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El Galeón de Manila en la California del Sur. Vientos de Oriente y Occidente

FOTOS: Internet

Tierra Incógnita

Por Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Vientos del pasado llegan hacia nosotros y atraen con su suave brisa al famoso Galeón de Manila o Nao de China. En la actualidad, pocos son los que recuerdan la poderosa influencia que produjeron los viajes, que por espacio de 250 años, se realizaron entre las Islas de Filipinas y la Nueva España, y menos aún rememoran que en la mayoría de ellos, el sitio de llegada, aunque sea de forma accidental o temporal, fue la punta austral de la península de California.

Durante el siglo XVI, la búsqueda de una ruta rápida hacia las regiones del Oriente de Europa, básicamente los países que conforman el continente Asiático, enfrentó en una desesperada y ríspida carrera contra el tiempo a dos de las grandes potencias marinas en ese entonces: España y Portugal.

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Después de que algunos viajeros empezaron a llevar desde los confines de Oriente hasta los reinos europeos una gran cantidad de alimentos, conocidos comúnmente como especias y hierbas aromáticas (pimienta, pimentón, chile, cardamomo, clavo, macis, casia, nuez moscada, canela, etc.), se causó un gran revuelo en las clases adineradas, las cuales vieron modificados sus hábitos alimenticios al incorporarles estos condimentos, hasta ese tiempo desconocidos. Sin embargo, el gran problema que había era que estos productos sólo llegaban a través de caravanas que hacían largos viajes a pie o en caballo y que duraban más de un año en concretarse. Además, sólo podían transportar una carga muy limitada de estos productos. En ese entonces las rutas eran sumamente peligrosas, ya que estaban infestadas de ladrones que asaltaban las caravanas y robaban su preciada carga.

Fue entonces que los reyes de España y Portugal se enfrascaron en una serie de exploraciones, buscando una vía más rápida para hacerse de estos productos y, obviamente, obtener la supremacía en su comercio y en las pingües ganancias que se obtenían. Quienes tomaron la delantera fueron los navegantes portugueses, ya que consiguieron llegar a los países asiáticos rodeando el continente africano por el Cabo de Buena Esperanza y enfilar su rumbo hacia el Océano Índico para finalmente llegar a las islas y tierras donde abundaban las especias. El reino de Portugal estableció un férreo dominio sobre esta vía, la cual defendió incluso con acciones armadas. Fue por ello que España volvió sus ojos hacia los mares de occidente, con la firme idea de que si se viajaba lo suficiente hacia el oeste, dado que el planeta tierra era esférico, se llegaría hacia las codiciadas tierras de Oriente y su preciado tesoro de las especias.

Es así como los marinos españoles y otros más, que no eran nacidos en este país pero que alquilaban su trabajo a este reino, empezaron a surcar los mares buscando esta ruta. Si bien es cierto que a finales del siglo XVI (1592) el navegante Cristobal Colón había descubierto algunas grandes islas en su ruta hacia occidente (lo que posteriormente se aclararía que era América), no fue sino hasta ya entrado el siglo XVII, en el año de 1519, que el Rey Carlos I de España integra una flota con 5 naves capitaneada por Fernando de Magallanes, con el propósito de que llegara a las islas llamadas “Molucas” por los portugueses, y así definir una ruta de navegación que fuera propiedad del imperio español. No olvidemos que en el año de 1494, los reinos de España y Portugal había firmado un documento llamado Tratado de Tordesillas, en donde se comprometían a dividirse el mundo conocido, y por conocer, a través de los viajes de ultramar, en una línea imaginaria establecida a 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde. Los portugueses conservaban para sí las rutas al oriente a través del Cabo de Buena Esperanza, y dejaban para los españoles todo un extenso espacio de mar (o por lo menos así se creía) y lo que se encontrare hacia el occidente.

En la extraordinaria expedición que realizó Magallanes, logró la gran hazaña de rodear el vasto continente americano en su parte más austral, legando para la posteridad el famoso Estrecho que lleva su apellido, y que le permitió ingresar al Océano Pacífico (Magallanes fue quien le dio este nombre aunque ya había sido “descubierto” por Vasco Núñez de Balboa en el año de 1513). Prosiguiendo su ruta hacia el Noreste, al final logra desembarcar en la isla denominada como Cebú y decide bautizar a este conjunto de islas con el nombre de Filipinas en honor al Rey Felipe II de España. Lamentablemente, Magallanes muere en un enfrentamiento contra los naturales del lugar y es su piloto, Juan Sebastián Elcano, quien logra llevar a los pocos sobrevivientes de la expedición y a la maltrecha nave capitana de regreso a España a donde llegan en el año de 1522.

Ya con la seguridad de una ruta que ofreciera a España un pasaje hacia el codiciado “oro” de las especias en oriente, se inician expediciones buscando viajar desde las costas de la Nueva España, adquirir la preciada carga en las Filipinas y volver sanos y salvos al punto de partida. A partir del año de 1522 se realizaron diversas expediciones hacia las islas de oriente, entre las que sobresalen las encabezadas por Ruy López de Villalobos (1541) y Miguel López de Legazpi (1564). Lamentablemente, ambas escuadras no pudieron contar con pilotos expertos que pudieran encontrar una corriente marina que les ofreciera la posibilidad de regresar hacia las costas americanas, aún con la carencia de vientos adecuados. No hay que olvidar que en esa época los barcos dependían para su movimiento de los vientos, por lo que si encontraban una “calma” que durara varios meses, podría significar la muerte de todos los ocupantes del navío debido al hambre y la sed.

