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El Renacimiento de un Edén en Baja California Sur: El Coromuel

Tierra Incógnita

Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). A tan solo 4 kilómetros al norte del histórico puerto de La Paz, en Baja California Sur, un tesoro natural de aguas cristalinas y arena dorada espera ser descubierto: el Balneario El Coromuel. Este pequeño paraíso costero, resguardado con esmero por la naturaleza, esconde en su historia una mezcla fascinante de leyendas y esfuerzos humanos que han dado forma a uno de los destinos más emblemáticos de la región.

En sus inicios, esta joya oculta era conocida como “Glorieta Ideal”, una playa resguardada de dimensiones modestas, pero de gran belleza. Sin embargo, la esencia del lugar tomaría un nuevo nombre y un nuevo significado al adoptar la leyenda tradicional de La Paz, registrada en los escritos de don Adrián Valadés durante las últimas décadas del siglo XIX. El nombre El Coromuel resonaría con un eco de misterio y arraigo cultural.

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La transformación de El Coromuel en un espacio público comenzó a tomar forma en la década de 1930, cuando se emprendió la construcción del camino La Paz-Punta Prieta. Este sendero, trazado por la orilla de la playa, fue una iniciativa destacada durante la administración del General Agustín Olachea Avilés (1929-1931). El Teniente Coronel Luis Bistrain, al mando de una compañía del 5º Batallón, se encargó de la construcción, y el camino pasó por el lugar que pronto sería conocido como El Coromuel. Esta visión de convertirlo en una playa pública y un centro turístico ya comenzaba a germinar en la mente de los visionarios.

No fue sino hasta el 12 de enero de 1938 que las instalaciones anexas al balneario empezaron a tomar forma bajo el gobierno del Teniente Coronel Rafael M. Pedrajo. La fecha del 1 de mayo del mismo año marcó la inauguración de este paraíso costero, con instalaciones que incluían un restaurante, una terraza cubierta para baile y un estacionamiento. Acompañando la belleza natural del lugar, se erigieron detalles ornamentales y funcionales, como una plataforma para bailes y casetas para los bañistas.

La expansión de El Coromuel continuó a lo largo de los años, especialmente durante el mandato del General de División Francisco J. Múgica, cuando se consolidó como Parque y Balneario El Coromuel entre 1943 y 1945. Sin embargo, el destino de este rincón idílico cambió cuando, a partir de 1945, fue concesionado a particulares con fines lucrativos, siendo el primero el Sr. Arturo Sotelo y Canett. Desde 1955 hasta aproximadamente 1970, El Coromuel floreció como un destino turístico apreciado tanto por los lugareños como por los visitantes nacionales.

A pesar de su éxito inicial, el balneario cayó en desuso durante algunos años, experimentando un deterioro considerable debido a la falta de atención. En mayo de 1985, don Alfonso Navarro tomó las riendas del lugar y realizó obras de remodelación, incluyendo la introducción de un emocionante tobogán temporal. Bajo su administración, El Coromuel fue destinado para beneficiar a la institución de servicio social, DIF del Municipio de La Paz.

El balneario experimentó altibajos en los años posteriores, y su destino parecía incierto hasta que, en marzo de 2007, con la remodelación del malecón costero de La Paz, se anunció una revitalización completa. Un proyecto ambicioso fue trazado para convertir El Coromuel en un Centro de Recreación de primer nivel. Las construcciones originales fueron demolidas, la superficie fue ampliada y una visión grandiosa se materializó en una torre con faro marítimo, áreas recreativas, locales comerciales, restaurantes, un arrecife artificial, muelles y ¡cinco toboganes!

Esta majestuosa transformación fue llevada a cabo gracias al esfuerzo conjunto de la API-BCS, la Secretaría de Turismo Federal y el Gobierno del Estado de Baja California Sur. Aunque el proyecto no se completó según las expectativas originales y los toboganes no llegaron a funcionar, el conjunto arquitectónico diseñado por el Arquitecto Alejandro D’Acosta López y estructurado por el Arquitecto Jesús Prado Rivas se convirtió en una obra galardonada con el Premio Obras CEMEX 2009 en la categoría de Urbanismo a nivel nacional, y obtuvo el segundo lugar en la categoría de Infraestructura y Urbanismo a nivel internacional.

