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La risa no es propia del hombre (únicamente)

 

La demencia de Atenea

Por Mario Jaime

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). La risa es una afección, pensó Kant; es decir una emoción, una cualidad de una acción que modifica o influencia. Teólogos medievales aseguraban que la risa era propia del hombre, basándose en una frase de Aristóteles que aseguró que sólo el hombre ríe y es capaz de ello. Paradójicamente otros teólogos afirmaban que la risa nos acercaba a la animalidad. Toda la trama de El nombre de la Rosa de Umberto Eco gira en torno a esta ironía que de religiosa se trastoca en política.

En el siglo XX, Bergson -jesuita al fin y al cabo- volvió a subrayar que la risa era especifica y prueba de humanidad. El prejuicio no es propio de la Antigüedad ni de los cristianos, ya Nietzsche aseguró que el animal más sufriente de la tierra se vio obligado a inventar la risa.

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Desde entonces varios filósofos repiten como un mantra que sólo los humanos reímos como otra característica de superioridad casi mística. Isidoro de Sevilla afirmó que el Hombre es animal racional, mortal, terrenal bípedo y capaz de reír (… solo el hombre puede reír). Pues ni el hombre inventó la risa ni es el único animal que ríe. Según la definición de Isidoro, los orangutanes, los chimpancés, los gorilas, los bonobos, muchos monos, y hasta un loro serían hombres. Pues también razonan.

¿Cómo es posible que hayamos vivido junto a otros seres vivos durante más de un millón de años y sólo en el último siglo nos interesen de forma más o menos objetiva? ¿Es parte de una disonancia cognitiva o de las herramientas técnicas actuales las cuáles permiten conocer las neuronas? ¿O más bien sólo es propio de una ideología dominante actual porque seguramente los hombres del pleistoceno sabían más sobre la conducta animal? Dejo esta pregunta para un próximo ensayo.

Cualquier persona que haya tenido un perro o un mono sabe que estos ríen. Y los humanos sabemos eso desde hace milenios. Quizá la estética del mecanicismo cartesiano ha influido el pensamiento común en la modernidad, también mezclado con un idealismo religiosos en el que los animales no tienen emociones profundas, sino que son más bien máquinas determinadas, ¡Ah, pero el hombre no! El hombre es la quintaescencia, imagen y semejanza de Dios, bla, bla, bla… Idealismos, fantasmas que justifican un antropocentrismo exagerado. Es hora de borrar idealismos incompatibles con la realidad. Nada tiene sentido si no se estudia a la luz de la evolución.

Ya Charles Darwin teorizó sobre la risa en el capítulo 8 de su libro La expresión de las emociones en el hombre y los animales y describe como los simios antropoides ríen al sentir cosquillas en las axilas. Para Darwin no había diferencias fundamentales en las facultades mentales entre el hombre y los mamíferos superiores. Mariska Kret y otros investigadores describieron como los bebés humanos ríen como los chimpancés y esta risa cambia con el crecimiento individual. Los humanos adultos reímos exhalando mientras que tanto chimpancés como bebés humanos ríen inhalando y exhalando. Somos primates y con otros primates hay que compararnos.

Los biólogos consideran que la risa animal es una vocalización de juego. Winkler y Bryant (2021) acumularon evidencia empírica de vocalizaciones de juego en 65 especies, principalmente primates, carnívoros sociales como cánidos y mustélidos, roedores, felinos, cetáceos, elefantes, canguros y hasta vacas. Entres las aves se reconocen vocalizaciones específicas en loros, pericos y cuervos. Hay científicos que se dedican a la zooacústica y describen tonos, frecuencias, amplitudes de onda, duración de los gañidos, gruñidos, barritos, ladridos, chillidos, graznidos, trinos, clics, y demás vocalizaciones de juego. La evolución de la risa tiene que ver con la empatía.

Knutson et al. (1998) documentaron vocalizaciones ultrasónicas (USVs ~50 kHz) en las ratas juveniles Rattus norvegicus mientras jugaban y se asociaban con afecto positivo. Burke et al. 2018 identificaron diferentes llamadas que corresponden a maniobras tácticas especificas mientras juegan a luchar. La hipótesis es que la risa evolucionó de las vocalizaciones que a su vez evolucionaron de la respiración trabajada. Entre muchos monos del Nuevo Mundo -los platirrinos- las vocalizaciones de juego se describen como chirridos altos y silbidos (Cleveland and Snowdon 1982; Biben and Symmes 1986; Masataka and Kohda 1988). Los barritos nasales del elefante africano parecen coincidir con esta hipótesis. Los elefantes expelen estallidos de aire a través de la trompa durante el esfuerzo físico que realizan mientras juegan (Soltis 2010; Poole 2011). Sin embargo, Masataka y Kohda (1988) piensan que esas vocalizaciones evolucionaron de llamadas de juveniles o infantes hacia sus madres durante la alomaternidad o el cuidado parental. En estas especies, la convergencia evolutiva podría explicar una evolución independiente de las vocalizaciones.

En cuanto a las aves como los loros Nestor notabilis que ríen a carcajadas, aún faltan estudios para trazar hipótesis sobre la evolución de sus risas. ¿Habrán reídos los dinosaurios? Me imagino que sí. No todas las vocalizaciones de juego se deben interpretar como risas. Se han descrito tres diferentes vocalizaciones de juego en los titíes Callithrix jacchus. Entre los perros se han catalogado distintos jadeos, gruñidos y ladridos juguetones que hacen los animales según su estado de ánimo (Bekoff 1995; Simonet et al. 2005; Faragó et al. 2010). La naturaleza no sólo es dolor y supervivencia sino tiene visos de alegría y diversión gracias a ciertas capas cerebrales. ¿Reirán los pulpos por la piel, a colores?

Referencias

Biben, M., Symmes, D., Bernhards, D. (1989). Vigilance during play in squirrel monkeys. Am J Primatol. 17(1):41–49. doi:10.1002/ajp.1350170105.

Burke, C.J., Kisko, T.M., Euston ,D.R., Pellis, S.M. (2018). Do juvenile rats use specific ultrasonic calls to coordinate their social play? Anim Behav. 140:81–92. doi:10.1016/j.anbehav.2018.03.019

Cleveland, J., Snowdon, C.T. (1982). The complex vocal repertoire of the adult cotton-top tamarin (Saguinus oedipus oedipus). Zeitschrift Für Tierpsychologie. 58(3):231–270. doi:10.1111/j.1439- 0310.1982.tb00320.x.