No fue sino hasta el año de 1565 que el marino y Frayle Andrés de Urdaneta logra encontrar la corriente marina conocida como Kuroshio la cual impulsaba los barcos hacia el noreste de las Filipinas, pasando cerca de Japón, para posteriormente unirse a la Corriente del Pacífico Norte la cual empuja a los barcos a partir del Cabo Mendocino para que desciendan hacia el sur del continente bordeando las costas del pacífico de la Nueva España. A esta ruta se le denominó “el tornaviaje” y fue la pieza que faltaba para armar el rompecabezas de los viajes de América hacia las islas de Oriente.

A partir del año de 1565 se inició un acelerado y exponencial comercio con todo el Oriente, puesto que los comerciantes o representantes de las casas comerciales que estaban establecidas en las Filipinas tenían contacto con comerciantes de todas las regiones del Asia, por lo que era común ver en la Bahía de Manila, capital de Filipinas, a cientos de barcos procedentes de casi todas las regiones alrededor del archipiélago buscando vender sus diversas mercancías, las cuales se extendieron desde las clásicas especias (pimienta, clavo y canela) a la porcelana, marfil, laca y elaboradas telas (tafetanes, sedas, terciopelo, raso), artesanía china, biombos japoneses, abanicos, espadas japonesas, alfombras persas, jarrones de la dinastía Ming y un sinfín de productos más.

Fue así como se empezaron a habilitar barcos que pudieran soportar las inclemencias de los largos viajes y los meses de estar bajo el sol abrasador, que lograran soportar grandes cargas (hubo Galeones de Manila con capacidad hasta de 2000 toneladas) y transportar a una gran cantidad de pasajeros y tripulación (se dice que la Nao de China “La Santísima Trinidad” pudo transportar hasta 1000 personas). Fue tanto el auge del comercio en estos años que llegaron a enviarse 3 o más Naos cada año para ir y traer su preciada carga.

Sin embargo, a pesar de que la ruta estaba asegurada en cuanto a que ya se conocía la cartografía de la misma, no estaba exenta de graves peligros. Por un lado, la gran cantidad de tiempo que se invertía para ir hacia Filipinas (3 meses aproximadamente) y regresar a la Nueva España, que por lo general desembarcaban en Acapulco (6 meses o más), provocaba que solamente aquellas personas con una gran resistencia al hambre y las enfermedades (sobre todo al mal de Loanda o escorbuto) pudieran sobrevivir. La mortandad era grande, ya que aproximadamente sólo el 20% de los que viajaban en el barco lograban retornar. Además de lo anterior, en muchas ocasiones las naos zozobraban debido a las malas condiciones en que zarpaban. La voracidad de los comerciantes obligaba a los capitanes de los barcos a realizar la ruta sabiendo que los barcos tenían podrida una gran parte de su superficie y que seguramente naufragarían en cualquier momento. Preferían cobrar el cuantioso “seguro” del barco antes que velar por la seguridad de pasajeros y tripulación.

Y por si esto fuera poco, durante los 250 años que duró el tránsito del Galeón de Manila por el Pacífico, ocurrieron una gran cantidad de ataques de corsarios que buscaban hacerse de sus fabulosas riquezas aún a costa de su propia vida. La fama que daba a estos bandidos del mar el haber capturado a uno de los Galeones de Manila les aseguraba su pase a la posteridad, además de grandes sumas de dinero.

La península de California salta a la luz del interés de la Corona Española, precisamente durante el siglo XVII y XVIII de la mano de la ruta del Galeón de Manila. Como ya se ha explicado, la Nao de China en su viaje de retorno hacia el puerto de Acapulco pasaba de forma paralela a nuestra península. En su interior llevaba una gran cantidad de pasajeros enfermos, hambrientos y otros más casi agonizantes. Era de imperiosa necesidad para la Corona Española (mejor decir para los inescrupulosos comerciantes españoles) el encontrar algún punto de desembarco en donde se les pudiera surtir de agua y alimentos para continuar el viaje (y llevar su preciada carga a sus bodegas en Acapulco) y que se pudieran recuperar los muchos enfermos que transportaba.

De hecho, el intento fallido de fundar un enclave permanente en la California por parte del explorador Isidro de Atondo y Antillón en el año de 1683, fue motivado por la apremiante necesidad que tenía la Corona Española de reducir las graves pérdidas de los Galeones de Manila en su tornaviaje. En la expedición de Atondo se realiza la primer incursión hacia la parte de Bahía Magdalena (costas occidentales de la California) en busca de un sitio favorable y con agua para la llegada del Galeón de Manila, sin embargo, no se encuentra un espacio que cubriera estas condiciones. Durante los años en que los Jesuitas estuvieron realizando su labor evangelizadora en la California, fueron constantes las presiones de la Corona Española para que exploraran y establecieran un sitio en las costas occidentales de esta península y que dieran salvataje a la Nao de China.