Hoy en día, El Coromuel es una realidad que brilla con luz propia. Aunque no cumplió todas las aspiraciones originales, este destino turístico ha recuperado su esplendor y se mantiene como un testimonio tangible del esfuerzo humano por crear un oasis de relajación y esparcimiento en la costa de Baja California Sur. Cada ola que besa su orilla y cada sonrisa que se dibuja en el rostro de sus visitantes atestiguan la resiliencia y la creatividad del espíritu humano que ha dado vida a esta maravilla costera.

Bibliografía:

Ibarra Rivera, Gilberto (2018). La Paz, ciudad y puerto mexicano. Origen, proceso histórico y símbolos emblemáticos. Instituto Sudcaliforniano de Cultura. Archivo Histórico Pablo L. Martínez. La Paz, B.C.S.

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, ésto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




Patrimonio en lienzo: Un Homenaje a la Arquitectura de Baja California Sur

Tierra Incógnita

Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). El día de ayer, 8 de septiembre de 2023, a las 18:00 horas, el Museo de Arte de Baja California Sur (MUABCS) se iluminó con la magia de la Exposición de Pinturas PATRIMONIO EN LIENZO: Un Homenaje a la Arquitectura de Baja California Sur. Esta muestra excepcional nos sumerge en un viaje visual y artístico, guiándonos a través de la majestuosidad y la belleza de los monumentos arquitectónicos que caracterizan a esta región de México. La exposición es una colaboración entre la talentosa artista Sandra Fiol y la asesoría histórica del Mtro. Sealtiel Enciso Pérez, lo que le otorga un profundo valor cultural y estético.

La exposición consta de 20 cuadros desarrollados con la delicada técnica de la acuarela. La elección de esta técnica no es casualidad, ya que la acuarela permite capturar la luz y la atmósfera de los lugares retratados de una manera única. Cada pincelada revela la transparencia y la fluidez del agua, lo que les da a las obras una sensación de frescura y luminosidad.

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Cada cuadro en la exhibición es un homenaje a un sitio emblemático e icónico de Baja California Sur. Desde las misiones históricas hasta los majestuosos paisajes costeros, Sandra Fiol ha logrado capturar la esencia y el encanto de estos lugares con una maestría impresionante. Sus obras nos transportan a través del tiempo y el espacio, permitiéndonos apreciar la riqueza cultural y arquitectónica de esta región.

Una característica destacada de esta exposición son los textos que acompañan a cada pintura. Estos textos, elaborados con la meticulosidad de un historiador, proporcionan información valiosa sobre la historia de los recintos históricos de Baja California Sur. El Mtro. Sealtiel Enciso Pérez, conocedor de la historia de la región, ha brindado su conocimiento y experiencia para enriquecer aún más esta experiencia artística. Cada obra se convierte así en una ventana a la historia, revelando secretos y narrando cuentos olvidados que dan vida a estos lugares.

Uno de los cuadros más destacados de la exposición es el Templo de la Misión del Apóstol Santiago de los Coras Aiñiní. Esta obra maestra de acuarela captura la esencia de la histórica misión, fundada en 1721, y su entorno natural. La habilidad de Sandra Fiol para resaltar los detalles arquitectónicos, como los arcos y las columnas, es impresionante. La suavidad de las sombras y la elección de colores cálidos transmiten una sensación de serenidad y quietud que invita a la reflexión sobre la historia y la espiritualidad del lugar.

La exposición también incluye obras que exploran la arquitectura vernácula de la región, como las pinturas de las casonas tradicionales de La Paz. Estos cuadros nos transportan a un pasado donde la arquitectura era una expresión de la cultura y el estilo de vida de la época. La atención meticulosa a los detalles arquitectónicos y la elección de colores terrosos nos permiten apreciar la belleza de lo cotidiano.

En PATRIMONIO EN LIENZO, Sandra Fiol logra lo que solo los grandes artistas pueden hacer: trascender el lienzo y crear una conexión emocional con el espectador. Cada pincelada es una declaración de amor a la riqueza cultural e histórica de Baja California Sur. La colaboración con el Mtro. Sealtiel Enciso Pérez agrega profundidad y autenticidad a la obra, convirtiendo esta exposición en un verdadero tesoro artístico y cultural.

Esta exposición no solo celebra la belleza de la arquitectura de Baja California Sur, sino que también nos invita a reflexionar sobre la importancia de preservar y valorar nuestro patrimonio histórico. Cada cuadro es un recordatorio de que la historia está viva en estos lugares y que es nuestra responsabilidad protegerlos para las generaciones futuras.

