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Parcela blanca, de Kenia Cano, naturalezas muertas y vivas

El librero

Ramón Cuéllar Márquez

La Paz, Baja California Sur (BCS). Siempre hay que buscar la poesía vital de Kenia Cano, en especial ahora en su nuevo libro Parcela blanca (2023, Bonobos Editores), que como un caballo corre en la pradera del arte, uniéndose al viendo estético del verso y a las imágenes recreadas al paso de las crines de la bestia, que no detiene su carrera hacia el horizonte que significa. Recorre así las salas del museo en la vida, se desconcierta, se aviva con otros relinchos, otros belfos que se encuentran en las redes interminables de los objetos que están por aquí y allá.

Ninguno de esos animales podrá desconocer que en los alrededores otras obras y otros pintores en la historia del arte acompañan su troteo, pues a lomo o ensillado los potros, su manada, se acompañan siempre de su vigor equino, lo que resignifica la mirada de la artista Cano, que una y otra vez con palabras filma las imágenes que brotan también de sus dedos en los planos que acomodan formas, colores: un brillante sentido de logros consumados por la también poeta.

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Los objetos dentro de las paredes que se erigen en formas que respiran, que se asocian unas con otras y le dan un paisaje a quien mira, donde se siente contemplativo, pero incluso a sus anchas en un mundo que habla por quien observa. El amor y sus cosas vuelan en el aleteo de las abejas, las vacas y la leche, se anclan con su suavidad ante los ojos atónitos y acostumbrados al mismo tiempo. Son naturalezas vivas y muertas, depende de cómo las veas y cómo las leas: la poeta ha logrado que palabras, figuras e imágenes se reproduzcan como en un cinematógrafo, así como las historias del pasado lejano se transmutan y se regeneran en los latidos de los poemas en prosa.

Se puede decir que existe un disfrute inmenso, intenso, porque cada descubrimiento nos ha llevado al goce, al asco, la seguridad de que el arte se ha fusionado con nosotros al leer y visitar el museo imaginario que se nos ha presentado en la lectura de este poemario de prosas vivientes u objetos que charlan con nosotros. En efecto, la Parcela blanca ha de ser el límite donde se monte la realidad para ir en pos de quienes pueden gozar de un buen trozo de la cotidianeidad.

Kenia Cano nació en la Ciudad de México en 1972, pero radica en Cuernavaca. Algunos de sus libros de poesía andan por la tierra, por el aire como Hojas de una sibarita indiscreta (1994), Tiempo de hojas (1995), Oración de pájaros (2004), Las aves de este día (2009, Premio Iberoamericano de Poesía Carlos Pellicer), Un animal para los ojos (2009) y Diario de poemas incómodos, este último publicado por el Fondo Editorial de la Universidad Autónoma de Querétaro en 2017. Ha sido parte de varias antologías nacionales, poemas suyos han sido traducidos al francés, al inglés y al rumano; asimismo, imparte talleres de poesía y de correspondencia entre poesía y artes visuales.

La poeta Kenia ha logrado que su nombre esté estrechamente vinculado con su entorno, con la plástica y las letras, fusionada con su andar armónico a través de los objetos con una mirada siempre acuciosa para desnudar de significado aquello que permanece oculto.

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, ésto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




Cómo pueden las lecciones del pasado ayudarnos a enfrentar los desafíos del presente

Tierra Incógnita

Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). A lo largo de los siglos, la humanidad ha experimentado una gran variedad de conflictos, crisis y desafíos. Sin embargo, al analizar el pasado, podemos encontrar lecciones valiosas que pueden ayudarnos a enfrentar los desafíos del presente.

Una de las formas en que la historia puede ayudarnos a enfrentar los desafíos del presente es proporcionando una perspectiva histórica. Al comprender los eventos pasados, podemos poner en contexto los problemas actuales y tener una mejor comprensión de cómo se desarrollaron. Por ejemplo, si nos fijamos en la Gran Depresión de los años 30, podemos ver que muchas de las condiciones económicas y políticas que contribuyeron a ella también están presentes hoy en día. Al entender las raíces históricas de estos problemas, podemos tomar decisiones más informadas sobre cómo abordarlos. Además, la historia nos proporciona un marco para comparar situaciones similares en el pasado y en el presente. Si nos enfrentamos a una crisis política o económica, podemos buscar ejemplos de cómo se enfrentó a situaciones similares en el pasado. Al hacerlo, podemos encontrar soluciones que hayan funcionado en el pasado y aplicarlas al presente.