No fue sino hasta el año de 1730 que el sacerdote jesuita Nicolás Tamaral logra establecer una Misión en el sitio que se denominó San José del Cabo, en la región que los pericúes llamaban “Añuití”). Hasta este sitio llegaron varios Galeones de Manila a surtirse de agua en el famoso humedal que ahí se encuentra y a recargarse de provisiones, para culminar con el trecho que les quedaba para llegar a Acapulco. El sacerdote Francisco Xavier Clavijero nos narra en sus crónicas misionales que en el año de 1734 arribó a la bahía de San Bernabé (San José del Cabo) un enorme Galeón de Manila con una gran cantidad de enfermos. Después de permanecer varios días y surtirlo de agua y cuidar de sus enfermos, dejaron en la Misión a cuatro de los pasajeros más afectados y el galeón continuó su viaje hacia Acapulco.

Tres de los enfermos se restablecieron totalmente y sólo uno de ellos, debido a su avanzada edad y grave condición, falleció. Los tres regresaron a la Ciudad de México, donde a la par del capitán del galeón, contaron al Virrey de la atención recibida por el Misionero del lugar. Fue entonces que se recomendó a todos los Galeones de Manila hacer una parada para obtener “refrescos” en su regreso al puerto de Acapulco.

Sin embargo, no siempre fueron bien recibidos los tripulantes del Galeón de Manila en las Californias. Se sabe que en el año de 1589 el corsario inglés Thomas Cavendish capturó y saqueó a uno de los galeones, de nombre Santa Ana, frente al Cabo California (hoy Cabo San Lucas) lo cual lo volvió el corsario más rico de todo el mundo en esa época. En el año de 1709, otro corsario de nombre Woodes Rogers atacó al galeón de nombre Nuestra Señora de la Encarnación, sin lograr su captura; sin embargo, dejó a 8 marinos muertos y otros heridos. También se sabe que, en una ocasión que arribó un Galeón de Manila para surtirse de agua y bastimento en San José del Cabo, al desembarcar una canoa con varios soldados, fueron atacados por un grupo de pericúes los cuales les dieron muerte.

En la actualidad se conoce que, durante el tiempo en que el Galeón de Manila realizó su ruta y llegada a las costas de la Baja California, se llevó a cabo un gran intercambio y contrabando de mercancías. La Corona Española, precisamente para evitar que las mercancías que traía el Galeón de Manila se vendieran sin pagar los impuestos correspondientes, tenía una fuerte prohibición al capitán de estos barcos para que comerciara con los productos; sin embargo, la corrupción ya se había enseñoreado también en estas lejanas tierras, por lo que de forma descarada los comerciantes avecindados en la Baja California acudían en sus botes hacia la Nao de China y compraban diversos productos como especias, porcelanas, estatuillas, etc. a cambio de lingotes de plata. Aún en la actualidad se puede apreciar en el Museo de las Misiones, en Loreto, B.C.S., una gran cantidad de objetos que fueron adquiridos en la Baja California y procedían de las bodegas del Galeón de Manila.

Se cree que unos 110 barcos tuvieron el honroso título de Galeón de Manila o Nao de China y que pudieron surcar los mares desde la Nueva España hacia su destino en el archipiélago Filipino y volver con sus grandes riquezas, sin embargo, no todos tuvieron esta suerte. Con la llegada del siglo XIX y los movimientos independentistas que se dieron en todas las posesiones españolas, México entre ellas, los viajes del galeón se suspendieron (en la Nueva España en el año de 1815). Aunado a lo anterior, la invención de los buques de vapor permitió que la Corona Española iniciara viajes por vías alternas hacia sus posesiones en Filipinas, perdiendo todo interés de que se hiciera por Acapulco. Una vez consolidada la independencia de México, oficialmente en el año de 1821, se dio por finalizado el comercio con el sistema de los Galeones de Manila.

La historia de la Antigua California es plena en sucesos que marcaron la vida de nuestra nación y que impactaron en su destino actual. Mucho hay aún por descubrir y dar a conocer, para que las generaciones de todos los tiempos se sientan orgullosos de su pasado y celebren la vida de este paraíso natural. Como colofón del escrito dejo a ustedes un inspirado verso basado en los legendarios Galeones de Manila o Naos de China:

A las aguas de Acapulco llegando desde Manila con su gran riqueza enfila un gigantesco galeón; por él vienen los ingleses armados para la guerra, cuando se aleje de tierra encontrará al Centurión (El Galeón de ManilaMusador)

 

Bibliografía:

Almazin M. A. El galeón de Manila. Artes de México, n.º 143, 1971.

León Guerrero, María Montserrat (2000). «El gran logro descubridor del reinado de Felipe II. El hallazgo de Tornaviaje de las Filipinas por el Pacífico hacia Nueva España». XIII Coloquio de Historia Canario-Americana ; VIII Congreso Internacional de Historia de America:

Martín-Ramos, Clara. Las Huellas de la Nao de la China en México (La Herencia del Galeón de Manila). 2007.

Ibarra y Rodríguez, Eduardo (1892). Don Fernando el Católico y el descubrimiento de América. Imprenta de Fortaner, Madrid. pp. 184.

Fernández de Navarrete, Martín (1837). Expediciones al Maluco, viage de Magallanes y de Elcano. Imprenta Nacional.

LEÓN GUERRERO, Montserrat (2000). El segundo viaje colombino. Universidad de Valladolid (tesis doctoral)., pp. 20-28.

Rodao, Florentino, Islas del Pacífico: El legado español. Madrid: Lunwerg, 1998, pp. 27-35

John D. Neville. «History of Thomas Cavendish», Heritage Education Program, US National Park Service.

La Historia de la Antigua o Baja California. IV tomos. Francisco Xavier Clavijero.