En resumen, PATRIMONIO EN LIENZO: Un Homenaje a la Arquitectura de Baja California Sur es una exposición que trasciende el arte y se convierte en una experiencia emocional y cultural. Sandra Fiol y el Mtro. Sealtiel Enciso Pérez nos brindan una oportunidad única para explorar la belleza y la historia de esta región a través de la acuarela y la erudición histórica. Esta muestra es un homenaje merecido a los tesoros arquitectónicos de Baja California Sur y una invitación a todos a apreciar y preservar nuestro patrimonio cultural. No se la pierdan; es una joya que brilla en el mundo del arte contemporáneo.

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La Casa del Rey: Testigo de la Historia en el Corazón de La Paz

Tierra Incógnita

Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). En el corazón del puerto de La Paz, Baja California Sur, se alza un misterio arquitectónico que ha desafiado el paso del tiempo y ha sido testigo de los turbulentos acontecimientos que han marcado la historia de la región. Conocida también como Casa Real o Casa de su Majestad, esta construcción colonial resguarda secretos y anécdotas que revelan su importancia en la historia de Baja California Sur.

Aunque la fecha exacta de su construcción permanece envuelta en el velo del tiempo, las huellas escritas en los archivos coloniales permiten rastrear los pasos de esta edificación. Su nombre sugiere que estuvo vinculada con la Real Hacienda de Santa Ana, el epicentro económico y administrativo de la región en ese entonces. Ubicada en el Departamento del Sur, esta casa era un reflejo del almacén real que, a partir de 1769, estaba bajo el control del comisario real.

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El puerto de La Paz, en aquel entonces deshabitado, pero estratégicamente importante para el comercio y el desembarco de mercancías, fue el lugar elegido para erigir este edificio. Los registros históricos testimonian que esta edificación servía como depósito de bienes y productos, y su presencia en el paisaje del puerto era innegable.

Una pista valiosa sobre la Casa del Rey la aporta don Adrián Valadés en su obra Temas históricos de Baja California, Valadés recopiló información de escritos propios que habían aparecido en el periódico La Paz entre los años 1893 y 1894. En estos escritos, se menciona que, en 1811, cuando el ex militar Juan José Espinosa recibió permiso para establecerse en la zona, se le impuso la responsabilidad de cuidar la Casa de su Majestad. Este edificio, construido con piedra, ocupaba el mismo solar que previamente había albergado el cuartel de gendarmería rural durante la época del general Díaz. Sin embargo, la historia también relata que las fuerzas estadounidenses lo destruyeron en 1847.

León Diguet, otro autor importante en la historiografía local, en su obra publicada en 1912, resalta que la Casa del Rey fue una de las pocas construcciones edificadas con piedra que sobrevivió desde la época de las misiones. Además, señala que esta edificación, situada en el lugar que ahora ocupa la Casa de Gobierno, fungió como almacén, siendo testigo mudo de la historia que se desarrollaba en sus alrededores.

Don Pablo L. Martínez, durante los momentos críticos en la lucha por La Paz, identificó la Casa del Rey como el viejo cuartel. En el intento de recuperar la ciudad, el capitán Manuel Pineda lideró una valerosa acción en la que esta edificación desempeñó un papel crucial. Las luchas y el asedio quedaron inmortalizados en un dibujo de William R. Hutten que muestra el ataque de los sudcalifornianos desde el 16 de noviembre de 1847. Aunque esta edificación, que había sido previamente la Cárcel pública, ahora alberga la Escuela Secundaria José María Morelos y Pavón, y forma parte de la historia y del tejido urbano del Centro Histórico de La Paz.

Con el paso del tiempo, la edificación ha sido restaurada y reutilizada. En los años 60, albergó la Escuela Técnica Industrial No. 27, y más tarde, tras ser reconstruida, se convirtió en el Cinema La Paz. Tras un período de abandono, el edificio ha vuelto a la vida como un centro de entretenimiento, conservando así su conexión con las generaciones actuales.

La ubicación precisa de la Casa del Rey yace en el corazón mismo del Centro Histórico de La Paz, en la calle Belisario Domínguez entre 5 de mayo e Independencia. Esta estructura, que ha sido testigo de los vaivenes históricos y de los esfuerzos por preservar la identidad de Baja California Sur, trasciende el tiempo y sigue siendo un faro que guía a las generaciones presentes a través de las páginas vivas de la historia local.