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Otro beneficio de aprender de la historia es que nos permite evitar repetir los mismos errores del pasado. Al estudiar los eventos pasados, podemos identificar las causas subyacentes de los conflictos y crisis, y así evitar cometer los mismos errores. Por ejemplo, si nos fijamos en la Segunda Guerra Mundial, podemos ver que las políticas económicas restrictivas y la falta de diálogo diplomático fueron factores importantes que contribuyeron a la guerra. Al aprender de estos errores, podemos evitar repetirlos en el futuro. La historia nos permite comprender las raíces históricas de los conflictos actuales. Si nos fijamos en los conflictos actuales en el mundo, podemos ver que muchos de ellos tienen raíces históricas profundas. Al entender estas raíces históricas, podemos trabajar para abordar los problemas subyacentes y encontrar soluciones más efectivas.

Además, la historia puede proporcionar ejemplos inspiradores de líderes y movimientos que han logrado superar desafíos difíciles. Al estudiar las historias de figuras como Martin Luther King Jr. o Mahatma Gandhi, podemos ver cómo han enfrentado adversidades y desafíos de manera pacífica y efectiva. Al aprender de estos ejemplos, podemos encontrar inspiración para enfrentar nuestros propios desafíos.

La historia también nos enseña sobre la importancia de la innovación y la adaptabilidad. A lo largo de la historia, hemos visto cómo las sociedades que han sido capaces de adaptarse a los cambios han logrado sobrevivir y prosperar. Por ejemplo, si nos fijamos en la Revolución Industrial, podemos ver cómo las sociedades que adoptaron nuevas tecnologías y formas de producción pudieron superar las dificultades económicas y mejorar la calidad de vida. Al aprender de estos ejemplos, podemos ver la importancia de la innovación y la adaptabilidad en el mundo moderno.

Otro ejemplo de cómo la historia puede ser útil en el presente es en la comprensión de los conflictos culturales. Si nos fijamos en la historia de los conflictos culturales, podemos ver que muchas veces los problemas se deben a la falta de comprensión y respeto por la cultura de los demás. Al aprender de los errores del pasado, podemos trabajar para construir un mundo más inclusivo y justo, donde todas las culturas son valoradas y respetadas.

La historia también puede ayudarnos a aprender sobre las consecuencias a largo plazo de las decisiones que tomamos en el presente. Si nos fijamos en la historia ambiental, podemos ver cómo las decisiones tomadas en el pasado han tenido un impacto significativo en el medio ambiente y en la calidad de vida de las personas. Al aprender de estos ejemplos, podemos tomar decisiones más informadas sobre cómo cuidar nuestro planeta y garantizar un futuro sostenible para las generaciones futuras.

Además, la historia nos enseña sobre la importancia de la cooperación y la colaboración en tiempos de crisis. Si nos fijamos en los grandes logros de la humanidad, como la llegada del hombre a la luna o la erradicación de enfermedades como la viruela, podemos ver que estos logros fueron posibles gracias a la colaboración y cooperación de personas de diferentes disciplinas y países. Al aprender de estos ejemplos, podemos ver la importancia de trabajar juntos para enfrentar los desafíos del presente.

Finalizamos diciendo que la historia es una herramienta poderosa que puede ayudarnos a enfrentar los desafíos del presente. Al proporcionar una perspectiva histórica, ejemplos inspiradores y lecciones aprendidas, la historia nos puede enseñar sobre la importancia de la innovación, la adaptabilidad, la cooperación y la comprensión intercultural. Al aprender de los errores del pasado y las soluciones exitosas, podemos tomar decisiones más informadas y trabajar juntos para construir un futuro mejor y más sostenible para todos.

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¡Qué viva México!

FOTOS: Internet

Colaboración especial

Alejandro Aguirre Riveros

La Paz, Baja California Sur (BCS). ¡Alerta spoiler! Pero nada que no te ahorre el sufrimiento de sentarte a ver ¡Qué Viva México! (2023), la última entrega de Luis Estrada, el rebelde de la cinematografía mexicana, famoso por sus ataques frontales y sin piedad a la política y la sociedad de nuestro país. En sus cintas pasadas, Estrada ha demostrado una capacidad notable para mezclar el humor y la sátira en una disección brutal de la realidad mexicana. Sin embargo, en esta ocasión, su nuevo proyecto deja mucho que desear.