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A 30 años de la Cola de la Ballena. Entrevista con Efrén Olalde San Chez

 

El Beso de la Mujer Araña

Por Modesto Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Entrando a La Paz por Ciudad Constitución —sobre la carretera transpeninsular—, se encuentra un monumento emblemático denominado La puerta de La Paz, el que con el tiempo fue bautizado por la gente como La Cola de la Ballena o La Paloma de La Paz. Este año se cumplen 30 años en que se inauguró la primera etapa, es decir, esa caprichosa forma, única en el mundo, que celebra el ciclo reproductivo de la ballena, al mismo tiempo que parecen ser los brazos abiertos de una bienvenida.

¿Quién es el autor, un autodenominado “hacedor de formas y fantasías”? ¿Cuál fue el descontento con la construcción de su obra que lo llevó, en su momento, tanto a demandar al Gobierno del Estado como a exponer el caso al entonces presidente Vicente Fox? ¿Cómo concibió esta escultura, la que por cierto, no considera su obra maestra? En exclusiva para CULCO BCS, el escultor Efrén Olalde San Chez rememoró los detalles alrededor de este símbolo de la ciudad, así como un mural prometido y que nunca se realizó, el de la fundación de La Paz.

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Juan Cuauhtémoc Murillo escribió un libro muy recomendable: De la memoria al olvido. Monumentos de La Paz, Baja California Sur, donde sostiene que La Cola de la Ballena es “el conjunto escultórico de mayores dimensiones en la ciudad”. Lo describe hecho de material mixto, con su arco de 25 metros de extensión y 18 de altura —que simboliza el sol— y la escultura central que todos conocemos, ubicado en la colonia El Zacatal. Según la misma fuente, fue el 22 de febrero de 1989 que el Ayuntamiento de La Paz y el Gobierno del Estado a través de Fidepaz convocó a un concurso para este proyecto, resultando ganador Efrén Olalde San Chez. El 3 de mayo de ese mismo año, el gobernador Víctor Manuel Liceaga Ruibal colocó la primera piedra. La primera etapa quedó concluida al año siguiente, pero habrían de pasar 11 años para que consumara tal como se ve hoy —con todo y el descontento del autor— gracias a recursos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.

Efren es un hombre mexiquense, de 73 años, radicado en La Paz desde 1980. Es paceño por adopción desde hace 40 primaveras. Me recibió en su casa, en la colonia El Pedregal, con una estupenda vista del mar y la ciudad. “Casa Las Piedras” dice en la entrada, donde me recibieron los ladridos de una perrita. Hay que subir ese pedazo de cerro, en medio de latosas piedras y otros objetos, pero que  al llegar a su taller, se ve cómo esos materiales inertes, en sus manos, terminan siendo algún objeto de arte. Lo encontré con su mandil de trabajo, mientras pintaba una artesanía, lo que me parecía la forma de un pescador. Los últimos rayos del sol entraban por el techo de lámina, pero alcancé a ver todo el entorno: su casa es como una galería viva, un pequeño imperio barroco con formas y colores y finos acabados en todos lados. Esa casa ¡él la hizo! Pues al dar sus datos generales, efectivamente, también dice ser albañil.

Me considero un hacedor de arte de tiempo completo. Como te decía hace rato, yo me consideraba en mi juventud artista plástico, pero es algo que ya no va con mi forma de pensamiento. Me considero un hacedor de formas y fantasías, y dentro de esta inquietud, dentro de este oficio, día a día estoy encontrando respuestas a mi existir, pues estoy haciendo pintura, fotografía, escultura. Tengo 20 ó 22 años de albañil (…) Yo estudie en la Academia de San Carlos, en la Ciudad de México. Allá nací, ahora estoy aquí radicado hace ya casi 40 años. En este año estoy en séptimo piso tercer departamento, acabo de cumplir 73 años, tengo la fortuna de estarme haciendo viejo.

Esta casa que habitamos, en la que estás, la que yo atesoro, efectivamente un 80% la hice yo. Esta inquietud de saber el cómo trabajar el material, arena, cemento, todo esto, y buscar no ser albañil nada más por ser un albañil, sino también lo combinaba con la creación; entonces, en mi trabajo del albañilería hay mucho de creativo. Tú ves muros, columnas, pisos, donde hay estampados en el piso, donde hay columnas que se hicieron con cemento marquelinado; hay acabados muros que son muros que están muy muy simples; esta casa no tiene los grandes acabados porque no me interesaba hacer grandes acabados, me interesaba hacerle acabados creativos, y por el patio podrás ver que hay bancas, columnas, pisos estampados, pintados, buscando como integrar el oficio de la pintura en la albañilería, es un trabajo muy bonito pero muy desgastante.

Por supuesto, Olalde San Chez es un artista, y reconocido, aunque le gane la modestia. En su haber, llevó dos veces su trabajo audiovisual a Ginebra, Suiza, donde vive su hija. Sabiendo de los antecedentes de su papá, me invitan a participar a exponer, yo tuve el atrevimiento de poner en dos ocasiones la obra, y ahora no lo volveré a hacer porque yo no nací para vivir del arte, el arte me hace vivir. En 2006, ganó el primer lugar en pintura en el Art Air. Esto no me hace mejor artista, simplemente fue algo casual, pero viví esa gran aventura. ¿Y la Cola de la Ballena, sería su obra maestra? Le pregunté. No, si tú me volvieras a preguntar o alguien me preguntara cuál es la mejor obra que considero, yo diría que hasta este momento no he encontrado lo que sigo buscando. Si yo dijera que esta o aquella es mi mejor obra, entonces no tendría sentido seguir insistiendo. Por fortuna, todos han sido pequeños trayectos, también hay errores, pero sigo perseverante. A este momento creo que no, y no creo que llegue a considerar un día alguna de mis obras como maestras, no hay tal.

