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Ya viene el tradicional Festival de Día de Muertos, en La Paz

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Desde muestra gastronómica hasta exposiciones de altares de muertos, se podrá ver la próxima semana en la explanada del Teatro de la Ciudad. Fotos: Internet e ISC.

La Paz, Baja California Sur (BCS). Los próximos martes 1 y miércoles 2 de noviembre, el Instituto Sudcaliforniano de Cultura llevará a cabo el tradicional Festival del Día de Muertos en su edición XVII; de nueva cuenta, la Unidad Cultural “Profr. Jesús Castro Agúndez” —en la explanada del Teatro de la Ciudad—, será la sede donde se presentarán artistas locales y nacionales, teniendo por plato fuerte la presentación de La Sonora Dinamita, para cerrar la segunda noche.

A partir de las 18:00 horas, la explanada dará paso a talleres infantiles, muestra gastronómica, exposición de carteles, altar monumental y exhibición de concurso de altares; como cada año, el ISC lanza también las convocatorias para Cuento y Poesía Joven, Calaveras, Cartel, Altar de Muertos y Catrinas, cuyos ganadores serán premiados en el marco de este evento.

La Unidad Cultural se ubica en Antonio Navarro entre Ignacio Manuel Altamirano y Héroes de Independencia, zona centro; el evento es totalmente gratuito, y para mayores informes, se dispone del teléfono 1224795.

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Programa

Martes 1 de noviembre:
Compañía Danza Allegro, Huapango de Pablo Moncayo
Ballet Folklórico Cadet y La Cochi con Liváis
Grupo de teatro Ollín, presentando el espectáculo “Pan de Muerto”
Pasarela “Vivas las Catrinas”
Banda de Rock Námesti
Presentación estelar del grupo Los Músicos de José

Miércoles 2 de noviembre:
La Cochi con Liváis
Grupo de teatro Ollín, presentación de “Asustame Panteón”
Pasarela “Vivas las Catrinas”
Espectáculo multidisciplinario, recital poéticos y musical
‘Fragmentos de Muerte’, Alejandra Moreno
Premiación de convocatorias
Presentación estelar de La Sonora Dinamita de Lucho Argain

 




Cine de terror en La Paz

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Isabel Adjani y Sam Neill en “Posesión”. Fotos: Internet.

Colaboración Especial

Por Lefteris Becerra

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). En octubre organizamos en el cineclub Medusa un ciclo de cine de terror en el que programamos cuatro filmes de diferentes años, países de producción y creadores, que en contraste coinciden en dos características: son filmes de culto y de producción independiente, por fuera de la industria hollywoodense. Para abrir proyectamos el clásico de serie B, I Walked with a Zombie (1943) del prolífico director de origen francés Jacques Tourneur, inolvidable sobre todo por los tres filmes que dirigió producido por el legendario Val Lewton, entre los que se cuenta el mencionado. Ambientado en una isla caribeña, la película de Tourneur es un hito cinematográfico al que se le reconoce el aliento poético de la puesta en escena de un drama que involucra rituales del vudú. Quien desee saber más sobre este singular creador y este filme, debe consultar el estudio de Chris Fujiwara, Jacques Tourneur: The Cinema of Nightfall reimpreso en 2011.

La sede del cineclub es el Big Sur Café, ubicado en Zaragoza #40, entre Artesanos y 16 de Septiembre en la colonia centro, teléfono 1226806. Funciones todos los martes a partir de las 20:00 horas. Se puede consultar su programación en la página de Facebook de la Red de Cineclubes de La Paz y en la del Big Sur Café Orgánico.

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Continuamos con otros dos filmes de culto filmados en 1981, el primero en Francia bajo la dirección del director polaco Andrzej Żuławski, conocido en medios más undergrounds debido a su aproximación extrema, sin concesiones, al séptimo arte. Programamos Posesión (foto principal) con las actuaciones desquiciadas de la hermosa Isabel Adjani (Anna/Helen) y el neozelandés de origen irlandés Sam Neill (Mark). Se puede decir que se trata de una película de terror psicológico en el sentido de que todo lo que vemos puede ser interpretado como el producto de la mente desquiciada de Mark al confirmar sus sospechas de que su mujer Anna lo engaña. Cada secuencia de la película obedece a las ansiedades, terrores, pánicos, neurosis, delirios y demás alteraciones del equilibrio emocional cuyo origen está en la crisis de su matrimonio.