Darwin, CR. (1872). The expression of the emotions in man and animals. New York: D. Appleto

Knutson, B., Burgdorf, J, Panksepp, J. (1998). Anticipation of play elicits high-frequency ultrasonic vocalizations in young rats. J Comp Psychol. 112(1):65–73. doi:10.1037/0735-7036.112.1.65.

Mariska, E., Kret, et al. (2021). The ontogeny of human laughter, Biology Letters.

Masataka, N., Kohda, M. (1988). Primate play vocalizations and their functional significance. Folia Primatologica. 50(1–2):152–156. doi:10.1159/000156341.

Poole JH. (2011). Behavioral contexts of elephant acoustic communication. In: Moss C, Croze H, Lee PC, editors. The amboseli elephants: a long-term perspective on a long-lived mammal. Chicago: University of Chicago Press; p. 125–161

Soltis, J. (2010). Vocal communication in African elephants (Loxodonta africana). Zoo Biol. 29 (2):192–209. doi:10.1002/zoo.20251.

Winkler, S. L., & Bryant, G. A. (2021). Play vocalisations and human laughter: a comparative review. Bioacoustics, 30(5), 499-526.

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Las cartas de Johann Baegert: La otra cara del libro negro de la California (II)

 

Colaboración Especial

Por Francisco Draco Lizárraga Hernández

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Al leer las cartas del padre Baegert, es posible percatarse de varias cosas que terminan por dar una imagen algo distinta a la que muchos tienen del misionero amargado e insensible. En primer lugar, un aspecto que llama mucho la atención es el gran cariño que sentía por su familia, pidiéndole a su hermano George, que tradujera sus cartas del latín al alemán para que todos pudieran saber que se encontraba bien de salud y muy contento de servir a Dios mediante su labor misional. Además, al leer la carta que escribió a su madre desde el puerto de Santa María, España, uno no puedo más que enternecerse con las palabras tan afectuosas que le dedica, particularmente con su afirmación de que, consciente que ya no la vería en vida al saber que su misión en América duraría muchos años, en todas las misas que oficiaba pedía por ella, y de igual manera él la invitaba a que rezara por él para que, de esta forma, pudieran volverse a abrazar en la eternidad ante la presencia de Dios Nuestro Señor.

Por otra parte, y contrariamente a lo que muchos pudieran pensar, en la segunda carta que escribió a su hermano George, aún en el puerto de Santa María, el padre Johann, dice explícitamente que después de enterarse de que se había asignado ir a servir en el reino de México, él pidió a Dios que lo enviaran como misionero a alguna de las fronteras jesuíticas, especialmente a Nuevo México o a la California. Posteriormente, en la carta que escribió durante la estancia que tuvo en la Ciudad de México, Baegert no sólo declara que su temor más grande era que, dadas sus aptitudes y cualificaciones para la docencia, hiciera que se quedara dando clases en los colegios de San Gregorio o San Ildefonso, en la capital, o en el aún inconcluso Colegio de San Javier, en Puebla. En contraste, en cuanto el padre Johann Anton Balthasar, provincial de la Compañía de Jesús en la Nueva España, le avisó al joven misionero que su apostolado sería en la California, el alsaciano dio gloria a Dios porque le otorgó la bendita California. En palabras del propio Johann Baegert: Sin haber dicho ninguna palabra al padre provincial –salvo las palabras comunes para saludar– me fue otorgada la bendita California. Digo California, porque de haberlo podido hacer, la hubiese escogido yo mismo. De las muchas misiones en la Provincia mexicana, es la que más viene a mi mente cuando pienso en una misión en el extranjero, y es lo que esperaba al dejar Europa. Pido a Dios su protección para esta labor.

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Con esto, el padre Johann Jacob Baegert, no sólo muestra que en ningún momento se sintió forzado a realizar una labor que a él le disgustaba, sino que inicialmente estaba muy entusiasmado por servir a Dios en las lejanas e ignotas tierras californianas. Si bien puede aducirse que aún no visitaba la California y que, hasta ése momento, todo lo que sabía de ella era por medio de los libros que circulaban en Europa –con todos sus errores e inexactitudes– y de los reportes escritos por los jesuitas que ya habían misionado en la península, especialmente los del padre Francisco María Píccolo. Éste último ignaciano de origen italiano, en sus cartas y reportes mantiene un tono muy optimista con respecto al potencial de la California; esto tal vez se deba a que estaba por un gran entusiasmo inicial debido a la fundación de las primeras misiones californianas, y porque tampoco vivió muchos de los acontecimientos más duros que enfrentaron los jesuitas durante su apostolado en la península, como la rebelión de los pericúes y las epidemias que diezmaron a los indígenas. Como es de esperarse, en cuanto el padre Baegert arribó a la California, y sobre todo al asumir su cargo en la misión de San Luis Gonzaga en el país de los guaycuras –el más árido y tórrido de la parte meridional de la península–, se percató de que el optimismo del padre Píccolo era desmesurado, lo cual lo molestó bastante.

En la primera carta que el padre Johann Baegert escribió a su hermano desde la misión de San Luis Gonzaga, enviada en septiembre de 1752, el misionero le cuenta la impresión que se llevó cuando recién llegó a éste sitio, llenándose de una profunda angustia al ver la desolación y aridez que imperaban en el lugar. Dado a que era evidente que el duro suelo mayormente de roca y la escasez de agua que existía en San Luis Gonzaga no permitirían un gran desarrollo agrícola y ganadero, el alsaciano le hizo saber a su hermano George que no se dejara engañar por los geógrafos europeos que jamás habían puesto un pie en la California y que sólo decían beldades de ella, o por los reportes del padre Píccolo, que exageraba el potencial de esta tierra. Por el contrario, Johann Jacob Baegert, afirmó a su hermano que la California es nada salvo innumerables rocas, y esto es lo que hallas en todas direcciones. Es una pila de piedras llena de espinas, porque esto es toda la California; esto quiere decir que, además de rocas y arbustos espinosos, no encontrarás nada más en la California; o para citar a las Escrituras, un peñasco sin caminos ni agua y lleno de espinas, erguido entre dos océanos. Asimismo, el padre Johann, luego de describir de manera muy general, la topografía, flora y fauna de los alrededores de su misión a su hermano, que en general le parecía agreste y espantosa, no tarda en comenzar sus observaciones sobre los nativos de su misión.