La puerta sin autor

Yo me quedó con el nombre de Cola de la Ballena —declaró Efrén Olalde, sin chistar—, porque es el nombre que le ha puesto el pueblo, no ha sido lo oficial, lo oficial se ha olvidado. Efectivamente, fue el 89 que salió la convocatoria para La Puerta de La Paz, nombre original del monumento. ¿Pero es ballena o paloma? Yo pienso que se le conoce por la paloma por la relación que hay con la paz, la paloma en sí y el concepto de paz, creo que por ahí mucha gente la identifica como la paloma de la paz, pero no, aquí son dos perfiles estilizados de gaviota que interpuestos hacen la cola de la ballena.

El proyecto que se presentó, es una maqueta donde se contempla, efectivamente, que es una puerta de entrada y salida de los visitantes, es decir, que lo que ahorita nosotros vemos, eso debería estar al centro de los carriles para que los autos, todo vehículo, pasara por debajo de, a través de, para que se justificara el concepto de “puerta” de La Paz. Pero en el gobierno de Mercado Romero, ese gobernador consideró que estorbaba, así dijo en las declaraciones a la prensa, que porque estorbaba lo cortaron y lo pusieron donde hoy lo vemos. Como artista que me considero hasta el momento y como ciudadano, pues me vi en la obligación de demandar al Gobierno del Estado por daños al patrimonio cultural; no se logró nada, pero sí interpuse la demanda a mediados de los 90, por cómo había sido agredida la obra (…) Después tuve que pedir en una visita que hace el presidente Fox a la entidad, le pedí su auxilio, su apoyo, como en esa investidura de Presidente de la Republica para que él me ayudara, y efectivamente, a raíz de esta petición fue que se empezaron a considerar los trabajos de este monumento.

A pesar de ser, quizás, el monumento más emblemático de La Paz, el artista ha peleado desde su instalación porque no se respetó el diseño que le valió el triunfo del jurado del concurso. Difiere del concepto original en muchos sentidos, para empezar no está al centro de los carriles; en lo que se considera la fuente, la fuente que se considera como estas cálidas aguas del golfo de California, el océano Pacifico donde sumerge esta ballena, nunca tuvo agua, más bien la llenaron de tierra y cactáceas; al arco, este arco viene a significar el sol, este arco tiene cuatro tensores se los pusieron para que no se caiga, no sé si por cuestiones de huracán o no lo calcularon bien. Pregunté si esos tensores no eran necesarios, pero aparentemente es consecuencia de haber hecho mal las cosas desde el inicio. Lo que sucede es que hacen las zapatas para hacer este desplantamiento de lo que viene a ser el sol, pero las dejan olvidadas, llegan aguas de huracán, de lluvias, en diferentes momentos y se empiezan a inundar estas fosas, estos espacios que se dejan para las zapatas; cuando yo consulto con ingenieros y arquitectos me dicen que ya no va a trabajar en la misma forma, por la humedad, por la salinidad que ha ido acumulando; entonces, ante las demandas que estuve haciendo y las llamadas de atención al Gobierno del Estado, pienso que una solución por parte de ellos fue pensar poner los tensores, porque sí, el día de mañana podría efectivamente este metal ya no trabajar en su correcta forma.

De hecho, en la maqueta, en el proyecto original se pone de entrada un letrero que decía “Bienvenidos a La Paz, hogar de sol, mar, desierto y ballenas”, este texto nunca fue contemplado y lo cambiaron por un fragmento de Fernando Jordán “Si quieres la paz yo te la ofrezco”, es decir, hubo muchos cambios, muchas cosas que no se consideraron, incluso los arreglos de jardinería no se contemplaron como estaban propuestos en la maqueta. Cabe anotar que dicho fragmento del poema Calafia ya no es visible actualmente. En el caso de La Cola de la Ballena creo que ya las autoridades no van a hacer más nada, ya su papel, que no fue muy digno, lo hicieron.

Para el concurso de La Puerta de La Paz, el escultor garabateó alrededor de 80 bocetos en los que llegó a considerar cactus o berrendos, incluso en una montaña, pero fue ganando en su imaginación algo sobre fauna marina. Así un buen día le llegó la inspiración… Cuando empiezo a aterrizar a pensar en la flora y la fauna sudcaliforniana, en este caso las gaviotas, la ballena y de ahí, del dibujo, paso a hacer una pequeña maqueta muy sencilla y jugar con luces, el cómo corre el sol a través de una lámpara, ahí empiezo, cuando yo hago esto corro esta lámpara. Y bueno, al final, desencantado con los resultados, no deja de sentirse satisfecho con su propuesta, con todo y que en ningún lado del monumento se ha colocado el nombre de Efrén Olalde San Chez como autor. Me siento satisfecho por mi propuesta, porque le estuve trabajando en mi mesa de trabajo, valga la redundancia, estuve trabajando buenos días para llegar a esta conclusión, por eso es que me siento satisfecho por mi propuesta. Que no haya sido interpretada como se planteó, bueno, lamentablemente ahí ya no puedo seguir adelante, ahí viene el desencanto, pero en lo que es mi trabajo, mi propuesta me siento satisfecho.

