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Sí habrá concursos de crónica, ensayo, dramaturgia y novela en BCS

FOTO: Internet.

La Paz, Baja California Sur (BCS). La próxima semana se prevé el lanzamiento de una convocatoria estatal de literatura que dará apertura a los géneros de crónica, ensayo, dramaturgia y novela, mismos que tradicionalmente estaban incluidos en los Premios Estatales de Literatura “Ciudad de La Paz”, y que en la emisión de este 2017 sólo abarcan cuento y poesía. Aún no se establece el nombre del concurso, pero entraría en la denominada Colección Editorial Sudcaliforniana 2018.

América Pineda García, coordinadora de Fomento Editorial del Instituto Sudcaliforniano de Cultura (ISC), en exclusiva para CULCO BCS, adelantó algunos detalles de estas nuevas convocatorias; enfatizó también que la convocatoria de los Premios Estatales 2017 están a punto de cerrar —el próximo 28 de julio— y que no habrá prórroga, por lo que alienta a los interesados a entregar sus trabajos sin demora.

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Sería en los próximos días cuando el Consejo Editorial del ISC se reúna para afinar detalles de la nueva convocatoria que —tentativamente—, tendría como fecha límite de recepción de trabajos el 30 de septiembre para dar a conocer los resultados el 15 de noviembre de este año. Aunque los géneros de crónica, ensayo, dramaturgia y novela siempre han formado parte de la convocatoria anual, este año —explicó Pineda García—, por falta de recursos no salió con la de cuento y poesía.

Algunos de las cláusulas —que serán oficiales una vez publicada la convocatoria— delimitarán que los participantes sean escritores con trayectoria —con al menos un libro publicado de cualquier género—, por lo que no participarán bajo anonimato. No podrán participar integrantes del Consejo Editorial ni funcionarios del ISC. Los autores deben haber nacido en BCS o radicar aquí desde hace 5 años. El Consejo seleccionará al jurado integrado por tres especialistas de cada género, siendo los primeros quienes den a conocer el veredicto final: “positivo”, que indica su publicación; “en observación”, con la probabilidad de producirse; y “negativo” si el trabajo aún no tiene la calidad para ese fin.

Consejo Editorial del ISC. FOTO: ISC.

No habrá premios económicos para los ganadores de crónica, ensayo, dramaturgia y novela, sólo la publicación de su obra a un año de emitirse el dictamen, y el 10% de los libros publicados que serán cedidos al autor. La Coordinadora de Fomento Editorial del ISC también anunció que este concurso es una excepción de la regla, pero que para el 2018, todos los géneros saldrán a convocarse con premios económicos como ha sido la costumbre.

Los integrantes del Consejo Editorial del ISC, quienes tendrán la decisión del ganador de cada género, se integra por Christopher Alexter Amador Cervantes y la propia América Pineda García, por parte del ISC, y en representación de diferentes sectores de la sociedad de BCS, están Raúl Cota Álvarez, Olgafreda Cota Gándara, Luis Domínguez Bañero, Mario Guadalupe Fernandez Caro y Edith Villavicencio Garayzar.

Premios Estatales y Regionales, aún vigentes

Pineda García indicó que los Premios Estatales de Literatura 2017, en cuento y poesía, están a poco tiempo de cerrar: el próximo viernes 28 de julio, con un premio de 40 mil pesos para los ganadores de cada género; aclaró que fue una queja que en años anteriores se diera prórroga a la fecha límite y pretenden evitarlo este año, por lo que enfatizó que no se extenderá el plazo para recepción de trabajos. Hasta hoy, sólo se han entregado dos trabajos para cada género.

Por último, también se promocionan los Premios Regionales de Cuento y Poesía 2017, cuya fecha límite para entrega de trabajos será el 31 de agosto, con premios de 50 mil pesos para los triunfadores. En todos los casos, parte del premio es la publicación de la obra ganadora.




Yo vi el eclipse de Sol de 1991. La inolvidable noche de un mediodía

FOTOS: Internet.