En contraparte a lo que puede interpretarse a partir de la lectura de las Noticias de la península americana de la California, en la correspondencia privada del padre Johann Baegert uno puede percibir que éste misionero, lejos de detestar a los californios, más bien tenía sentimientos encontrados hacia ellos; una combinación de condescendencia –en su sentido negativo–, lástima, frustración y, sorprendentemente, un ápice de admiración. Desde la primera carta que envió a su hermano George desde San Luis Gonzaga, el padre Baegert le dice a su hermano: De todo lo que has leído hasta el momento de éste país, pudieras llegar a la conclusión que el número de sus habitantes debe de ser pequeño, y que estos deben de ser gente depravada. Esto es verdadero. ¿Cómo puede existir cualquier ley u orden cuando carecen de lo más mínimo para su vida diaria, como el alimento, vestido y casa?.

Con esta cáustica introducción al carácter de los californios, el misionero alsaciano dedica las siguientes páginas de su primera epístola no solo a describir los usos, costumbres y particularidades físicas de los nativos de su misión, intercaladas con sus comentarios mordaces. En esta carta, Baegert da puntos de vista muy personales que no llega a plasmar en su libro, como lo es su muy personal frustración de que él, ante todo, estaba para servirles y ayudarlos en lo que necesitasen, como en darles comida y asistirlos en la enfermedad, pero que ellos simplemente no comprendían eso, y mucho menos mostraban el mínimo agradecimiento. Sin embargo, como lo menciona la maestra Nylsa Martínez en su excelente obra La California de Baegert, con todo esto Baegert no se convierte en un simple cronista, como lo había sido el padre Píccolo, sino que intenta comprender las causas por las que los californios habían llegado a su estado, planteando preguntas y explicaciones tanto a nivel geográfico, social y filosófico, convirtiéndose de esta manera en un etnógrafo y antropólogo; esto último si se entiende a la antropología como la ciencia en la que se estudia la naturaleza del ser humano desde un punto holístico, abarcando desde el aspecto biológico hasta el social.

Asimismo, al final de su primera descripción sobre los californios, el sacerdote alsaciano, contrariamente a lo pudiera pensarse, le comentó a su hermano que le dijera a sus hermanos de la Orden en Europa que no tengan miedo de ir a misionar al Nuevo Mundo; que por más miserable fuera la tierra en la que predicasen, o aún si los nativos fueran aún menos numerosos y más salvajes que los de la California, no se les debía de dejar solos, y por el contrario, había que ayudarlos material y espiritualmente. En palabras del propio Baegert: Mientras más depravado sea un pueblo, y mientras más miserable sea la tierra en la que viven, más digno es de compasión. No se debería de permitir que vayan de mal en peor, o que caigan del infierno temporal al eterno. […] Confieso que hasta el momento no me he arrepentido de haber venido aquí, y no sé cómo pudiese a llegar a sentir eso. Después de todo, vivo feliz, especialmente porque cada día me percato cada vez más como los jornaleros europeos pueden cosechar mucho y parecer muy importantes, pero tristemente no logran nada para ellos ni para su prójimo. Con esto, y en diametral contraposición a la opinión de don Pablo L. Martínez, el padre Johann Jacob Baegert no sólo deja claro que realmente valoraba su labor misional; y pese al agreste paisaje peninsular y a la fortísima incomprensión de él hacia los californios, lo movía un sentimiento de compasión hacia los nativos y un desprendimiento a los sentimientos egoístas que el percibía como imperantes en su natal Europa.

Ya en la parte final de su primera carta, Johann Jacob Baegert le relata a su hermano sobre los trabajos que inició para construir la iglesia y casa de la misión de San Luis Gonzaga, la cual aún era de adobe y estaba muy dañada por un reciente huracán, y mencionó que no le era difícil encontrar materiales dada la abundancia de rocas en las cercanías de la zona. De igual manera, también le da pormenores sobre su día a día, como lo era su rutina como religioso, su magra alimentación Además, contaba con el apoyo de su vecino, el padre Lambert Hostell, quien estaba a cargo en la misión de Nuestra Señora de los Dolores, seis horas hacia el este del sitio donde vivía. Gracias a las atenciones que le dio éste otro sacerdote alemán a Baegert, como regalarle frutas y visitarlo una vez al mes, y a su vez por la sincera abnegación que tenía hacia los californios de su misión, pronto el alsaciano llegó a estimarlo y admirarlo, siendo el único amigo, exceptuando al padre Franz Inama, que tuvo durante su apostolado en la California. Pese a todo, el padre Jacob Baegert explicitó a su hermano que en ningún momento sentía que su salud desfalleciese desde que llegó a la península, y tampoco sentía que lo invadiese una melancolía a pesar de su constante añoranza por su querida Alsacia y su familia, además de experimentar una profunda soledad ante la falta de gente con la cual conversar sobre sus temas de interés.

Ya en la segunda que el padre Johann Baegert mandó a Alsacia desde la California en 1755, el jesuita alemán le comenta a su hermano George su hipótesis sobre el origen de la península a partir de sus observaciones de grandes cúmulos de conchas de bivalvos y caracoles en los cerros del territorio de su misión. Partiendo desde una visión escolástica al aducir que la California no fue creada desde el comienzo del mundo, ni que tampoco se había formado luego del Diluvio, Baegert propuso que la península de Baja California debió de haber emergido del mar mucho después de éste último evento como consecuencia de un fuerte fuego subterráneo. En palabras de él: Donde hay tierra ahora, otrora hubo mar. Sin tener la más remota idea de la tectónica de placas, el padre Baegert en cierta manera llegó a algunos puntos correctos sobre la formación geológica de la península.

Luego de plantear esta hipótesis, el misionero le relató a su hermano los avances que había tenido en la evangelización de los californios, que en su opinión eran muy magros ya que la miserable condición de éste país tiene como resultado que sus habitantes caigan en una eterna pereza y en perennes tentaciones. Muy a su pesar, Baegert escribió que sentía que sus homilías y catequesis eran casi vanas a oídos de los nativos por más que se esforzara en enseñarles la doctrina cristiana en su propia lengua, esto debido a que mencionó que no lograban aprender ni memorizar los dogmas de la Iglesia. Contrariamente a los padres Píccolo y Clavijero, quienes sostenían que una buena parte de los indígenas de la California –especialmente los cochimíes–  aceptaban con gusto la nueva religión, el jesuita alsaciano afirmó en esta segunda carta que esto sólo era aparente, y afirmó que: Estoy firmemente convencido que si los trece misioneros repartidos en las doce misiones de la California dejaran el país, en ése momento desaparecería el Cristianismo de esta tierra, y ningún infante sería bautizado en el futuro. Tal es mi abismal juicio.