De hecho, Żuławski —tristemente fallecido el 17 de febrero de este 2016— experimentó por esos años una crisis similar a la de su personaje Mark, al ser abandonado por su esposa, la actriz Malgorzata Braunek, en fuga con un hombre que en la película se transmuta en el personaje de Heinrich —interpretado magistralmente por el actor alemán Heinz Bennent—; Malgorzata y Andrzej procrearon al ahora director de cine Xawery, quien tenía 9 años cuando se estrenó la película de su progenitor, dentro de la cual la paternidad tiene un espacio propio.

Como es sabido, la vida privada de Żuławski fue su principal fuente y, como Anna en la admirada secuencia en un túnel del metro, el artista polaco necesitaba expeler todo lo que guardaba en su alma enferma. El contexto y la búsqueda de un planteamiento más amplio que incluyera la dimensión política —la historia ocurre en un barrio de Berlín cuyo límite era el propio muro desde el que la policía de la Alemania socialista, escrudiña con aparatosos binoculares las vidas privadas de los alemanes occidentales; además, el propio Mark es un espía y está relacionado con ese submundo— y la metafísica, en su búsqueda por darle un rostro al mal y reflexionar sobre su naturaleza, no están fuera del filme, proveyéndolo de ese modo de una serie de capas y apuntes que le dotan de la densidad tan característica que posee y que sigue provocando la admiración —que puede manifestarse al mismo tiempo como fascinación y repulsión— a 35 años de haber sido pergeñada.

Aunque estrenada el mismo año que Posesión, 1981, Scanners o el descriptivo título con el que se le conoció en México, Telépatas, Mentes destructoras, se halla en otra exploración del género de terror. El artista David Cronenberg creó su séptimo largometraje como una más de sus extrañas exploraciones de fenómenos psíquicos atípicos, con potencial para hacer daño a escala masiva, en la línea de su interés por las epidemias y otros desastres humanos. Si Posesión es un filme sobre los tormentos de una pareja que se disuelve o divide, Scanners es sobre el potencial de unas supermentes para destruir y controlar a los otros.

Mientras todo en el filme europeo es, monstruo incluido, el producto del choque entre las psiques, en la película de Cronenberg los superpoderes de 237 individuos entre 4 mil millones de habitantes de la Tierra, mezclados con las perversas intenciones de uno, les convierten en monstruos. Empero, el terror que plantea el director canadiense está más relacionado con una fuente muy actual de poder y destrucción social: las corporaciones, específicamente las farmacéuticas. A la luz de lo que se avecina con el Tratado Transpacífico y su equivalente para el Atlántico, en el que los derechos de propiedad intelectual ocupan un lugar preeminente, en un panorama ocupado por instituciones como la Police Intellectual Property Crime Unit de Londres y el FBI gringo persiguiendo a personas que comparten libremente material cultural en Internet, los elementos planteados por Cronenberg son plenamente convincentes, pertenecen al ambiente de terror en el que vive el planeta entero, dominado por unas cuantas transnacionales capaces de todo con tal de ampliar su control y sus ganancias.

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Para cerrar, programamos un clásico del subgénero del ciberpunk, el filme japonés Tetsuo: el hombre de hierro, que es una especie de mezcla entre La metamorfosis de Kafka, Videodromo de Cronenberg y Ereaserhead de David Lynch. Shinya Tsukamoto realizó este filme de modo independiente con una cámara de 16 mm con una estética afín al videoarte que se practicó con intensidad en esa época en diferentes latitudes de la aldea global. Tetsuo encarna (y “enmetala”) todos los temores y ansiedades que la tecnología provoca en las personas, con una mezcla de fascinación pero también de la incertidumbre oscura del destino al que conduce el viaje tecnológico que no conoce freno o límites sino que está desbocado con el ímpetu característico de las máquinas. Si Kafka imaginaba una pesadilla en la que Gregorio Samsa despierta siendo una conciencia atrapada en el cuerpo de una cucaracha gigante, Tsukamoto escenifica en su filme la transformación de un oficinista en máquina, un hombre-máquina.

