamos “valor catastral”, y es que valor que toma el bien inmueble para efectos del cobro del ya mencionado impuesto predial. Ante la falta de funcionarios capacitados en los Ayuntamientos, estos no realizan las actualizaciones que por ley se deben de hacer cada año, cuando se llegan a realizar dichas actualizaciones, deben de pasar por una serie de autorizaciones en su caminar, y que es la Tesorería Municipal, el Cabildo y el Congreso estatal. Este último ente es el que decide si se va aumentar —también se dice “actualizar”, para que no se oiga feo—, o se deja como estaban los valores.

Como se ve, al valor catastral oficial se le hace el feo su trabajo de análisis, porque lejos de ver si es necesaria o no la actualización, los regidores y diputados ven su futuro político inmediato, y se ven muy bien ante el pueblo, el no permitir aumentos —llámese actualizaciones— de los precios de los predios, que repercutirían en el aumento del impuesto predial. Algo muy importante que se debe aclarar, los municipios no suben los impuestos prediales como cree la gente y los representantes elegidos por el pueblo; si no que analizan los precios de los bienes inmuebles que por obvias razones del tiempo, van aumentando de valor con el crecimiento de la población y en algunas veces por obras de infraestructura urbanas como pavimentos o creación de parques o plazas comerciales.

Existen ejemplos tan dispares en valor en algunos predios en la geografía sudcaliforniana, donde un terreno tiene un valor de venta de hasta 20 veces que el valor que se tiene registrado en catastro, donde el propietario puede vender a precio de ricos, pero paga un impuesto a precio de pobres. Como información adicional se comenta que todos los terrenos ejidales no están obligados al pago del impuesto predial, por lo que también para los municipios representa una fuga de recaudación en grandes extensiones de terreno.

El caso de La Paz

La noticia que asombró a la población del municipio de La Paz recientemente, es que la administración municipal aprobó de manera unilateral, es decir sin consultar al congreso estatal y mucho menos a los colegios o institutos de valuación, un aumento del 7.36% por inflación, a la TABLA DE VALORES UNITARIOS DEL SUELO Y DE CONSTRUCCIONES. Lo paradójico del tema es que mientras la Presidenta Municipal anunció que no se iba a permitir ningún aumento para el año 2022, a inicios del año en curso anunció que dicha tabla tendría un aumento en base a la inflación.

La cuestión de la baja recaudación del impuesto predial en el municipio de La Paz y en todo el estado es preocupante, pero los modos deben de seguir un análisis adecuado involucrando al congreso estatal, que dicho se de paso, en la pasada legislatura modificaron el Artículo 8 del Reglamento de Catastro, para que los Ayuntamientos puedan mediante decreto subir la tabla de valores en los primeros diez días del año en curso. Pero en la siguiente entrega explicaremos en que consiste el Reglamento de Catastro, la metodología para el análisis de los valores catastrales y sobre todo el ya mencionado Artículo 8.

Escríbenos a noeperalta1972@gmail.com

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Crónicas del agandalle. El caso de Gabriela Fregoso y otros feminicidios

FOTOS: Facebook.

El Desierto Crece

Por Rodrigo Rebolledo

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). El que fue presentado como el primer feminicidio del año, bien pudiera ser considerado el último del 2021. La muerte de Gabriela Fregoso, no sucedió hasta la víspera del Año Nuevo, pero los hechos que terminaron con su vida duraron meses, y quizá, buena parte de su corta vida.

Lo poco sabemos del caso de Gabriela, es que fue golpeada al grado de que las autoridades tuvieron que iniciar una carpeta por el delito de feminicidio en tentativa tras evaluar la gravedad de las lesiones que la llevaron a padecer diversos problemas de salud hasta que falleció un día antes del 2022. La decisión legal fue declarar la muerte como “patológica”, pero la reacción de las personas que amaban a Gabriela no esperó más. Los llamados de atención iniciaron a circular en redes sociales señalando a quien fue esposo de Gabriela como el gandalla responsable y prófugo del hogar que dejó a un hijo huérfano.