La desilusión del padre Jacob Baegert sobre los alcances de su apostolado, y el de los misioneros en general, en la California fue en aumento conforme pasaron los años. En las siguientes dos cartas que escribió a su hermano, enviadas en 1757 y 1761, con profunda impotencia le cuenta que le parece humanamente imposible que se logre un cambio en la forma de vida de los californios. Para Baegert, a no ser que por un milagro la California dejase de ser una tierra árida y miserable, no veía posibilidad de enseñar a los nativos una forma de vida más semejante a la europea dado a que era extremadamente difícil hacer que se volviesen sedentarios; esto como consecuencia del tórrido y estéril paisaje de la península. Ante esto, el alsaciano no sólo se lamentaba del grado de incivilización al que creía que estaban condenados los californios, sino que también llegó a la conclusión que la salvación de sus almas era algo a lo que él sentía que no estaba contribuyendo lo suficiente. Con lágrimas en sus ojos al momento de escribir su última epístola, Baegert le confesó a su hermano que por ominoso que pareciese, se sentía más consolado por la idea de los niños californios recién bautizados que morían al poco tiempo de recibir éste sacramento, y que gracias a esto eran remitidos al Cielo, que por aquellos a los que había visto crecer y que ya en la adultez se daban a la depravación y los vicios. Pese a esto, el misionero no se daba por vencido, y le confirmó una vez más a su hermano George que para él era una verdadera gracia de Dios el poder servir a la evangelización de esta gente consideraba como desdichada.

Pero aún si el padre Johann Baegert consideraba que los californios eran dignos de compasión, y aunque nunca lo explicitara textualmente en sus cartas o en sus Noticias, no cabe duda que no sólo llegó a maravillarse, sino a inclusive a admirar a los nativos de la California por ser felices pese a que carecían de prácticamente todo lo que para él, desde su visión europea, se consideraría indispensable. Como le escribió a su hermano en su penúltima carta: El californio muestra en su forma de vivir que no puede o no quiere mejorar. Por pobres y rudos que nos parezcan a nosotros [los europeos], siempre están con buen ánimo y con un humor gracioso, y su naturaleza se contenta con pocas cosas, ¿Qué más pudiese desear un indio? También he de admitir que ellos son realmente felices porque siempre los veo contentos, lo cual se debe a que creen que no les hace falta nada. Con muy altas probabilidades, fue a partir de estas observaciones que el misionero alsaciano, ya en su exilio en Neustadt, luego de consultar las cartas que había enviado a su ya difunto hermano George, escribió: Es muy cierto que California tiene sus espinas, pero estas no molestan ni lastiman con tanta frecuencia, ni tan hondamente los pies de los californios, como aquellas otras que se guardan en los cofres de Europa y que desgarran los corazones de sus dueños, por medio de punzantes congojas, conforme a lo que está escrito en San Lucas 8, 14 […]. Así es que la extremada pobreza de los californios y la absoluta falta de todas las cosas que a nosotros nos parecen indispensables para la vida humana, nos dan una demostración, de ninguna manera despreciable, que nos enseña cómo la naturaleza se conforma con tan poco y cómo con tan poco puede uno mantenerse.

Luego de la última carta que Johann Baegert escribió en septiembre de 1761, la correspondencia con su hermano aparentemente termina. No se sabe si esto fue por el fallecimiento de George, o si esto haya sido porque, en palabras del mismo misionero, eran tan pocos los acontecimientos que ocurrían en la península que le costaba trabajo poder escribir algo que valiese la pena. Para él, en una década que llevaba viviendo en la California había visto pocos cambios, salvo que cada vez el número de los indígenas se reducía más y, anticipándose al explorador de la Alta California, san fray Junípero Serra, le mencionó a su hermano que era imperioso que continuasen las exploraciones hacia el septentrión peninsular. Sin embargo, no puede descartarse la idea de que es muy probable de que Baegert haya enviado más cartas a su familia luego de la de 1761, aunque estas, si siguen existiendo, están aún por encontrarse.

De las cartas del padre Johann Jacob Baegert, además de su inmenso valor etnográfico, pueden rescatarse múltiples aspectos. En primer lugar, éste cuerpo epistolar presenta una faceta mucho más íntima y humana del misionero alemán, que si bien no difiere tanto de lo que se trasluce luego de una lectura minuciosa de sus Noticias en cuanto a su personalidad colérica y poco afable, empero, sí muestra que sus opiniones hacia los californios eran mucho más matizadas a como se muestran en su libro. Además, el recelo que sentía hacia los españoles se hace mucho más evidente en sus cartas, dándole gracias a Dios que su trato con ellos era sólo para lo indispensable en lo que concernía a su apostolado, y prefiriendo pasar el tiempo en servicio hacia sus feligreses; no obstante, su perenne incomprensión hacia ellos, así como su tendencia huraña, hizo que jamás amistara con ellos y que más bien los estudiara a la distancia, casi como un zoólogo con los animales salvajes. Esto le trajo como consecuencia un gran aislamiento que pudo agriar aún más su carácter, sólo manteniendo amistad con su vecino el padre Hostell y con su brillante colega Franz Inama, llegando a llorar cuando se separó de ellos en Flandes.

A manera de una opinión personal, muy posiblemente la diatriba tan feroz que el padre Baegert escribió en gran parte de sus Noticias se deba al carácter apologético de la misma, que si bien él afirma no querer escribir una obra polémica, no hesita en emprender una filípica contra los protestantes y las ideas de Jean-Jacques Rousseau. Para lograr su cometido, Baegert tuvo que omitir en su obra sus sentimientos de lástima y compasión hacia los californios, resaltando mayormente lo negativo, empero, sin dejar de mencionar las pocas cualidades que les veía. Con esto, se explicarían aquellas líneas de su obra en las que menciona el momento en que tuvo que partir de la California: Luego de la misa, se produjo tal universal brote de sollozos entre los californios presentes, que entonces no sólo fui llevado a las lágrimas sin poder evitar el sollozar; sino que aún hoy, al escribir estas líneas, amargas lágrimas bañan mis ojos. Al final, muy a su manera y con unos claroscuros que recuerdan a los de la soberbia catedral de Estrasburgo, en su natal Alsacia, Baegert llegó a querer a los californios.