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Al igual que todas las películas del ciclo, Tetsuo también es una película sobre las relaciones de pareja —ya sea entre hombre-mujer o entre hermanos— y todos los terrores que anidan en ella. Es curioso que cuatro películas tan disímbolas, parten de los conflictos emocionales derivados de las desavenencias entre las personas. Es como si la comedia romántica, cuando se enfoca no en el idílico momento de la conquista o reconquista, sino en las sombras y los momentos poco gratos del amor y la fraternidad, resultara en las pesadillas que suele narrar el cine de terror.

Para concluir el mes dedicado a ese género, el cineclub Medusa ofrecerá una semana entera, del miércoles 26 al lunes 31, una selección diaria de seis películas de terror: Ju-On: The Grudge (Takashi Shimizu, 2002), Ringu (Hideo Nakata, 1998), Exterminio (Danny Boyle, 2003), Vampyr (Carl Th. Dreyer, 1932), La bruja (Robert Eggers, 2015) y La cosa (John Carpenter, 1982).

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A 30 años de “Cuna de lobos”, una de las telenovelas más exitosas de México

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María Rubio inmortalizó a Catalina Creel, considerada por muchos como “la madre de todas las villanas”. Fotos: Internet.

Colaboración Especial

Por Luis Fernando Azcárraga de la Peña

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Cuna de Lobos cumple este mes de octubre 30 años, gozando de ser una de las telenovelas más recordadas en México; Catalina Creel, una psicópata de la alta sociedad a la que nadie logró vencer —sólo sí misma en un insospechado suicidio—, ha sido una de las villanas más consagradas de la televisión mexicana, catapultando a la propia María Rubio, quien quedó desbancada por 8 años sin volver a protagonizar un personaje y jamás a otro con un impacto similar. Recordamos que en 1986, el desenlace de este melodrama escrito por Carlos Olmos paralizó el tráfico y algunas actividades en la Ciudad de México.

Además, la intrincada historia de poder dejó un sabor agridulce con uno de los pocos, o tal vez el único, final abierto, ésto en los últimos segundos de la telenovela. Luego del digno final que tuvo la villana, el personaje del hijo por el que se echó andar toda la historia cierra el capítulo a todo cuadro con la frase “Yo no soy Braulio, soy el pequeño Edgar”, esperando la continuidad que, ¡afortunadamente nunca llegó! Y hasta la fecha, mientras la enorme cantidad de telenovelas son refritos de otras anteriores, esta historia no la han vuelto a refritear. Pareciera que nadie pudiera llenar los tacones —o el parche— de la inolvidable Catalina Creel. Nunca se olvidará tampoco que en el capítulo final se acercó a los 100 puntos de rating: algo inusual en una telenovela —impensable ya en la actualidad, con las producciones de Televisa o TV Azteca.

Cuna de Lobos causó un gran impacto desde el primer capítulo, donde el esposo de Catalina Creel —interpretada por la primerísima actriz María Rubio, ya retirada del medio artístico— le descubre un gran secreto, a ella no le convenía que se revelara y para adueñarse del imperio farmacéutico de su esposo, decide envenenarlo; la sorpresa se la llevó luego la mujer al leer el testamento en el que se dispone que el heredero será el primer hijo de cualquiera de sus dos hijos, José Carlos (Gonzalo Vega) o Alejandro (Alejandro Camacho), pero la esposa de Alejandro que es Vilma (Rebecca Jones) es infértil, y éste urde un plan: enamora para embarazar a Leonora (Diana Bracho), y al momento de dar a luz, la criatura le es arrebatada para quedársela Alejandro y Vilma, todo esto en complicidad con doña Catalina. Los máximos horrores que se pueden cometer por un hijo, son la constante en la trama, y su éxito fue visible también en otros países.

Así, todos los elementos de cóctel estaban servidos para crear un thriller que dejó personajes entrañables, con giros inesperados dentro de un melodrama y que desde el principio se alejó de una trama tradicional. En su momento, fue todo un fenómeno de gran popularidad. La historia consta de 170 capítulos de media hora, que fue como originalmente se transmitió desde el 20 de octubre de 1986 hasta el 5 de junio de 1987; ahora estaríamos hablando de 85 capítulos de una hora.

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Esta telenovela estuvo conformada por un elenco de lujo: Gonzalo Vega, Diana Bracho, Alejandro Camacho, Rebecca Jones, la primera actriz Carmen Montejo, Lilia Aragón, Carlos Cámara, Humberto Elizondo y Rosa María Bianchi —como dato curioso: todas las victimas de esta telenovela, en otras posteriores, se las cobraron ¡encarnando a otros excelsos villanas y villanos!

