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El hoyo: de cine de culto a “la película de la cuarentena”

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Kinetoscopio

Por Alejandro Aguirre Riveros

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). El cine minimalista de ciencia ficción donde todo pasa en un solo espacio confinado se ha vuelto un género en sí mismo: “El Cubo”, “El círculo”, “El examen”, “La habitación de Fermat”. Cintas que con una gran inventiva logran traspasar con éxito uno de los mayores retos cinematográficos: contar una historia con pocas locaciones o incluso en ocasiones con una sola. Se trata de una quimera entre la dramaturgia, el más exquisito lenguaje cinematográfico y las emociones que acompañan a un estilo de thriller que raya en lo claustrofóbico: suspenso, emoción, sorpresa, anticipación y ansiedad.

A esta suerte de películas corresponde la ópera prima del director y publicista español Galder Gaztelu-Urrutia: El hoyo. Una producción que en un tiempo récord ha logrado ganarse la etiqueta de “película de culto” y que, incluso, a escasos días de su estreno, se ha convertido en la cinta española más vista en Netflix dentro de los Estados Unidos. Aunque gran parte de este logro se debe a que su temática encaja perfectamente con el aislamiento que ha acompañado a la reciente crisis por el COVID-19, convirtiéndose así popularmente en “la película de la cuarentena”.

 

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La trama sigue a Goreng, quien despierta en una extraña torre/prisión atravesada por un agujero por donde desciende una plataforma con la comida que han dejado los inquilinos de los niveles superiores. Trimagasi, su compañero de piso, lo instruye en las reglas de aquel misterioso experimento social: dos personas por nivel y un número desconocido de niveles. La meta es sobrevivir durante un largo mes antes de ser reubicado aleatoriamente en un nivel diferente: si subes sobrevives y si bajas te mueres de hambre.

Se trata de una narrativa que aglomera la sátira, el terror y la violencia a través de un diseño de producción que recuerda a lo más surreal y grotesco de Luis Buñuel. Una historia con diálogos deslumbrantes y personajes que cautivan desde el primer momento, para otorgarnos el mismo efecto de angustia sosegada que nos podría brindar un híbrido entre “Esperando a Godot” y “El silencios de los inocentes”. En general, se trata de una experiencia audiovisual que no deja al espectador indiferente sino que, hasta cierto punto, lo invita a ser parte activa de la experiencia al obligarlo a involucrarse en la búsqueda de respuestas para las constantes intrigas metafóricas que se van abriendo conforme la trama avanza.

Destaca el guión de David Desola (Almacenados, Hasta el último trago) y la fotografía precisa de Jon D. Domínguez (Fe de etarras, El ataúd de cristal). No por nada la cinta fue premiada con el premio del público en el festival de cine de Toronto y como la mejor película en Stiges. Además de ser nominada a tres premios Goya y haber obtenido uno por sus efectos especiales.

En definitiva, gracias a un excelente trabajo de guión y una soberbia puesta en escena la cinta logra proponer una mirada crítica y existencialista a la condición humana. A través de una mezcla entre cine de terror y ciencia ficción subraya la fragilidad de un sistema sociopolítico basado en la desigualdad y el individualismo. Sin embargo, su verdadero efecto catártico se amplifica bajo la luz de la actual pandemia que azota al mundo. Porque no hay nada más angustiante, y liberador a la vez, que mirar El hoyo encerrado en casa, sin poder salir, amenazados por un virus que amenaza con colapsar los sistemas de salud, sabiendo que la más grande crisis económica nos aguarda a la vuelta de la esquina y que, allá afuera, la gente en los supermercados lucha ferozmente por agandallar la mayor cantidad de papel de baño.

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Filosofía de la química (IV)

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La demencia de Atenea

Por Mario Jaime

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). No solo las armas químicas sino los contaminantes derivados de las reacciones cambiaron la forma de vida y las relaciones con el ambiente.

Uno de los precios del progreso químico ha sido usar al mar como vertedero de sustancias contaminantes. De placenta vital el océano se ha convertido en el basurero del humano. Los numerosos eventos históricos muestran la pertinencia de una aproximación integradora para comprender fenómenos complejos, como lo son los efectos que los contaminantes tienen sobre los sistemas biológicos.

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Por ejemplo, la enfermedad de Minamata es uno de los casos clásicos de transferencia de un contaminante a través de la dieta. Brevemente, este evento trágico se suscitó en Minamata, prefectura de Kumamoto, ciudad al sur de la isla de Kyushu, Japón. Inició alrededor de la década de 1950, cuando desechos industriales que contenían mercurio fueron vertidos al ambiente marino, después de lo cual el mercurio se transformó en metilmercurio, facilitando su incorporación en los organismos marinos. Peces, bivalvos y otras especies, se vieron seriamente afectadas. A su vez, las familias que se alimentaban de estas especies presentaron signos de envenenamiento, lo mismo que sus mascotas.