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La Comisión Estatal de los Derechos Humanos recibió la visita de la madre de Gabriela Fregoso, quien ya había iniciado una carpeta paralela a la investigación judicial, y la comunidad de Mulegé se ha movilizado sumando este caso a la larga lista de exigencias de justicia que atraviesan tanto a Mulegé como al resto de un Estado que aparece fuera de la península como “el más seguro para vivir”.

Si consideramos la muerte de Gabriela como un feminicidio más ocurrido el año pasado, fueron siete los casos en lo que las autoridades investiga las condiciones de violencia en que se dieron sus muertes, para que los responsables cumplan condenas ejemplares.

Pero la verdad es que hay muchas responsabilidades a deslindar en una muerte como la de Gabriela cuyo nombre se suma a la decena de mujeres que fallecieron en condiciones cuya descripción atraviesa los límites de lo decible.

El 17 de diciembre del 2020, el cuerpo Daniela Lino, reportada como desaparecida, fue encontrado calcinado en las afueras de San José del Cabo.

Al inicio del 2021, Analuisa Gutiérrez, una trabajadora universitaria del departamento de humanidades de la UABCS perdió la vida degollada en su casa. El crimen sigue impune a casi un año de los sucesos.

El 15 de febrero, Monserrat Ortiz fue asesinada y violada en Los Cabos sin que hasta el momento se tenga información sobre el perpetrador.

También en febrero, Andrea Juárez Castillo fue asesinada por su propio hijo quien, tras esconder el cuerpo se sumó a los esfuerzos para dar con su paradero.

En junio del 2021, Annel Viridiana fue asesinada de un tiro con una pistola calibre 40.

El 17 de octubre, Nayeli Guerrero fue asesinada en pleno centro de San José del Cabo al interior de su negocio por su pareja sentimental.

Las autoridades todavía no saben ni la identidad del cuerpo de una mujer encontrada en el camino a Los Planes en avanzado estado de descomposición el 22 de junio del año pasado.

La lista sigue.

La cultura política mexicana ha construido un mecanismo que hacen de las conductas de liderazgo un artilugio de la corrupción que ha llegado a establecer un Estado que, en muchos sentidos, actúa como una organización criminal.

Que lo que vivimos no es “inseguridad”, sino algo distinto, es el corolario al que llegua Héctor Dominguez Ruvalcaba en un tratamiento reciente de la violencia en México vertido en su nuevo texto Gandallas, publicado por Ariel.

Para escribir sobre lo inenarrable, donde es urgente denunciar lo que no puede ser concebido, es mejor hundir las órbitas en el hipertexto. Recurrir al salvavidas del diálogo con lo ya dicho. Domínguez Ruvalcaba rescata un texto de Héctor de Mauleón para desmitificar la indecibilidad del horror que evoca la cultura de la violencia mexicana. Para los receptores del horror, el horror no tiene sentido.

Las imágenes intolerables, revelan actos que para el escritor no pueden ser vinculados directo con expresiones cabales.

El profesor de la Universidad de Texas se separa de su teoría queer para ofrecer en su nuevo texto un paseo por las fuentes culturales de la violencia en México.

El agandalle es presentado desde personajes emblemáticos de los nuevos límites que ha atravesado la violencia mexicana reciente, retomando una colección de fuentes que representan las historias de una asesina serial como La Mataviejitas, un secuestrador como El Mochaorejas, pero también de un depredador sexual que operaba bajo el cobijo de las instituciones religiosas como Marcial Maciel, e inclusive del político, corrupto como pocos, Javier Duarte, para representar; no para singularizarlos, sino para ver en ellos la contribución cultural que nuestro país ofreció para crearlos.

“No se ha inventado aún el nombre que describa los montecillos de tierra que descansan junto a las fosas sembradas de huesos y dientes. de uñas y dientes”.

Hacia el final del texto, tras describir los métodos de disolución de cuerpos a través de procesos químicos la desaparición de las palabras se planta como un trago difícil de pasar.

El estado de enmudecimiento como renuncia a los signos que distingue al horror, como la sensación que provoca entumecimiento de la voluntad en contraste con la tendencia a la reacción de escapatoria inmediata a la que llamamos terror.