A lo largo de su carrera, este audaz director ha homenajeado a los grandes del cine internacional, desde Fellini hasta De Sica, y ha incorporado elementos de la Época de Oro del cine mexicano, en especial de humoristas como Cantinflas y Tin Tan. Pero en esta ocasión, lo que nos entrega es más una caricatura que una película, y nos deja preguntándonos: ¿Dónde quedó Estrada?

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Después de casi una década de silencio desde “La dictadura perfecta” (2014), Estrada vuelve con “¡Qué Viva México!”, una cinta que genera mucha expectativa pero que termina cayendo en una parodia de sí misma. Nos presenta la historia de Pancho Reyes, quien tras olvidar sus raíces humildes durante dos décadas, regresa a su pueblo natal, La Prosperidad, para enfrentarse a una guerra despiadada por la herencia de su adinerado abuelo minero.

Los Reyes de La Prosperidad, una excéntrica familia que no duda en usar cualquier medio para ganar esta guerra por la herencia, se transforman en el centro de un espectáculo caótico y folclórico. Pero lo que parece un inicio prometedor se apaga a medida que la película se prolonga. Lo que podría haber sido una crítica mordaz y aguda se convierte en un enervante espectáculo de tres horas que te deja exhausto y frustrado.

El humor, que alguna vez fue la gran arma de Estrada, se siente forzado y repetitivo en ¡Qué Viva México! El contraste entre los familiares fifís y “el pueblo noble” pierde su gracia en poco tiempo y lo que queda es un abismo sombrío de desesperanza donde ningún personaje se salva. En lugar de ofrecer una visión fresca y audaz sobre el México contemporáneo, Estrada nos presenta una cinta llena de estereotipos y clichés que parecen sacados de un meme de Facebook.

Los personajes son caricaturas sin redención, lejos de la complejidad y profundidad que nos había acostumbrado este maestro del cine. Desde el corrupto gobierno hasta la población de doble moral, todos reciben su dosis de ironía, pero lo hacen en una serie de chistes y situaciones que parecen más propias de una telenovela de bajo presupuesto que de una película de un director reconocido como Estrada.

Y aquí es donde duele más. ¡Qué Viva México! se siente como una oportunidad desperdiciada, una crítica superficial que se queda corta en todos los aspectos. En lugar de ofrecer una visión incisiva y mordaz de la sociedad mexicana, la cinta cae en la repetición y la trivialidad, sin ofrecer nada nuevo o provocador.

Estrada, alguna vez considerado un visionario, parece haberse rendido ante la facilidad de los estereotipos y el humor simple. Su crítica, antes aguda y penetrante, se ha diluido en una lluvia de chistes sin gracia y situaciones forzadas que apenas provocan una sonrisa. Su película se convierte en un reflejo sombrío de la desesperanza y la corrupción que parece justificar lo mal que está México, sin ofrecer ninguna propuesta o solución.

Este mar de trivialidades se siente aún más evidente en la construcción de los personajes. Los actores, algunos de ellos reconocidos por su talento, como Damián Alcázar y Joaquín Cosío, parecen perdidos en este revoltijo de clichés y situaciones ridículas. A pesar de que interpretan tres roles distintos, la falta de un guion bien desarrollado y una dirección clara convierte sus actuaciones en algo olvidable.

Estas referencias a Los Tres Huastecos, una clásica película de la época de oro del cine mexicano, parecen forzadas y sin ningún sentido, como si Estrada estuviera tratando de emular el éxito de sus anteriores cintas sin realmente entender lo que las hacía únicas.

Incluso el mensaje político, siempre presente en las obras de Estrada, se pierde en este mar de absurdos. Lo que debería ser una crítica mordaz al nuevo jugador en la escena política mexicana, Morena, se convierte en una sátira superficial y vacía, que no aporta nada nuevo a la conversación.

La duración de la película, innecesariamente larga, solo agrega a la frustración del espectador. Lo que podría haber sido un divertido sketch se convierte en una agonía de tres horas que se siente más como un castigo que como una experiencia cinematográfica.

En conclusión, ¡Qué Viva México! es una gran decepción. Lejos de ser una crítica audaz y mordaz a la política y la sociedad mexicanas, se convierte en una burla de sí misma, que deja al espectador con un sabor amargo y la sensación de haber desperdiciado tres horas de su vida. Es una lástima que un director tan talentoso y provocador como Luis Estrada haya perdido su rumbo de esta manera.