 

Referencia

Ibarra Rivera, Gilberto (2018). La Paz, ciudad y puerto mexicano. Origen, proceso histórico y símbolos emblemáticos. Instituto Sudcaliforniano de Cultura. Archivo Histórico Pablo L. Martínez. La Paz, B.C.S.

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El Kiosco del Malecón: Un Símbolo de Identidad en la Historia de La Paz, B.C.S.

Tierra Incógnita

Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Baja California Sur, tierra de bellezas naturales y rica en historia, guarda entre sus memorias una estructura emblemática que ha perdurado a lo largo de los años: el Kiosco del Malecón. Construido durante el periodo de gobierno de Carlos M. Esquero (1925-1927), este kiosco forma parte de la historia arquitectónica de la región y ha sido testigo de diversas transformaciones a lo largo del tiempo.

El kiosco fue la última adición al proyecto de embellecimiento del malecón costero, una obra que se extendía frente al centro histórico, abarcando una longitud de 800 metros. Esta primera etapa del malecón quedó concluida e inaugurada el 16 de septiembre de 1926, y su ubicación original se encontraba en la desembocadura de la calle 16 de septiembre.

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Diseñado por Carlos Esquero Jr., la maqueta fue elaborada por el maestro Julián Galindo y su hijo Manuel Galindo. La construcción se llevó a cabo bajo la supervisión de los maestros albañiles Arnulfo Campos y Valente Andrade, quienes contaron con la ayuda de los peones Alejandro Cornejo y Juan Agruel, este último, posteriormente, distinguido como profesor de educación primaria y quien proporcionó estos valiosos datos.

La inauguración del Kiosco del Malecón se llevó a cabo el 5 de febrero de 1927, y desde ese momento se convirtió en el símbolo representativo de la ciudad. La gente se apropió de este lugar, convirtiéndolo en un punto de encuentro y esparcimiento para los habitantes y visitantes de la región. Durante tres décadas y media, el kiosco se mantuvo en el mismo sitio, hasta que inesperadamente, en 1963, fue demolido por orden del General Bonifacio Salinas Leal, quien ejercía el cargo de gobernador de la entidad durante el periodo 1959-1965. Esta decisión causó un gran lamento en el pueblo, que vio desaparecer uno de los íconos más queridos de la ciudad.

Sin embargo, la ausencia del añorado kiosco no sería eterna. En 1978, gracias a la determinación del Lic. Ángel César Mendoza Arámburo, primer gobernador constitucional del estado de Baja California Sur, y tras la remodelación de la explanada del malecón, se tomó la acertada decisión de reproducir arquitectónicamente el kiosco. Esta réplica fue construida a escasos metros de su sitio original, en el centro de la explanada, marcando un nuevo capítulo en la historia de esta emblemática estructura.

Hoy en día, el Kiosco del Malecón cumple un papel fundamental en la imagen costera del puerto y ofrece su funcionalidad para todo tipo de espectáculos masivos en la zona. Su restauración y ubicación estratégica han permitido que esta joya arquitectónica siga siendo un punto de referencia y un espacio de convivencia para los sudcalifornianos y aquellos que visitan la región.

Cada vez que alguien se acerca al Kiosco, lo hace con el respeto y el cariño que merece una estructura que ha sido testigo de la evolución de Baja California Sur. Es un símbolo de identidad y de unidad entre las generaciones, un lazo que une el pasado con el presente y nos invita a mirar hacia el futuro con esperanza y determinación.

​En las páginas de la historia de Baja California Sur, el Kiosco ocupa un lugar destacado, una pieza clave que refleja el espíritu y la esencia de la región. Su restauración y preservación son un recordatorio constante de la importancia de proteger y valorar nuestro patrimonio cultural y arquitectónico.

Así, el Kiosco del Malecón se mantiene firme como un testigo silente de la historia de Baja California Sur, una obra que encierra en sus muros los anhelos, las alegrías y los sueños de quienes han caminado a su alrededor a lo largo de los años. Es un símbolo que nos conecta con nuestro pasado, con nuestra identidad y con la esencia misma de esta hermosa tierra que llamamos hogar.

Referencia bibliográfica

La Paz, ciudad y puerto mexicano. Origen, proceso histórico y símbolos emblemáticos. Gilberto Ibarra Rivera.