 

El mural prometido

También en 1989, Olalde San Chez ganó otro importante concurso para las Fiestas de Fundación de La Paz. El mural se llamaría Encuentro de Dos Culturas y tendría 5 metros de alto por 13 ó 14 metros de largo, de haberse realizado, pero nunca se construyó. En aquel entonces, el certamen fue convocado por el Ayuntamiento de La Paz que encabezó Leonel Cota Montaño. Por supuesto, hubo un premio en efectivo, pero el mayor premio sería ver esta obra que se pensó para el Parque Cuauhtémoc, ese que hace poco se remodeló y que tiene uso, principalmente, para los que gustan de andar en patines y patinetas.

En exclusiva, compartimos imágenes de la maqueta de ese mural que, luego de 30 años, pareciera que nunca va a realizarse. Presenté un proyecto basado en las fuentes históricas y retomo la muerte de Fortún Jiménez en manos de los guaycuras, y lo plasmo en un monumento de 5 metros de alto como por 13, 14 metros. Este monumento está integrado en una plaza pública donde están plasmadas diez figuras: hay cuatro indígenas, cuatro hispanos y en la parte de arribas dos efigies femeninas, la europea y la hispana.

Este monumento se nos prometió a la comunidad que se iba a hacer en el parque Cuauhtémoc, desafortunadamente, a este momento, después de estar pidiendo atención a las autoridades no lo han hecho, es un caso perdido, porque es un cero a la izquierda, nuestra historia, nuestros orígenes culturales, parece que no interesan a nuestros gobernantes, y eso es muy lamentable porque viene otra vez otro 3 de mayo que sería para las fiestas de fundación ese monumento y no hay nada en concreto. En este caso no se presentó demanda porque no, simplemente hay una omisión por parte de la autoridades, y ahí considere yo que no puedo hacer nada más ante la omisión, la indiferencia (…) Al pueblo de Baja California Sur se le está omitiendo una parte muy importante de su historia, de nuestras raíces.

En el caso de monumento a la fundación de La Paz es tarea pendiente, lo más reciente que yo he hecho es dirigirme al actual Presidente de la República (Andrés Manuel López Obrador) cuando el vino aquí a La Paz en su carácter de candidato; voy a tener nuevamente que dirigirme a él. En el documento escrito del proyecto que aún conserva, se lee que sería un muro con un concepto escultórico tallado en cantera rosa, con una fuente con caída de agua y jardín posterior, además de ser un espacio amplio y escalonado para un foro de eventos culturales. De haberse construido, llevaría una placa donde se leería: “Estos acontecimientos marcan el inicio de lo que fue el encuentro de dos culturas: LA GUAYCURA Y LA HISPANA. Es aquí donde surge una nueva raza: Los Sudcalifornianos que hoy somos”.

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De pequeño dios a ventrilopoeta. Manifiesto poético

IMAGEN: Internet.

Colaboración Especial

Por Christopher Amador

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). El lector es el gran ventrílocuo. Sin usar consonantes labiales nos tiene en su boca como el poeta usa a otros poetas cual marionetas que manipula (Francisco Hernández como el pináculo y más claro ejemplo). Lo que antes salía del corazón es empujado por el vientre y el lector es bacinica. Seguimos siendo los hombres huecos de T. S. Eliot, los hombres rellenos del polvo que se desprende de la madera al serrarla (aquél tiene madera mucha de escritor, éste muy poca). La poesía hoy es el juguete pero no la diversión, la risa ya no es lo mismo tras Nicanor Parra. Ventrilopoemas, ventrilopoesía… ¿Quién después de Nica bebe y habla sin ahogarse? Acaso sea hora de volver a casa, de-cantar para recordar y no cantar para ordenar el caos. Hemos prestado la voz a un espantapájaros. Poetas: el único método para la verdad es la interpretación de nuestro cinismo. El poema es un cielo sin orillas, agua que no sacia o calma la sed de los que la contemplan. La literatura congela nuestras manos para no pasar tan rápido las páginas del día, nos deja en la cara esa mirada postcoital adolescente en el azoro de estar vivos. Hay que aceptarlo, no estamos listos para, como el marinero fenicio que advierte Borges, devolver el remo —somos una eterna intertextualidad, continuar al otro, pasar la estafeta, hacer a muchas manos un estilo propio—. Mientras braceamos se construye la canoa; nuestro vivir es un buscar peces más gordos donde nadie está remando. Pisar de grillos en la noche la poesía es un laberinto de espejos encontrados donde las enunciaciones de la técnica se ven rebasadas a la hora de medir el mundo en las regiones de la mente desde la frágil materia del verbo. Cada verso en un poema es una punta de una misma figura geométrica donde la fábula y la metáfora de lo eterno se contiene, se multiplica. Estamos mil veces solos a la n potencia, cada punto y seguido nos abre una puerta a lo desconocido. No podemos parar, nos persigue un lobo, nuestro aliento es su aullido. Poesía es la relectura del presente, el nosotros como novedad ante la lectura; la escritura es una forma de leer, es la relectura de nuestros antepasados (escribir es releer clásicos). Como en los sueños, inventamos el poema que leemos. Sin embargo, yo no escribo para gustar, escribo para defenderme de la realidad. Escribir es defender un tiempo propio. Que la ciencia política se siga ocupando de los límites de la opinión, nosotros de no tropezar o pisar al vecino en la danza de la post-belleza y la posverdad. Lectoras, lectores: unos hablan con los pájaros, otros como ellos o a pesar de ellos (hay quienes incluso intentan, con sus palabras, volar más alto). Yo cuando escribo los apedreo, aliento la prisa de sus colores falsos. Hoy más que nunca es de valientes navegar con remo tan pobre como una guitarra o un adjetivo. Los gallos no deciden si amanece. Que quede claro: el poema es una muchacha que se mira en el espejo mientras cuenta l   e   n   t   a   m   e   n   t   e cada pétalo de su propia rosa. El poema de nuestro tiempo es la bitácora de un burócrata o de un becado que no permite lugar para el cuerpo tendido en pleno de la urgente Musa, un rascar de huevos que no puede ni llegar a ser puñeta. El bosque empieza en el primer arbusto que uno incendia. La poesía es el hilo de Ariadna que vibra y corre de la música de las esferas a la teoría de las súper cuerdas. De ese hilo pendemos todos los que la buscamos, los que intentamos oírla como dos niños que, con un hilo tenso y vasos de corcho, hacen un teléfono. Que alguien nos diga dónde el poema cuando la cultura de la terminología y el avance de los modelos para explicarnos la realidad es la nueva metafísica del logos. Dios no ha muerto, está soñando(nos).