La Paz, Baja California Sur (BCS). Hoy se cumplen 26 años del famoso eclipse de Sol de 1991, que se vio en buena parte de Baja California Sur. ¡Caray, hace tanto, que cuesta trabajo rastrear en mi memoria cuando contaba con sólo 13 años! Sin embargo, fue una experiencia tan única —perdón la redundancia— en mi vida, que hay partes que simplemente nunca se olvidarán.

Los sudcalifornianos fuimos afortunados. La escena celestial —más bañada de misticismo que de ciencia— de poco más de seis minutos parecía sacada de una leyenda: se oscureció totalmente el mediodía, y recuerdo que hasta los gallos cantaron en el ‘segundo amanecer’ de ese 11 de julio de 1991. Hubo toda una parafernalia antes y después, y después, también, ¡nos preguntábamos si alguien no se había quedado ciego!

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Estaba yo en Ciudad Constitución, donde nací y viví toda mi infancia y juventud —entonces, estaba en la Secundaria “Ricardo Flores Magón”. El fenómeno había sido publicitado por todos los medios existentes —entonces, la poderosa televisión (léase Televisa): ni cuando haber el impacto del Internet—, y si algo acompañó siempre a la información del eclipse total de Sol, era ¡no verlo directamente, pues te podías quedar ciego! Creo que la campaña funcionó muy bien, pues nunca supe de alguien que haya quedado así tras el evento.

Acá entre nos: yo volteé un par de segundos cuando se eclipsó totalmente y también cuando estuvo a punto de. No presumo la irresponsabilidad, pero yo estaba enajenado por el fenómeno natural que juré que no me lo perdería en su punto más impresionante, y no me aguantaba de preguntar cuándo “ya” podía voltear, así que fue también poco antes. Sabía que estaba ante uno de los espectáculos más inolvidables de mi vida. Dije que batallaría para recordarlo, pero veo que no: el eclipse de Sol no se me olvidará nunca.

Y bueno, la familia nos fuimos en caravana a la casa de mis tíos Samuel y Lupe. No sé, como que era algo especial para estar en bola. Desde antes, en la casa de mis papás, se veían formarse lentamente las caprichosas formas de luz que se proyectaban en el piso y la tierra. Mientras se iba eclipsando en el cielo, en el suelo, poco a poco, si estabas en a la sombra de un tejabán con algunos agujeros, o debajo de un árbol —en mi caso, lo vi de abajo del guayabo y los naranjos del patio—, esos círculos de luz que daba naturalmente el sol, empezaban a menguarse. Por todos lados donde hubiera agujeros ¡se vieron medias lunas de luz!

Ya en casa de mis tíos, íbamos, niños y adultos, en bola al patio, con algunos lentes que se habían repartido, unas placas de radiografía que hasta doblamos a la mitad para darle ‘más filtro’ y hasta alguna mascareta para soldar. Yo pude verlo formarse poco a poco. De reojo, con esos filtros, y con mucho miedo de quedarme ciego, pero al mismo tiempo, la emoción, que creció gradualmente al ver pardearse el cielo en pleno mediodía. No hay mejor forma de describirlo: atardeció y oscureció en minutos para dar paso a otra luz de amanecer.

Y no recuerdo bien cuánto sería, pero fueron unos segundos, lo que vi directo al cielo el eclipse solar total, cuando, se supone, ya no te haría ningún daño, pero había qué volver la vista pues en cuanto pasara los rayos que dejaría serían peligrosos. Ahí estaba el anillo de luz en el cielo: la Luna exactamente en medio del Sol y la Tierra. Todo oscuro alrededor. Una extraña coincidencia y una maravilla visual. No estuve en medio de ningún ritual, ni en un lugar especial o rodeado de mucha gente, era sólo un muchacho de 13 años en la casa de sus tíos en un pueblo que ya tenía algo que contar en su Historia.

Luego, en el horizonte se veía la alborada. Los gallos de mi tío cantaron. Regresamos a casa más tarde —¿o debo decir, en los primeros minutos del día siguiente? La televisora aún transmitía el fenómeno —recuerdo que hasta entonces conocí la existencia del poblado La Matanza, desde donde Televisa dio una especial cobertura. La Luna se le había atravesado al Sol y esa línea oscura se dejó ver desde Hawái hasta Sudamérica. Sí, los sudcalifornianos fuimos muy, muy afortunados. Los que lo vimos es probable que jamás lo volvamos a ver.