Nos queda la esperanza de que este patito feo de la filmografía de Estrada sea solo un traspié y que en el futuro nos entregue cintas que nos devuelvan la fe en su talento. Mientras tanto, quédense con La ley de Herodes y olviden que ¡Qué Viva México! existe. Porque, aunque suene duro, este es un filme que ni merece ser recordado ni, mucho menos, ser visto.

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Un mural que honra a las aves de Los Cabos. El proyecto artístico de Gibrana Nemer Naveda (I)

FOTOS: Sealtiel Enciso Pérez

**Tierra Incógnita**

Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Un hermoso día, exactamente a mediados de mayo, cuando se festeja a los docentes en todo México, elegí para trasladarme a San José del Cabo, la famosa ciudad lineal, y realizar la entrevista pactada con días de anticipación con la artista visual Gibrana Nemer Naveda. La cita tuvo lugar precisamente en donde está realizando una de las obras pictóricas más monumentales que se hayan hecho en Baja California Sur, en cuanto a un mural se refiere: El Mural de las Aves de Los Cabos, que cuenta con 160 metros de largo, (360 metros cuadrados en total), y la altura varía de 1.70 a 3 metros. Serían las 10 de la mañana, con el sol en todo lo alto, ofreciendo una claridad, pero también un inclemente castigo a quienes osábamos estar a la intemperie en esas horas.

 Estacioné mi carro a un costado de la Escuela Secundaria Antonio Mijares, sobre la calle Miguel Hidalgo, y de inmediato localicé a nuestra pintora, la cual portaba un hermoso sombrero de palma que se movía rítmicamente a la par de sus manos, mientras daba suaves trazos a las figuras que estaba pintando sobre una de las bardas del recinto educativo.

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En cuanto Gibrana me vio, se dibujó en su cara una sonrisa grande y expresiva. Me invitó a que me acercara. Platicamos un rato sobre el clima, la familia y sobre los últimos sucesos con amigos en común. Posteriormente, me invitó a que acercara un pequeño banquito que tenía cerca del lugar donde estaba pintando, y me invitó a que disparara la andanada de preguntas, ya que seguramente estaba ansioso por iniciar con la entrevista. Contesté que más que ansioso, estaba intrigado con las dudas que me fueron asaltando durante el trayecto que hice de La Paz hacia esta bella ciudad josefina, y que poco a poco se las iría externando para que me las fuera contestando con ese estilo afable y meticuloso que tiene para conversar, en donde cuida mucho no omitir detalles.

Gibrana es originaria de la ciudad de Toluca, Estado de México. Egresó de la Universidad Autónoma del Estado de México como Licenciada en Diseño Gráfico. Tal vez algunos se preguntarán, cómo fue que llegó hasta esta parte de nuestro Estado, y ella misma nos lo responde: El gancho que me trajo a Los Cabos fue hace ya muchos ayeres, por lo menos unos 7 años. En aquel entonces trabajaba en una fábrica de cuadernos y me enviaron a hacer una investigación de mercado a La Paz. Fue la primera vez que conocí el Mar de Cortés, desde que venía volando, me dije, en este lugar me está llamando algo, me quiere enseñar, y efectivamente, me llevé la grata sorpresa de que el lugar me encantó, me fascinó. A pesar de que fueron horas, porque en el mismo día hice el viaje de ida y vuelta, realmente yo sentí una conexión. Puede sonar muy extraño, pero deberás, sentí, en mi intuición, que el lugar me estaba llamando. Al poco tiempo, un amigo muy querido de nosotros, el doctor Jorge Gómez Leyva —quien tiene toda la vida viviendo en San José del Cabo—, fue a Toluca a tomar fotografías del Nevado, del volcán que tenemos allá. Nos lo presentaron, y cuando Jorge supo la actividad que realizaba Carlos, mi esposo, que es cetrero, y que soy diseñadora y artista visual (pintora), nos dijo Qué están haciendo aquí, váyanse a vivir a Los Cabos, allá van a tener un montón de trabajo, les va a ir muy bien. Total, que ese mismo año, a los pocos meses, tomamos un avión, y nos venimos acá, como decimos en mi tierra, a peinar el terreno. Nos venimos por doce días, y quedamos encantados con el lugar: la gente, la comida, sobre todo el lugar, nos llevamos grandes sorpresas, de ver que lo que nosotros buscábamos desde hacía mucho tiempo: tener contacto con la naturaleza, vivir en un lugar tranquilo, seguro, próspero; todo eso, lo tenía Los Cabos, así que, pues hicimos todos los preparativos, y ya llevamos aquí más de 3 años viviendo felices de la vida.

