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Luces y sombras de los talleres literarios, ¿qué tan bueno es inscribirse en uno de ellos?

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El librero

Por Ramón Cuéllar Márquez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Muchos hemos sido talleristas o miembros de talleres literarios. Desde su aparición como forma de “enseñar” los beneficios de escribir literatura en quienes tienen talento o de fomentar la escritura en quienes tienen interés, pero ninguna aptitud, se fue quedando como una forma de extender el placer del gusto por la literatura.

De esos talleres han surgido muchos escritores y escritoras que de alguna manera comienzan a destacar en el plano cultural. Uno de los síntomas de ello es que los más destacados comienzan a ganar premios y becas, aunque algunos aleguen que por las relaciones públicas, que por la corrupción en el medio literario lo logran, o porque simplemente en realidad sí es por su capacidad e insistencia: el puro trabajo de horas nalga.

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Como talleristas se puede aprender y comprobar que muchos terminan siendo verdaderas terapias de grupo, formas de que quienes llegan como interesados se dan cuenta que la literatura puede ser liberación, redención y despertar a otra realidad o a la realidad misma, cualquier cosa que eso signifique. A ciertos escritores no les gusta que los ubiquen como “terapistas”, como si eso los degradara o le quitara importancia a su actividad intelectual de enseñar. Conozco a un par, que molestos porque una de las alumnas dijo que se le había hecho tarde para llegar a la terapia, corregían y ofrecían el camino de la puerta de salida como solución para que nadie osara a decir que aquello se trataba casi casi de un grupo de autoayuda tipo doble A. A saber las proyecciones que cruzarán por sus cabezas.

En algunos casos la dependencia por el tallerista puede resultar contraproducente porque los alumnos terminan escribiendo como el guía literario y, muchas de las veces, esos “facilitadores” no estaban preparados ni conocían en realidad el valor y la tradición literaria. Muchos de los poetas o narradores de esos talleres traen a cuestas las mismas carencias de estructura, voz, ritmo y punto de vista de su instructor. O la soberbia.

Y es que, en el caso de esos talleres donde los participantes entendieron que la literatura era algo mucho más importante de lo que habían supuesto, que había que leer entre palabras y no tan sólo entre líneas, que la escritura era un acto no sólo de belleza, sino de liberación humana, de que la literatura podía en verdad causar una revolución en todos los sentidos, y que sus vidas podían ser trastocadas, transformadas por el impacto de dar un salto al vacío, tal como lo hizo Vicente Huidobro en Altazor. Esos talleres llevan a un proceso más grande, más humano, más luminoso que el de alcanzar metas meramente espectaculares para inflar nuestros egos. La literatura, como terapia, tiene total sentido en ese caso.

Existen otros talleres, talleristas, que ven una forma de cooptar simpatizantes para un fin político. Poetas y narradores que han forjado una pequeña obra con el fin de dirigir su agenda personal que les permita alcanzar un escalón social determinado, usualmente en la escala económica. Los vemos hacer mucha actividad cultural desinteresada, pero tiempo después están en posiciones políticas de privilegio, desde donde pueden ampliar su estatura intelectual y literaria. Hay otros más que ven en sus alumnos desconocidos a verdaderos talentos de donde pueden abrevar para sus obras personales, plagiando sus ideas e incluso libros completos. Existen cientos de casos de escritores talleristas que ofrecen y prometen oportunidades que nunca cumplirán, bajo la premisa de que “no estaban comprometidos a nada”, pero que sí sacaron jugo del talento de los tallereados y no precisamente por bien de los noveles. Los talleres literarios, en general, resultan fructíferos, sin embargo, no debemos ignorar lo que a veces se produce y reproduce detrás de ellos.

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Viajes espaciales privados: una nueva era espacial ha comenzado

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SudcaliCiencia

Por Marián Camacho

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). El pasado sábado 30 de mayo de 2020 ha sido considerado como el día de inicio de una nueva era espacial, al completarse, con éxito, el primer vuelo tripulado al espacio exterior por parte de una empresa privada. Esta hazaña histórica fue lograda por SpaceX, la empresa de exploración espacial más grande del mundo, propiedad del físico, emprendedor, inventor y magnate sudafricano Elon Musk. Este incansable científico ha diseñado y fabricado el Falcon 9, un sucesor privado del transbordador espacial.