Domínguez Ruvalcaba estuvo en La Paz para presentar Gandallas, tuve la oportunidad de entrevistarle y cuando le pregunté por el caso de Gabriela, dio en el clavo de manera especial. Tomo sus palabras ante mi incapacidad para encontrar las mías ante el horror: El feminicida nos hace ver de una vez y por todas que el patriarcado no tiene una razón de ser, no hay una base de tipo legal, de tipo moral, de lo que tú quieras para decir, el patriarcado debe existir o debe continuar, al exacerbar su sexualidad y convertirla en una sexualidad letal […] porque lo que estamos viendo aquí es la semilla de las relaciones de género en todo ese discurso del patriarcado, que justifica la idea de familia, todos esos principios se desvanecen con sujetos hipermachistas que sólo conciben el acto sexual como un acto de feminicidio.

Pero el sujeto acabado del feminicidio no sólo es un sujeto emanado de ese patriarcado, para quien viene sobre escribir en la pauta del horror a la mexicana. Detrás de todo esto que es inenarrable, está el reflejo de nosotros mismos, las manos de una comunidad que permite y hasta celebra la violencia en la que pareciera que nos disolvemos todos en este país hasta desaparecer, hasta no dejar huella.

Nos está dando vueltas en la cabeza todo el tiempo el asunto sobre la crueldad, la pregunta sobre la crueldad, porque lo que está pasando en este país es una especie de crecimiento de la cultura de la crueldad, porque estamos aprendiendo a ser crueles de muchas maneras. Para mí, los feminicidios no son producto de que ‘el diablo anda suelto’ ni nada de eso, son producto de una ardua educación sentimental en donde lo más importante es desprenderse de las emociones amorosas, de las emociones que cultivan afectos, la solidaridad, la ayuda mutua, el cuidado, todo ello es justamente lo que se borra cuando sucede y se produce. Ahí veo algo que tiene que continuarse reflexionando.

Casos como el de Gabriela, dijo Domínguez Ruvalcaba, ponen de relieve la constitución de esta pedagogía de la crueldad; pero, quizá, las vías posibles para revertirla.

No sé qué tanto los otros pares del feminicidio sean buenos, en el sentido de que sean hombres amorosos, que cuidan a sus mujeres, que sepan controlar los celos, su ira. No creo que sea el único que no puede controlar su ira, que no piensa que su mujer es un par y no una sirvienta, una mujer inferior, lo que se necesita es que todos los hombres sean diferentes al feminicidio, sino lo único que pasa es la reproducción de esas actitudes feminicidios, es urgente revisar esas masculinidades, intervenir ahí.

Creo que, sin acallar la rabia de las mujeres que se organizan para desestructurar esa pedagogía canalla, como hombres, igualmente, debemos alzar otra voz, cambiar las estructuras de lo dado es urgente; no renunciar al silencio que impone el horror, por apremiante que sea.

El desierto crece.

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Violencia sexual, ahora bajo la perspectiva de género

FOTOS: Archivos.

Ius et ratio

Por Arturo Rubio Ruiz

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). La violencia es referente específico de la desigualdad y discriminación que sufren las mujeres en la sociedad mexicana, derivadas de estigma sociales, y culturales, que impactan directamente en el marco de desarrollo personal en el núcleo familiar, propiciadas por esquemas de desigualdad heredados, y fuertemente arraigados en los patrones de comportamiento que presuponen una superioridad masculina respecto del género femenino, manteniendo estructuras de poder y autoridad masculina, que sostienen y alimentan la violencia de género, con  graves repercusiones en la salud, la libertad, la seguridad, el patrimonio y la vida de niñas y mujeres.