El registro de efectos adversos y muertes inició, y con ello una serie de investigaciones exhaustivas. Después de varios años se logró asociar severas afectaciones en el sistema nervioso con la presencia del mercurio en las personas. Debido a que los contaminantes son capaces de rebasar las fronteras políticas dibujadas por los países, el problema de la contaminación promete incrementarse y generar conflictos internacionales.

Otro paradigma de la química contemporánea fue la producción de plásticos. Los plásticos son polímeros sintéticos de alto peso molecular y baja densidad constituidos por moléculas de carbono, es decir, orgánicas. Es un material versátil, de larga durabilidad que ha sido usado extensivamente desde el siglo XX debido a sus atractivas propiedades tales como su liviandad, ser agradable al tacto, aislante eléctrico, impermeable y su resistencia a la corrosión, la degradación ambiental y biológica. Estas características le han convertido en el material más común para la manufactura de miles de productos de industrias tan diversas como la electrónica, la de envoltorios, del vestido y calzado y múltiples artículos como juguetes, fibras, muebles, bolsas, botellas, gafas, etc.

En los últimos 60 años, la producción global de plástico ha ido en aumento y en la actualidad se producen 300 millones de toneladas al año, de las cuales el 40 % corresponde a la fabricación de envases y el 20 % a la construcción (PlasticsEurope Plastics 2016). El gran problema es que, al no ser un material biodegradable, el plástico -cuando se desecha- no puede re integrarse a los ciclos moleculares orgánicos.

Una cantidad inmensa de plásticos entra en los ecosistemas acuáticos mediante el descarte, las aguas negras, los lixiviados, vertederos y contaminación de los mares. Algunos estudios han estimado que más de 5 trillones de piezas de plástico flotan en la superficie de los mares (Eriksen et al. 2014) y se ha documentado una cantidad ingente de plásticos en el piso oceánico (Schulz et al. 2015; Claessens et al. 2011; Ivar do Sul et al. 2009; Lattin et al. 2004; Watters et al. 2010).

Los plásticos pierden resistencia y se fragmentan con el tiempo debido a procesos físico químicos, la exposición a la luz solar, la oxidación o la acción física del oleaje y las corrientes. Esta fragmentación no es una degradación. El polímero es más pequeño, pero no se altera su configuración química. Por ejemplo, en una sola lavada una fibra sintética puede fragmentarse en cerca de 2 mil fibras microplásticas.

Se clasifican estos fragmentos plásticos según su tamaño. Se denominan microplásticos a partículas de 5 mm a 1 μm de diámetro y nanoplásticos a partículas menores a 1 μm.

Se han documentado más de 630 especies marinas que interactúan con partículas plásticas. Dentro de estas se encuentran peces, tortugas, cetáceos, aves, moluscos y crustáceos (Gall et al. 2015). La ingesta de estas partículas ha causado daños a las aves marinas mediante el bloqueo del sistema digestivo o perforación intestinal (Wilcox et al. 2015). Se ha documentado que varias especies de tortugas marinas ingieren plástico probablemente confundiéndolo con medusas, lo que afecta su sistema digestivo ocasionando incluso la muerte (Lazar y Gračan 2011; Mascarenhas et al. 2004; Tomás et al. 2002). En junio de 2018 se registró en el estómago de un calderón Globicephala macrorhynchus un total de 80 bolsas de plástico que ocasionaron su muerte.

El gran conocimiento médico de nuestra época lo debe en mayor medida al desarrollo de la química. Gran parte de los diagnósticos médicos se basan en pruebas de reacciones de sustancias. El conocimiento sobre los microorganismos, los procesos metabólicos y la bioquímica de bacterias y protozoarios permitieron medidas antisépticas y desinfectantes eficaces. Antibióticos, antipiréticos, analgésicos y fármacos antinflamatorios, principios activos  y excipientes; vacunas y retrovirales implican una base química.

La química de los alimentos junto con el desarrollo de los transgénicos, las estrategias agroquímicas, los insecticidas como el DDT y los plaguicidas revolucionaron el mundo. Nunca antes había habido tantos alimentos, tantos sabores, colores, aditivos, colorantes, nutrientes adicionados y mezclas disponibles. Tal ha sido un factor relacionado con la supervivencia, la sobrepoblación, el desarrollo de nuevos cánceres, la plaga de la diabetes, el sobrepeso y la disponibilidad casi inmediata de biomoléculas, como los carbohidratos, que no eran tan fáciles de conseguir en otras épocas.

El saber químico es un saber necesario, que implica desde sobrevivir como individuo hasta la dominación política. La inteligibilidad sobre los alcaloides y las “drogas” tiene repercusiones económicas, morales, políticas y de guerra. Actualmente, ya no necesitamos desarrollar drogas a partir de moléculas encontradas en las plantas, podemos sintetizarlos. Un gran ejemplo es el fentanilo, una droga opioide más potente que la morfina sintetizada a partir de diversas moléculas orgánicas. Se usa con fines médicos pero de manera recreativa es ilegal y constituye un negocio multimillonario para los principales cárteles del mundo.