Para comprender más claramente la importancia de este hecho histórico para la humanidad, más allá de la emocionante idea de poder comprar un vuelo privado en cohete, como si de un avión comercial se tratara, es interesante conocer algo de información básica sobre los viajes espaciales.

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El transbordador espacial era una nave espacial de la NASA parcialmente reutilizable para órbita baja terrestre (entre 200 – 2000 km sobre la superficie de la Tierra). Su nombre se deriva de un plan de 1969 para un sistema de naves espaciales reutilizables, de las cuales sólo el Transbordador fue financiado. Los transbordadores espaciales fueron utilizados en 135 misiones entre 1981 y 2011, lanzados desde el Centro Espacial Kennedy en Florida, Estados Unidos. Dentro de estas misiones se lanzaron varios satélites, sondas interplanetarias y el telescopio espacial Hubble; se realizaron experimentos científicos en órbita; y se participó en la construcción y el servicio de la Estación Espacial Internacional.

Ahora bien, después de la retirada del servicio de transbordadores espaciales, la compañía SpaceX ganó dos contratos de la NASA para abastecer a la Estación Espacial Internacional desde 2012 hasta 2024. Entre las razones de esta nueva colaboración se encuentran varias de las características deseables del Falcon 9 que, por cierto, basa su nombre en el Millenium Falcon, o Halcón Milenario, una nave espacial ficticia perteneciente al universo de ficción de la serie de películas Star Wars.

1) Es un vehículo de lanzamiento, de dos etapas, parcialmente reutilizable. La primera etapa es capaz de aterrizar para ser reutilizada en nuevas misiones, ya sea volviendo a tierra o sobre una nave dron. Esto es particularmente importante para reducir drásticamente los costos de las misiones espaciales. En abril de 2015 por primera vez se logró recuperar el vehículo de lanzamiento, pero la velocidad de aterrizaje fue muy alta y el impacto dañó el lanzador. En junio de 2015, una falla catastrófica hizo que el lanzador y su carga se destruyesen poco después del lanzamiento. Finalmente, en diciembre de 2015, un vehículo de lanzamiento logró por primera vez en la historia aterrizar de regreso luego de poner en órbita 11 satélites de comunicación. El costo de un lanzador es de 60 millones de dólares, de los cuales 200.000 son el costo del combustible, de manera que, con la reutilización, el costo de un lanzamiento podría reducirse entre 10 y 100 veces. Mediante este cohete, SpaceX ofrece servicios como lanzamiento de satélites, y transporte de carga a la Estación Espacial Internacional.

2) El Falcon 9 es el lanzador de la nave Dragon, una cápsula para transportar astronautas de manera regular a la Estación Espacial Internacional. La Crew Dragon está programada para hacer todas las maniobras de forma automática, incluso el acoplamiento con la Estación, aunque en caso de alguna fallo, los astronautas están capacitados para operar la cápsula de forma manual.

El futuro es hoy

Después de casi una década sin viajes espaciales de astronautas, por parte de la NASA, Elon Musk hace historia al enviar exitosamente al Falcon 9, con su nave Crew Dragon, a la Estación Espacial Internacional. El cohete de SpaceX despegó desde la legendaria plataforma de lanzamiento 39A del Centro Espacial Kennedy de la NASA, en Florida. Sitio que sirvió como último punto de partida para el transbordador espacial en 2011, y de donde también partió el Saturn V como parte de la misión Apollo 11, con la que llegaron los primeros seres humanos a la Luna.

Los astronautas Robert Behnken y Douglas Hurley, fueron los elegidos para reactivar el envío de astronautas desde Estados Unidos, desde hace 20 años. Robert Behnken fue seleccionado como astronauta por la NASA en 2000 y es veterano de dos vuelos de transbordadores espaciales. Registra más de 708 horas en el espacio y más de 37 horas durante seis caminatas espaciales. Dentro de la oficina de astronautas, se desempeñó en la rama de exploración, como jefe de la Rama de Operaciones de la Estación Espacial, y entre julio de 2012 y julio de 2015 como jefe de Astronautas de la NASA. Como astronauta jefe, fue responsable de las asignaciones de vuelo, preparación de misiones y apoyo en órbita de los equipos de la estación espacial internacional, así como de organizar el apoyo de la oficina de astronautas para futuros vehículos de lanzamiento. Por su parte, Douglas Hurley, también fue seleccionado como astronauta en 2000, se desempeñó como director de Operaciones de la NASA en el Centro de Entrenamiento de Cosmonautas Gagarin en Star City, Rusia. En julio de 2009, el coronel Hurley completó su primer vuelo espacial como piloto y, posteriormente, se desempeñó como jefe de Seguridad de la oficina de astronautas. En julio de 2011, completó su segundo vuelo espacial como piloto.