Finalmente, sería interesante que las instituciones culturales sudcalifornianas, buscaran la manera de reeditar las cartas de Baegert, ya sea desde su traducción al inglés, o aún mejor, traducirlas por primera vez al español. Con esto, se lograría dar a conocer a un mayor público estas epístolas de gran valor histórico-cultural para la Sudcalifornia, ya que el libro donde se compilan está descontinuado y tuvo un tiraje muy limitado, por lo cual es muy difícil de conseguir. En pocas palabras, el controversial padre Johann Baegert está lejos de ser un personaje agotado para futuros estudios de historia regional.

Bibliografía:

Baegert, J.J. (2013). Noticias de la península americana de la California. La Paz: Archivo Histórico Pablo L. Martínez.

Clavijero, F.X. (2007). Historia de la Antigua o Baja California. Ciudad de México: Editorial Porrúa.

Crosby, H.W. (1994). Antigua California: Mission and Colony on the Peninsular frontier, 1697-1768. Albuquerque: University of New Mexico Press.

Martínez, P.L. (2011). Historia de Baja California. La Paz: Instituto Sudcaliforniano de Cultura.

Martínez-Morón, N. (2018). La California de Baegert. La Paz: Instituto Sudcaliforniano de Cultura.

Nunis, D.B. (1982). The letters of Jacob Baegert 1749-1761: Jesuit missionary in Baja California. Los Ángeles: Dawson’s Bookshop

Ponce-Aguilar, A. (2011). Misioneros jesuitas en Baja California, 1683-1768. Tijuana: Bubok Publishing.

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El Atlatl, una sofisticada herramienta utilizada por los antiguos californios

 

Tierra Incógnita

Por Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Los seres humanos, en el transcurso de su historia, han creado diversas herramientas para poder resolver los problemas que se les presentaban al realizar diferentes actividades. En el caso de la cacería y la guerra inventaron herramientas como el cuchillo, la espada, las flechas, los arcos, etcétera. Entre estas poderos armas-herramientas se encuentra una de ellas que fue de uso generalizado en casi todos los grupos que poblaron los diferentes continentes, el famoso Atlatl. En el caso de la remota península de California no fue la excepción, y nuestros antiguos grupos étnicos originarios la fabricaron y utilizaron.

En primer lugar vamos a caracterizar lo que es el Atlatl. Esta herramienta consta de dos partes: una es el dardo, y la otra es la lanzadera. El dardo consiste en una flecha o lanza, que puede ser elaborada de hueso o madera. Su tamaño varía de los 13 hasta los 61 centímetros, en algunos casos se han encontrado hasta de 150 centímetros. Por lo general el extremo que se engancha en la lanzadera es más grueso, y se va haciendo más delgado y puntiagudo del extremo contrario. En ocasiones en la punta del extremo delgado se coloca una flecha de piedra o metal, también se puede endurecer a través del fuego. En la punta del extremo más grueso, se realiza una pequeña oquedad en la que se coloca el sujetador de la lanzadera. El grosos de este dardo va de los 2 a los 7 centímetros. La lanzadera es un pedazo de madera o hueso que mide desde los 60 hasta los 250 centímetros. En la culata se talla un gancho en el cual se introduce el extremo más grueso del dardo. En el extremo contrario se hace una especie de horqueta cuya función es inmovilizar el dardo para poder lanzarlo con mayor precisión. Algunas lanzaderas tienen una cuerda que se sujeta a la muñeca del brazo para evitar que salga proyectado al lanzar el dardo. Se han descubierto algunos de estos atlatls en cuevas y se ha podido constatar su importancia no sólo como arma funcional sino como parte del estatus de un dignatario. En el caso de muchos de ellos están ricamente tallados en marfil o madera preciosa.

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Los atlatls más antiguos han sido localizados en Europa y datan de hace unos 17 mil años, sin embargo se cree que se utilizaron muchos años antes. Es probable que con las migraciones humanas hacia el continente Asiático y su posterior entrada al continente Americano, haya llegado a nuestra península. Cuando los Europeos de finales del siglo XV, realizaron sus exploraciones hacia lo que hoy es América, esta herramienta había caído en desuso desde hace muchos años en sus reinos, por lo que era desconocida por ellos. Cuando llegaron a Tenochtitlán y observaron que era utilizada por los guerreros aztecas, se sorprendieron de este avance tecnológico, y más aún porque los dardos lanzados por el atlatl tenían la suficiente potencia como para perforar las armaduras metálicas.

Se cree que en un principio, el Atlatl fue utilizado por los grupos humanos para cazar animales de gran tamaño y mantenerse a una gran distancia de ellos y así evitar ser atacados o detectados por ellos. Con el tiempo algunos de los integrantes fueron adquiriendo tal destreza en su lanzamiento que se utilizó de forma más generalizada cazando a todo tipo de animales ya sea terrestres como acuáticos. Poco fue el tiempo que tuvo que transcurrir para que se le encontrara un uso bélico. El atlatl permite lanzar dardos del tamaño de una flecha o de una lanza a distancias considerables, con una velocidad, fuerza y nivel de precisión, que lo convirtió en un arma temible. Se ha calculado que un dardo lanzado por un atlatl y en manos expertas puede alcanzar velocidades de 80 millas por hora (130 kmph).

Cuando los europeos llegaron a la península de Baja California, para la mayoría de los integrantes de los grupos étnicos el uso del atlatl era ya prácticamente desconocido. La historiadora Rosa Elba Rodríguez Tomp menciona que, algunas fuentes del siglo XVI dan cuenta de la utilización del primitivo atlatl, o lanzadardos, entre los naturales de la región meridional, hecho que resulta confirmado por el hallazgo de algunas de estas interesantes piezas en cuevas de la región del Cabo.

Como dato curioso les puedo mencionar que el Museo Británico tiene en su colección un atlatl azteca original, que al parecer fue uno de los regalos de Hernán Cortes al rey de España tras la conquista de Tenochtitlán. También el conocimiento y uso de esta arma se ha popularizado desde finales del siglo XX de tal forma que La Asociación Mundial Atlatl patrocina el Concurso Internacional de Precisión Estándar (ISAC), una competencia de habilidad atlatl que se lleva a cabo en lugares pequeños de todo el mundo; organizan talleres para aprender a lanzar con un atlatl. La WAA mantiene una lista de campeones mundiales y lanzadores de atlatl maestros de ranking. En este enlace pueden ver un video sobre cómo elaborar un Atlatl artesanal y en este enlace cómo lanzarlo.

