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Qué es el derecho de vía y porqué se cobra impuestos a los anuncios espectaculares

Explicaciones Constructivas

Por Noé Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Cuando vamos manejando nuestro vehículo por alguna carretera y nos vamos acercando a una ciudad, salen a nuestra vista anuncios espectaculares de publicidad, regularmente de hoteles y cuando se acercan los tiempos electorales se ven las fotos gigantescas de los que tal vez, serán nuestras próximas gobernantes. A veces, entra por nuestra mente y por curiosidad, saber que se ocupa para poner alguno anuncio propio, cuanto dinero se usa en pagar al poseedor de la estructura donde va el anuncio y que se ocupa para conocer bien la reglamentación sobre el derecho de vía del camino por donde se encuentra el anuncio.

Uno de los territorios, mas comunes y de los cuales la mayoría de las personas desconocen, son el llamado: Derecho de Vía o Servidumbre de Tránsito. Estos, son terrenos que anteriormente, al menos en la República Mexicana, se donaban por la construcción de algún camino por parte del gobierno federal o estatal; y según se ha investigado no había ningún impedimento para que en caso de haber algún propietario que interfiriera en la construcción del camino, se negara la construcción del camino proyectado. A lo más que se llegaba, era a una expropiación de manera simbólica o alguna negociación con el propietario afectado.

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Fue así como, en el ya lejano 1972, se inició con la construcción de la carretera federal No. 1, o mejor conocida como carretera transpeninsular Benito Juárez, que al irse construyendo iba devorando una franja de 40 kilómetros en toda su construcción. Se dice de manera literal, que se iba limpiando de maleza y cortando cerros (donde se podía), para crear el derecho de vía que diera la certeza jurídica al gobierno federal, de que toda propiedad sobre esa franja es exclusivamente adscrita a su poder. El derecho de vía bien contemplado en la ley federal de caminos y puentes, específicamente en el artículo 2, apartado 3, dice textualmente: Derecho de vía: Franja de terreno que se requiere para la construcción, conservación, ampliación, protección y en general para el uso adecuado de una vía general de comunicación, cuya anchura y dimensiones fija la Secretaría, la cual no podrá ser inferior a 20 metros a cada lado del eje del camino. Tratándose de carreteras de dos cuerpos, se medirá a partir del eje de cada uno de ellos.

Como se dice en la citada ley, que esto también pasa en la mayoría de las legislaciones de las carreteras estatales, que el derecho de vía es una línea imaginaria paralela al centro o eje del camino y que va a una distancia equidistante de 20 metros desde dicho eje hacia ambos lados del camino; es por esto que esa franja de terreno es exclusivamente propiedad de la dependencia gubernamental, que se aprovecha muchas veces, como paso de postería de CFE y por donde también se transmiten líneas telefónicas o de fibra óptica entre otros usos exclusivos o bien concesionado a empresas privadas.

Otra de las reglamentaciones que marca o regulan este derecho de vía, son todos los terrenos limítrofes con la propiedad federal, donde cualquier persona particular que tenga un anuncio comercial qué de directamente con el camino, tiene la obligación de pagar los impuestos como si se tratase de un local comercial. En la página de trámites y ficha de uso y aprovechamiento de vía para la instalación de anuncios, vienen todos los requisitos que se deben de cumplir para poder tener estos anuncios, así también, los cobros de derecho para hacer uso del camino para fines publicitarios. Con todos los permisos en regla, creemos que los propietarios los rentan a buen precio cuando hay gran flujo de automovilistas, así tenemos que a la salida del aeropuerto internacional de La Paz y Los Cabos estos anuncios espectaculares publicitarios inundan el panorama y dan una bienvenida a los turistas.