Así, tras un viaje de 19 horas la nave espacial Crew Dragon de SpaceX atracó en la estación espacial a las 10:16 am del domingo, después de su lanzamiento desde el Centro Espacial Kennedy en Florida, el sábado. Luego de hacer un contacto inicial con la Estación Espacial Internacional, la Crew Dragon siguió una serie de pasos para acoplar aún más la nave espacial con su puerto, incluida la conexión de energía y la creación de un sello con cierre de aire, antes de que se abriera la primera de las dos escotillas. Behnken y Hurley salieron, sonrientes, de la cápsula alrededor de la 1:15 pm. Fueron recibidos por su compañero astronauta de la NASA, Christopher Cassidy y los cosmonautas rusos Anatoli Ivanishin e Ivan Vagner, que ya estaban a bordo del laboratorio en órbita.

La NASA se ha asociado durante mucho tiempo con el sector privado, pero nunca había entregado el diseño, desarrollo y pruebas de una nave espacial con calificación humana a una empresa comercial. De tal forma que, con este logro, la NASA dejará de depender de Rusia, con su cápsula Soyuz, para el envío de astronautas, con el correspondiente costo aproximado de 80 millones de dólares. Por otro lado, este lanzamiento significa que SpaceX podrá empezar a comercializar sus viajes turísticos al espacio, que significará el inicio de la comercialización del espacio. Esto serviría para obtener nuevos recursos y así poder seguir adelante con el desarrollo de nuevas tecnologías, incluyendo las ambiciones de la NASA de poner gente en la Luna en 2024.

#QuédateEnCasa

Tal vez usted, apreciable público lector, se preguntará si es seguro hacer un viaje como éste, justo en medio de la pandemia de coronavirus. Al respecto, la NASA argumenta que es necesario y seguro avanzar en esta misión en particular. La agencia espacial necesita mantener la Estación Espacial Internacional, un laboratorio de órbita gigante, con personal completo de astronautas estadounidenses para que las operaciones funcionen sin problemas. Los astronautas Robert Behnken y Douglas Hurley, asignados para volar en esta misión, han estado en estricta cuarentena juntos, y se han tomado precauciones adicionales para mantener todo limpio, dijo la NASA.

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Era consumidor y lo sentenciaron como vendedor de drogas. Cartas desde el Cereso (I)

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Ius et ratio

Por Arturo Rubio Ruiz

 

Con frecuencia el acusado no recibía ningún indicio del problema hasta que recibía el golpe.
Encerrado a solas en un calabozo, separado por completo de sus amigos,
despojado de la comprensión y apoyo que podría recibir de sus visitas o comunicaciones,
se le dejaba allí para que rumiara su desesperación, presa de espantosas dudas,
sin siquiera saber de qué se le acusaba.
Mayor Arthur Griffiths, In Spanish Prisons

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Durante la colonización española, uno de los pueblos mesoamericanos que nunca fue sometido, los purépechas, se distinguieron por su valentía y belicosidad. Sin embargo, cansados de sus intentos por “civilizarlos”, los colonizadores urdieron un ominoso plan para someterlos; con engaños, se presentaron durante una celebración religiosa, mataron a todos los varones presentes, y capturaron a todas las mujeres.

Con el noble propósito de “evangelizarlas”, las encerraron en una especie de convento, donde las mantuvieron privadas de su libertad, y las forzaron a unirse en “santo matrimonio” con indios conversos tlaxcaltecas que reclutaron ex profeso. Privadas de su libertad, de sus familias y sus raíces, fueron forzadas a someterse a un estilo de vida, a un idioma, a una religión y a una cultura que les era ajena. El sentimiento que se apoderó de ellas, en purépecha se dice Uandaniata, que podría traducirse como angustia, como el amargo dolor que representa el verse forzado a someterse en cautiverio a un esquema de vida que no eligieron.

