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Regresamos a la luna ¿Por qué tardamos tanto?

California Mítica

Gilberto Manuel Ortega Avilés

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). El 10 de julio de 1969 la misión estadounidense Apolo 11 colocó a los primeros hombres en la Luna: el comandante Neil Armstrong y el piloto Edwin F. Aldrin. Cuando el módulo Eagle alunizó en el Mar de la Tranquilidad las imágenes en vivo se siguieron en televisión por unos 600 millones de personas.

Pasaron más de 50 años y no se ha vuelto a la luna, supuestamente porque no hay mucho que estudiar allá, pero otros afirman que es territorio peligroso o incluso prohibido. Aunque se afirma que es por falta de presupuesto o interés ya que la carrera espacial durante la guerra fría era para ganarle al comunismo, lo cual, desata una de las polémicas más grandes de la historia ¿realmente estuvimos ahí?

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O solo se montó un fraude para que USA afirmara que fueron ellos quien ganaron la carrera aeroespacial. Hasta se dice que el mismo Kubrick director de grandes películas de ciencia ficción fue quien grabó toda la farsa.

Pero, existen bastantes evidencias para afirmar que si estuvimos allá, la pregunta sigue latente, ¿por qué no regresamos? ¿por qué no hay bases de investigación? ¿Será realmente la falta de interés y dinero?

Se conoce tan poco del lado oscuro de la luna y hace poco se ha revelado que incluso es muy diferente al lado que vemos desde la tierra.

¿Ya habrá humanos viviendo allá? ¿habrá otros seres viviendo en la luna? A pesar de ya haber pasado más de 50 años sabes muy poco de nuestro satélite natural. Quizás los nuevos viajes nos revelen más misterio de la Luna.

Existen grabaciones donde el mismo Neil Armstrong habla de cómo hay cosas extrañas y que deberían volver, periódicos que hablan de gente viviendo en la luna, y no necesariamente humanos, y hoy en día que existe más tecnología y más aparatos apuntando hacia la Luna, a diario podemos ver videos de OVNIS saliendo de la misma luna e ingresando al planeta tierra, quizá ahora que el fenómeno ovni es algo oficial, muy pronto sabremos que realmente nos oculta el lado oscuro de la luna.

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, esto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




La oscuridad, a pesar de todo, tiene en la base la esperanza: algo a partir de una novela de Volpi

 

El librero

Ramón Cuéllar Márquez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). La historia de la humanidad está marcada por sus crímenes. Hay en ellos el germen oscuro de lo que somos como especie. Cada uno de esos crímenes parte de una creencia, de una ideología, de una fe religiosa o, aún más, de una palabra. Esa misma Historia nos lo cuenta de diversas formas: la visión de los vencedores y la visión de los vencidos; por supuesto, la que prevalece es la de los vencedores, quienes erigen un discurso alrededor de los crímenes cometidos para justificar sus ganancias y para retenerlos a costa de lo que sea, incluyendo nuevos crímenes.

Grandes grupos étnicos arrasados por otro grupo étnico tampoco es nuevo. Cada uno de esos asesinatos masivos, en diferentes tiempos, tienen un denominador común: la oscuridad de la naturaleza humana para lograr que un grupo étnico prevalezca sobre el otro. En algún lugar escuché la pregunta ¿qué anima a un ser humano a cometer crímenes?, y la respuesta fue el miedo.

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El miedo como motor de la civilización, como guía de todas las conductas, la razón por la que la cultura existe, el motivo por el que se buscan todas las preguntas con sus respuestas: el miedo busca al miedo para entenderse a sí mismo. Así, un crimen es perpetrado desde el miedo de su propia supervivencia, que lo que refleja es su condición primitiva, su condición animal, instintiva, brutal. El miedo se parece más a una bestia acorralada que a una bestia libre con lenguaje significativo.