En el caso de los caminos estatales, donde la Junta Estatal de Caminos, a cargo del gobierno estatal de Baja California Sur, también tiene la reglamentación similar y marca la misma distancia del eje del camino; pero un caso especial se tiene con la carretera estatal, que comunica el poblado pesquero de Las Barrancas con San Juanico, donde al parecer se construyó el camino pavimentado sin negociar el derecho de vía, y es que en actualidad uno de los principales obstáculos para la realización de una vía de comunicación no es precisamente el aspecto económico, sino la regularización de los terrenos por donde pasará la vía de comunicación. En la actualidad salen dueños que ni el gobierno se imagina y que mediante demandas con buenos abogados, ganan los pleitos, convirtiendo un costo altísimo por declarar el derecho de vía. Ya se acabaron los tiempos, como se explicó al principio, donde las personas donaban o recibían de forma simbólica la expropiación de sus terrenos para que pasara el camino, por el bien social.

Uno de los principales promotores de bloquear la construcción de carreteras y trenes, son precisamente los terrenos ejidales que en su momento el gobierno federal obsequió a persona para cumplir con los postulados de la revolución mexicana; qué de manera irónica, actualmente piden grandes cantidades dinero al mismo gobierno para ceder esa tan necesaria franja llamada: Derecho de Vía.

En algún artículo futuro, nos encargaremos de estudiar el caso del derecho de vía del camino de Las Barrancas a San Juanico, donde la población de esta última localidad, pide a gritos la llegada del servicio de energía eléctrica, que CFE por obvias razones, no quiere tener demandas millonarias por hacer uso de un suelo que tiene dueño y muchas veces dueños ejidales.

Escríbenos a noeperalta1972@gmail.com

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Las guerras entre los grupos étnicos originales de la California

 

Tierra Incógnita

Por Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). La península de Baja California es hermosa en paisajes tanto al interior como en sus costas. Sus sierras y llanos contrastan con el maravilloso blanco-azul de sus playas y mares, lo cual lo hace un lugar idóneo para habitarse desde hace miles de años. Sin embargo esta belleza que se aprecia aún hoy en día no bastaba para mantener en paz a sus habitantes sino que de forma frecuente se trababan guerras entre ellos con no pocas víctimas.

Al interior de las bandas o rancherías de pericúes, guaycuras y cochimíes se establecía un equilibrio más o menos permanente debido a la consanguinidad de los integrantes. Por lo general el grupo consistía en los ancianos que eran los ascendientes vivos más antiguos de este grupo y los demás hombres y mujeres eran sus hijos y nietos. También a estos grupos se sumaban hombres y mujeres de otras bandas que se unían a través de ceremonia de casamiento  o con una simple manifestación de intención de estar juntos. Lo anterior favorecía por un lado la renovación genética a efecto de evitar la concepción consanguínea, y por otro lado permitía el establecimiento de alianzas entre estos grupos lo que garantizaba el acceso a fuentes de alimento, agua y territorios que de otra forma estarían vedados.

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En ocasiones, las diferencias entre las bandas o rancherías se originaba por parcialidades y rencores de unas contra otras, como menciona Miguel del Barco. El origen de ellos eran, por poner algunos ejemplos, las relaciones sexuales no consentidas entre integrantes de diferente grupo, el penetrar en territorios y convertirse en competidores serios de los escasos recursos de alimento y bebida que había en ellos. Los jesuitas comentan en sus escritos que a veces estos conflictos eran por situaciones tan pueriles como negarse el saludo o tomar momentáneamente un objeto que pertenecía a otra persona. Una vez que se iniciaba el agravio las situaciones iban subiendo de tono ya que uno de ellos le infería alguna hostilidad o daño al contrincante y así sucesivamente. Al final, cuando alguno de los pendencieros consideraba que se le había infringido demasiado daño o que él estaba en desventaja para ofender al rival entonces procedía a llamar en su socorro las rancherías amigas, para dar todas juntas sobre las contrarias.