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Algo similar —proporciones guardadas—, ocurre con todos aquellos que se ven forzados a enfrentar un panorama de vida en cautiverio. La comparación con el caso de las mujeres purépechas permite vislumbrar con escalofriante precisión el severo impacto psicoemocional que genera el encierro en reclusión. Sin importar si la persona es inocente o culpable, el encierro, como tal, conlleva severas consecuencias en el entorno personal de quien es privado de su libertad.

El impacto de la reclusión puede dejar secuelas de por vida en quien enfrenta el encierro, y en su familia; de ahí que sea tan importante que la sociedad en su conjunto, y en particular los servidores públicos adscritos al campo de la administración de justicia, tengan una visión objetiva del efecto que causa el proceso de detención y prisión prolongada en aquellos que tienen el infortunio de enfrentar un proceso penal privados de su libertad.

Con absoluta independencia de su condición de inocencia o culpabilidad, quien ingresa a un Centro de Readaptación Social (Cereso) es un ser humano, y como tal, debe ser estimado durante todo el proceso que implique su enjuiciamiento y sentencia. En la medida que logremos generar conciencia, podremos optar por contar con un sistema de administración de justicia que responda mejor a las necesidades reales de la sociedad actual.

¿Cuánto vale un día de libertad en la vida de un ser humano?  Únicamente quien ha vivido el drama de la detención puede hablarnos de ello.

Y si al final del proceso —sin importar que el detenido sea culpable o inocente—, nos encontramos con que el encierro ha propiciado una pérdida de valores humanos, entonces resulta que nuestro sistema judicial es un fracaso, porque lejos de rehabilitar a quien delinque, cercena por igual a culpables y a inocentes, porque hace del encarcelamiento preventivo un tormento que destruye identidades y degrada la dignidad humana.

Encerramos hombres, culpables o inocentes; liberamos en muchas ocasiones a seres que han perdido su dignidad y sus valores. No es la cárcel, no son las leyes. Somos nosotros como sociedad, son los servidores públicos, como artífices del proceso, los únicos responsables de que el sistema nos resulte más costoso que funcional.

En la medida en que tomemos conciencia, propiciaremos la búsqueda de mejores alternativas en el manejo de los procesos judiciales penales. Si un juicio puede durar dos meses ¿por qué nuestros jueces se empeñan en prolongarlos? ¿Por qué la negligencia burocrática impera en el sistema de administración de justicia? ¿Por qué tienes que esperar hasta diez años para probar tu inocencia, cuando pudieras ser juzgado en seis meses?

Si logramos convencer a nuestros jueces que los procesados no son “expedientes”, son seres humanos, que las víctimas del delito son seres humanos, no “estadísticas”, entonces estaremos contribuyendo a mejorar la expectativa de justicia en el Estado. Estaremos propiciando a través de la concientización, la estructuración y funcionamiento de un sistema de justicia aplicada con auténtico sentido humano.

A través de varias presentaciones, queremos brindar a ustedes, el lado humano de la reclusión, para ayudarnos a reflexionar como sociedad, sobre la conveniencia de humanizar nuestro sistema de impartición de justicia. Nuestra intención es presentarles el lado oculto, el lado negado por nuestras autoridades judiciales, el lado humano del encierro carcelario.

 

CARTA DE PILAR

 

Cereso de La Paz, BCS, a 08 de diciembre de 2007

A mis hijos:

Cuando me dijeron que podía escribir una carta en la que explicara mi experiencia en prisión, lo primero que pensé fue en decirles a ustedes lo importante que son en mi vida. Mis recuerdos de antes de la cárcel no son muy claros. A fuerza de olvido el dolor se abandona. Recuerdo mi casa. Recuerdo mi empleo. Era bolero, el mejor de la plaza. No tenía competencia, verdad de Dios, y así de boleadas conocí a mucha gente, a gente que tal vez mejor no debí haber conocido. Amigos muchos que no lo eran tanto. Recuerdo que todo era fácil y todo era rápido. Rápido y fácil me resultó una mañana despertar de una cruda y saber que era adicto.