Por eso el miedo es alimentado por los estados modernos, especialmente aquellos de corte fascista o conservadores extremistas, que promueven el temor y la mentira como una forma de control social. Un individuo atemorizado es un sujeto moldeable, controlable, manipulable: una persona con miedo es perfectamente condicionada a cualquier patrón. Siembra el miedo y la mentira, y obtendrás el poder total, es casi un silogismo: mientras más mientas, más ganas. Hoy como nunca en México la oposición política de derecha y ultraderecha ha sacado a relucir su desprecio al pueblo mostrando su clasismo y racismo.

Esto es más o menos lo que ocurre con la novela de Jorge Volpi, Oscuro bosque oscuro. Un breve viaje por los pasillos del terror para mostrarnos una de las caras horrendas de la Humanidad: su capacidad para destrozarse a sí misma, para devorarse a sí misma. Esta historia espeluznante de Volpi no es solo una narración que quiere ser contada o que pretenda ser una denuncia, sino que muestra nuestros más oscuros resortes emocionales, nuestras energías encauzadas a la decadencia. Valiéndose de la estructura y pasajes de algunos conocidos cuentos infantiles, Jorge Volpi va destruyendo la inocencia, la pureza, para ir descarnando las intenciones criminales del poder político y económico que desea su propia expansión. Debo decir que Volpi se centra más en lo político, pero omite lo económico, que es la verdadera razón de su existencia en un régimen de privilegios: son hermanos siameses, uno no existe sin el otro: son consustanciales.

Este rompimiento con la inocencia es el caldo de cultivo que sirve para enmarcar los crímenes que se habrán de cometer en un pueblo metáfora, en un pueblo alemán que tenía instaurada la cotidianidad sin reservas ni racismos, con vecinos viviendo su espacio y compartiendo sus muchos o pocos talentos, hasta que ese poder les ordenó transformarse sin desearlo. El poder político y económico es un animal al acecho que está dispuesto a lo que sea para mantener su régimen de privilegios, que igual se disfraza de izquierda, liberal o de derecha, da lo mismo, según la época y según los intereses que haya que defender, que usualmente son los de las minorías de grandes ganancias económicas; incluso es un animal que puede ser completamente invisible para su propia conveniencia.

Poco a poco Oscuro bosque oscuro va desnudando a través de un lenguaje sórdido, cercano a Poe, cercano a Lovecraft, cercano a Quiroga, pero con la diferencia de que pretende darnos una realidad avasallante, dolorosa, aterradora, donde solamente quepa la culpa, la duda, los razonamientos a medias, las justificaciones como escritor y como lectores. El tema de los judíos, del Holocausto, ha sido reiteradamente tocado después del término de la Segunda Guerra Mundial para no hacernos olvidar lo sucedido en esos años aciagos que tanto daño hicieron a millones de personas.

Al terminar de leer la novela resumimos todo en una frase: nunca debemos olvidar. Pero tampoco debemos olvidar los exterminios que se han hecho en los últimos siglos, como los grupos étnicos originarios del continente americano, por ejemplo los pieles rojas, quienes fueron relegados a reservaciones muy parecidos a los campos de concentración nazi, salvo que a éstos los tienen como un American curious. O los exterminios practicados por los españoles a su llegada al Nuevo Mundo o los exterminios a los pueblos mayas y yaquis durante el Porfiriato.

¿Cómo olvidar eso? o, más bien, ¿cómo hacer para que eso se vuelva un discurso exotérico y no oculto (retocado por los intelectuales europeos y los criollos americanos llamados vulgarmente “intelectuales orgánicos”), como el que se practica desde los estados modernos para no hablar de los pueblos indígenas y de sus derechos, prefiriendo dejar todo en silencio, pues se afectarían muchos intereses?

Después de leer Oscuro bosque oscuro nadie quedará indemne ante su propia humanidad y tendrá que afrontar y enfrentar, quiera o no, sus pesadillas más profundas. Esta novela de Volpi es más parecida a un poema épico en verso libre, de viaje dantesco a los infiernos de la condición humana, donde el poder político y económico puede transformar la mente de los ciudadanos hasta convertirnos en enemigos de nosotros mismos, instarnos al asesinato para mantener las ganancias.