El día que las mujeres mexicanas acudieron a votar. Se cumplen 62 años

FOTO: Animal Político.

Érase una vez

Por Pablo Reynosa

 

“Una Constitución no puede llamarse republicana si excluye a las mujeres del derecho de ciudadanía… los hombres no pueden representar a las mujeres, porque sus intereses son distintos.” ‘Cincuenta preguntas de El Pensador a quien quiera responderlas’, por José Joaquín Fernández de Lizardi.

La Paz, Baja California Sur (BCS). Érase una vez que las mujeres no contaban con la posibilidad de elegir a quien las representaría en los puestos de elección popular, ni tampoco de ser votadas. En 1911 sólo podían votar en dos países del mundo, pero entonces, mujeres como Emmeline Pankhurst decidieron que querían ser tomadas en cuenta como lo eran los hombres, y fueron a exigir su derecho.

El derecho de las mujeres mexicanas a votar y ser votadas, es reconocido en la actualidad como un derecho humano, como un requisito fundamental para la igualdad entre mujeres y hombres, el respeto pleno a la ciudadanía y el fortalecimiento de la democracia, pero no siempre fue así.

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En México, el camino seguido para alcanzar la paridad de género, que actualmente es reconocida por el Artículo 41, Fracción I, Párrafo Segundo, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, “ha estado colmado de barreras invisibles, pero muy efectivas para impedir que ellas alzaran su voz y participaran en la construcción del país…”, apunta Clara Scherer en el artículo intitulado “¡Hay que celebrar!”, publicado el 28 de agosto de 2015 en Excélsior.

La legitimación constitucional y legal  de la paridad de género, toda vez que su reglamentación la prevé la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, así como la Ley General de Partidos Políticos, han conducido a que en la Conformación de la LXIII Legislatura de la Cámara de Diputados el 42.4% de sus integrantes sean mujeres, es decir, que 212 mexicanas sean diputadas, lo cual representa un crecimiento del 5%, con respecto de la Legislatura anterior y un 14% en relación con la LXI Legislatura.

Antecedentes

La construcción y el fortalecimiento de la democracia es uno de los capítulos más significativos de la historia política de México, por el importante trabajo que han desarrollado mujeres y hombres desde los primeros años del siglo XX. No obstante, en libros de historia y de ciencia política, únicamente se hace referencia a personajes masculinos como Francisco I. Madero, Emilio Rabasa o, en tiempos recientes, Jesús Reyes Heroles, quienes encabezaron la reforma política.

Es necesario inscribir las aportaciones de las mujeres en la historia de la democracia, entre las que sobresalen Juana Belén Gutiérrez de Mendoza, escritora crítica que en sus textos se opuso, igual que Madero, al régimen de Porfirio Díaz; Dolores Jiménez Muro, dirigente de las “Hijas de Cuauhtémoc” y las “Amigas del pueblo”, organizaciones que exigieron el sufragio femenino y la renuncia de Díaz; y pocos años después, Hermila Galindo, editora de “Mujer moderna”, publicación feminista que apareció entre 1917 y 1919.

Hermila Galindo es una figura de gran relevancia, ya que además de hacer aportaciones feministas de corte político, educativo, social y ético, presentó ante el Congreso Constituyente de 1917, en Querétaro, un memorándum en el que solicitó el sufragio para las mujeres. Este hecho notable la llevó a figurar junto con el general Silvestre González como los únicos líderes de la etapa inmediatamente posterior a la Revolución Mexicana que propusieron la igualdad política de hombres y mujeres.

Hermila Galindo,. FOTO: Cultura Colectiva.

Aun contando con tales propuestas, la ley electoral de los poderes federales, promulgada el 2 de julio de 1918, especificó que el derecho a votar y ser votado era sólo de los hombres. Hermila Galindo dejó de lado tal disposición y se postuló como candidata a diputada por el 5º distrito electoral de la Ciudad de México, hecho que la convirtió en la primera mujer que contendió por un cargo de representación popular. Lamentable fue que aun habiendo recibido la mayoría de votos, el Colegio Electoral no reconoció su triunfo.