Los californios, sabedores de las graves consecuencias que podría acarrearle para su salud el hecho de ser herido en estos combates (rozones, heridas graves, luxaciones, fracturas, etc.) procuraba rehuir el enfrentamiento físico lo más posible. Simplemente hay que imaginarnos que en aquellos años, los diferentes grupos étnicos originales requerían de tener todos sus miembros y sentidos corporales en buen estado para arrancar al desierto el alimento y bebida necesaria, ya sea en el mar, la sierra o la llanura, y el hecho de tener alguna lesión los exponía a dejar de conseguir alimento mientras se curaban, o en el peor de los casos, a sufrir de una infección que desencadenara una gangrena o septicemia. Es por lo anterior que cuando los grupos habían decidido enfrentarse con otro, se encargaban de publicar a los cuatro vientos, de forma estruendosa, que estaban haciendo acopio de flechas, arcos, pedernales y demás herramientas, para hacer la guerra, y cerciorarse que la banda enemiga lo supiera. En muchas ocasiones este tipo de estrategia daba el efecto deseado y la banda menos fuerte ponía pies en polvorosa, huyendo.

Cuando se realizaba el combate entre estos grupos, el hombre más hábil para el manejo de las armas o conocedor del terreno donde pelearía y de técnicas de guerra, era el que tomaba el liderazgo (que sólo duraba durante este periodo de guerra). Los hombres, de cada bando, se organizaban en pelotones, los cuales se dirigían al terreno seleccionado para pelear entre grande algazara y gritería con el fin de intimidar a sus oponentes. Después de unos minutos en que ninguno de los bandos demostraba miedo o deseos de retirarse, venía la confrontación armada: por turnos, los pelotones delanteros iniciaban la lucha cuerpo a cuerpo o lanzándose flechas y otros objetos, y cuando este grupo se cansaba, se le acababan las flechas o simplemente se retiraban, el pelotón siguiente pasaba al frente a enfrentar al grupo oponente.

Según el jesuita Miguel del Barco, nos comenta en sus crónicas que las armas que utilizaban estos grupos para la guerra eran: el arco y la flecha, que dicho sea de paso, la mayoría de ellos eran expertos y podían acertar a objetos a distancias grandísimas, también utilizaban largos palos, como lanzas, a los cuales les endurecían la punta al ponerlas al fuego. Los cochimíes que vivían en las inmediaciones de la Misión de San Borja, y más al norte, también utilizaban una especie de picadera de cantero; por un extremo con pico y por otro la boca o hachuela de corte. También estos mismos grupos utilizaban una garrucha de pozo, de un palmo de diámetro, con su canalita en medio, y con su cabo, de palmo y medio de largo.

Durante estas guerras había muertos y heridos por ambos bandos, y si tomamos en cuenta que estos enfrentamientos eran constantes, podemos decir que constituían un mecanismo de selección natural en donde los fuertes, diestros y más hábiles sobrevivían. En conclusión, el sacerdote Miguel del Barco, el cual residió durante casi 32 años en la Misión de San Francisco Javier de Vigge-Biaundó, comenta que en estas batallas vencía, no quien tenía más destreza o más pujanza y valor, sino quien se mantenía más firme contra el miedo propio, o acertaba a infundirle al enemigo. Así crecían, y se hacían generales los rencores, las parcialidades y las guerras, al paso de unos y otros se disminuían con recíprocas muertes. Como bien comentamos al principio, la presión emocional y psicológica sobre el enemigo era el factor determinante para el triunfo de estos enfrentamientos, tal como lo es ahora.

 

Bibliografía

Historia General de Baja California Sur. I. La economía regional. Dení Trejo Barajas (Coordinación general). Edith González Cruz (Editora del volumen).

 

 




La vida neoliberal y el nihilismo como manera de perder el Nosotros

FOTOS: Internet

El librero

Por Ramón Cuéllar Márquez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Hace algunos años, allá por 1997, leí un libro de la doctora en filosofía Mercedes Garzón Bates, Romper con los dioses. Además del manejo de las ideas, cada capítulo venía acompañado de frases de John Lennon, a modo de epígrafes, lo cual me pareció novedoso causando empatía en mí, pues soy beatlémano. Lo leí en una tarde, de un solo y largo aliento. Puedo decir que lo devoré. Me hizo mucho sentido el despliegue de conceptos y de ideas sobre cómo los dioses han muerto, y no solo los dioses mitológicos, sino aquellos de la modernidad que nos han producido sentido en la vida, como el trabajo, el dinero, la mercancía. El nihilismo era el centro de sus observaciones filosóficas y planteaba que era la nueva corriente del pensamiento que nos estaba guiando como sociedad, aún más: como humanidad. Me hizo mucho clic más que como intelectual, como individuo atrapado en un sistema de pensamiento.