Escuchar a Gibrana, y ver su mirada y gestos tan expresivos, te lleva de la mano por un camino de emociones, hace que revivas cada uno de los momentos que relata, e incluso te vuelve un personaje más de la trama. No cabe duda de que es una persona que ha sucumbido, voluntariamente, al embrujo de estas tierras de Calafia.

Haciendo un gran esfuerzo y sobreponiéndome a la emoción, de forma instintiva, y muy a mi pesar, surgió mi instinto de reportero, y le pregunté: ¿Cómo fue que surgió el proyecto de pintar un mural para las aves de Los Cabos? Gibrana dio un largo suspiro y por un instante dejó de pintar, y observando un punto impreciso en el mural. Bueno para empezar, pues el amor por los animales, sobre todo al grupo de las aves rapaces, por el trabajo que hace Carlos. Como te digo, él es cetrero, y durante todos los años que llevamos juntos, siempre ha habido águilas en casa, y por esa razón es que he aprendido acerca del mundo de las aves. Posteriormente, al estar establecidos en esta ciudad, me encontré con la novedad de que se usaba la actividad de pajarear. En el centro del país, llaman pajarear a una persona que está muy distraído, como si la mente se fuera muy, muy lejos y no estaba poniendo atención. Pero resulta que aquí, pajarear es una actividad, donde literalmente las personas van en busca de aves para observarlas con binoculares, tomarles fotografías, identificarlas, conocer sus características. Pajarear me pareció como abrir la ventana a un universo paralelo, por ejemplo, en el Estero de San José del Cabo, en un solo día, podía observar treinta especies diferentes de aves. A mí me pareció de verdad esplendoroso poder tener la oportunidad de ver algo así, un mundo inmenso, increíble a unos cuantos pasos, ¡y gratis!

Pues, un día estaba pensando que me encantaría hacer algo relacionado con las aves. En Los Cabos, todo lo relacionado con el arte, tiene qué ver con los animales marinos: las tortugas marinas, las ballenas, los delfines, por supuesto, me encantan y los amo con locura, pero no hay nada relacionado con las aves. Entonces, me llegó una iluminación, hacer un mural o algo relacionado para homenajear a las aves de Los Cabos. Y ese momento llegó el año pasado, cuando un amigo mío muy querido, Isidro Delgado, que es cantautor allá en Toluca, un día me habla para decirme Gibrana, están lanzando una convocatoria para artistas de todas las disciplinas en Baja California sur. Acabo de leer la convocatoria y tú entras en una de las categorías, así que esta es tu oportunidad, sólo necesitas tener un proyecto artístico.

De inmediato vino a mi mente el mural de las aves de Los Cabos. Esta convocatoria se llama PECDA (Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico), y la organiza el FONCA (Fondo Nacional para la Cultura y las Artes). Participé en la categoría de Creadores con Trayectoria como Artista Visual. Metí todos los papeles, desarrollé el marco teórico de mi proyecto, y tuve la enorme fortuna de que, al mes de haber enviado toda la información, mi nombre salió publicado en la página del PECDA. Obviamente conté con la asesoría de mi amigo Isidro, él ha sido ganador en tres ocasiones del PECDA en el Estado de México.