Durante el Primer Congreso Feminista realizado en enero de 1916, se abordó la importancia de que las mujeres ocuparan puestos públicos y se discutió el tema de los derechos políticos.

Si bien los congresos feministas no tuvieron un impacto directo a nivel federal, en Yucatán, durante el gobierno de Felipe Carrillo Puerto se reconoció a las mujeres el derecho a participar en elecciones municipales y estatales. En la elección de 1923, tres mujeres se convirtieron en las primeras diputadas electas al congreso estatal: Elvia Carrillo Puerto, Raquel Dzib y Beatriz Peniche de Ponce.

En San Luis Potosí, a instancias del gobernador constitucionalista Rafael Nieto, se aprobó una ley que permitió a las mujeres aprender a leer y escribir, así como participar en los procesos electorales municipales de 1924 y en los estatales de 1925; esta reforma tuvo vigencia hasta 1926.

En Chiapas, en 1925, se reconoció a las mujeres el derecho de participar en las elecciones estatales y municipales. Elvia Carrillo presentó su candidatura, con una suplente mujer: Hermila Zamarrón, pero su triunfo en las urnas no fue reconocido por el Colegio Electoral de la Cámara de Diputados local.

A finales de la década de los veinte en la Ciudad de México, el Partido Nacional Revolucionario (PNR), fundado en 1929, estableció en el primer artículo de su Declaración de Principios que contemplaría “ayudar y estimular paulatinamente el acceso de la mujer mexicana a las actividades de la vida cívica”. El detonador de que las mujeres se organizaran fue la declaración de Ignacio García Téllez, presidente de la sección de Acción Política del PNR, respecto a que las mujeres no estaban listas para el sufragio.

Las movilizaciones feministas de los años 30’s concentraron agrupaciones corporativizadas en torno a intereses comunes, en las que las ideologías nacionalistas y comunistas compitieron contra los ideales feministas. En este contexto de pugna ideológica y política se consolidaron fuertes organizaciones de mujeres, entre cuyos principales ejes articuladores destacan las demandas de mejoras salariales, la repartición de tierra, apoyos para el cuidado de los hijos, la defensa del voto de las mujeres, la igualdad de derechos civiles y los derechos políticos.

Durante los primeros años de la década de los 30’s las mujeres se organizaron en tres congresos feministas. María Ríos Cárdenas lideró los congresos de mujeres, desde donde resonó la demanda por el voto, y, entre otras, por lograr salarios mínimos y jornadas de trabajo de ocho horas, tierras y oportunidades para las campesinas, licencias con derecho a sueldo, un mes antes y dos después del nacimiento de un hijo o una hija.

La demanda del voto unificaba las diversas posturas que esgrimían la diversidad de mujeres que lo integraban. En Guanajuato (1934) y Puebla (1936) se reconocieron los derechos de las mujeres a participar en elecciones municipales y estatales. En 1936 se lanzaron precandidaturas internas de mujeres a diputaciones en Veracruz. En 1938, en Guerrero, varias mujeres registraron sus candidaturas a las presidencias municipales.

Pese a estos moderados avances al interior de los estados, en el ámbito federal los derechos políticos de las mujeres continuaron contenidos.

El presidente Lázaro Cárdenas propuso una iniciativa de reforma al Artículo 34 constitucional para que se reconociera la igualdad jurídica de la mujer y se posibilitara su participación política, sin embargo, el trámite no se completó.

Fue durante el gobierno de Adolfo Ruiz Cortines, en 1953, que a iniciativa de la solicitud de Amalia Castillo Ledón, presidenta de la Comisión Interamericana de Mujeres, se reconoció la ciudadanía plena y el derecho al sufragio femenino.

En las elecciones del 3 de julio de 1955 las mujeres mexicanas acudieron por primera vez a las urnas a emitir su voto. En esa ocasión se elegía a diputados federales para la XLIII Legislatura.