Mercedes Garzón Bates, grosso modo, propone una disyuntiva entre las viejas maneras de pensar por una transformación vital, donde las personas, autónomas, creativas pero no divididas, con una ética sin motivos, que no sea trascendente como lo plantea la cristiandad ni mucho menos demostrable y eficiente, que nace de la modernidad tan dada al rollo de la eficiencia y el cálculo de la ganancia empresarial, sino algo mucho más grande, que esté repleta de todos los sentidos que deje al individuo con su propia forma de ver el mundo.

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La semana pasada, colmado en este nuevo mundo de las redes sociales, leí un tuit del escritor Pedro Miguel que me llamó la atención y lo enlacé con aquel libro de Garzón Bates: Uno de los peores saldos del pensamiento neoliberal es la atomización de la sociedad en feudos, especialidades, grupos y, finalmente, individuos. Es decir, que el individuo se convirtió en lo más importante durante estas cuatro últimas décadas y en 1997 estaba en su apogeo el neoliberalismo en México, además de que el PRI perdía la mayoría en el Congreso y Cuauhtémoc Cárdenas ganaba la jefatura de gobierno del antiguo D.F. El país se movía, a pesar de los intentos de la oligarquía y los tecnócratas gatopardistas de que nada cambiara si no les convenía.

Así, el neoliberalismo segmentó las luchas sociales en partes separadas, bajo la consigna cada quien rásquese con sus propias uñas y obligó a miles a desentenderse de lo social-colectivo para centrarse en las causas individuales de grupos o personas, donde predominara el yo, mi necesidad, mi individualidad: una sociedad nihilista, en pocas palabras, tal como lo expone Garzón Bates. De ahí se entiende la extinción de las luchas sociales que exigían el bienestar de todos y con ello edificaron un sistema de ONG’s, sociedades, asociaciones que podían pedir dinero público para sostenerse, pero con ello vino también la eliminación de derechos laborales que obligaba al pensamiento de dar gracias de tener un trabajo, o en otras palabras, de dar gracias de ser un esclavo. El neoliberalismo exaltaba la individualidad sobre el colectivo, fue en suma la nueva esclavitud, bajo el lema de eres pobre porque quieres, a sabiendas de que la pobreza es un constructo histórico debido a la explotación, la marginación y la segmentación sociales, que incluye el racismo y el clasismo a todo lo que da.

Según el diccionario nihilismo viene de la palabra latina nihil, que significa nada, es decir, negación de todo principio religioso, político y social o negación de un fundamento objetivo en el conocimiento y en la moral. Por otro lado, también se trata de una corriente filosófica que piensa que todo se reduce a nada, que la vida misma no tiene sustento ni tiene sentido, pues todo lo que nos rodea, el universo mismo, ni vela ni piensa en nosotros, lo cual implica la negación de una deidad, donde no existe un destino ni un fin último y la verdad absoluta es una constructora de una realidad aparente.

El concepto como tal fue creado por el novelista ruso Iván Turguénev en su novela Padres e hijos en 1892, bajo la idea de una persona que no se somete frente a ninguna autoridad ni moral, ni civil ni religiosa, y se extendió en Rusia en las últimas décadas del siglo XIX, aunque con distinto sentido, pues mientras para los conservadores de la época era una ofensa, para los revolucionarios tenía una alta carga ideológica identitaria. El filósofo alemán Friedrich Nietzsche fue quien terminó dándole forma al término y el que dio cause para que se convirtiera en una corriente filosófica con el tiempo, pero también es verdad que tenía sus cimientes griegas en la escuela de los cínicos y los escépticos.