No cabe duda, Gibrana, cuando te toca, ni aunque te quites, le dije. Esas palabras salieron desde muy dentro de mi corazón. Aproveché esta pausa para indagar por qué se  seleccionaron las bardas de la Secundaria Antonio Mijares para plasmar su mural. Fíjate que, para poder ingresar el proyecto, tienes que tener avanzado todo lo más posible. Entonces, vi varias opciones antes de ingresar los requisitos. Mi primera opción fue pintarlo en una pequeña barda que está en el centro de la plaza Antonio Mijares. Ahí hay una especie de escenario en donde hacen eventos públicos, y tienen una pequeña bardita, como para enmarcarlo. Pero después dije, híjole, a lo mejor la temporalidad ahí puede ser corta. Después se me ocurrió que estaría más padre en una institución pública, y entonces pensé en la secundaria Antonio Mijares la cual es muy famosa. Además, vivo enfrente, así que se me ocurrió darle vida a sus bardas. Vine a entrevistarme con el director y el subdirector de la secundaria, y se quedaron impresionados con mi propuesta. Dijeron que en los 60 años que tiene de existir esta secundaria, nunca había sido tomada en cuenta para un proyecto de estas dimensiones, y además agregaron, Si usted no gana el concurso, nosotros vemos cómo le conseguimos el material, pero usted por favor, desarrolle el proyecto. Y así fue entonces, con el permiso por escrito de las autoridades de la secundaria, me fui a la Dirección de Imagen Urbana de Los Cabos, con todos los documentos y, afortunadamente, aprobaron el proyecto. El permiso de la Dirección de Imagen Urbana no lo piden como requisito en el Concurso, pero para mí sí fue importante para que los jurados del PECDA vieran que la cosa se iba en serio, y sí estaba todo formal y bien hecho.

Al finalizar Gibrana su mensaje, me percaté que mi mente había viajado a los mismos sitios que estaba describiendo, y casi sentí la misma emoción de ella al saber que su proyecto era recibido con tanto júbilo. Casi de manera automática le hice la siguiente pregunta: ¿cuál es el mensaje que quieres transmitir a través de tu mural? Conforme desarrollo el proyecto, se han ido agregando objetivos, y es algo que me ha parecido magnífico, sobre todo por la respuesta de la gente. Uno de ellos es que se ha convertido en un trabajo educativo, porque ahora la gente pasa y pregunta: ¿Que ave está pintando? Y me dan el nombre de cómo se conoce localmente, en dónde lo han visto, si tienen nidos en su casa; que gracias a este mural se ha mejorado la imagen urbana de la calle, que ahora la gente se siente más segura al caminar sobre esta avenida. Es increíble, te lo juro que no es mentira, la banqueta se ha conservado limpia casi al 100% desde que inicié, no es que fuera un basurero antes, por supuesto que no, pero sí había. Hay como unas pequeñas jardineras pegadas en la banqueta, y casi siempre ahí había justo algo de basura, envolturas, algún cubrebocas por ahí tirado, y ahora nada, todo el tiempo está limpio, entonces no sé si eso fue como una respuesta sociológica inherente al proyecto que estoy desarrollando o les nació hacerlo por su cuenta, pero así es como ha sucedido. Casi sin pensarlo, le dije: Creo que sí, fíjate, creo que la gente, cuando empieza a ver algo que se hace con tanto cariño, con tanta pasión, y sobre todo que embellece la comunidad, pues la gente se enamora y respeta.

Cuando los maestros de esta secundaria se enteraron de que estaba realizando el mural —continuó Gibrana entusiasmada— , pidieron a sus alumnos que, aunque estuviera aquí
trabajando, salieran a tomarse una foto con una de sus aves favoritas, de las que ya estaban pintadas, para que investigaran sobre ella, dónde localizarla, su alimentación, sus hábitos, etcétera. Entonces, durante un lapso de unas dos semanas, estuve recibiendo grupos de alumnos para hacerme preguntas sobre todo lo que te acabo de decir, y me sentí cobijada por tanto interés y respeto por el trabajo, porque a pesar de que los alumnos no han podido sumarse como voluntarios para ayudarme, lo sienten ya propio, ya sienten que pueden proteger la obra tal cual. He recibido gran cantidad de respuestas de afecto: me regalan agua, tortas, pan, barritas de granola, ¡bueno, una cosa impresionante!
No sé si sería por la resolana o las emociones que estaban a flor de piel en este momento de la entrevista, pero hubiera jurado que en los ojos de Gibrana se asomaban unas tímidas lágrimas, tal vez producto de la emoción que siempre embarga a los artistas cuando dan todo su ser en una obra. Hice como que buscaba una inexistente botella de agua, para respetar ese momento.