Me sobran pretextos, los conozco todos, pero ninguno que valga ante ustedes, mis hijos. Reconozco que me equivoqué, que pude haber dicho que no, pero dije sí, y así de repente, estaba enredado, al grado que a diario me metía un par de chochos. De las llamadas “reinas”. Y me las metía en plena chamba, para “ponerme las pilas”. A nadie dañaba, eso me decía, cuando en realidad me estaba cavando esta tumba.

Una mañana me “dieron el jalón” los federales. “Eres adicto —me dijo el Ministerio Público Federal—, firma aquí y al rato te vas”. Y era cierto, yo era adicto, ellos eran mis compas, así que firmé. Grave error nunca leer lo que firmé. El papel decía que aceptaba dedicarme a vender la droga, cuando únicamente la consumía.

Diez años por un delito que no cometí. Diez años que por fin terminan. Diez años buscando la manera de ganarme su respeto, mis hijos. Dios sabe que son lo único importante en mi vida.

Tengo una segunda oportunidad. El mes que entra me abren la reja, y tengo una muy buena propuesta de trabajo. La voy a aprovechar. Me moriré en la raya, pero ustedes estarán orgullosos de mí, como yo estoy orgulloso de ustedes.

 

PILAR

Reo del orden federal. 42 años.

 

Pilar fue detenido en las inmediaciones de la plaza cívica en Ciudad Constitución. Oficialmente aparece como vendedor confeso de psicotrópicos. Ocho pastillas que llevaba en la bolsa, para su propio e inmediato consumo, sumadas a una confesión firmada sin la debida asesoría de un defensor oficial, lo llevaron a enfrentar una condena de 10 años de prisión.

Es frecuente que los agentes federales, para sacar trabajo, conviertan a consumidores en “distribuidores”. Pilar es un claro ejemplo. El funcionario de la PGR que lo consignó, tiempo después fue destituido por corrupto, pero para su desgracia, ello no fue tomado en cuenta para descargo en su defensa. Las leyes no siempre están a la altura de las circunstancias, y en materia federal, los persecutores tienen un brazo muy largo para perseguir, y otro muy corto para ser perseguidos.

Durante su reclusión, Pilar presentó muy buen comportamiento. En enero del 2008, recuperó su libertad, y obtuvo una propuesta de trabajo formal, que le permitiría integrar un núcleo armónico con sus dos hijos, estudiantes ejemplares y destacados miembros de la comunidad que integra la Ciudad de Los Niños, pues la madre los abandonó cuando supo que el esposo enfrentaría una pena de 10 años de prisión.

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El autoerotismo como liberación sexual

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Sexo + psique

Por Andrea Elizabeth Martínez Murillo

Antes estaba convencida de que la masturbación llevaba al sexo,

pero ahora sé que la masturbación es sexo.

Betty Dodson

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Mayo fue el mes de la masturbación, un mes aprovechado para visibilizar y emprender acciones para la difusión positiva y científica de la masturbación, no obstante, para las mujeres, la vivencia de su sexualidad tiene miles de años censurada, prohibida, perseguida y repudiada.

Es tristemente común en nuestros días encontrar publicaciones que siguen fomentando la ignorancia y el odio hacia las mujeres, creencias que por lo general se basan en una religión antiquísima y misógina, la cual se sigue reproduciendo y alentando la supremacía del hombre. Fueron precisamente sacerdotes los que expandieron el odio hacia la mujer, como San Pablo en la primera carta a Timoteo “Yo no permito que la mujer enseñe ni que ejerza autoridad sobre el hombre, sino que permanezca callada”, por poner una cita amable.

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Es por esto que, cuando las mujeres hablamos de masturbación — si es que se llega a tocar el tema —, por lo general lo hacemos en voz baja, para que nadie más escuche, ya que no importa que estemos en el siglo XXI, una mujer que disfrute de su sexualidad es una puta o libertina. Esto ha orillado a miles de mujeres a no querer siquiera conocer su cuerpo, por lo que no saben cómo es su vulva y solo tienen como modelos de referencia a actrices porno, que en su mayoría han sufrido operaciones para recortar los labios menores y blanquear la piel, lo que ocasiona que las mujeres normales piensen que su vulva no es normal o es fea.