Hoy ya no se puede pensar sobre la realidad sin fundamentos químicos, no quiere decir esto que todo es química. Reducir epifenómenos a lo químico sería grosero. Un ejemplo es cuando Ochoa defendía que la química es el todo, a lo que Gustavo Bueno replicó: Y vamos a ver las letras de un libro de química ¿cómo se unen entre sí: por enlaces covalentes o por enlaces simples? Tal es un chiste pero viene al caso, hay fenómenos como la conciencia que no pueden ser reducidos al nivel químico… ¿todavía?

Lo que resulta sustantivo es que, sin embargo, el conocimiento sobre los cambios de los materiales con los que se constituye lo real nos indica que habitamos mundos materiales, concretos y no espirituales o ideales sin una base objetiva.

Pues antes de pensar en la inmortalidad, los números, las teorías, el alma, los dioses y la magia: usted debe digerir, querido lector.

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Lagunas en Baja California Sur. Llanos de Kakigüi (II)

FOTOS: Noé Peralta

Explicaciones Constructivas

Por Noé Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Como lo comenté en la primera entrega de Lagunas en Baja California Sur, en años recientes se generaron lluvias extraordinarias, procedentes de la cada vez más frecuente presencia de huracanes formados en el Océano Pacífico, los cuales dejan una gran cantidad de lluvia que ha sacado a relucir hermosas vistas de lagunas que por mucho tiempo estuvieran completamente secas. Una de estas lagunas es denominada “Llanos de Kakigüi”.

Los llanos de Kakigüi se encuentran dentro del territorio del municipio de La Paz, casi colindando con el municipio de Comondú; en la actualidad, sus alrededores están prácticamente deshabitados debido a las sequías recientes y es que, desde el año 2014 a causa del huracán Odile, estos llanos no se han llenado a una buena capacidad como para mantener un hato ganadero y producir lo suficiente en leche, carne y queso, para poder vivir decorosamente.

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En pláticas que tuve en este año con una persona que visitaba seguido esos lugares por cuestiones familiares, me comentó de la difícil situación que están pasando por la falta de agua; y es que ya con varios años sin una lluvia considerable, se hace insostenible la permanencia de una vida sedentaria para los rancheros ahí radicados.

Se nos relató que unas de las personas que recién abandonó su rancho en los llanos de Kakigüi, fue el señor Gonzalo Higuera Amador, quien, después de poco menos de 20 años de vida continua y radicando en esos lugares, tuvo que optar por salir de ese lugar mantenido con mucho sacrificios. Él y su esposa María de Jesús Amador Amador, se fueron a vivir a Ciudad Constitución con una hija que les dio posada, y dejó atrás el rancho que en alguna ocasión le dio muchas satisfacciones económicas. A un año de cambiar su residencia (que también tuvo que ver la edad avanzada de Don Gonzalo), buscando mejores condiciones de vida, los siguió su hijo José Manuel (Chepo Higuera), que se había quedado en los llanos.

Según nos cuenta Don Gonzalo, en años muy buenos de lluvia los llanos llegan a alojar una gran cantidad de agua, que fácilmente dura de una estación a otra; con esa cantidad de agua es posible tener un gran número de cabezas de ganado. Si nos imaginamos sobrevolando los llanos en plena época de lluvias intensas, tendremos a nuestra vista una gran laguna ¨natural¨ de agua dulce en plena sierra que divide los municipios de La Paz con Comondú, impresionante sin duda en contraste con el paisaje completamente desértico de la zona.

En aquellos buenos años llegaban a vivir entre 10 y 12 familias que se servían de mutua convivencia, quienes vivían económicamente holgados; en la actualidad, según  pláticas de familia de Don Gonzalo, únicamente vive una familia compuesta por el señor Jorge Amador, esposa, un hijo ya mayor y dos niñas; de ahí afuera no se ve ningún ser humano en aquella inmensa soledad.

Los llanos de Kakigüi se encuentran en lo más alto de la sierra norte del municipio de La Paz, donde un poco más al norte y después del arroyo de Los Dolores (punto de colindancia municipal entre Comondú y La Paz), inicia la aún más alta Sierra de la Giganta, que es la columna vertebral de Baja California Sur. Estos llanos se encuentran a una altitud promedio sobre el nivel del mar de 425 metros, que, aunque no es mucha altitud, así se hace ver por estar prácticamente a la orilla del Golfo de California, donde la divide una cadena de cerros que sirven como represo natural, las coordenadas geográficas del llano principal es de latitud 25 grados, 0 minutos y 10 segundos Norte y longitud 111 grados, 51 minutos y 40 segundos Oeste, aunque en su totalidad lo constituye un sistema de tres lagunas conectadas entre sí.

Para poder llegar a conocer los llanos de kakigüi se tiene que seguir la ruta hacia el km. 128 de la carretera transpeninsular, del tramo que comunica a La Paz con Ciudad Constitución. El viaje se hace muy largo (para los que viajamos seguido), ya que no se aprecia población alguna importante, sin contar con la pequeña localidad de Las Pocitas, que ya recientemente dispone de una tienda de conveniencia y una estación de servicio de gasolina, haciendo de esta comunidad un lugar de receso casi obligado, sobre todo para ¨estirar¨ las piernas del viaje.