Al cabo de una breve pausa, le pedí a Gibrana que me explicara cómo eligió a las aves que está representando en su obra. Me comentó: Ah, mira, tengo dos amigos, de mis mejores amigos, y coincide también que son fotógrafos especialistas en aves. Uno ya te lo había mencionado, es el doctor Jorge Gómez Leiva, y el otro es Miguel Ángel Cruz Ramos. Ambos son pajareros, casi expertos en conocer las aves de Los Cabos. Un día nos sentamos a ver una Guía de Aves de Los Cabos, y si era una buena referencia para utilizarla en el mural.  Como primer punto, iniciamos por el orden de las aves. Me imaginé como si estuviéramos haciendo visualmente un recorrido panorámico del municipio de Los Cabos, iniciando por la Sierra de la Laguna, después la ciudad, posteriormente el Estero de San José, que es para nosotros nuestra reserva ecológica más importante, y después la playa. En ese recorrido visual panorámico, ubicamos en la Sierra de la Laguna a la mayoría de las aves rapaces, en la guía de las de las aves de Los Cabos, así viene esa clasificación, entonces este fue el primer grupo: los halcones, las águilas, el caracara, el águila pescadora, aguililla de Harris, pero también me hacían falta, los búhos. En la Sierra de la Laguna tenemos búho virginiano, lechuza de campanario, y entonces dije, bueno, aunque no aparezca en la guía de aves de Los Cabos, sí las voy a pintar, porque también es importante que la gente sepa que todas estas aves, ni son brujas, ni se llevan a los niños, ni te van a arrancar los ojos. Todas las connotaciones maléficas, que les han colgado a estas pobres aves; la gente debe saber que son muy valiosas para el ecosistema, como todo el resto del grupo de aves, pero estás en particular son aves que, si las llegamos a ver, quiero decir que seguimos viviendo en un lugar sano, el día que ya no veamos águilas, ese día sí nos vamos a tener que preocupar.

En el siguiente grupo están las aves, semiurbanas o paseriformes, que se refiere a las aves que cantan. Me refiero a ellas como semiurbanas, porque tanto las podemos localizar en la Sierra de la Laguna, como en la ciudad. Por ejemplo, los cardenales, el colibrí de Xantus, el cenzontle. Luego dejé un espacio en blanco, justo en el medio, que divide las cuatro sesiones, y donde voy a poner todos los nombres de las aves. El siguiente grupo de aves, son las aves del Estero, aquí empezamos a ver aves marinas. Otra ave muy importante, es la mascarita peninsular, que sólo la podemos encontrar en el Estero, las cercetas, las gallaretas, las garzas, y para finalizar, con las aves playeras, donde vemos a los pelícanos, las gaviotas, los ibis, las fragatas, las golondrinas marinas, el gallito marino. Me hicieron favor de cederme los derechos de uso de las imágenes, tanto Jorge como Miguel. También como tengo contacto con la organización que creó las Guías de Aves de Los Cabos, trabajo con ellos como diseñadora gráfica; me hicieron favor de que aquellas ejemplares que ni Jorge ni Miguel tenía fotografiados, Juan Carlos Cantú me prestó todas las ilustraciones científicas que me hicieron falta, y así cubrí perfectamente todas mis imágenes de referencia.

Al escuchar la forma tan emotiva en que mencionaba los nombres y características de estas aves que representa en el mural, decidí aprovechar el momento para hacerle una pregunta incómoda, ¿cuál es tu ave favorita y por qué decidiste incluirla en el mural? Sin embargo, sin disminuir un ápice al ritmo de la charla contestó: Tengo dos aves favoritas, unas son las aguilillas de Harris, porque es la especie con la que trabaja Carlos, y pues porque es con las que yo estoy más familiarizada. Las águilas de Harris son majestuosas. La segunda, es el águila pescadora, porque cuando llegamos aquí por primera vez, nos dijo Jorge, nuestro amigo, váyanse al estero y van a ver al águila pescadora que siempre hay una, hay una que siempre se percha en tal palo de palmera seco, pues llegamos y todo, pero en la fecha en la que nosotros venimos, es justo cuando las aves migran, y no vimos a ningún águila pescadora esa vez. Pero ya cuando nos venimos a vivir acá, lo primero que hicimos fue ir al estero a ver águilas pescadoras, y cuando la vi por primera vez bueno, se me calló la boca al piso. Es un animal enorme, bonito, tan perfecto, yo a ella le llamó siempre como Su Majestad.