Hay que agregar que nihilismo, contrario a lo que muchos piensan, no significa necesariamente creer en nada, ni tampoco alguna forma del pensamiento negativo de la vida, o que esté asociado a esas células terroristas o al mismo narcotráfico; sé que con el paso del tiempo se ha ido adaptando al intercambio intercultural de las sociedades y, como todo intercambio, lo lingüístico no es ajeno a esos vaivenes. Hay quienes han intentado darle —sospecho que Garzón Bates— un sentido positivo, es decir, útil socialmente hablando, pero para el caso viene siendo lo mismo.

Volver a lo colectivo es necesario, donde dicho nihilismo esté dejando de tener sentido y que reescribamos nuestro tiempo desde el todos y no tan solo desde el yo. Urge que nos sacudamos el neoliberalismo que puso en el centro de todo la ganancia pretendiendo atomizarnos para que no nos defendiéramos de la explotación ni de una sociedad clasirracista que se había puesto en lo más alto de la pirámide como los dioses incuestionables. Obviamente, aquel libro de Mercedes Garzón Bates ya no me significa lo que en aquel año necesitaba: entender mi realidad, que es de lo que se trata a final de cuentas: comprender el instante.

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Ojos que no ven

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La inmortalidad del cangrejo

Por Lorena Durán Riveroll

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Hace muy poco tiempo en la historia humana que

conocemos el verdadero origen de muchas enfermedades infecciosas. Y antes de saber y entender qué era lo que nos enfermaba y que a menudo nos mataba, las enfermedades eran mucho más aterradoras.

Por milenios ignoramos todo lo que no podíamos ver, bajo la premisa lógica de si no lo veo, no existe. Y es obvio: no hay manera de estudiar lo que es completamente invisible para nuestros ojos. Y entonces se inventaron cuentos fantásticos y aterradores sobre las causas de muchas enfermedades; historias que frecuentemente se relacionaban con seres imaginarios, males de ojo, hechizos y brujería o castigos divinos.

Una pandemia que solo habíamos visto en películas

En enero del 2020, cuando empezaron a circular las noticias de un nuevo virus que estaba alcanzando proporciones pandémicas, casi nadie se alarmó verdaderamente. Pero quienes saben sobre historia, virus y pandemias sí que se alarmaron.

Cuando nos dimos cuenta de las dimensiones de esta enfermedad, quedamos atónitos. Muchos pensamos que jamás se había vivido algo así, que parecía película de ciencia ficción. Pero estábamos equivocados. Mucho antes de la Edad Media ya se habían presentado innumerables epidemias que extinguieron poblaciones humanas enteras, y seguramente ni siquiera hay registro de muchas de ellas. Además, sin duda también hubo enfermedades bacterianas y virales mortales mucho antes de los registros escritos.

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No hace mucho tiempo, un tercio de la población europea murió por una pandemia

Para el siglo XIV, varias ciudades europeas tenían una población mucho mayor a la que habían tenido jamás y vivían en condiciones extremadamente insalubres. El sudor, los piojos y las pulgas eran abundantes, libres y felices en cuerpos animales y humanos; las bocas perdían todos los dientes desde la juventud por descomposición y la halitosis era un problema generalizado. Y fue en Europa justamente donde la peste tuvo su origen.

La peste negra, enfermedad causada por la bacteria Yersinia pestis y conocida también como peste bubónica, se extendió rápidamente y llegó hasta Asia. ¿Cómo viajó? Por el comercio internacional. Una enorme variedad de productos se transportaban grandes distancias por tierra o por mar en cajas enormes. Y en estas cajas viajaban unos polizones: las ratas y sus pulgas, los vectores de la peste.

Los historiadores han calculado que durante el brote pandémico de la peste, entre los años 1348 y 1400, un tercio de la población europea perdió la vida. ¡Un tercio![1]

Esta era una oportunidad perfecta para declarar a los culpables política y religiosamente convenientes: la ira divina, el país enemigo, los migrantes, en fin; señalamientos no faltaron, al tiempo que las fosas comunes se desbordaban. Aquí y aquí se puede encontrar información muy interesante al respecto.

¿Y qué hay de la higiene y el lavado de manos?