En el paraje denominado 128 (los propietarios usaron mucha imaginación para ponerle nombre), se encuentran dos caminos que salen de la carretera federal número 1, incluso se puede decir que es un cruce de caminos, que son muy transitados por los corredores de carros de carreras y motociclistas; de este punto se toma hacia el lado derecho de la dirección de La Paz hacia el norte, y se toma una brecha en mediano estado de conservación hasta el punto donde se encuentra la población de Santa María de Toris, donde se recorren 65 kms; de ahí con un camino regularmente muy intransitable, ser recorren otros 25 kms hasta donde inician el primer llano, dando un total de 90 kms desde la carretera transpeninsular.

El nombre que da origen a los llanos proviene según del dialecto guaycura, los nativos antes de la llegada de los misioneros españoles nombraban al lugar Quaquihué; con el tiempo y la castellanización, el vocablo quedó en Kakigüi. Al ser un lugar muy árido y no tener ¨ojos¨ de agua o manantiales, no se tiene vestigio de localidades indígenas prehispánicas, como en otros lugares de la península, razón por la cual nunca se hizo un intento de crear un centro de población en el lugar, incluso no se sabe de la existencia de pinturas rupestres en los alrededores.

Los misioneros jesuitas optaron por fundar otras localidades cerca de los llanos, donde había más probabilidad de subsistir y, sobre todo, de tener agua disponible todo el año aun en sequías; una de ellas en la actualidad está ruinas y casi en total abandono por las autoridades del gobierno y es la misión de Los Dolores Chillá, mientras que la otra, a pesar también de no tener restauraciones intensivas, se encuentra en muy buen estado, y es la misión de San Luis Gonzaga Chiriyaqui, localizada en el municipio de Comondú. Y desde ésta última Misión partiremos en nuestra siguiente entrega del reportaje de lagunas sudcalifornianas hacia los llanos de Hiray, también conocidos como llanos de Magdalena.

 

 

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Crónica de una mordida anunciada. ¿Qué está pasando en el Congreso de BCS?

FOTO: Reforma

Hilo de media

Por Elisa Morales Viscaya

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). En las últimas horas han trascendido videos y fotografías que muestran una violenta disputa en oficinas de Finanzas del Congreso del Estado, donde las diputadas Lorenia Lineth Montaño del Partido Encuentro Social (PES) y Rosalba Rodríguez López de MORENA, literalmente se muerden mutuamente, asunto que llegó incluso a medios nacionales.

Al momento, la discusión y defensa entre ambas parlamentarias se ha enfocado en “quien mordió primero”, pero ¿qué fue lo que sucedió para que llegaran a tal extremo?

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Primer round

Nos remontamos al mes de julio del año pasado, cuando tras diferencias entre algunos miembros del bloque morenista en Baja California Sur, MORENA, que había llegado como mayoría parlamentaria en septiembre de 2018, pierde el control del Congreso y le son arrebatadas diversas comisiones legislativas.

Por su parte, los diputados Carlos Van WormerHéctor Ortega Pillado, salen de la fracción de Morena y se integran, al lado de Ramiro Ruiz Flores y Sandra Moreno, a la nueva fracción Juntos Haremos Historia por Baja California Sur.

Los diputados de oposición —que para entonces eran una nueva mayoría—, votaron y aprobaron reformar la Ley Reglamentaria del Poder Legislativo. Este es el punto relevante, ya que tras estas modificaciones a la Ley, la Presidencia de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, deberá corresponder sucesivamente a los coordinadores de las fracciones parlamentarias, en orden de mayor a menor representación por un año (Artículo 50, fracción II); asimismo, los integrantes de las comisiones, sean permanentes o especiales, sólo podrán ser removidos de su cargo por renuncia voluntaria (Artículo 64).

De tal manera que, con esta reforma, los cambios de titularidad en las comisiones quedaron “blindados” a favor del bloque de oposición para que, en lo sucesivo, no pudieran ser modificados; es decir, “tumbaron” a MORENA de las comisiones legislativas y acto seguido reformaron la ley para que los morenistas no les pudieran aplicar lo mismo en el futuro, y no pudieran recuperar estas comisiones en lo que quedaba de la legislatura.

Ante esto, los diputados del Movimiento de Regeneración Nacional se inconformaron considerando que la reforma es contraria a derecho y pusieron la resolución del conflicto en manos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), órgano que aún no resuelve la controversia.

Segundo round

Luego trascendió que el pasado 6 de marzo de 2020, se llevó a cabo una sesión privada extraordinaria en donde el grupo parlamentario de MORENA y la fracción de Juntos Haremos Historia recuperaron la unidad, acordando destituir a la diputada Lorenia Montaño (PES) de la Presidencia de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, y haciendo diversas destituciones y nombramientos en otras áreas del Congreso, entre ellas la de finanzas.

Ante estas destituciones y nuevos nombramientos, la diputada Elizabeth Rocha (PAN), entonces Presidenta de la Mesa Permanente, llamó a la fuerza pública para resguardar ciertas áreas del Congreso —incluyendo el área de Finanzas—, con el fin de impedir que los morenistas tomaran el control de los recursos del legislativo.