El panorama parece desolador para algunos, más en esos tiempos en que un grupo instauró en México la violencia desde principios de siglo y milenio, creando un estado que sembró el terror igual que un estado fascista. El ciudadano de a pie con los procesos sociales ha aprendido a comprender, a tener fe, esperanza, a tener los ojos abiertos, a no retraerse ni esconderse como hasta hace poco debido a la abierta asociación delictuosa que padecimos entre crimen organizado y gobierno. Hemos aprendido que podemos ser, unidos, los héroes que nos saquen y nos salven del pozo en que nos metieron, que somos un Kaibil Kalam, un Jacinto Kanek, un guerrero águila o jaguar, un Gilgamesh, un Sansón, un Hércules, un David, cualquiera que se adentre en el Hades para destruir los demonios que se desataron desde 2006 en los Estados Unidos Mexicanos.

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San Francisco Javier. Un Santo y una Misión en la California.

Tierra Incógnita

Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Después de la llegada y el establecimiento de la primera Misión y Presidio permanente en la California, el de Loreto-Conchó, fundado por el sacerdote Juan María de Salvatierra y Visconti, en el año de 1697; se inició con la exploración y evangelización de nuevos grupos, tocándole su turno a los asentados en un sitio al interior de la Sierra de La Giganta, y cercano a Loreto, un sitio denominado Viggé-Biaundó, y el cual se convertiría en la segunda Misión de la península.

El sacerdote que vino a ayudar a Kino, al mes de haber llegado y fundado la Misión de Loreto, fue el también italiano Francisco María Píccolo. Este jesuita ya había oído hablar de este proyecto de evangelización en estas lejanas tierras debido a que su anterior asignación había sido en la Sierra Tarahumara, en donde Salvatierra se había desempeñado años antes, y donde había dejado sembrada la semilla para que más misioneros quisiera unirse a él en esta nueva cruzada. Cuando Píccolo se hubo adaptado un poco al trabajo tan laborioso que se realizaba en Loreto, y había aprendido de manera más o menos adecuada la lengua Cochimí, fue enviado por Salvatierra a que buscara sitios donde estuvieran asentados grupos numerosos de cochimíes, el grupo nativo que los había aceptado de buen agrado y que se mostraban relativamente dóciles a las nuevas enseñanzas religiosas. Contaban con una información detallada de los diarios de exploración que habían levantado Eusebio Francisco Kino y el almirante Isidro Atondo y Antillón, durante su fallido intento por consolidar la misión de San Bruno (1683-1685). Además de lo anterior, varios de los cochimíes que habitaban en esta sierra y que eran visitantes asiduos de Loreto, les hacían invitación para que fueran con ellos y fundaran un asentamiento en su ranchería.

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Fue a principios del año de 1699 que Píccolo decide iniciar la exploración de estos sitios, con auxilio de californios leales, hasta que finalmente encuentra un lugar densamente poblado, el cual contaba con agua abundante y tierra fértil en la cual crecían muchos árboles de los cuales obtenían semillas con las que alimentaban, así como cacería abundante. El sitio era conocido por los cochimíes como Viggé-Biaundó, que en su lengua significa “tierra elevada que domina el valle”. Fue así como Píccolo decide establecerse y declara fundada la misión el 10 de marzo de 1699. En el transcurso de 4 o 5 meses se construyeron habitaciones sencillas para albergar al misionero, al soldado que lo custodiaba, así como un pequeño almacén para guardar bastimento, aperos de trabajo y animales de carga. Finalmente se construyó una pequeña enramada en la cual se instaló un altar llano, un crucifijo y algunas pinturas con imágenes religiosas. Finalmente, el padre Salvatierra se traslada al lugar y consagra el templo el cual es dedicado a uno de los Santos que fue miembro de la Compañía, y el cual había destacado por su obra misionera en Asía, San Francisco Javier. A los pocos meses el sitio de la misión, que estaba junto al ojo de agua llamado Biaundó, fue abandonado debido a un levantamiento de los indígenas.