Pues no, no tiene nada de raro ni esta fea, simplemente es la forma que tú tienes y eso está bien. Sin embargo, la falta de observación hace que tengamos una imagen distorsionada y nos cree miedo o vergüenza mostrarla abiertamente a nuestras parejas sexuales, por lo que podemos estar menos receptivas a recibir o dar sexo oral, por ejemplo. El vivir estas emociones o percibirnos de esta forma puede convertirse en uno de los bloqueos más importantes para experimentar un orgasmo, ya que, al estar en constante preocupación, no le damos mucho espacio a la mente para enfocarse en sentirse bien.

Gran parte de responsabilidad sobre este problema lo tienen aquellos que juzgan nuestro cuerpo para meternos en estándares imposibles de belleza que solo satisfacen a un sector de la población y no a nosotras mismas. Toda esta represión la hemos vivido ya que existe un miedo profundo por parte de los hombres hacia nuestra sexualidad, mientras que el hombre eyacula una vez y tiene que esperar un periodo refractario para poder iniciar con otro acto sexual, muchas mujeres somos multi o poli orgásmicas, lo que nos permite tener varios orgasmos durante una sola relación sexual. Además, existe la posibilidad de que cada orgasmo sea más fuerte que el anterior.

Por otro lado, la masturbación suele estar ligada a la manipulación de los órganos sexuales pélvicos —vulva, vagina, ano —, no obstante, el darnos placer no se queda estancado en esa zona. Nuestro órgano sexual más amplio es la piel, cualquier zona con la estimulación adecuada puede causarnos placer. Cómo ejemplo, presento a una amiga mía a la que le excita profundamente que le muerdan las rodillas, lo que podría parecer extraño o chistoso para muchos, sin embargo, eso solo demuestra lo genitalizado que tenemos el placer sexual. Es como los hombres que creen que el sexo lésbico no cuenta porque no hay un pene de por medio.

Lo que una persona piensa o hace de la masturbación, es el reflejo de lo que ha aprendido que es correcto o no, y es común que nuestra sociedad reprima la autonomía de las mujeres de formas que se nos escapan, en la mayoría de las veces debido a lo normalizada que tenemos esta represión. Es por esto que es de suma importancia ir dejando atrás los tabúes sobre nuestra sexualidad  y reivindicarnos con nosotras mismas, liberarnos de las culpas que nos impusieron y descubrir nuestro propio placer sexual, y la mejor manera de comenzar este proceso es conociendo nuestro cuerpo, qué nos gusta y no, qué presión es agradable y qué zonas prefiero evitar.

La masturbación, hoy mejor conocida como autoerotismo — ya que no solo se trata de estimular los órganos sexuales pélvicos, sino el cuerpo entero —, nos permite reconectarnos con nosotras mismas, vivir el aquí y el ahora y brindarnos un espacio seguro para nuestro placer y amor propio. Además, el autoerotismo tiene muchas ventajas, el orgasmo es un analgésico natural, puede aliviar dolores de cabeza y cólicos menstruales, es excelente para conciliar el sueño, también hace que se libere oxitócica, conocida como la hormona de la felicidad, por lo que te puede ayudar a mejorar tu autoestima, bajar tus niveles de estrés y darte poder sobre tu cuerpo.

Como menciona Paulyna Ardilla, “te sentirás más conectada contigo misma, siente libre de manosear tu cuerpo, conócelo, ámalo y cuídalo un chingo”.

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Primer avistamiento. La primera ola de Christopher Amador

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Colaboración Especial

Por Omar de la Cadena

Por fin tengo edad

para conducir mi nave,

lo que no sé es…

si incendiarla con estrellas

o hundirla con mi llanto.

“Marinero en tierra”

El mar es el silencio que hace dios para no pensar en la tierra

Christopher Amador

La poesía es el naufragio del hombre que tiene

por únicos remos

el arco y la lira.

“La poesía”

Escolios

Christopher Amador

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). El hombre vive en mundos análogos, para no aburrirse; pero también para distinguirse. Elige un punto de vista, similar o distinto al de la manada, para pertenecer y permanecer dentro de una vasta geografía; tanto la que mira con los ojos como la que aspira con la imaginación. Christopher Amador es un poeta que ha adquirido la madurez en un oficio que es muchos y que es ninguno, como el de un pescador y lo que pesca: un ballenero que, en su desdoblamiento ritual, promete la longevidad de sus hazañas y de su oficio; enfrentándose a un cetáceo que revela su naturaleza, desde que comenzó a mecerse en la contradanza del mar, o cuando se determinó a volcarse sobre sus propias olas. Amador es un peregrino sobre páginas de arena y un marino sobre páginas de espuma: un poeta en busca en el poema el desenlace de su propia novela, como lo hiciera Rafael Alberti, un marinero en una tierra baldía.