A 72 años de que se reconociera el derecho al sufragio de la mujer en México, la obligación constitucional y legal de los partidos políticos de garantizar la paridad entre los géneros, en candidaturas a legisladores federales y locales, y del Instituto Nacional Electoral y los Organismos Públicos Locales Electorales, en el ámbito de sus competencias, para evitar el registro del número de candidaturas de un género que exceda la paridad, es ya una realidad.

Es cierto que aún quedan pendientes en la inclusión de las mujeres en los puestos de toma de decisión pública, sin embargo, desde que México reconoció el derecho al voto de las mujeres, el proceso en pos de su igualdad política no se ha detenido ni un solo instante, porque ellas así lo han decidido.

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*Los hechos históricos respecto del voto de la mujer en México, fueron consultados en el libro Contigo aprendí, una lección de democracia gracias a la sentencia 12624 del TEPJF, de Adriana Ortiz Ortega y Clara Scherer Castillo, y en el artículo De la mirada autoritaria a la libertad bajo palabra. Crónica de una injusticia que (aún) no cesa, de Clara Scherer Castillo.




Academia de danzas polinesias de La Paz irá por su tercer triunfo nacional

FOTO: Cortesía.

La Paz, Baja California Sur (BCS). A las 19:30 horas de este próximo domingo, la academia de danzas polinesias “Maunakea” celebrará su evento de clausura en el Teatro del IMSS, en esta ciudad, con un costo de recuperación; no se trata de un estudio de baile más, CULCO BCS pudo tener una entrevista exclusiva con su directora y una destacada alumna, constatando que es de las pocas, o quizás la única en esta capital, que ha ganado primeros lugares en concursos nacionales, preparándose para ir a competir a México y Estados Unidos, además de haber sido partícipes de un Récord Guiness en la Ciudad de México.

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Diana Lara Reyes es la directora e instructora de este estudio de baile ubicado en Cuauhtémoc y Marcelo Rubio, en la colonia centro, el cual cumplirá una década el año entrante y cuenta ya con seis sucursales, además de formar parte de las aproximadamente siete escuelas de este tipo de danza que hay en la ciudad. Buena parte de su vida la ha dedicado a este arte, pues cuenta con 17 años de experiencia.

Diana Lara Reyes. FOTO: Modesto Peralta Delgado.

“Inicié bailando desde muy pequeña, desde niña, lo dejé un tiempo por cuestiones de estudio y regresé a la adolescencia donde mi maestra, Adriana Ocejo Ape, me capacitó para ser instructora; eso fue a los 16 años, fue un primer grupo en los cursos de verano del Seguro Social“, dijo. La maestra de la academia de danzas polinesias —que incluyen danza hawaiana, tahitiana y samoana— tomó clases de ballet, folclórico, árabe y polinesio “pero siempre me fui con el último. Lo que más me gustó fue la cultura, que se basa en la traducción del baile por medio de tus movimientos corporales; es un baile muy femenino, muy sensual”.

Diana Lara Reyes fue la fundadora de este grupo de baile en la Universidad Mundial, la que ya tiene 13 años en funciones, y donde estudió la carrera de Derecho, gracias, en buena parte, a la beca cultural a la que se hizo acreedora. Actualmente, el estudio de baile “Maunakea” cuenta con las siguientes sucursales e instructoras: el Sindicato de CROC con Diana Pérez; El Pedregal con Desirée Gámez; La Fuente, con Vivian Lucero Cruz; Ignacio Allende, con Andrea León; Universidad Mundial, con Alicia Campos; y la maestra Helen. Todas ellas, con un total de 120 alumnas, preparan el cierre de su curso para este próximo domingo.

El grueso de la población de las bailarinas va de los 9 años hasta los 18 años, las que ensayan en el primer local comentado, de lunes a viernes entre 17:00 y 20:00 horas. Sin embargo, hay pequeñas que ingresan desde 2 años y medio, y no hay límite de edad, pues también hay mujeres adultas que a pesar de practicar “nunca se animan a presentarse en eventos —comentó entre risas—, pero vienen a hacer ejercicio y sentirse a gusto”. En una hora u hora y media, una sesión consiste en calentamiento y técnicas básicas, además, desde el año pasado han incorporado su propia orquesta para tener música en vivo.