Esta joya de la televisión mexicana cumple 3 décadas de su estreno y no podíamos dejar de recordarla. Estamos seguros que muchas personas aún recuerdan la entrada con las escenas de lobos y la música original del hijo de Carmen Salinas: Pedro Plasencia. Cuna de lobos fue una producción de Televisa, producida y dirigida por Carlos Téllez.




Lunas de octubre, ¿las más bellas?

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Octubre parece ser un mes romántico por una grande luna en el cielo, pero ¿a qué se debe? Fotos: Internet.

Científicamente divertido

Por Miguel Ángel Norzagaray

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). De las lunas, la de octubre es más hermosa”. Así comienza la canción que hiciera famosa Pedro Infante. El compositor es José Antonio Michel y en los siguientes cuatro versos lo justifica: “Porque en ella se refleja la quietud / De dos almas / Que han querido ser dichosas / Al arrullo de su plena juventud”. Y hasta el día de hoy, se sigue diciendo lo mismo como si realmente fuera verdad. Es uno de los meses preferidos para organizar lunadas y tertulias diversas alrededor de esta idea. ¿Qué tanto hay de cierto?

El argumento planteado en la canción podrá ser lo que sea, menos rigurosamente científico. Si analizamos el asunto, hay que precisar la idea de belleza que se quiere dar a entender. Es de entenderse que eso sea subjetivo, pero el factor común cuando alguien ve salir la luna llena, se dice el día del plenilunio, del horizonte, es que se veía enorme, preciosa. Al parecer el tamaño es fundamental y se asocia directamente con la belleza. Algo adicional es el encanto ganado por cerros, nubes y humedad, que cambian de mes y mes y de año en año, pero concentrémonos en el tamaño de nuestro satélite.

La distancia de la Tierra a la Luna es de 384 mil kilómetros en promedio. Es un promedio porque su órbita alrededor de nosotros es una elipse, por lo que a veces está más cerca y en otras más lejos. Puede estar a poco más de 400 mil (en apogeo) o a poco menos de 360 mil (en perigeo) kilómetros de distancia. Eso hace que el tamaño cambie de grande a chica una y otra vez. Este lapso de tiempo se conoce como mes anomalístico y dura 27.5 días aproximadamente.

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Por otra parte, el tiempo entre una luna llena y la siguiente luna llena es de 29.5 días aproximadamente, y es conocido como mes sinódico. Es el que ha sido referencia para muchas civilizaciones al momento de medir el tiempo y define lo que conocemos como mes, o mes civil.

El mes anomalístico y le mes sinódico no miden lo mismo, es decir, de luna llena a luna llena hay dos días más que de apogeo al siguiente apogeo, por lo que esos momentos van cambiando de fecha uno respecto al otro. Cuando coincide un perigeo con luna llena tenemos la luna llena pequeña y cuando coincide con apogeo tenemos la luna llena más grande, comúnmente llamada superluna.

Si suponemos un mes de 30 días y luna llena en perigeo, al pasar 27 días y medio tendremos el siguiente perigeo, pero faltarán dos aún para la luna llena. Así, estos dos momentos se van desfasando. Cada año tiene un mes en el que coinciden el perigeo con la luna llena, pero también un mes donde el plenilunio ocurre en apogeo y es la más pequeña del año. Estas coincidencias pueden ocurrir en cualquier mes del año, no sólo octubre.

Por otra parte, ¿qué tan diferente se ve la luna en apogeo y perigeo? Algo así como 15% mayor en apogeo. La imagen siguiente muestra este caso.

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No es raro que la gente acostumbre organizar lunadas y pretenda incluso aprovechar la ocasión para ver el cielo. En astronomía tenemos claro que el peor día para ver el cielo es durante luna llena, pues su brillo no permite ver más que las estrellas más brillantes. La misma luna es difícil de observar debido a que, como la luz del Sol llega perpendicular a su superficie, no hay sombras que permitan tener una idea de qué tan altos son los montes y cráteres lunares.

Es más el afán y la idea que ha circulado lo que respalda que las lunas de octubre son las mejores. Cada año tiene su mejor luna y no siempre ocurre en el décimo mes.

Para la próxima ocasión, nos dedicaremos a otro tema también recurrente al hablar de luna: el efecto que tiene en la poda de los árboles.