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Monumento a Cuauhtémoc: Un Homenaje al Tlatoani Mexica en Baja California Sur

Tierra Incógnita

Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Baja California Sur, una tierra en la cual convergen personas de diferente filiación indígena, social, política, cultural, etc., alberga un monumento que rinde homenaje a uno de los líderes más icónicos de la antigua civilización mexica: Cuauhtémoc.

Ubicado en el extremo sur del jardín Cuauhtémoc, en el punto donde se bifurca el Paseo Álvaro Obregón con la calle Esquerro-Mutualismo, este monumento se alza como un testimonio de admiración y respeto por el último emperador azteca. Inspirado en los trabajos del destacado escultor Rómulo Pozo Peña, el monumento está formado por una estela en forma de prisma rectangular, elaborada en bloques de cantera perfectamente ensamblados.

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En las caras laterales, norte y sur, se encuentran esculpidas las figuras del héroe en bajo relieve, un diseño magistral creado por Víctor Ramos Pocoroba. En este magnífico trabajo artístico, Cuauhtémoc es representado portando el yelmo de Guerrero Águila, símbolo de su valentía y liderazgo.

En una mano sostiene un escudo con la heráldica de su nombre, Cuauhtémoc, cuya traducción del idioma náhuatl es el águila del crepúsculo. Aquí, el águila representa al sol, simbolizando el poder y la grandeza de la civilización azteca. En la otra mano, Cuauhtémoc porta una lanza con tres puntas, dos de ellas más pequeñas y una mayor, que simbolizan los procesos evolutivos de México: los indígenas, los criollos y los mestizos.

Esta última punta representa la nueva y grandiosa raza mexicana surgida de la mezcla de culturas. La base del monumento también es rica en simbolismo. Se encuentra el grifo 4 kin, símbolo del planeta Venus según los antiguos astrónomos de Xochicalco. El grifo, o lucero de la mañana, representa el anuncio de un nuevo amanecer, lleno de esperanza y renovación. Cuatro plumas en la base señalan los rumbos cardinales del universo, mostrando la conexión de Cuauhtémoc con el cosmos y la trascendencia de su legado.

Una parte significativa de esta obra es el uso del atuendo del águila del crepúsculo, que refleja la indumentaria de los antiguos mayas plasmada en las célebres lápidas de Yaxchilán. Esta elección destaca la influencia y las conexiones culturales entre las diferentes civilizaciones mesoamericanas.

El monumento se erigió en un día memorable, el 21 de marzo de 1990, y fue obra del talentoso escultor Carlos González Cázares, quien dedicó su habilidad artística para honrar la memoria de Cuauhtémoc y difundir su legado entre los habitantes de Baja California Sur. Fue entregado oficialmente a la comunidad sudcaliforniana el 3 de mayo del mismo año.

En la base del monumento, grabada con caracteres de eterna solidez, se encuentra una placa con los versos conmovedores del poeta José López Bermúdez. Estos versos expresan la grandeza de Cuauhtémoc como el primer mexicano de la historia y el ala que vuela eternamente, iluminando el cielo de cada día con su heroísmo y coraje.

El Comité Monumento Cuauhtémoc, A. C., compuesto por destacados ciudadanos como Víctor Ramos Pocoroba, Carlos Montero González, María Esther Cota e Irma Rosado Luna, trabajó incansablemente para que este proyecto se convirtiera en una realidad, un regalo eterno para las generaciones presentes y futuras de Baja California Sur.

El Monumento a Cuauhtémoc se erige como un símbolo de identidad, historia y orgullo para la región. Cada vez que los habitantes y visitantes contemplen esta imponente obra de arte, recordarán la grandeza de la cultura mexica y el legado indeleble de uno de los líderes más valientes de la historia antigua. Este monumento es mucho más que una estructura física, es un vínculo perdurable con el pasado, una ventana hacia la grandeza de nuestros antepasados y una inspiración para forjar un futuro lleno de respeto, valentía y unidad.

Referencia bibliográfica:

Ibarra Rivera, Gilberto. 2018. La Paz, ciudad y puerto mexicano. Origen, proceso histórico y símbolos emblemáticos. Gobierno del Estado de Baja California Sur, Secretaría de Cultura: Instituto Sudcaliforniano de Cultura: Archivo Histórico Pablo L. Martínez

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, ésto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.