Dos condiciones son básicas para mantener la salud: una alimentación balanceada y adecuadas medidas de higiene. Pero el lavado de manos y la limpieza en general no han sido características históricas de todas las culturas humanas.

En varias ciudades de Mesoamérica y en la mayor parte del mundo islámico se reconocía empíricamente la importancia de la higiene. Por esta razón, sus ciudades contaban con agua potable y sistemas de drenaje. Además, mantenían limpias las calles, se bañaban frecuentemente e incluso se lavaban los dientes y utilizaban enjuagues bucales. Probablemente a estas medidas se debe que la esperanza de vida era de alrededor de diez años superior a la media europea hasta los años 1800[2].

Sin embargo, en Europa occidental el aseo no era algo tan común hasta hace relativamente poco. De acuerdo con este artículo de la BBC, hace apenas dos generaciones que la normalidad en el Reino Unido era una ducha semanal. Además, un problema mayor era la falta de agua corriente; sin ella la ducha y el lavado de manos y materiales era complicado. Además, el agua con que se lava debe encontrarse en buenas condiciones, cualidad poco común en las grandes ciudades europeas de entonces porque el agua limpia de los ríos y arroyos se mezclaba con los desechos humanos y animales, y era esa misma agua la que se utilizaba para lavar, cocinar y beber.

Hasta muy cerca del siglo XX muchos hospitales europeos también carecían de medidas sanitarias. Al igual que los peluqueros, los cirujanos afilaban los bisturíes en sus botas, que estaban llenas de… bueno, de todo. No es sorpresa que la tasa de mortalidad intrahospitalaria era increíblemente alta, y los médicos no podían explicarse la razón.

Ellos salían del anfiteatro, después de trabajar sobre cadáveres con distintos grados de putrefacción, sin lavar sus manos o cambiar sus ropas e iban a la clínica a atender a los enfermos y las mujeres en trabajo de parto.

Por ese tiempo, un médico húngaro muy observador, llamado Ignaz Semmelweis, sugirió lavarse las manos con jabón y cloro al salir de la morgue para quitar el “olor de la muerte”. También propuso limpiar el material quirúrgico con fenol y, claro, no afilar los bisturíes en las botas. ¿Pero qué tontería era esa? De muy mala gana y nada convencidos, algunos médicos acataron las indicaciones y… ¡sorpresa!: los resultados hablaron por sí mismos y la mortalidad disminuyó dramáticamente en varios hospitales. No obstante, aún con esas nuevas cifras, muchos médicos de la vieja escuela consideraron que eso de andar lavando manos y material era una total ridiculez sin fundamento. Después de todo, no veían ninguna relación entre el mal olor de la podredumbre en sus manos y ropa con las infecciones en sus pacientes.

 

Ojos que sí ven

Por milenios nadie se imaginó que había un mundo vivo tan diminuto como lo son las bacterias y los virus. Hasta que, entre 1590 y 1609 se inventó el primer microscopio compuesto, es decir, un tubo con dos lentes sobrepuestas que conseguía una magnificación mucho mayor que una lupa simple. Los historiadores no se han puesto de acuerdo si fue el holandés Zacharias Jansen o el italiano Galileo Galilei el primero en hacerlo, pero, quien haya sido, inició una carrera que no se ha detenido. Esta carrerea consiste en el perfeccionamiento de lentes, prismas, espejos, fuentes y haces de luz que nos permiten cada vez mayores magnificaciones. Los microscopios, cada vez más sofisticados, nos han abierto las diminutas puertas al mundo invisible que seguimos descifrando. Este mundo está habitado por virus, bacterias, arqueas, hongos y protistas; una enorme diversidad de microorganismos que nos pueden enfermar o matar, pero que también producen una cantidad extraordinaria de sustancias que podrían ser claves para la cura de enfermedades como el cáncer.

La historia de la microscopía es tan interesante que bien vale la pena dedicar otro capítulo a ella. Por ahora solo resta preguntarnos cuántas cosas más hay que no vemos ni entendemos y que, con el tiempo y la investigación, un día serán el pan de cada día de generaciones futuras, y les parecerán tan obvias como a nosotros nos lo parece el lavado de manos.