Pecados —y algunas virtudes— de “Inferno”; Dan Brown, de vuelta al cine

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Tom Hanks y Felicity Jones en “Inferno”. Fotos: Internet.

Colaboración Especial

Por Marco A. Hernández Maciel

La Paz, Baja California Sur (BCS). El profesor de simbología histórica de la Universidad de Harvard, Robert Langdon —interpretado en una tercera ocasión por Tom Hanks—no sabe dónde está. Golpeado, mareado, postrado en una cama de hospital, alucinando el apocalipsis de un infierno en la tierra, es salvado por la imagen angelical de la doctora Sienna Brooks —la talentosa Felicity Jones— quien lo ayuda a escapar de un atentado contra su vida, al mismo tiempo que descubre que posee un extraño objeto que es la causa de la persecución.

Hace diez años, “El Código Da Vinci” fue un éxito en taquilla que no pudo replicar con la secuela tres años después de “Ángeles y Demonios”, ambas dirigidas por Ron Howard. Pese a ello, el éxito editorial de Dan Brown sigue latente y tras la publicación de la novela “Inferno” en 2013, el Robert Langdon del cine regresa con el mismo director en la silla, para enfrentarse a un reto que en el papel es mayor, pero que en su manufactura presenta varios pecados.

Pecado 1: Florencia —y otras locaciones— desaprovechada. Aquella persona que haya leído el libro y no conoce Florencia, sin duda se enamoró de la ciudad. Una de las virtudes de la versión impresa es la descripción a detalle de algunos lugares emblemáticos, aderezado con pasajes históricos y revelaciones de túneles secretos y atajos que encajan perfectamente con la trama, y permiten que el personaje de Robert Langdon se luzca como una enciclopedia viviente. Sin embargo, en el filme poco podemos apreciar de ello. ¿Porqué? La respuesta puede estar en el siguiente párrafo.

Pecado 2: Mucha, mucha velocidad. Todo pasa muy rápido. La película va de un lado a otro sin dejarte respirar y corres un gran riesgo de mancharte la camisa de salsa o queso de nachos, pues no podrás quitar un segundo los ojos de la pantalla. Las dos horas de duración se van como agua y la rapidez con que la información fluye puede hacer que le pierdas el hilo a algunos detalles importantes dejando varias lagunas argumentales. Personajes entran y salen y de repente no se sabe qué es lo que hace o por qué lo hace. Museos y lugares emblemáticos usados como escenarios desechables. Una de dos, o la producción no consiguió los permisos para filmar con tiempo suficiente en locación o…

Pecado 3: El guión. David Koepp ha escrito películas como “Misión imposible”, “Parque Jurásico” y “La habitación del pánico”, pero aquí estamos ante uno que no entraría en la categoría de los mejores de su carrera. Aunque la adaptación es fiel en la mayor parte del libro, ésta se centra en la aventura de la pareja protagonista dejando de lado los detalles históricos y teorías sobre la vida de Dante Alighieri y su obra cumbre, “La Divina Comedia”, que enriquecen la novela original y que son la razón de ser de estas aventuras. La fuerza del personaje de Robert Langdon recae en su habilidad de descifrar claves secretas y teorías de la conspiración milenarias utilizando todo su conocimiento en hechos y símbolos históricos; es un personaje que gana por su inteligencia y sabiduría. En esta película eso se olvida y no se decide entre querer hacerlo un héroe de acción o una víctima colateral. Para rematar, el guión cinematográfico destruye una arriesgada reflexión sobre el futuro de la vida humana que en el libro se expone de manera cruda, dejando de lado su original sabor amargo para hacerlo mucho más dulce y sin consecuencias de por medio.

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Aun así, el carisma de Tom Hanks y Felicity Jones son suficientes para rescatar el filme, que acompañado de la vertiginosa edición, un casting adecuado que incluye a Ben Foster, Omar Sy e Irrfan Khan, y una excelente composición musical a base de sintetizadores —una extraña pero buena elección— no deja espacio para el aburrimiento. Por otro lado, aquel impacto histórico-religioso que se plasmó en la primera película de la trilogía aquí no existe en lo absoluto. La fórmula ya se siente desgastada, e “Inferno” se quedará penando eternamente en el purgatorio fílmico, pero le va alcanzar para tocar el cielo taquillero y seguramente una nueva secuela.