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dejé mi rostro atrás). (Contando nubes

 

La poesía nos dejó hablando solos.

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Primer respondiente virtual

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Ius et ratio

Por Arturo Rubio Ruiz

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Uno de los principales problemas para la eficiencia funcional del sistema de justicia penal en Baja California Sur, es la falta de capacitación de los elementos policiacos encargados de realizar las actividades iniciales en la investigación de hechos delictivos.

Se conoce como “primer respondiente”, al oficial en funciones de seguridad pública en llegar inicialmente al lugar del evento o en el que se localizan o aportan indicios relacionados con el mismo.

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Una vez que se tiene noticia de la realización de un hecho que pudiera resultar constitutivo de delito, la autoridad del conocimiento debe proceder sin mayores dilaciones a su investigación, obteniendo para ello, información que permita la pronta localización del lugar, motivo de la denuncia, y la detención de los probables perpetradores.

El primer respondiente deberá informar, por cualquier medio y en cuanto sea posible, a su inmediato superior y al Ministerio Público, a fin de coordinar las acciones a realizar. Habrá de proceder de inmediato a:

◉ La atención de las víctimas,

◉ La detención de los probables perpetradores del evento, a quienes les informará puntualmente de sus derechos y actuará en todo momento con respeto a los mismos;

◉ Entrevistará a los testigos,

◉ Procederá al aseguramiento del lugar del evento,

◉ La identificación, aseguramiento, embalaje y manejo adecuado de los indicios encontrados, sujetos a cadena de custodia, y

◉ Rendirá de todo lo anterior un reporte pormenorizado, que se conoce como IPH (Informe Policial Homologado).

La labor entonces a cargo del primer respondiente, resulta fundamental, pues se constituye prácticamente en la espina dorsal de las investigaciones criminales, principalmente cuando hay personas detenidas involucradas con el evento materia de la intervención.

De lo anterior, queda claro que el llamado primer respondiente debe contar con una capacitación, preparación y desarrollo de destrezas y habilidades propias del encargo, que difícilmente podemos exigir a nuestros agentes de las corporaciones policiacas en la Entidad, pues el gobierno escatima mucho la asignación de recursos a tal fin.

Toda vez que enfrentamos la operación del sistema penal, sin que nuestros agentes de la policía preventiva estén debidamente capacitados, es frecuente que se cometan errores en el desempeño de la función de primeros respondientes, y se han dado diversos casos –de alto impacto social- en los que, habiendo sido detenido el probable perpetrador de un hecho delictivo, el juez de control ordena su liberación por violaciones al procedimiento.

El temor a enfrentar la responsabilidad de realizar mal su labor, hace que los agentes preventivos eludan, en lo posible, acudir como primeros respondientes. Eso retrasa la actuación persecutora y genera impunidad.

Otro problema se relaciona con la entrevista de los testigos. La regla general es que el primer respondiente no sepa realizar una entrevista adecuada. Se pierde información valiosa, y tanto el testigo como el respondiente pierden mucho tiempo en el procedimiento. Mención aparte merece la letra manuscrita en el llenado del IPH informe policial homologado. Verdaderos jeroglíficos en ocasiones ilegibles.

 

NUESTRA PROPUESTA

Crear la figura del “Respondiente Virtual”, un profesional calificado, con especialización en el sistema penal acusatorio, con experiencia forense, que en tiempo real y mediante comunicación digitalizada, vaya guiando paso a paso al primer respondiente, tanto en el procedimiento de intervención, como en la forma de realización del mismo.

El respondiente virtual, cubriendo un  turno funcional en un horario 24/7, tendría a su cargo las siguientes funciones:

∎ Asesoría en tiempo real a los elementos policiales municipales respondientes al reporte de la posible comisión de un hecho delictivo o falta administrativa.

∎ Dirigiría y supervisaría el interrogatorio a testigos, precisando los elementos mínimos indispensables que en cada caso el testigo aporta en la entrevista.

∎ Interpretación legal de la existencia de los elementos constitutivos de los supuestos donde aplique la detención en flagrancia.

∎ Dictaminación inmediata sobre la configuración de la flagrancia en la posible comisión de un hecho delictivo o falta administrativa.