FOTOS: Cortesía.

Curiosamente, no existe un solo varón en sus filas, y al parecer así es en cualquier academia de danzas polinesias en La Paz. “Aquí en La Paz es donde menos bailarines, en general, existen. No sé en qué consista, les da vergüenza, son más cerrados… De hecho en nuestra leyenda (que presentarán este domingo en su clausura) los protagonistas son un niño y un ave, y estamos metiendo una niña y el ave porque no tenemos quien nos baile (…) Pienso que es el vestuario que hace que se incomoden un poco”. Al preguntarle si influiría en ellos el machismo, sonrió y dijo que no deberían porque el baile para varones es “con muchísima fuerza, muy masculino, es completamente distinto al de las mujeres”. Como dato curioso también, es en una escuela de danza hawiana que hay en Loreto —coordinada por Adriana Ocejo—, donde sí hay hombres bailarines, siendo aproximadamente 25.

Triunfos y Récord Guinness

El estudio de baile “Maunakea” lleva 14 años participando en los carnavales de La Paz, obteniendo destacados lugares en años recientes: en 2010 ganó el primer lugar en carro alegórico y tercer en comparsas; 2013, segundo en carro; y 2015 el tercero también en carro alegórico. Sin embargo, sus triunfos han ido más arriba, a nivel nacional: desde el año 2000 empezaron a viajar a competencias al interior del país, y en 2014 obtuvieron el primer y segundo lugar en categoría infantil, y primero en la de juvenil y profesional, en el evento denominado “Kamani Ilikai” en Manzanillo, Colima.

A esto se suma el segundo lugar en categoría de grupo en el concurso “Heiti Are” en la Ciudad de México. Y en esa ciudad, el año pasado, participaron en el Récord Guinness —todavía en proceso de reconocimiento, aclaró la maestra—, al sumarse a una convocatoria que logró reunir y hacer bailar a más de 3 mil bailarines de danzas polinesias de todo México. Y a finales del año pasado, volvieron a a ganar en la Ciudad de México con su grupo infantil. “La siguiente meta es irnos a un concurso internacional. Se hace cada dos años en Los Ángeles, este año toca el 2018 y el 2020, estamos preparándonos, en verano. También queremos ir al Conservatorio de Tahiti, en las Polinesias, allá son las clases públicas, se juntan cinco o seis personas y se hacen las clases, e iríamos a tomar conocimientos”.

Récord Guinnes de danzas polinesias. FOTO: Cortesía.

Casi nació bailando

Válery Lizzet Murillo Fuerte es una jovencita de 12 años, quien ha pasado la mayor parte de su corta vida en esta academia de danzas polinesias. Dice que aún recuerda cuando llegó, a la edad de 4 años. Es una destacada alumna quien recuerda su segundo lugar nacional compitiendo en 2014. “Fue en Manzanillo donde competí por primera vez en solista y en concurso, gané segundo lugar, y participé en infantil y adolescente donde también ganamos lugar”.

Actualmente, Válery está por cursar su segundo año de secundaria; le gusta oír música asiática, polinesia y pop coreano, y además de bailar toca instrumentos de percusión como el toere y el tari. “Aparte de la danza, me interesa la repostería, pero aunque me guste también, no pienso dejar el hawaiano (…) La danza polinesia me ha enseñado lo que es la cultura, aparte de lo que nosotros hacemos aquí normalmente me ha enseñado los pasos, lo que hacen allá, las diferencias que hay entre unas culturas y otras (…) Allá es como más naturaleza”.

Finalmente, se reitera la invitación este domingo, a las 19:30 horas, que será la clausura de este estudio de baile, en las instalaciones del Teatro del IMSS, donde se verá el trabajo de las cinco instructoras y 120 niñas y adolescentes que harán gala de su baile, atuendos y su orquesta en vivo. El costo de entrada en taquilla es de 120 pesos general y 150 en VIP.




Posibles crímenes de homofobia en Loreto, revela comunidad gay en La Paz

FOTOS: Modesto Peralta Delgado.