Su primer oleaje abarca Canto a una mujer azul (2002), El mar es el silencio que hace dios para no pensar en la tierra (2008), El paisaje en la voz (2013), Escribir es incendiar (2010), y Espejo en añicos o nunca podrás escribir tu novela (2014). Aunque su viaje intelectual de seis años ha precedido el de los escaparates, con un viaje editorial distinto (porque cada poemario tiene una cronología y una secuencia que contradice su publicación), este primer oleaje está enlazado a un segundo, que quizá concluya con Escolios (2019) o con Claustrofobia-19. Bitácora del Covid: aforemas del encierro.

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En este volcarse sobre las olas, y debajo de ellas, encontramos la irreverencia y el ingenio de quien se echa al mar y al amar, como lo hiciera un Efraín Huerta o un Elías Nandino en sus versos más serios, eróticos, y jocosos; ya que en estos portentos de la poesía nacional encontramos la dimensión exacta de cada uno de los humoremas o alburemas de Amador: un despliegue de instantes de poesía; un grupo de carnadas poéticas saladas al sol. Canto por una mujer azul y Espejo en añicos o nunca podrás escribir tu novela, que datan del 2002 y el 2010, respectivamente, son el inicio y el fin de esa cresta poética. No obstante, aunque peguemos la oreja como a una caracola, en estos poemarios no escuchamos el mar sino las divagaciones de un pez o un pescador fuera del agua. De ahí su riqueza y, también, su destreza, en la diversidad de los poemas que revelan su circunstancia.

Como las olas, que vienen y van, sus poemas son falsos monólogos; ya que, si no dialogan con el lector o con el ser amado, dialogan con ese otro que va consigo mismo, cuando se piensa y se siente, fuera de sí, en primera y en terceras personas. Son conversacionales, pues, en el sentido amplio de la palabra. Esto genera el vértigo de ir por una espiral que, sin duda, a veces asciende y otras desciende, de lo real a lo inventado; porque durante la conversión de sentido en su primer poemario, cuando va de lo más acostumbrado a lo más inaudito, la mujer es un estado de ánimo (melancolía) antes de convertirse en agua salada, en mar, cuando el marinero le abre las piernas desde la quilla o separa las nubes desde al palo mayor en donde se encuentra, con el filo de algunos de sus versos:

Tus muslos son dos nubes sosteniendo el aguacero.

¿Quién pretende abrir el mar mientras empuja su velero?

Pero no siempre, metonimias de más o de menos, se transfigura en un barco, como he referido antes, sino en un pez o una ballena, porque sus versos nos atrapan con los dientes de su ingenio, o nos despabilan con el aletazo de su irreverencia. La mujer, al volverse en mar, hace esto posible; pero también cuando es tierra firme, en la Calafia referida de manera directa o indirecta; porque en su segundo poemario, El mar es el silencio que hace dios para no pensar en la tierra, con poemas del 2002 al 2006, nos muestra la cópula o catarsis divinizada de un marino que avista una ballena en menos de ocho versos de largo, como si fueran nubes o barcos que pasan y siguen de largo por las rutas marítimas de su universo poético:

No se puede ser poeta sin haber llorado un mar.

El mar me duele, tiembla en mí.

Hay un canto abriendo el pecho;

el poema salta como un pez.

Ser poeta es el oficio y la pasión por naufragar.

Lo mismo que atraen, repelen, sus poemas; tanto o más que una caricia o que cachetada verbal; porque es un poeta que nos pide acercarnos como alejarnos, preso de sus impulsos, para ver el ser en su heterogeneidad, la cosa en sus nominaciones engañosas, o el paisaje en sus contrasentidos. Esto sucede continuamente en los versos del 2004 en El paisaje en la voz, su tercer poemario, por medio de poemas cínicos y paródicos, como en el último Huerta, el de los poemínimos. Cuando dice: “Voy por Wall-mart/ como por Estados Unidos”, en su poema “Nostalgia con sabor a Paz”, parodia un verso de Piedra de sol (“Voy por tu cuerpo como por el mundo/ tu vientre es una plaza soleada/…”), picándole el ombligo al acucioso y estirado lector de poesía. Perdónenme el exceso, pero los poemas de Amador, parodiando a Courtoisie, son pinturas para ciegos; ya sea porque no pueden ver, o porque no lo hacen con sus demás sentidos.