∎ Actualización constante de la normatividad aplicable en el ejercicio de la labor policial en respuesta a posibles noticias criminales.

∎ Interrelación eficaz con las dependencias correspondientes para la unificación de criterios de interpretación de la calificación de detenciones, en particular, y de todas las incidencias procedimentales durante la actuación en el lugar de la intervención, en lo general.

 

CONCLUSIÓN: El respondiente virtual daría certeza a la actuación policial, y evitaría la comisión de errores actualmente permiten a peligrosos criminales, eludir la acción de la justicia, al ser liberados por errores en el procedimiento de su detención. Hablamos de abatir la impunidad y elevar los niveles de eficiencia y eficacia en la persecución y sanción del delito.

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Estilo de vida swinger: amar es compartir

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Sexo + psique

Por Andrea Elizabeth Martínez Murillo

La Paz, Baja California Sur (BCS). En la actualidad, existen diversas formas de vincularnos emocional o sexualmente con otras personas, por lo que cada vez es más común escuchar términos nuevos como poliamor, anarquía relacional, relaciones abiertas, entre muchas más, y es que, a medida que la información fluye, se ha logrado instaurar cierta flexibilidad mental sobre las distintas formas de vincularse con el otro. Dentro de este abanico de posibilidades, encontramos a las vinculaciones tipo Swinger, parejas que deciden abrir su relación de una forma muy específica, pero, ¿qué son y qué implica tener una relación swinger?

Swing proviene del inglés y significa columpiarse. Los swinger se definen a sí mismos como un estilo de vida, en donde tienen la creencia de que todos tienen el derecho de vivir, amar y disfrutar de la sexualidad mediante el consentimiento y el acuerdo entre los participantes.

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De acuerdo con el sexólogo César Galicia , los swingers son personas que están en relaciones monógamas y se dan permiso de tener encuentros sexuales con otras personas en espacios y momentos acordados mutuamente. Comúnmente se creía que era el mero intercambio de pareja, sin embargo, no solo se limita a esa práctica, es simplemente una opción.

Dentro de las actividades más comunes se encuentra tener actividad sexual con la pareja mientras que una o más personas observan, mantener actividad sexual en el mismo lugar que otras parejas sexuales, intercambiar parejas sexuales o involucrar a un tercero a la actividad sexual, entre otras.

Es de suma importancia mencionar que para las vinculaciones swinger, la monogamia no es sinónimo de exclusividad sexual. Si bien viven de forma monógama entre ellos — se respetan como la pareja principal —, se permiten involucrar a un tercero o cuarto a sus relaciones sexuales, sin que esto implique establecer un vínculo amoroso, por lo que no habría infidelidad. O sea, hay una fidelidad emocional pero no sexual.

Este concepto puede ser difícil de asimilar si entendemos la monogamia como la exclusividad o casi propiedad de la pareja. Por ejemplo, uno de los acuerdos podría ser que, mientras la pareja principal se ame y no amen a nadie más, los actos sexuales no representan una amenaza a la relación. Por lo que una pareja que decida incursionar en el mundo swinger debe tener acuerdos muy claros y específicos de lo que se permite o no y en qué momentos parar.

Entrar al mundo swinger y que todo salga bien, implica tener un vínculo estable con tu pareja además de una comunicación asertiva y empática. Si bien hay parejas que deciden probar esta vinculación por estar cansados de la monotonía, no significa que este sea el único motivo.

Si no estoy preparado para ver a mi pareja gozar sexualmente con otra persona, no es recomendable experimentar la vinculación swinger. Primero sería más adecuado revisar cómo andan los celos, inseguridades, mitificaciones sobre el amor y la pertenencia de las personas, antes de aventurarme a este estilo de vida. Por otro lado, si deseo participar, hay ciertas reglas básicas que se pueden seguir:

  1. No es no. Es la regla de oro en el mundo swinger, se debe de respetar la decisión de cada persona relacionada y parar en el momento en que uno no se sienta a gusto.
  2. No se establece ningún tipo de relación afectiva o emocional fuera del encuentro swinger, por lo que los intercambios de número de celular y otra forma de contacto están limitados para la información de los encuentros, así mismo, verse a escondidas de alguno de los participantes está prohibido.                     
  3. No se habla del estilo de vida swinger fuera de ciertos espacios. Las personas swinger suelen ser muy celosas de su privacidad, por lo que mencionar nombres o datos específicos de las parejas no está bien visto.
  4. Protección, el uso de métodos de barrera como el condón femenino o masculino son obligatorios en todo momento.

De forma semejante a las reglas, también puedo decidir el grado en el que me involucro en la comunidad swinger. Están las parejas soft, en donde no hay penetración, solo caricias, besos o frotamientos. Las parejas full, en donde se permite la penetración, los switch, que pueden o no aceptar la penetración y los single o terceros, que no llevan pareja por si alguna los escoge para un trio. La forma más común para identificarlos, es utilizando pulseras de colores para cada tipo de swinger.

El estilo de vida swinger es una decisión en pareja, por lo que se debe de elegir libremente y no bajo chantajes o manipulaciones. Si te interesa conocer este tipo de vinculación en nuestro estado, podemos encontrar varios grupos en Facebook sobre las comunidades swinger, como la página Swinger en Los Cabos o Swinger La Paz. O podemos revisar la página de internet Hoteles Kinky para ver la lista de los Love Hotel que son amigables con los swinger.

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