(Muchos de los datos históricos presentados aquí se pueden encontrar de la manera más divertida en el súper recomendadísimo programa “Historias horribles”, de la BBC, aquí).

 

Literatura consultada

Benedictow, Ole J. La Muerte Negra. La catástrofe más grande de todos los tiempos. ESTUDIOS HISTORICOS – CDHRP- Año II – Noviembre 2010 – Nº 5. Disponible en http://www.estudioshistoricos.org/edicion5/0511LaPeste.pdf

https://www.infobae.com/historias/2020/03/20/la-historia-del-lavado-de-manos-de-los-cirujanos-que-afilaban-su-bisturi-en-las-botas-a-la-decision-de-usar-agua-y-jabon/

https://revistamedica.com/lavado-manos-importancia-historia/

 

[1]https://www.noticonquista.unam.mx/amoxtli/1949/1947

[2]https://arqueologiamexicana.mx/mexico-antiguo/medicina-y-salud-en-mesoamerica#:~:text=Los%20habitantes%20de%20Tenochtitlan%20recolectaban,refrescar%20el%20aliento%20ah%C3%AD%20mencionadas.

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Personalidad narcisista, cómo identificarla

Sexo + Psique

Por Andrea Elizabeth Martínez Murillo

 

La Paz, Baja California Sur (BCS).  Quién te va a querer cómo yo, eso que dices nunca pasó, te estás imaginando cosas, yo que he sacrificado tanto por ti y así me tratas, estás loco, yo no era, lamento que pienses que te lastimé, ya deberías saber cómo soy… frases tan comunes hoy en día que esconden un tipo de personalidad en específico, los narcisistas.

El narcisismo se define como una admiración excesiva y exagerada que siente una persona por sí misma, por su aspecto físico o por sus dotes o cualidades. Éste existe como rasgo de la personalidad o como un trastorno de la personalidad, aquí sus diferencias: las personas que han desarrollado una personalidad con rasgos narcisistas no necesariamente tienen el trastorno de personalidad. Los rasgos de personalidad representan patrones de pensamiento, percepción, reacción y relación que se manifiestan relativamente estables a lo largo del tiempo, mientras que, en el trastorno de la personalidad, estos rasgos son tan prominentes, rígidos e inadaptados que deterioren el funcionamiento personal, social o laboral1.

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El trastorno de la personalidad narcisista (TPN) se encuentra descrito en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM por sus siglas en inglés) el cual es propuesto por la Asociación Americana de Psiquiatría. En este manual, donde se explican los trastornos mentales, así como sus criterios para el diagnóstico, encontramos al narcisismo dentro de los trastornos de la personalidad; si bien en este artículo hablaremos de la personalidad narcisista, solo abordaré los criterios diagnósticos para su conocimiento. Cabe señalar que solo un profesional de la salud mental está calificado para diagnosticar un trastorno mental, por lo que el autodiagnóstico además de imprudente, puede resultar perjudicial para la salud.

 

Es importante mencionar que dentro de los trastornos de la personalidad2 existen múltiples trastornos, en donde sus características generales son:

  • Patrón de pensamiento o comportamiento que se desvía de las expectativas culturales.
  • El patrón perdurable es inflexible y dominante en una gran variedad de situaciones personales y sociales.
  • Es continuo y de larga duración.
  • No se explica el comportamiento o pensamiento por alguna enfermedad o uso de sustancias.