Esta espiral de inequidad se reflejaba hasta hace poco, incluso en el marco legal. Hasta 1970, el estuprador libraba cualquier sanción penal, si se casaba con su víctima, lo que de facto se constituía en una cadena perpetua para su víctima, pues en ese entonces, el matrimonio duraba “hasta que la muerte los separaba”. De tutela penal sólo eran titulares las menores castas y honestas, y la carencia de uno de estos requisitos, excluía de delito al estuprador. El delito de aborto se sancionaba con pena atenuada, si la abortante había ocultado su embarazo y gozaba de buena reputación. Tanto en el delito del aborto como en del estupro, el honor y el buen nombre de la familia eran más importante que el libre desarrollo de la personalidad, la libertad y la vida. El concepto de honor, desde luego, se tejía en torno al buen nombre del patriarca familiar.

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Existía un código no escrito —prevalente en algunos medios actualmente—, en el que se presuponía un grado de responsabilidad a la víctima, a partir de presupuestos conductuales de moralidad exigible a las mujeres: Seguro se lo buscó por vestirse de esa manera, No son horas de andar en la calle para una señorita decente, Eso les pasa por no darse a respetar, por citar algunas frases de uso común para exculpar al agresor y atribuir responsabilidad a la víctima.

La violencia, discriminación y desigualdad apuntada llevó a México, como nación, a enfrentar en el primer decenio del siglo XXI, tres sentencias condenatorias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos: El caso Campo Algodonero, por la desaparición y muerte de jóvenes mujeres en Ciudad Juárez, Chihuahua, y las sentencias de los casos de Inés Fernández Ortega y Valentina Rosendo Cantú, por tortura y violación sexual en agravio de una mujer y una niña, ambas indígenas en el Estado de Guerrero.

La CIDH determinó en los tres casos, que las investigaciones por violencia sexual deben incluir una perspectiva de género, y partiendo de este postulado, la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó la obligatoriedad de verificar si existe una situación de violencia o vulnerabilidad que, por cuestiones de género, impida el acceso a la justicia de manera completa e igualitaria para mujeres con relación a los hombres, en la investigación de los delitos de violencia sexual.

Por mandato constitucional, la investigación de los delitos se rige por los principios de objetividad, eficiencia, profesionalismo, honradez, lealtad legalidad y respeto a los derechos humanos. Tratándose específicamente de los delitos de violencia contra las mujeres, deberá sujetarse la investigación a las siguientes reglas mínimas: (Artículos 127 a 131 del Código Nacional de Procedimientos Penales):

  • Toda diligencia debe ser impulsada de oficio, sin imponer la carga de la iniciativa a la víctima y/o sus familiares.
  • Investigar con la sensibilidad requerida a las necesidades y condiciones de la víctima.
  • Sin interpretaciones formalistas en materia de violación.
  • Tener siempre en cuenta que la fuerza no es un elemento imprescindible para castigar una conducta sexual no consentida, basta con que haya elementos coercitivos derivados de las circunstancias.
  • Que la investigación de los actos sexuales no consentidos, en la práctica, se hace con base tanto en el tipo penal como en una valoración sensible al contexto de la evidencia del caso.

Garantías mínimas que debe proporcionar el Ministerio Público en la investigación de hechos con la apariencia de delito relacionados con la violencia sexual:

  • Toda entrevista a la víctima debe realizarse en un ambiente, privado, digno, cómodo y seguro que le brinde confianza y protección.
  • Registrar la declaración de la víctima de modo que se evite o limite la necesidad de su repetición.
  • Invariablemente, de manera inmediata otorgar atención médica, sanitaria y psicológica tanto de emergencia como continuada si así se requiere, para reducir las consecuencias de salud y postraumáticas derivadas del evento.
  • Se realice inmediatamente un examen médico y psicológico completo y detallado por personal capacitado, sensible, respetuoso, de su mismo sexo si la víctima así lo desea, ofreciéndole que sea acompañada por alguien de su confianza.

Se documenten y coordinen los actos de investigación y se maneje diligentemente la prueba, tomando muestras suficientes, realizando estudios para determinar la posible autoría del hecho, asegurando otras pruebas como la ropa de la víctima, investigando de forma inmediata el lugar de los hechos y garantizando la correcta cadena de custodia, así como dar intervención a peritos en genética forense, para recabar indicios y/o evidencias que se encuentren en cualquier parte del cuerpo de la víctima.

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