La Paz, Baja California Sur (BCS). Este miércoles 28 de junio fue el Día Internacional del Orgullo Gay, y en La Paz, y a falta de una marcha conmemorativa —como hubo en años pasados—, la comunidad LGBT realizó un modesto evento en el teatro al Aire Libre “Rosaura Zapata” —a espaldas del Teatro de la Ciudad; en medio de la poesía que hubo, se dio a conocer una noticia que ya empieza a circular en medios locales: la sospecha de crímenes de homofobia en Loreto, siendo —al parecer— cuatro varones las víctimas en lo que va del año.

El evento denominado “La cura que cura” —en una referencia paródica a la denominada Familia Natural, asociación que en semanas recientes promocionó a un psicólogo que prometía ‘curar’ las homosexualidad en cuatro meses— contó con un par de decenas de asistentes, quienes hacia las 6 de la tarde aún sentían los estragos del calor; sin embargo, el clima fue noble, y una hora después refrescó.

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La cita había sido a partir de las 5 de la tarde, aunque la mayor parte de los asistentes se dejaron ver entre las 7 y 8 de la noche —noche ‘soleada’, como suele ser en nuestro verano. A la entrada del teatro hubo venta de artesanías y comida, y al fondo, un par de mantas que aludían a respetar los derechos de la comunidad gay rematados con un arreglo de globos multicolores.

En el foro se contó con declamación, rap, algo llamado ‘slang poético’ y cine debate. Y hacia la derecha del recinto, el evento coincidió con la entrega de lentes que realizaba la diputada federal Jisela Paes Martínez.

Según Alma Margarita Oceguera, organizadora del “La cura que cura”, hubo un intento por parte del equipo de la legisladora, de impedir que se realizara en ese lugar, sin embargo, lograron estar cada quien por su lado. Allí vimos a la diputada panista, quien se negó a dar una entrevista por “no abonar” a la situación que terminó, realmente, sin mayores incidentes. Habrá que recordar que Jisela Paes marchó junto con la comitiva de la Familia Natural en meses pasados, sumándose al movimiento que está en contra del matrimonio igualitario, y tiempo después la legisladora protagonizó un escándalo por un pleito familiar. Pero la diputada panista no quiso hablar de nada —también le pedimos su opinión por este tipo de eventos—, sólo si le preguntáramos sobre los lentes que estaban entregando a las personas de escasos recursos que estuvieron allí desde temprano.

Lo que se sabe de Loreto

Ayer mismo, SDP Noticias publicó: “la extraña muerte de 4 homosexuales ocurridas en Loreto durante 2017 tiene a la comunidad LGBT, junto a familiares de las víctimas, con miedo. Ellos no creen lo que el dictamen de defunción dice: paro cardíaco. Para ellos se trata de asesinatos. De crímenes de odio”.

CULCO BCS contactó a una persona de dicha ciudad, quien por razones de seguridad no dio su nombre, pero que apoya la presunción de crímenes de homofobia en Loreto. Señaló que hay una creciente preocupación y hartazgo, y que es necesaria una investigación seria al respecto. Se presume que cuatro varones —al parecer, homosexuales— de entre 30 y 50 años, desde enero hasta semanas recientes, fallecieron con huellas de golpes y habrían sido ahorcados, sin embargo, las autoridades han manejado la información como muertes por paro cardíaco.

En el caso más reciente, se trataría de un funcionario municipal, y la familia podría tomar cartas en el asunto; además, al parecer hubo otro intento más de privar la vida a un joven, quien sería el único sobreviviente. Según la misma fuente, se ha sospechado que el posible agresor sea un joven no mayor de 20 años. Hasta el momento, ninguna autoridad ha dado a conocer nada sobre estos presuntos homicidios.

Por otra parte, también en Loreto —aparece publicado en el blog de Jesús Chávez Davis—, “el Frente Nacional por la Familia inició sus acciones (…) conformando un comité e impulsando sus tres principales propuestas que son: no al matrimonio igualitario, no a la adopción de menores por parte de  parejas del mismo sexo y no a la sexualidad temprana en la  educación a través de contenidos escolares”.