Los signos y síntomas del trastorno de la personalidad narcisista y la gravedad de los síntomas son variables. Revisemos cuales son los criterios diagnósticos del trastorno:

  1. Tiene sentimientos de grandeza y prepotencia (p. ej., exagera sus logros y talentos, espera ser reconocido como superior sin contar con los correspondientes éxitos).
  2. Está absorto en fantasías de éxito, poder, brillantez, belleza o amor ideal ilimitado.
  3. Cree que es “especial” y único, y que sólo pueden comprenderle o sólo puede relacionarse con otras personas (o instituciones) especiales o de alto estatus.
  4. Tiene una necesidad excesiva de admiración.
  5. Muestra un sentimiento de privilegio (es decir, expectativas no razonables de tratamiento especialmente favorable o de cumplimiento automático de sus expectativas).
  6. Explota las relaciones interpersonales (es decir, se aprovecha de los demás para sus propios fines).
  7. Carece de empatía: no está dispuesto a reconocer o a identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás.
  8. Con frecuencia envidia a los demás o cree que éstos sienten envidia de él.
  9. Muestra comportamientos o actitudes arrogantes, de superioridad.

A estos criterios descritos en el DSM-V, podemos sumarle lo siguiente para ejemplificar la personalidad narcisista:

  1. Necesidad de atención constante.
  2. Usar a los demás para beneficio propio sin medir consecuencias.
  3. Monopolizar las conversaciones y despreciar o mirar con desdén a personas que ellos perciben como inferiores.
  4. Esperar favores o trato especiales.
  5. Su tolerancia a la frustración no es mucha y no permiten ser cuestionados.
  6. Utilizan a los demás para lograr lo que desean sin importarles las consecuencias de sus acciones.

Al mismo tiempo, a las personas con trastorno de la personalidad narcisista o aquellas que tienen rasgos narcisistas en su personalidad, les cuesta enfrentar cualquier cosa que consideren una crítica y pueden3:

  • Ser impacientes o enojarse cuando no se las trata de manera especial
  • Tener notables problemas interpersonales y ofenderse con facilidad
  • Reaccionar con ira o desdén y tratar con desprecio a los demás, para dar la impresión de que son superiores
  • Tener dificultad para regular las emociones y la conducta
  • Tener grandes problemas para enfrentar el estrés y adaptarse a los cambios
  • Sentirse deprimidos y temperamentales porque no alcanzan la perfección
  • Tener sentimientos secretos de inseguridad, vergüenza, vulnerabilidad y humillación

Para ejemplificar mejor el razonamiento interno que tienen las personas narcisistas para con sus víctimas, recopilo un poema anónimo que está circulando en las redes, la oración del narcisista.

Aquello no sucedió.

Y si sucedió, no fue tan malo.

Y si fue tan malo, tampoco fue para tanto.

Y si fue para tanto, tampoco fue culpa mía.

Y si fue culpa mía, no era mi intención.

Y si era mi intención, fue porque te lo merecías.

Bajo la visión del narcisista, los demás solo sirven cuando le son convenientes; al no desarrollar empatía, no logran o quieren ver las necesidades y los sentimientos de los demás, y cuando se les hace ver un error, pueden caer en el victimismo o el chantaje emocional para manipular a sus víctimas y salir impunes. Además, el narcisista nunca se equivoca, para él o ella, los demás tienen la culpa, por lo que difícilmente pueden ver sus errores, lo que los aparta de la autorreflexión y la búsqueda de ayuda.

Si has podido identificar patrones de comportamiento o pensamiento con lo antes descrito, será importante tomar acciones pertinentes, ya que mantener este patrón de pensamiento o convivir con alguien que lo tenga puede ser muy desgastante. La psicóloga Gema Sánchez menciona que una de las claves para neutralizar a un narcisista es analizar la validez de lo que dice o hace, sin dejarse encandilar por el encanto que suele tener –o por la manipulación que quiera implementar–. Lo más importante es no temerles, ya que usualmente buscan intimidar a quienes lo confrontan5.

En el próximo artículo abordaremos a la pareja narcisista, así como sus orígenes.

Bibliografía

  1. Skool, A. (2019). Generalidades sobre los rastornos de la personalidad.

  2. Flores, J. (2010). Guía introductoria para el uso del DSM IV TR en la práctica de la psicología clínica

  3. America Psychiatric Association´s. (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorder (5th ed; DSM-5).

  4. Mayo Clinic. (2021). Trastorno de la personalidad narcisista.

  5. Sánchez, E. (2020). 5 afirmaciones para neutralizar a un narcisista.

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