En el año de 1701, llega a la península el padre Juan de Ugarte, el cual hasta unos días antes se había desempeñado como Procurador de las Misiones de California, en donde su misión sustantiva era conseguir apoyos económicos entre la clase adinerada de la Ciudad de México, para sostener la obra evangelizadora en la península. Tras su llegada, y ante lo prioritario de tener alguien que cumpliera con la misión que dejaba vacante Ugarte, Salvatierra le ordena a Píccolo que se traslade a la Ciudad de México, y en su lugar designa al recién llegado Ugarte, el cual reanuda la labor evangelizadora, y cambia de sitio la misión, estableciéndose en el paraje donde actualmente se encuentra. Fue el potentado Don Juan Caballero y Ocio, el que destinó una fuerte suma de dinero para sostener al sacerdote y sus labores evangelizadoras, así como la construcción y dotación de todos los objetos para construir una iglesia, así como realizar la liturgia correspondiente. Durante los siguientes 29 años que misionó este sacerdote entre los cochimíes de San Javier, demostró un gran compromiso con su ministerio, convirtiendo a miles de californios a la religión católica. También hizo florecer permanentemente su misión trayendo y criando caballos, mulas, vacas, borregos, gallinas y otros animales. Enseñó a los indios conversos la ciencia de la agricultura, encargándose de introducir cultivos de maíz, trigo, frijol, caña de azúcar, uva, olivo y otros árboles frutales, a los regaban por medio de un complejo sistema de canales, los cuales aún perduran. Se dice que fue el introductor de la panadería y la vitivinicultura en California.

En el año de 1730, Ugarte falleció víctima de sus enfermedades y su avanzada edad, llegando a suplirlo el sacerdote Miguel del Barco (1737). Este sacerdote tuvo buen cuidado de continuar la intensa obra desempeñada por el padre Ugarte, y dentro de sus destacadas acciones estuvo el redactar los conocimientos que iba teniendo de los Californios y de su tierra, a través de sendos informes, los cuales fueron enviados a diferentes partes del mundo. Estos documentos se convirtieron en un libro editado por el Dr. Miguel León-Portilla el cual lleva por nombre Historia Natural y Crónica de la Antigua California. Además de lo anterior fue el creador del templo misional que hasta la fecha sobrevive en este lugar, el que tardó en ser construido 15 años, de 1744 a 1759. Este templo es una hermosa pieza de arquitectura y se encuentra fabricado de piedra basáltica, la cual abunda en el lugar, y que fue hermosamente labrada por constructores traídos especialmente desde otras regiones de Nueva España. Este templo cuenta con una gran cantidad de pinturas centenarias realizadas por grandes artistas de la época, engarzadas en un retablo cubierto con hoja de oro, imágenes de santos maravillosamente trabajadas, y en general es uno de los templos mejor cuidados, y cuya arquitectura se ha ganado por méritos propios el ser llamado la joya de las Misiones de la California. Esta misión, incorporó las visitas de Santa Rosalía, San Miguel de Comondú (1714-1730), San Agustín, La Presentación (1769), San Pablo y Los Dolores del Norte.

Posteriormente a la expulsión de los jesuitas en el año de 1768, los franciscanos se hicieron cargo de la misión, y finalmente los dominicos. La población nativa fue disminuyendo rápida y permanentemente, lo anterior debido principalmente por las constantes epidemias y por la migración que realizan a diferentes partes de la península o al resto de la Nueva España buscando mejores condiciones de vida. Para principios del siglo XIX sólo quedaban menos de 100 cochimíes nativos, los cuales ya habían sido evangelizados y hablaban el idioma español. Esta misión pasó por una etapa de abandono en el año de 1817, siendo paulatinamente repoblada durante el resto de este siglo y el siguiente, hasta el punto de convertirse en uno de los centros de producción y comercio más importantes de la primera mitad del siglo XX.