El argumento del bloque de oposición para desconocer estas modificaciones a las comisiones y demás áreas del Congreso, es que éstas, en virtud de las Reformas a la Ley Reglamentaria del Poder Legislativo aprobadas por ellos mismos el año pasado, y recurridas por MORENA ante la SCJN, no pueden ser realizadas por los diputados.

En cambio, el bloque morenista toma como argumento la soberanía del Pleno del Congreso, considerando que la máxima autoridad de los Congresos de los Estados lo es el Pleno, y todos los acuerdos que haga la asamblea son válidos por mayoría.

Tercer round

Para el inicio del segundo periodo del segundo año de ejercicio de la XV Legislatura, Baja California Sur tenía un Congreso resguardado por la fuerza pública —en lo que se señaló como una clara intromisión del Ejecutivo Estatal—, y dividido en dos partes, disputándose la Junta de Gobierno y Coordinación Política. Así las cosas, en la primera sesión pública ordinaria, la diputada Daniela Viviana Rubio Avilés —en su entonces calidad de presidenta de la Mesa Directiva—, pretendió suspender las labores del Congreso. ¿El motivo? La contingencia que se vive en México por el coronavirus Covid-19.

Sin embargo, la bancada de MORENA y Juntos Haremos Historia, no estuvo conforme con esta orden de la Presidente y pidieron que se votara esta decisión, a lo que el resto de los diputados, del PAN, PRI, PRD y PES, respondieron abandonando el recinto legislativo.

Ya en esas circunstancias y ante la ausencia de la bancada opositora, los 13 diputados restantes ratificaron los cambios en la Oficialía Mayor, Auditoría Superior del Estado, Dirección de Finanzas, Recursos Humanos, las unidades de Equidad de Género, de Evaluación y Control, así como de las comisiones permanentes de Cuenta y Administración, Puntos Constitucionales y de Justicia, Igualdad, la Secretaría en Asuntos Fiscales y Administrativos, la presidencia del periodo ordinario de sesiones, así como la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso de Baja California Sur.

De igual manera, eligieron una nueva presidenta de la mesa directiva para el periodo ordinario de sesiones, resultando electa la diputada María Mercedes Maciel Ortiz (PT).

Los legisladores de MORENA interpusieron un recurso ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), acusando la intromisión del gobernador Carlos Mendoza Davis en perjuicio de la soberanía del Poder Legislativo, quien utilizó el Diario Oficial de BCS para intentar legitimar el poder de la bancada minoritaria destituida por los morenistas. Así, finalmente se retiraron las fuerzas del orden público de las áreas administrativas del Congreso del Estado.

¡Que ya suba el referee!

El día de ayer, se pretendió realizar la toma de protesta del nuevo representante de la Dirección de Administración y Finanzas del Congreso, Armando Cota Núñez, pero las diputadas Lorenia Montaño, Elizabeth Rocha Torres y Perla Flores, bloquearon la entrada al recinto parlamentario, aduciendo un mandato legal (juicio de amparo 280/2020) que protege a la destituida María Francisca Covarrubias Sánchez, quien se amparó por violencia política de género en contra de diputados morenistas al ser destituida de la Dirección de Finanzas.

En ese contexto, con la bancada del PES impidiendo el ingreso de los legisladores de MORENA al área de Finanzas, es que se suscitó el forcejeo entre las diputadas que, tras jalones y empujones, acabó con sendas mordidas y una oreja ensangrentada.

Cabe preguntarse, ¿qué hay detrás de la inmadurez política de nuestros diputados que les impide hacer un trabajo legislativo ordenado y dirimir sus controversias en el debate parlamentario? ¿Qué es lo que defienden –u ocultan–, literalmente, con uñas y dientes?

Lo cierto es que a la fecha, han trascendido diversos señalamientos entre los propios diputados al respecto del manejo de los recursos públicos, destacando el pago del viaje a París del esposo e hijo de la diputada Perla Flores, así como los nunca aclarados 337 mil pesos “desaparecidos” entre Rigoberto Murillo y Ramiro Ruiz Flores.

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El Galeón de Manila en la California del Sur. Vientos de Oriente y Occidente

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Tierra Incógnita

Por Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Vientos del pasado llegan hacia nosotros y atraen con su suave brisa al famoso Galeón de Manila o Nao de China. En la actualidad, pocos son los que recuerdan la poderosa influencia que produjeron los viajes, que por espacio de 250 años, se realizaron entre las Islas de Filipinas y la Nueva España, y menos aún rememoran que en la mayoría de ellos, el sitio de llegada, aunque sea de forma accidental o temporal, fue la punta austral de la península de California.

Durante el siglo XVI, la búsqueda de una ruta rápida hacia las regiones del Oriente de Europa, básicamente los países que conforman el continente Asiático, enfrentó en una desesperada y ríspida carrera contra el tiempo a dos de las grandes potencias marinas en ese entonces: España y Portugal.