A continuación, pasamos a un punto donde Gibrana es una gran conocedora, le pregunté sobre la técnica y los materiales que estaba utilizando para pintar este mural. Comentó que estaba utilizando pintura vinílica para exteriores. La marca comercial Comex le patrocinó sus materiales. También utilizaba sellador acrílico para preparar las paredes, y para el trazo de las de las imágenes usaba carboncillos. Las imágenes de referencia, las imprime en papel fotográfico para tener la coloración lo más apegado a la realidad. Al final, me dijo, voy a requerir sellador anti graffiti, porque quiero protegerlos para prevenir posibles daños. En este punto te comento que es muy probable que solicite el apoyo de la ciudadanía a través de una página de Facebook de donativos para poder sufragar el costo de este último material. En este punto le expresé a Gibrana que estaba seguro de que la ciudadanía sudcaliforniana cooperaría con mucho gusto puesto que sabemos apreciar las obras que se hacen por el bien común.

Momento seguido, le pregunté si los colores que utilizó en la obra tienen algún significado en particular. Me apegué al ecosistema donde están ubicados los grupos de aves, por ejemplo, en el caso de la Sierra de la Laguna, utilicé una gama de verdes y tres tipos de azul. En las aves semiurbanas, continúe con la misma gama de verdes para dar la representación de toda la vegetación que tenemos aquí dentro en San José del Cabo. En el Estero, representé con más claridad los cuerpos de agua, con los mismos azules que estoy utilizando en los cielos de los otros ecosistemas, que al final van a terminar utilizándose para representar el mar. Así que mi paleta cromática la identifique como si fuera a pintar al óleo, y consiste hasta ahorita de 18 colores más o menos

La entrevista continúa, mañana la segunda entrega, no te la pierdas.

Esta publicación obtuvo el Premio Estatal de Periodismo 2023, que organiza la ARSAC, en la categoría de Entrevista

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Las redes sociales como espacio para compartir la historia

Tierra Incógnita

Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Las redes sociales se han convertido en una herramienta fundamental para la difusión de la historia en todo el mundo. Desde la aparición de plataformas como Facebook, Twitter e Instagram, la cantidad de contenido histórico disponible en línea se ha multiplicado exponencialmente.

La importancia de las redes sociales en la difusión de la historia es innegable. En la era digital, las redes sociales permiten a los historiadores, investigadores y aficionados compartir información y conocimientos sobre la historia de una manera más accesible y rápida que nunca antes. Además, las redes sociales tienen la capacidad de llegar a audiencias masivas en todo el mundo, lo que significa que el conocimiento histórico se puede difundir a una audiencia más amplia que nunca antes.

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Según un estudio de Hootsuite, en el que se analizaron 1.000 millones de publicaciones en redes sociales en 2019, los principales temas de historia que atraen a las personas en todo el mundo son la Segunda Guerra Mundial, el Holocausto, la Revolución Industrial, el Imperio Romano y la Guerra Fría. Estos temas son de gran interés para el público general, lo que indica que existe un gran apetito por la historia en las redes sociales.

En cuanto a las redes sociales donde se publican más artículos de historia, Twitter es una plataforma especialmente popular. Un estudio de la revista Journal of Digital Humanities encontró que Twitter es la plataforma más utilizada por los historiadores para compartir contenido histórico, seguida de cerca por Facebook y Instagram. En Twitter, los historiadores a menudo utilizan hashtags específicos para hacer que sus publicaciones sean más accesibles y fáciles de encontrar para las personas interesadas en temas específicos.

​Otro estudio realizado por la plataforma de redes sociales Hopper HQ encontró que el contenido histórico es particularmente popular en Instagram, con hashtags como #history, #historia y #worldhistory utilizados en millones de publicaciones en la plataforma. Además, muchos museos y galerías de arte han comenzado a utilizar Instagram como una forma de compartir contenido histórico con sus seguidores.

En cuanto a la cantidad de artículos de historia que se publican en el mundo, es difícil precisar un número exacto. Sin embargo, una revisión de la plataforma JSTOR, que aloja miles de revistas académicas, encontró que en 2019 se publicaron más de 46.000 artículos en revistas de historia. Además, con la creciente popularidad de los blogs y otros medios en línea, es probable que la cantidad total de contenido histórico disponible en línea sea mucho mayor.

Las redes sociales son una herramienta vital para la difusión de la historia en todo el mundo. La popularidad de los temas históricos, la prevalencia de los hashtags históricos en las redes sociales y la cantidad de artículos de historia publicados en línea indican que existe un gran apetito por el conocimiento histórico en las plataformas de redes sociales.

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