En la actualidad se conmemoran 323 años de la fundación de esta misión de San Francisco Javier Vigge-Biuandó, la cual es el origen del actual poblado secular de San Javier, en el municipio de Loreto. Es un sitio pintoresco y que en todos los días del año recibe una gran cantidad de turistas, locales y extranjeros, los cuales vienen a admirar su hermoso templo, así como a disfrutar de la tranquilidad que se respira en sus antiquísimos olivares y canales de riego, los cuales son mudos testigos de la época misional.

 

Bibliografía:

Barco, Miguel del, S. J. 1980 The Natural History of Baja California, trad. de Froylán Tiscareño, introd. de Miguel León-Portilla, Los Ángeles, Dawson’s Book Shop (Baja California Travels Series, 43).

Mathes, W. Michael. 1977. Las misiones de Baja California.1683-1849. La Paz, Editorial Aristos.

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El cine mexicano: mucho, muchísimo más allá de Derbez y Chaparro

FOTOS: INTERNET

Kinetoscopio


Marco A. Hernández Maciel

La Paz, Baja California Sur (BCS). En días recientes la industria fílmica nacional se ha visto envuelta en polémicas en redes sociales que fueron desencadenadas por el comunicado de la Academia Mexicana de Cine en el cual informa que, debido a la falta de apoyo del Estado Mexicano, ha decidido posponer la entrega y convocatorias del Ariel, los máximos galardones a la industria cinematográfica nacional (Aquí la liga).

Después de ello, varios integrantes de la industria, entre productores, directores y actores, así como periodistas y público en general, expresaron en Twitter sus posiciones sobre la situación. Algunas muy críticas sobre el actuar del estado y otras menospreciando el trabajo de la academia cinematográfica nacional. Acorde a los tiempos que corren, la polarización de inmediato se hizo notar y hubo un argumento muy repetido por aquellos que defienden esta posición del austericidio cultural del Estado, en el que palabras más, palabras menos, cuestionan el apoyo a una industria que tiene a sus máximos exponentes, según ellos, en las figuras de Eugenio Derbez y Omar Chaparro.

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Y bueno, a veces uno se pregunta cómo es que personas que dicen saber de cultura simplifican tanto sus discursos y se encierran en una narrativa que más que velar por el quehacer cultural, busca proteger a toda costa la ideología del gobierno dominante que en repetidas ocasiones ha denostado otros puntos de vista que no convergen con su forma de ver las cosas, incluida la figura del reconocido director y productor Guillermo del Toro, que en cuanto expuso su posición contraria a la línea oficial actual, empezó a ser atacado en redes.

Porque más allá de Chaparro y Derbez, y usando las mismas palabras del Del Toro, quien amablemente les solicita a los bots oficialistas que se den una zambullida en todo el cine mexicano, el ganador del Oscar dice: Hay voces nuevas y fuertes en el cine mexicano. Esas voces están atrapadas y los Arieles, la academia y los festivales, las mantienen vivas y urgentes. Si les parece alto el costo de una identidad, no se imaginan el costo de no tenerla.

Por ello, en afán de estimular el conocimiento amplio de la cinematografía mexicana actual, comparto algunos nombres de directoras y directores, con sus respectivas producciones, que valen la pena ver, disfrutar y saborear, pues este cine es el que nos da identidad, fortalece nuestro papel cultural y nos da una voz que resuena en todo el mundo. Y es precisamente este cine el que está en riesgo, pues el cine de Derbez, de Chaparro, de Higareda seguirá existiendo y encontrará su camino en el ámbito comercial.