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Después de que algunos viajeros empezaron a llevar desde los confines de Oriente hasta los reinos europeos una gran cantidad de alimentos, conocidos comúnmente como especias y hierbas aromáticas (pimienta, pimentón, chile, cardamomo, clavo, macis, casia, nuez moscada, canela, etc.), se causó un gran revuelo en las clases adineradas, las cuales vieron modificados sus hábitos alimenticios al incorporarles estos condimentos, hasta ese tiempo desconocidos. Sin embargo, el gran problema que había era que estos productos sólo llegaban a través de caravanas que hacían largos viajes a pie o en caballo y que duraban más de un año en concretarse. Además, sólo podían transportar una carga muy limitada de estos productos. En ese entonces las rutas eran sumamente peligrosas, ya que estaban infestadas de ladrones que asaltaban las caravanas y robaban su preciada carga.

Fue entonces que los reyes de España y Portugal se enfrascaron en una serie de exploraciones, buscando una vía más rápida para hacerse de estos productos y, obviamente, obtener la supremacía en su comercio y en las pingües ganancias que se obtenían. Quienes tomaron la delantera fueron los navegantes portugueses, ya que consiguieron llegar a los países asiáticos rodeando el continente africano por el Cabo de Buena Esperanza y enfilar su rumbo hacia el Océano Índico para finalmente llegar a las islas y tierras donde abundaban las especias. El reino de Portugal estableció un férreo dominio sobre esta vía, la cual defendió incluso con acciones armadas. Fue por ello que España volvió sus ojos hacia los mares de occidente, con la firme idea de que si se viajaba lo suficiente hacia el oeste, dado que el planeta tierra era esférico, se llegaría hacia las codiciadas tierras de Oriente y su preciado tesoro de las especias.

Es así como los marinos españoles y otros más, que no eran nacidos en este país pero que alquilaban su trabajo a este reino, empezaron a surcar los mares buscando esta ruta. Si bien es cierto que a finales del siglo XVI (1592) el navegante Cristobal Colón había descubierto algunas grandes islas en su ruta hacia occidente (lo que posteriormente se aclararía que era América), no fue sino hasta ya entrado el siglo XVII, en el año de 1519, que el Rey Carlos I de España integra una flota con 5 naves capitaneada por Fernando de Magallanes, con el propósito de que llegara a las islas llamadas “Molucas” por los portugueses, y así definir una ruta de navegación que fuera propiedad del imperio español. No olvidemos que en el año de 1494, los reinos de España y Portugal había firmado un documento llamado Tratado de Tordesillas, en donde se comprometían a dividirse el mundo conocido, y por conocer, a través de los viajes de ultramar, en una línea imaginaria establecida a 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde. Los portugueses conservaban para sí las rutas al oriente a través del Cabo de Buena Esperanza, y dejaban para los españoles todo un extenso espacio de mar (o por lo menos así se creía) y lo que se encontrare hacia el occidente.

En la extraordinaria expedición que realizó Magallanes, logró la gran hazaña de rodear el vasto continente americano en su parte más austral, legando para la posteridad el famoso Estrecho que lleva su apellido, y que le permitió ingresar al Océano Pacífico (Magallanes fue quien le dio este nombre aunque ya había sido “descubierto” por Vasco Núñez de Balboa en el año de 1513). Prosiguiendo su ruta hacia el Noreste, al final logra desembarcar en la isla denominada como Cebú y decide bautizar a este conjunto de islas con el nombre de Filipinas en honor al Rey Felipe II de España. Lamentablemente, Magallanes muere en un enfrentamiento contra los naturales del lugar y es su piloto, Juan Sebastián Elcano, quien logra llevar a los pocos sobrevivientes de la expedición y a la maltrecha nave capitana de regreso a España a donde llegan en el año de 1522.

Ya con la seguridad de una ruta que ofreciera a España un pasaje hacia el codiciado “oro” de las especias en oriente, se inician expediciones buscando viajar desde las costas de la Nueva España, adquirir la preciada carga en las Filipinas y volver sanos y salvos al punto de partida. A partir del año de 1522 se realizaron diversas expediciones hacia las islas de oriente, entre las que sobresalen las encabezadas por Ruy López de Villalobos (1541) y Miguel López de Legazpi (1564). Lamentablemente, ambas escuadras no pudieron contar con pilotos expertos que pudieran encontrar una corriente marina que les ofreciera la posibilidad de regresar hacia las costas americanas, aún con la carencia de vientos adecuados. No hay que olvidar que en esa época los barcos dependían para su movimiento de los vientos, por lo que si encontraban una “calma” que durara varios meses, podría significar la muerte de todos los ocupantes del navío debido al hambre y la sed.

No fue sino hasta el año de 1565 que el marino y Frayle Andrés de Urdaneta logra encontrar la corriente marina conocida como Kuroshio la cual impulsaba los barcos hacia el noreste de las Filipinas, pasando cerca de Japón, para posteriormente unirse a la Corriente del Pacífico Norte la cual empuja a los barcos a partir del Cabo Mendocino para que desciendan hacia el sur del continente bordeando las costas del pacífico de la Nueva España. A esta ruta se le denominó “el tornaviaje” y fue la pieza que faltaba para armar el rompecabezas de los viajes de América hacia las islas de Oriente.