Cada vez que analizamos estos aspectos de la cultura de nuestros antiguos Californios, vamos comprendiendo un poco más sobre sus orígenes y tecnología. Lo anterior, acrecienta nuestra identidad y deseo por conocer y difundir más de ellos.

Bibliografía:

Rodríguez Tomp, R. (2002). La economía de los aborígenes de Baja California. UABCS. México.

Huerta, J. El atlatl, la mortífera arma azteca. https://www.mexicodesconocido.com.mx/el-atlatl-la-mortifera-arma-azteca.html

Greelane. (2019). La tecnología y la historia del lanzador de lanzas Atlatl – https://www.greelane.com/es/ciencia-tecnolog%c3%ada-matem%c3%a1ticas/ciencias-sociales/what-is-an-atlatl-169989/

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The Bat-Man: Bill Finger, el murciélago olvidado

Primera aparición de Batman, 1939

El librero

Ramón Cuéllar Márquez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). En estos días se estrenó la película The Batman (2022), del director Matt Reeves (EUA, 1966) y protagonizada por Robert Pattinson (Reino Unido, 1986) en el papel del encapuchado y Zoë Kravitz (EUA, 1988) como Catwoman. El filme ha tenido un despegue espectacular en su primer fin de semana y es la historia de moda, con las inevitables comparaciones que se hacen con otros de los Batman, en especial desde la de Tim Burton (EUA, 1958) y el actor Michael Keaton (EUA, 1951), pasando por la de Christopher Nolan (Reino Unido, 1970) y el actor Cristian Bale (Reino Unido, 1974), y finalizando con el Batman de Zack Snyder (EUA, 1966) y el actor Ben Affleck (EUA, 1972); es decir, hay materia de discusión de boca en boca, además, de la enorme publicidad millonaria que se invirtió. La historia, en mi opinión, es sólida, y por primera vez en el cine se retoma al héroe en su origen como detective, el mejor del mundo como se ha dicho en muchos de sus cómics.

Pero no voy a hablar de esa película, tal vez en otro momento haré una reseña particular, pues veo que muchos de mis contactos en redes no se equivocaron al calificarla de extraordinaria, a mí me ha dejado con un grato sabor de boca. No, solo quiero retomar el acontecimiento fílmico para hablarles de un escritor y guionista de cómics a quien durante muchos años no se le dio el crédito que él merecía en la creación de Batman, originalmente llamado The Bat-Man, donde Bob Kane (EUA, 1915), el otro creador, tuvo mucho que ver con que casi se le pusiera en el olvido, a no ser por gente que convivió con ellos, quienes terminaron por asentar su coautoría sacando todo a la luz. Kane mantendría, desde 1939, la mentira por mucho tiempo, donde él aparecería como el único autor. Así permaneció el secreto, muchos aceptaron el mito y nadie se preguntó lo que había detrás. El nombre de Bob Kane, estaría siempre presente en películas, series animadas, productos derivados como juguetes y jamás permitió que se osara expresar que había otro autor, y si alguien se atrevía, de inmediato acallaba cualquier voz disidente al respecto.

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Bob Kane

Sin embargo, eso habría de terminarse tarde o temprano, aunque demasiado tarde para Bill Finger, quien nunca gozó del reconocimiento público, pero sería él quien le dio forma final al Caballero de la Noche, el concepto artístico con el que ahora lo conocemos. Milton Bill Finger nació el 8 de febrero de 1914 en Denver, Colorado, al seno de una familia estadounidense de origen judío. El ambiente ocurrido durante la gran crisis económica de 1929, obligó a que el joven Bill tuviera que ocuparse para contribuir a la manutención familiar, aceptando múltiples labores. En 1938, conoció a Bob Kane, quien le ofreció un trabajo como escritor fantasma (que escribe historias, pero no se le da nunca el crédito), en las tiras cómicas Rusty y Clip Carson; para ese entonces Bill Finger, era un aspirante a escritor, mientras se dedicaba a vender zapatos en su medio tiempo.

La aparición del primer superhéroe en Action Comics, Superman, provocó que National Comics pidiera a editores creativos un nuevo personaje que fuera en el mismo sentido, de donde surgió, precisamente, The Bat-Man. La intervención de Finger para su estructura artística, sus historias, su fisonomía y partes de su traje, que es como lo vemos hoy en día, aunque ha ido cambiando con el paso del tiempo, debido a los estilos de directores de cine, dibujantes, guionistas, pero manteniendo el canon básico. Fue Bill quien le dio la capucha en lugar de un simple antifaz, además de eliminar algunas secciones del traje originalmente ideado por Kane; asimismo, fue quien le dio finalmente el nombre de Batman, sin el artículo y sin el guión en medio, como lo había propuesto Kane. El éxito fue inmediato y Batman se convirtió en un icono de la cultura pop, pero, como dijimos, fue Bob Kane quien recibiría todo el crédito, desconociendo a Finger, lo cual se mantuvo por décadas. Fue Bill Finger el creador de otros personajes como Joker, Catwoman, Pingüino y hay quienes le atribuyen el Batmóvil e incluso ciudad Gotham.

Bill Finger

Así, Bill Finger, jamás sería reconocido en vida como el coautor de Batman, aunque sí recibió homenajes y premios, pero después de su muerte. El mismo Bob Kane habría de reconocerlo al final, tal vez muy a su pesar, en su autobiografía y sin decirlo directamente: Bill Finger fue una fuerza que contribuyó a Batman desde el principio. Hice a un Batman superhéroe-vigilante la primera vez que lo creé. Bill lo convirtió en un detective científico. En septiembre de 2015, se dijo públicamente que Finger recibiría el crédito como cocreador a partir de esa fecha, por lo que cualquier libro, cómic, novela ilustrada, serie, serie animada o película deberá tener su nombre junto al de Bob Kane. En 2016, todos pudimos ver que el nombre de Bill Finger aparecería por fin, haciendo justicia tardía, en el filme Batman v Superman. Anteriormente, había recibido homenajes póstumos, como la inclusión al salón de la Fama o que un premio llevara su nombre, Bill Finger Award for Excellence in Comic Book Writing, aunque no concediéndole su participación creativa.