Algo parecido, pero sin ironías, sucede con sus poemas del 2004 al 2008: Escribir es incendiar. Sus versos muestran un conflicto entre la razón y la pasión, porque el poeta se resiste a pensar lo que siente, y viceversa, cuando arremete el objeto amado y el oficio declarado con versos oracionales o dísticos sin rima, que tienden al epigrama y el aforismo: “El verdadero poeta no piensa: relampaguea.” Una verdad que rompe cualquier contrasentido cuando sus tópicos se vuelven de nuevo terrestres, aunque su verdadera intención es no salir del agua, porque quiere ponerse al margen de una monotonía espaciotemporal, como sucede de nuevo en “Proemio”, de Escolios (2019), un poemario de su segundo oleaje:

Me acerqué a la poesía

no para pensar lo que siento

sino para sentir, corazón

universal, mis reflexiones;

para no pasar de largo por la vida

palpando apenas la superficie,

para gastar el alma,

para que sus agujas despierten mi carne

y escribir el nombre de mi depredador

en la selva oscura de cada verso.

Su retórica justifica su poética; pero la evidencia indica que es un poeta que medita antes de poetizar, que da pausas y saltos espaciotemporales cuando toma el pulso de sus días; porque sus argumentos no aluden a las resquebrajaduras del poema, sino al desgarramiento de él mismo o del personaje del poema, al intentar zafarse de quien quiere sacarlo a flote, ponerlo en la superficie mientras aletea (las ballenas tienen aletas) hacia el abismo en múltiples bordes y peligros.

Esto es visible, incluso, un año después, en su poemario en prosa, Espejo en añicos o nunca podrás escribir una novela. Esta es una reunión de poemas narrativos con varios poemas discursivos (es decir, ensayísticos), o una bitácora de viaje con una trama sencilla, donde se personifica y/o desdobla su voz en el papel de Escribano Novelo o de Autor, para ser narrado o para narrarse en una novela que no puede escribir y que naufraga en sus orillas, como sucede con Nathanaël en Los alimentos terrenales (1897) de André Gide o al mismo Unamuno en Cómo se hace una novela (1929). Volver sobre sí mismo es su propósito esencial y no un acto fallido, porque la meditación del oficio es lo que lo saca a flote, lo que lo obliga a tomar aire y a hacerse visible, cuando cifra su poética en dos polos opuestos:

La literatura debe ser una garza con las patitas llenas de lodo.

Christopher demuestra una voluntad poética y un temple retórico contra viento y marea en un primer oleaje, que ha de continuar con similares ímpetus en su segundo oleaje, en su obra escrita después de 2010. Esto, aunque no nos sorprenda, debe alegrarnos; porque una ola se entrelazada con las que vienen; ya sea por las obsesiones declaradas o los cabos sueltos o las heridas que permanecen presentes, desatadas y abiertas; ya sea, también, porque en algunos de sus poemas posteriores demuestra la permanencia de algunos ejes de sus meditaciones más antiguas.

Así, de lo más alto a lo más bajo, el arte poético de Amador nos recuerda que el mundo requiere de vacíos, silencios, ausencias: vacíos de sentido, silencios de un poema a otro, y la ausencia del objeto amado. Algunas nostalgias, mutismos, y huecos se vuelven delicuescentes, porque el poeta los reconoce y los señala antes de ponerse a salvo de las trampas de la existencia; porque cada compilación de preguntas, de abismos, y de lamentos, demuestran el derecho y el deber de este poeta peninsular de lanzar respuestas además de preguntas, de cantar e igualmente de guardar silencio, de echar de menos o de más cuando se echa al mar picado de sus reflexiones sobre la vida y la poesía.

Sus lectores y sus críticos no esperan menos, sino una continuación de su primer oleaje, y no serán defraudados si el poeta ya se prepara para ofrecer el resultado de sus esfuerzos con un arpón en cada mano, para presentarnos un segundo y seguramente un tercer oleaje de su escritura poética.

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