A partir del año de 1565 se inició un acelerado y exponencial comercio con todo el Oriente, puesto que los comerciantes o representantes de las casas comerciales que estaban establecidas en las Filipinas tenían contacto con comerciantes de todas las regiones del Asia, por lo que era común ver en la Bahía de Manila, capital de Filipinas, a cientos de barcos procedentes de casi todas las regiones alrededor del archipiélago buscando vender sus diversas mercancías, las cuales se extendieron desde las clásicas especias (pimienta, clavo y canela) a la porcelana, marfil, laca y elaboradas telas (tafetanes, sedas, terciopelo, raso), artesanía china, biombos japoneses, abanicos, espadas japonesas, alfombras persas, jarrones de la dinastía Ming y un sinfín de productos más.

Fue así como se empezaron a habilitar barcos que pudieran soportar las inclemencias de los largos viajes y los meses de estar bajo el sol abrasador, que lograran soportar grandes cargas (hubo Galeones de Manila con capacidad hasta de 2000 toneladas) y transportar a una gran cantidad de pasajeros y tripulación (se dice que la Nao de China “La Santísima Trinidad” pudo transportar hasta 1000 personas). Fue tanto el auge del comercio en estos años que llegaron a enviarse 3 o más Naos cada año para ir y traer su preciada carga.

Sin embargo, a pesar de que la ruta estaba asegurada en cuanto a que ya se conocía la cartografía de la misma, no estaba exenta de graves peligros. Por un lado, la gran cantidad de tiempo que se invertía para ir hacia Filipinas (3 meses aproximadamente) y regresar a la Nueva España, que por lo general desembarcaban en Acapulco (6 meses o más), provocaba que solamente aquellas personas con una gran resistencia al hambre y las enfermedades (sobre todo al mal de Loanda o escorbuto) pudieran sobrevivir. La mortandad era grande, ya que aproximadamente sólo el 20% de los que viajaban en el barco lograban retornar. Además de lo anterior, en muchas ocasiones las naos zozobraban debido a las malas condiciones en que zarpaban. La voracidad de los comerciantes obligaba a los capitanes de los barcos a realizar la ruta sabiendo que los barcos tenían podrida una gran parte de su superficie y que seguramente naufragarían en cualquier momento. Preferían cobrar el cuantioso “seguro” del barco antes que velar por la seguridad de pasajeros y tripulación.

Y por si esto fuera poco, durante los 250 años que duró el tránsito del Galeón de Manila por el Pacífico, ocurrieron una gran cantidad de ataques de corsarios que buscaban hacerse de sus fabulosas riquezas aún a costa de su propia vida. La fama que daba a estos bandidos del mar el haber capturado a uno de los Galeones de Manila les aseguraba su pase a la posteridad, además de grandes sumas de dinero.

La península de California salta a la luz del interés de la Corona Española, precisamente durante el siglo XVII y XVIII de la mano de la ruta del Galeón de Manila. Como ya se ha explicado, la Nao de China en su viaje de retorno hacia el puerto de Acapulco pasaba de forma paralela a nuestra península. En su interior llevaba una gran cantidad de pasajeros enfermos, hambrientos y otros más casi agonizantes. Era de imperiosa necesidad para la Corona Española (mejor decir para los inescrupulosos comerciantes españoles) el encontrar algún punto de desembarco en donde se les pudiera surtir de agua y alimentos para continuar el viaje (y llevar su preciada carga a sus bodegas en Acapulco) y que se pudieran recuperar los muchos enfermos que transportaba.

De hecho, el intento fallido de fundar un enclave permanente en la California por parte del explorador Isidro de Atondo y Antillón en el año de 1683, fue motivado por la apremiante necesidad que tenía la Corona Española de reducir las graves pérdidas de los Galeones de Manila en su tornaviaje. En la expedición de Atondo se realiza la primer incursión hacia la parte de Bahía Magdalena (costas occidentales de la California) en busca de un sitio favorable y con agua para la llegada del Galeón de Manila, sin embargo, no se encuentra un espacio que cubriera estas condiciones. Durante los años en que los Jesuitas estuvieron realizando su labor evangelizadora en la California, fueron constantes las presiones de la Corona Española para que exploraran y establecieran un sitio en las costas occidentales de esta península y que dieran salvataje a la Nao de China.

No fue sino hasta el año de 1730 que el sacerdote jesuita Nicolás Tamaral logra establecer una Misión en el sitio que se denominó San José del Cabo, en la región que los pericúes llamaban “Añuití”). Hasta este sitio llegaron varios Galeones de Manila a surtirse de agua en el famoso humedal que ahí se encuentra y a recargarse de provisiones, para culminar con el trecho que les quedaba para llegar a Acapulco. El sacerdote Francisco Xavier Clavijero nos narra en sus crónicas misionales que en el año de 1734 arribó a la bahía de San Bernabé (San José del Cabo) un enorme Galeón de Manila con una gran cantidad de enfermos. Después de permanecer varios días y surtirlo de agua y cuidar de sus enfermos, dejaron en la Misión a cuatro de los pasajeros más afectados y el galeón continuó su viaje hacia Acapulco.