Bill Finger, murió el 18 de enero de 1974, pobre y olvidado; no obstante, ese otro murciélago habría de emerger de la cueva donde quisieron encerrarlo para siempre y a mí me da alegría esbozar una enorme sonrisa por un poco de justicia poética.

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Donar o no donar

Fotos: Internet

 

Colaboración Especial

Por Mónica Rivera

 

La Paz, Baja Calfiornia Sur (BCS).Son las 4 de la mañana, tengo que darme prisa si quiero llegar a tiempo. Me quito las cobijas de encima, busco la ropa que dejé lista la noche anterior; me baño. Tomo cerca de dos litros de agua, es importante estar bien hidratada, y espero un poco para ir al baño antes de salir de casa. Hace frío por la mañana, así que además de la chamarra ligera me regreso por un suéter y una bufanda. Aún no sale el sol, la ciudad está tranquila, somos pocos circulando a esta hora, faltan 15 minutos para las 5, espero llegar a buen tiempo. Encuentro en donde estacionarme muy cerca de la clínica del IMSS, 5 de febrero (lo que ya no será posible para quienes lleguen cerca de las 7:00 AM). Me encamino a la puerta de entrada, un amable guardia me recibe con los buenos días, me ofrece gel sanitizante y me pregunta a dónde me dirijo. ─Al banco de sangre, le respondo y me indica dónde se encuentra la fila. Faltan 3 minutos para las 5 y soy la persona número 10 que ha llegado. Debía ser de las primeras porque tengo que entrar a trabajar a las 10 de mañana; mi entrada es a las 8, pero solicité permiso para poder llegar después. El siguiente paso es esperar a que den las 7, que llegue la señorita que asigna las fichas, que salga y nos de indicaciones. ─¡Que nervios! la abuelita de mis amigos necesita una cirugía y requieren 6 unidades de sangre. ─Espero cubrir todos los requisitos, los he leído muchas veces, pues soy donadora recurrente, pero cada banco de sangre tiene sus reglas y este es mi menos favorito. Seguro a las 9 de la mañana ya sabré si puedo donar.

¿Alguna vez tú o un familiar cercano ha requerido sangre para algún procedimiento médico? Si tu respuesta es sí, seguro te sientes algo familiarizado con lo que vivió Andrea el pasado 03 de marzo, en la clínica del IMSS. Aún si no has vivido esta experiencia habrás escuchado en la radio, o visto en Facebook, o en estados de tus amigos ese anuncio que reza SE SOLICITAN DONADORES DE SANGRE PARA… FAVOR DE COMUNICARSE CON…

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Cuando acudimos al llamado de un amigo o familiar para donar sangre, estamos haciendo una donación dirigida, otro tipo de donación es la altruista, aquella que se realiza cuando donamos sangre que no es para alguien en específico, sino para quien la requiera. La transfusión de sangre o sus componentes ayudan a salvar la vida de millones de personas cada año en el mundo. Lo ideal es que los bancos de sangre estén preparados para responder a las necesidades de la población. En Latinoamérica, esto aún no es una realidad. La disponibilidad de sangre para uso terapéutico depende de la donación dirigida, ya que la cultura de la donación altruista es baja (menos del 3% de la sangre que se dona no va dirigida).

La sangre, que también podría llamarse el río de la vida, transporta a través de nuestro cuerpo nutrientes, gases (como el oxígeno), hormonas y desechos. Una persona promedio tiene entre 5 y 6 litros de sangre, que representan aproximadamente el 8% de su cuerpo. Las células de la sangre, glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas, se están produciendo constantemente en la médula ósea, la parte central del hueso (el tuétano de los huesos de chamorro) por un proceso que se llama hematopoyesis. Hay dos tipos de médula ósea: la roja y la amarilla. Es en la roja en la que se produce la sangre. Pero no todos los huesos tienen médula ósea roja, conforme envejecemos la médula ósea roja de los huesos largos se convierte en amarilla, de tal manera que los adultos solo tenemos médula ósea roja (productora de células de la sangre) en los huesos planos como el esternón, la columna vertebral, el cráneo, las escápulas y la pelvis.

Donar sangre es donar vida, dice el lema de los bancos de sangre, pero, a pesar de que la investigación médica ha avanzado a pasos gigantescos y la producción de sangre artificial ya es posible, seguimos dependiendo de la sangre que se dona. Una unidad de sangre (450 ml) contiene alrededor de mil millones de glóbulos rojos, mientras que la técnica existente para producirla en el laboratorio puede generar solo 50 ml, esto y otros factores, hacen que sea un procedimiento sumamente caro. Existen muchas razones por las que se puede necesitar sangre, ya sea para mejorar la salud o para salvar una vida. Cuando sufrimos un accidente con lesiones graves y perdemos sangre, es necesario reponerla, dado que, a pesar de que nuestro cuerpo es capaz de producirla cuando estamos sanos, la velocidad a la que se repone no sería suficiente en casos de traumatismo grave. Si nos sometemos a una cirugía (dependiendo del tipo) es necesario contar con un respaldo de sangre, pues es posible que haya pérdidas que se deben reponer. También puede ser que pierdas sangre paulatinamente hasta el punto que sea necesario que te la repongan, por ejemplo, hay úlceras que sangran y se pierde sangre lentamente. Debes saber que algunas enfermedades atacan a la médula ósea y no permiten la producción de células sanguíneas, por lo tanto estos pacientes requieren sangre o algunos de sus componentes.

Si eres donante, puedes salvar vidas. La donación no tiene ningún riesgo para la salud. Una mujer puede donar sangre cada 3 meses, es decir, hasta 4 veces en un año, mientras que un hombre lo puede hacer hasta 6 veces en un año. En México existe la Norma Oficial Mexicana NOM-253-SSA1-2012 que regula la disposición de sangre y sus componentes con fines terapéuticos. Esta norma protege al donante, al receptor y al personal de salud; además fomenta el alcanzar la autosuficiencia y reforzar la seguridad de la cadena de transfusión. En dicha norma, se ratifica lo establecido el 25 de agosto de 1987, en el artículo 327, de la Ley General de Salud, que prohíbe la donación de sangre remunerada. Claro, cuando las personas están desesperadas y requieren reponer o completar cierta cantidad de unidades, al banco de sangre, pueden recurrir al mercado negro o a ofrecer recompensa. Para evitar la ilegalidad es necesario tener una cultura de donación en nuestra ciudad, en México y en el mundo.