Pero, al contrario, estas otras voces, más poderosas, pero menos conocidas, si no son impulsadas desde una política inclusiva, será más difícil para nosotros, como público exigente, demandar que estas historias también lleguen a las salas de cine y no las condenemos a la voluble trascendencia del streaming, que, si bien les da un lugar, las excluye del grial que es la gran pantalla en la sala oscura. Aquí una probadita sólo para empezar, la mayoría las pueden encontrar en las plataformas como Netflix, Amazon Prime o Filmin Latino.

 

Lila Avilés: La Camarista

Tatiana Huezo: Tempestad, Noche de Fuego

Fernanda Valadez: Sin Señas Particulares

Alejandra Márquez Abella: El Norte sobre el Vacío, Las Niñas Bien

Fernando Frías: Ya no estoy aquí

Alonso Ruizpalacios: Güeros, Una Película de Policías

Lucía Puenzo: La Caída

Amat Escalante: Heli, La Región Salvaje

Issa López: Vuelven

Ernesto Contreras: Sueño en otro idioma, Cosas Imposibles

Kyzza Terrazas: Bayoneta

 

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El problema del coleccionismo

FOTO: Internet

 

California Mítica

Gilberto Manuel Ortega Avilés

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Sonará redundante, pero, el coleccionismo está siendo arruinado por los propios coleccionistas.

En Baja California Sur y el mundo, el pasatiempo del coleccionismo se ha vuelto muy común, y es muy agradable ver colecciones con objetos raros o de nuestra infancia, incluso, existen tianguis especializados al respecto, y algunas compañías han relanzado rediciones de juguetes y comics de nuestra infancia para que podamos recuperar un fragmento de nuestra historia personal.

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Desgraciadamente todo se vuelve negocio, y todos sabemos que ser coleccionista era más fácil hace 10 años, se podían encontrar piezas a precios baratos o razonables y armar una buena colección, pero muchos vieron oportunidad de negocio y comenzaron a inflar los precios con palabras como santo grial, descontinuado, botleg (pirata). Por este motivo, hoy en día, algunas piezas cuestan más caras que nuevas y no es por lo antiguo, ya que existe la cultura del acaparamiento, es decir, cuando una figura que todos quieren sale al mercado y todos los revendedores acaparan, sube el precio y se vuelve difícil de encontrar y además estará cara.

Un ejemplo claro es la saga Pokémon, sus videojuegos se vendieron por millones, no son raros, aun así, un cartucho de consolas anteriores te puede costar igual o mucho más que un juego actual de la misma franquicia, y si hace 10 años lo hubiéramos comprado hubiera sido en un botadero a la mitad de su precio original.

¿La solución? No hay, al parecer esto va a pasar cuando haya un cambio generacional, ya que los jóvenes actuales por ejemplo no compran juegos físicos, incluso muchos de ellos son gratis, además que lo que nos genera nostalgia a los coleccionistas actuales, no lo hace a uno joven.

No se va a acabar el coleccionismo, va a evolucionar, y van a dejar de vendernos figuras, comics y artículos viejos maltratados a precios inflados, pero seguirán existiendo cosas edición limitada o de lujo, que si son altamente coleccionables.

Además, quedan los objetos realmente raros coleccionables, como libros primera edición, documentos, objetos tribales, artesanías antiguas.

Un ejemplo son las famosas cabezas reducidas que algunas culturas realizaban con sus enemigos, están pueden pasar desapercibidas e incluso confundidas con falsificaciones, pero las originales hechas con cadáveres de verdad, valen millones de dólares.

Ni hablar de las primeras apariciones de Superman, Batman, Spiderman, entre otras. Sin embargo, ahí existe un problema, no vale no mismo un número que uno de primera edición en México que en Estados Unidos, ya que, si es impreso después, esto es porque, aunque sea primera edición, se considera reimpresión.

Un objeto aun barato y que va al alza son los VHS, aún tenemos videocasetes e incluso videograbadoras en nuestra casa y estos artículos están tomando precios interesantes, en especial los clásicos de Disney que en sus nuevas versiones están censuradas.

Así que si eres nuevo en el coleccionismo recuerda, no por ser viejo, raro o de Star wars es caro.

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