Tres de los enfermos se restablecieron totalmente y sólo uno de ellos, debido a su avanzada edad y grave condición, falleció. Los tres regresaron a la Ciudad de México, donde a la par del capitán del galeón, contaron al Virrey de la atención recibida por el Misionero del lugar. Fue entonces que se recomendó a todos los Galeones de Manila hacer una parada para obtener “refrescos” en su regreso al puerto de Acapulco.

Sin embargo, no siempre fueron bien recibidos los tripulantes del Galeón de Manila en las Californias. Se sabe que en el año de 1589 el corsario inglés Thomas Cavendish capturó y saqueó a uno de los galeones, de nombre Santa Ana, frente al Cabo California (hoy Cabo San Lucas) lo cual lo volvió el corsario más rico de todo el mundo en esa época. En el año de 1709, otro corsario de nombre Woodes Rogers atacó al galeón de nombre Nuestra Señora de la Encarnación, sin lograr su captura; sin embargo, dejó a 8 marinos muertos y otros heridos. También se sabe que, en una ocasión que arribó un Galeón de Manila para surtirse de agua y bastimento en San José del Cabo, al desembarcar una canoa con varios soldados, fueron atacados por un grupo de pericúes los cuales les dieron muerte.

En la actualidad se conoce que, durante el tiempo en que el Galeón de Manila realizó su ruta y llegada a las costas de la Baja California, se llevó a cabo un gran intercambio y contrabando de mercancías. La Corona Española, precisamente para evitar que las mercancías que traía el Galeón de Manila se vendieran sin pagar los impuestos correspondientes, tenía una fuerte prohibición al capitán de estos barcos para que comerciara con los productos; sin embargo, la corrupción ya se había enseñoreado también en estas lejanas tierras, por lo que de forma descarada los comerciantes avecindados en la Baja California acudían en sus botes hacia la Nao de China y compraban diversos productos como especias, porcelanas, estatuillas, etc. a cambio de lingotes de plata. Aún en la actualidad se puede apreciar en el Museo de las Misiones, en Loreto, B.C.S., una gran cantidad de objetos que fueron adquiridos en la Baja California y procedían de las bodegas del Galeón de Manila.

Se cree que unos 110 barcos tuvieron el honroso título de Galeón de Manila o Nao de China y que pudieron surcar los mares desde la Nueva España hacia su destino en el archipiélago Filipino y volver con sus grandes riquezas, sin embargo, no todos tuvieron esta suerte. Con la llegada del siglo XIX y los movimientos independentistas que se dieron en todas las posesiones españolas, México entre ellas, los viajes del galeón se suspendieron (en la Nueva España en el año de 1815). Aunado a lo anterior, la invención de los buques de vapor permitió que la Corona Española iniciara viajes por vías alternas hacia sus posesiones en Filipinas, perdiendo todo interés de que se hiciera por Acapulco. Una vez consolidada la independencia de México, oficialmente en el año de 1821, se dio por finalizado el comercio con el sistema de los Galeones de Manila.

La historia de la Antigua California es plena en sucesos que marcaron la vida de nuestra nación y que impactaron en su destino actual. Mucho hay aún por descubrir y dar a conocer, para que las generaciones de todos los tiempos se sientan orgullosos de su pasado y celebren la vida de este paraíso natural. Como colofón del escrito dejo a ustedes un inspirado verso basado en los legendarios Galeones de Manila o Naos de China:

A las aguas de Acapulco llegando desde Manila con su gran riqueza enfila un gigantesco galeón; por él vienen los ingleses armados para la guerra, cuando se aleje de tierra encontrará al Centurión (El Galeón de ManilaMusador)

 

Bibliografía:

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León Guerrero, María Montserrat (2000). «El gran logro descubridor del reinado de Felipe II. El hallazgo de Tornaviaje de las Filipinas por el Pacífico hacia Nueva España». XIII Coloquio de Historia Canario-Americana ; VIII Congreso Internacional de Historia de America:

Martín-Ramos, Clara. Las Huellas de la Nao de la China en México (La Herencia del Galeón de Manila). 2007.

Ibarra y Rodríguez, Eduardo (1892). Don Fernando el Católico y el descubrimiento de América. Imprenta de Fortaner, Madrid. pp. 184.

Fernández de Navarrete, Martín (1837). Expediciones al Maluco, viage de Magallanes y de Elcano. Imprenta Nacional.

LEÓN GUERRERO, Montserrat (2000). El segundo viaje colombino. Universidad de Valladolid (tesis doctoral)., pp. 20-28.

Rodao, Florentino, Islas del Pacífico: El legado español. Madrid: Lunwerg, 1998, pp. 27-35

John D. Neville. «History of Thomas Cavendish», Heritage Education Program, US National Park Service.

La Historia de la Antigua o Baja California. IV tomos. Francisco Xavier Clavijero.

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