Si deseas saber si puedes ser donador aquí te cuento los requisitos y algunos consejos:

  • Tal vez lo más importante es estar sano. No podemos regalar lo que no tenemos, así es que nuestro organismo debe estar en condiciones de recuperarse y no estar luchando contra alguna enfermedad.
  •  Solo los mayores de 18 años y menores de 65 pueden donar.
  • Debes pesar más de 50 kilos, ya que te extraerán aproximadamente el 10% de tu sangre y para una persona pequeña puede ser de riesgo, recuerda la norma oficial mexicana protege la salud del donador.
  •  Si te hiciste algún tatuaje, perforación, tratamiento de endodoncia o acupuntura deben haber pasado 12 meses.
  • Transcurrido 6 meses si tuviste alguna cirugía.
  • Transcurrido 5 días del último medicamento que hayas tomado, aunque considera que el medico responsable realizará una valoración en caso de determinados medicamentos.

Si cumples con estos requisitos y estás dispuesto a donar, deberás acudir al banco de sangre tomando en cuenta las siguientes indicaciones:

  • Hacer ayuno mínimo de 4 horas y máximo de 8.
  •  Hidratarte adecuadamente.
  • Haber dormido al menos 6 horas.
  • Evitar el consumo de bebidas alcohólicas 72 horas previas.
  • En el banco de sangre tomarán una pequeña muestra de tu sangre, para hacer una valoración de tus componentes sanguíneos, el médico responsable revisará los resultados y si se ajustan a los establecidos en la norma oficial, autorizará la extracción de tu sangre.
  • Es importante considerar que aunque hay una norma oficial mexicana general, en cada banco de sangre pueden tener reglas más estrictas, por lo que deberás asegurarte de cumplir los requisitos del banco al que vas a acudir.

El tipo de sangre es importante si vas a ser donante dirigido o altruista. Si no lo conoces, no te preocupes, como parte de los análisis que le hacen a tu sangre, se determinará el tipo que posees.

Los tipos de sangre

Existen 4 grupos sanguíneos, A, B, AB y O, que se clasifican de acuerdo a la presencia o no de antígenos.

  • En las personas con sangre del grupo A sus glóbulos rojos presentan el antígeno tipo A en su superficie y desarrollan anticuerpos contra los antígenos B en su plasma.
  • Las personas con sangre del grupo B sus glóbulos rojos expresan antígenos del tipo B en su superficie y desarrollan anticuerpos contra los antígenos A, en su plasma.
  • Las personas con sangre del grupo AB tienen ambos antígenos en la superficie de sus glóbulos rojos, por lo que no fabrican ningún tipo de anticuerpos.
  • Quienes presentan sangre del tipo O no desarrollan antígenos de ningún tipo, por lo que tampoco fabrican anticuerpos contra ningún antígeno.

Primeras transfusiones

En 1667 se hicieron los primeros ensayos para substituir la sangre que se perdía en hemorragias. Los primeros experimentos consistieron en introducir la sangre de un animal en la vena de las personas. Los resultados eran catastróficos, con reacciones graves o mortales. Las transfusiones de una persona, a otra, en ocasiones daban buenos resultados. En otras se producía aglutinamiento de la sangre, que podía tener consecuencias mortales. El gran misterio lo resolvió, en 1900, Karl Landsteiner, quien descubrió las diferencias químicas de la sangre, por lo que recibió el premio Nobel de Medicina, en 1930.

En 1940, el Dr. Landsteiner descubrió otro grupo de antígenos al que nombró factor Rhesus (que acortamos como Rh), le dio este nombre, porque lo descubrió mientras hacía experimentos con monos Rhesus (Macaca mulatta). Las personas que presentan el factor Rhesus en su sangre son Rh positivas y las que no son Rh negativas. Uniendo el grupo sanguíneo y el factor Rh hay 8 tipos de sangre, la compatibilidad entre ellas depende del sistema antígeno-anticuerpo. Algunos tipos de sangre son más abundantes que otros, en México la proporción es como sigue:
O +     A +     B+      AB+   O-     A-     B-     AB-
56%     30%     4%       3%     5%     1%     1%    0.5%

Aunque la proporción de la población que presenta un tipo de sangre nos puede dar una idea de la facilidad para encontrar donantes compatibles, no es el único factor. Mira la tabla de compatibilidades:

A las personas con tipo de sangre O- se les llama donador universal, mientras que a las AB+ se les denomina receptor universal. Un detalle importante es que, si bien, las personas de tipo O- le pueden donar sangre a cualquiera (esto se debe a que sus glóbulos rojos no tienen anticuerpos que produzcan antígenos al mezclarse con otra sangre) ellos solo pueden recibir de su mismo tipo, debido a que todos los demás tipos sanguíneos tienen algún antígeno y al ingresar al sistema de la persona tipo O- producirá anticuerpos y aglutinamiento. Considerando que solo el 5% de la población presenta sangre O-, cuando ellos requieren una transfusión se enfrentan a un grave problema.

Recuerdo hace muchos años cuando mi hermano, quien tiene sangre O-, requería una cirugía compleja, para intentar salvar su riñón. Encontrar donadores compatibles fue una tarea muy complicada, por un lado está la baja proporción de la población con este tipo de sangre; las condiciones de salud de las personas dispuestas a donar y la muy baja cultura de donación, que existe en México. La angustia que se vive en los pasillos y salas de espera de los hospitales, por encontrar la sangre que un familiar necesita, es algo que podría desaparecer si los que podemos hacerlo donamos sangre periódicamente al convertirnos en donadores altruista.

Te invito a acercarte al banco del sangre del Centro Estatal de la Transfusión Sanguínea, ubicado en la calle Nicolás Bravo Esq. Josefa Ortíz de Domínguez, en donde era el antiguo hospital Salvatierra, y solicitar información. Te aseguro que recibirás un excelente trato y podrás donar un poquito de vida. En cada Estado de la República, hay un Centro Estatal de Transfusión Sanguínea, así es que si no vives en La Paz, puedes buscarlo. Además, existe una comunidad digital de donantes en México, que se llama Blooders Org, quienes facilitan la donación, ya sea altruista o dirigida. Blooders Org, gestiona algo que le llaman Share Party en Monterrey, Gualadajara y Ciudad de México, además de vincular a pacientes que buscan sangre y potenciales donadores.

Desde el 2005, se celebra cada 14 de junio, el Día Mundial del Donante de Sangre, este día en el Mundo y por supuesto en México se realizan campañas de donación, no dudes en unirte a los donantes altruistas este o cualquier otro día.

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